Hipofisectomía

Hipofisectomía
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Extirpación quirúrgica de la hipófisis.

Hipofisectomía. Procedimiento quirúrgico para extirpar la hipófisis (glándula pituitaria), la cual se encuentra en la base del cerebro, por debajo del hipotálamo. Por lo general se la practica para tratar tumores que se desarrollan en éste órgano, especialmente craniofaringiomas. La hipofisectomía también puede ser realizada para tratar el Síndrome de Cushing, que es un desorden hormonal causado por exposición prolongada de los tejidos del cuerpo a altos niveles de la hormona cortisol.

El objetivo de la cirugía es la extirpación del tumor en sí, tratando en lo posible de salvar parte de la hipófisis, la cual es una glándula secretora de importantes hormonas para el crecimiento y que regula el funcionamiento de otras glándulas del cuerpo. Por lo tanto, una hipofisectomía siempre deja secuelas. Se aplica como un tratamiento de algunos adenomas hipofisarios; puede llevarse a cabo por vía transesfenoidal y transfrontal.

Procedimiento

En una hipofisectomía se realiza una incisión en el labio superior, en la base de la nariz, y desde allí se penetra toda la cavidad nasal avanzando hacia atrás y ligeramente hacia arriba, en forma oblicua. Luego de perforar el hueso esfenoides se procede a extirpar el tumor. La secuela que deja una hipofisectomía, si toda la hipófisis es forzosamente extirpada junto con el tumor, es la de dejar a todo el Sistema endocrino (conjunto de glándulas secretoras de hormonas) sin regulación. Por lo tanto el paciente deberá seguir de por vida con terapias o tratamientos hormonales. También puede provocar una diabetes insípida y pérdida de líquido cefalorraquídeo.

Técnica quirúrgica

Se practica una craneotomía osteoplástica en la región frontal, cerca de la línea media y lo más bajo posible, independientemente de si se abre el seno frontal o no. Si la mucosa está conservada, no hay peligro de infección intracraneana, si ésta se rompe, se debe curetear cuidadosamente.

Al separar el lóbulo frontal cerca de la línea media, se penetra hacia la región hipofisaria. Con un disector se separa cuidadosamente el quiasma, y por debajo de éste se ve el infundíbulo con su fijación en el diafragma selar. El infundíbulo se corta lo más cerca posible del diafragma selar. No es aconsejable poner presillas o utilizar electrocoagulación. La pequeña hemorragia de la parte superior se controla fácilmente si se coloca sin presión un algodón mojado en solución isotónica. El diafragma de la silla turca se abre en forma de estrella. Comenzando en el orificio para el infundíbulo. Esta manipulación se hace cuidadosamente para evitar lesión en el. Después, con una pequeña cureta, se extirpa la hipófisis.

Cuando el quiasma óptico está situado anteriormente y no permite penetrar con comodidad hacia el diafragma de la silla turca, Bronson recomienda resecar el borde del tubérculo de la silla turca, esto se hace de la manera siguiente: al principio se separa una pequeña parte de la duramadre por delante del tubérculo como un colgajo con la base hacia atrás. Con cincel se abre el seno esfenoidal y la pared anterior de la silla turca, conservando la mucosa del seno. Si ocurre una lesión de la mucosa, esta última se tapa con un pedazo de la espuma de fibrina.

Durante la abertura de la silla turca se puede lesionar el seno intercavernoso y provocar sangramiento. Un buen control de la hemorragia se obtiene con el taponamiento, o también con la elevación de la cabeza del paciente. La abertura del seno esfenoidal se cierra con el colgajo de la duramadre. El uso de un microscopio quirúrgico, ofrece la posibilidad de extirpar selectivamente la porción anterior de la glándula (adenohipófisis) y conservar la porción posterior (neurohipófisis).

Indicaciones y contraindicaciones

Como pacientes más apropiados para esta operación se consideran aquellos que presentan clínicamente metástasis del carcinoma de la mama o de la próstata. La operación está contraindicada en presencia de trastornos pulmonares o hepáticos, las metástasis intracraneales múltiples, estado general grave u otra enfermedad seria.

La retinopatía diabética progresiva, que no es influida favorablemente por el tratamiento medicamentoso, es la otra indicación para la hipofisectomía. Es preferible practicar la operación en pacientes por debajo de 40 años de edad, con la visión conservada, sin una retinopatía proliferativa o trastornos cardiovasculares o renales severos.

En el período preoperatorio tiene una gran importancia el tratamiento con corticoides, que comienza el día anterior de la operación y sigue durante 10 días después. En los pacientes diabéticos, se emplea el tratamiento con insulina.

Complicaciones

Además de las complicaciones habituales de toda operación quirúrgica, en la hipofisectomía se puede observar diabetes insípida en el período postoperatorio, expresada en distinto grado y diferentes períodos. Inmediatamente después de la operación se recomienda la administración de hormona del lóbulo posterior de la hipófisis en solución oleosa para el uso intramuscular, o también en polvo por vía oral. Solamente en pocos casos es necesario el empleo del medicamento por más de algunas semanas. En los pacientes diabéticos es preciso observar el balance electrolítico y aplicar insulina en dosis adecuadas.

Fuentes