Historia de la educación en Cuba

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Historia de la educación en Cuba
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Emblema utilizado en la Gran Campaña de Alfabetización del año 1961.
Cronología
Período colonial
Primeros siglos
Período republicano
Década de 1950
Revolución Cubana
Reforma educacional
Campaña de Alfabetización
Actualidad

Historia de la educación en Cuba. En la actualidad Cuba es un país con un alto reconocimiento educativo que comenzó a ir en crecimiento a partir del año 1961 cuando fue el primer país en la región libre de analfabetismo según certificación de la UNESCO, pero no fue siempre así, un largo camino tuvo que recorrer la enseñanza educativa en la Isla para llegar a los resultados actuales. La historia de la educación en Cuba se inició desde el comienzó mismo de la conquista española, en el período conocido como Capitanía General de Cuba. Una segunda etapa comienza con la llegada del gobierno interventor de los Estados Unidos y el Plan Varona impulsado por el ilustre académico cubano Enrique José Varona bajo el amparo del Gobernador Militar Leonardo Wood; finalizando el penúltimo año de la década de 1950 en un estado crítico. La tercera y actual etapa se inició con el triunfo de Revolución Cubana el 1 de enero de 1959, la cual posicionó a Cuba en un lugar destacable a nivel mundial.

Período colonial

Primeros siglos

En los tres primero siglos de ocupación colonial española la educación en la Capitanía General de Cuba no presentó un crecimiento adecuado entre la población humilde o menos favorecida, ni el Gobierno, ni los Ayuntamientos que existian a lo largo de toda la Isla, costeasen una sola escuela gratuita para los pobres[1]. Ni en la capital de la Isla los pobladores tenían la posibilidad de tener estudios públicos teniando que realizar innumerables esfuerzos y experimentar los efectos de la escasez de profesores y escuelas, hasta que a principios del Siglo XVIII en la localidad de Caraballo, se establecieron los padres Belemitas, los cuales enseñaron a leer, escribir y contar, llegando a tener en sus pupitres unos doscientos niños[2].

En la zona central de la Isla también se intentó mejorar la educación de los pobladores siempre mediante iniciativas privadas. En Villa Clara hubo una escuela desde su fundación en 1689. En 1712 el filántropo presbítero Juan Conyedo, de Remedios, abre otra escuela gratuita, y una más en 1757 en la ermita del Carmen. Se aumenta el número con la de Arriaga en 1759; pero por ausencia de éste y tras la muerte de Conyedo, las escuelas pasaron al olvido y desaparecieron poco después. El presbítero Juan Félix de Moya restablece la del Carmen, y el Ayuntamiento da en 1775 veinticinco pesos anuales a Juan Antonio Oropeza para sostenimiento de otra; pero ambas desaparecen en 1787.

Matanzas, más atrasada en la educación de sus habitantes, en 1771, a los setenta y ocho años de fundada, encarga a un regidor que busque maestro en la Habana, éste invita a Pablo García para que ejerza el magisterio. En 1775 presenta su título Lorenzo Tadeo de Urrutia. En 1778 pide licencia para abrir escuela Juan Meilán, la cual le fue conferida a los tres años de su pedido.

Tampoco los estudios secundarios se hallaban a gran altura, los propietarios de las escuelas y dirigentes de las villas atendían más al pomposo nombre del centro educativo que a los egresados en ellos. Muchos centros habrían sus puertas con nombre de academias ó institutos pero apenas avanzaban más allá de la instrucción primaria, presentando un programa de estudio de con una pobre calidad, premetiéndole a los directores entregar pronto a los alumnos aptos para matricularse en la Universidad. Es válido decir que para el estudio de la Filosofía se necesitaba un real permiso; por su parte las ciencias naturales no alcanzaban la importancia que en otras colonial. Se puede resumir que la segunda enseñanza estaba reducida a un superficial estudio de las humanidades, y preferente del latín, que por su aplicación a las carreras universitarias merecía distinción, y encontraba más fácilmente idóneos profesores en el clero, a la razón factor principal de la enseñanza.

Una mejora en las condiciones educativas de la Isla fue parpable con la llegada del Gobernador y Capitán General Luis de las Casas en 1790. Este gobernador se distinguió por la labor realizada en servicio público, fundando entre otras instituciones la Casa de Beneficencia para la asistencia a los más necesitados. Promovió los estudios científicos y técnicos. El 31 de octubre de 1790 apareció el "Papel Periódico de la Habana", primer periódico literario-económico publicado en Cuba. Además, para incentivar el desarrollo de la producción de azúcar, De las Casas estableció una cátedra de química azucarera, con un maestro londinense.

Período republicano

Enrique José Varona, reformador de la educación en Cuba en el año 1901 mediante su Plan Varona.

Aunque el sector educativo nunca gozó de amplios recursos durante el período republicano (1902-1958) se debe reconocer que se instauró un sistema de educación primaria pública, gratuita y obligatoria, aunque era muy deficiente. Durante los años 1899 y 1902 se iniciaron algunas reformas educacionales, creándose la Secretaría de Instrucción Pública, el cargo de Comisionado de Escuela y la Junta de Superintendente. En 1899 comienza la formación de técnicos de nivel medio de la salud al fundarse en La Habana la primera Escuela de Enfermería. Posteriormente se fundan varias escuelas incluyendo las provincias de Camagüey y Santiago de Cuba. Se fundaron dos escuelas de oficios para niños desvalidos y dos escuelas correccionales para niños delincuentes bajo la dirección del Departamento de Beneficencia.

Al comenzar el nuevo siglo la situación de la educación primaria, secundaria y preuniversitaria era precaria. Una de las medidas impulsadas por el gobierno intervencionista de los Estados Unidos bajo la guía del Gobernador Militar de Cuba Leonardo Wood fue impulsar el desarrollo educativo de la Isla, para ello le encargó al ilustre académico cubano Enrique José Varona la elaboración de un programa para la reforma de la enseñanza secundaria y universitaria en Cuba, dicho documento fue conocido como Plan Varona, entrando en vigor a mediados del año 1900 mediante las Ordenes Militares 266 y 267. Sobre su Plan de reforma el propio Enrique José Varona comentó:

Llamado a dirigir la Institución Pública de mi país en estas circunstancias y sabiendo que era propósito firme del actual Gobernador General reformarla de modo que fuese más eficaz -expresó Varona-, entendí que era mi deber acometer la difícil empresa: para echar siquiera los cimientos de la obra (...)[3] y señalo que buscaba un cambio radical tanto en la manera de enseñar y de aprender como en las materias de estudio y enseñanza; no obstante, sabía que no podía hacer nada más que indicar direcciones.[4]

He pensado que nuestra enseñanza -continuó Varona- debe cesar de ser verbal y retórica para convertirse en objetiva y científica. A Cuba le bastan dos o tres literatos, no pueden pasarse sin algunos centenares de ingenieros. Aquí esta el núcleo de mi reforma.[5]

El 8 de junio de 1909 fue aprobada la Primera Ley Escolar de la República de Cuba. Esta Ley fue muy modificada por otras posteriores y establecía las disposiciones fundamentales para la educación primaria. Los demás centros de instrucción o tipos de enseñanzas se regían por una legislación muy diferenciada. Entre 1913 y 1921 se crean nuevas aulas de primaria. Se dividieron las escuelas en urbanas y rurales, se introdujo la enseñanza teórica de la agricultura y se fundaron Escuelas Normales en tres provincias: Santa Clara, La Habana y Oriente. A finales de 1922 los estudiantes universitarios impulsaron reformas que abarcaron transformaciones docentes, académicas y administrativas muy profundas en la Universidad. La Ley Docente de enero de 1937 legisló en relación con la autonomía de la Universidad de La Habana la reorganización de la primera y segunda enseñanza y el establecimiento del Consejo Nacional de Educación y Cultura. En 1944 se formularon nuevos objetivos para la educación, apoyados en parte por la Constitución de la República aprobada en 1940, a la cual se debe además la creación del Ministerio de Educación.

Década de 1950

Abandono de la educación cubana en la década de 1950.

En la década del cincuenta, la mitad de la población en edad escolar no asistía a la escuela. En las ciudades una de cada cinco personas no sabía leer ni escribir; en el sector rural, la situación era aún peor, de cada dos campesinos uno era analfabeto y las pocas escuelas que existían, permanecían abanonadas sin recursos[6]. Era común el desempleo de los maestros, a pesar de la inmensa necesidad de su labor, y de los miles de niños que vivían al margen de la escuela. La instrucción pública languidecía mientras crecía la escuela privada.

La enseñanza industrial se impartía realmente en un sólo centro con nivel equivalente a técnico medio. Los 16 centros restantes sólo preparaban obreros calificados en pequeñas cantidades y su formación era muy limitada por carecer de presupuesto y la base material de estudio necesaria. A pesar de ser Cuba un país agrícola, la enseñanza agropecuaria presentaba una situación crítica, pues sólo contaba con seis granjas escuelas y un instituto forestal con escasas posibilidades de matrícula y de recursos. El mayor nivel de desarrollo se apreciaba en las escuelas de comercio con los estudios de economía y administración. Existían 11 centros estatales y un número mayor controlado por organizaciones privadas. La Educación Especial para impedidos físicos y mentales era virtualmente inexistente. Las pocas instituciones que funcionaban sólo tenían un exiguo apoyo estatal y dependían, fundamentalmente, de patronatos particulares. Había seis Escuelas Normales oficiales, una en cada capital de provincia, para la formación de maestros, con matrículas limitadas, donde era frecuente el fraude para la obtención de plazas y sólo existían tres facultades de Educación en las universidades de La Habana, Las Villas y Oriente.

Hacia 1953, con una población de 6,5 millones de habitantes, el 23,6 % de los cubanos era analfabetos y solo estaban matriculados el 55.6 % de los niños entre 6 y 14 años. Un millón y medio de habitantes mayores de 6 años no tenía aprobado ningún grado de escolaridad, apenas un 17 % de los jóvenes entre 15 y 19 años recibía algún tipo de educación y la población mayor de 15 años tenía un nivel educativo promedio inferior a tercer grado. Son deplorables las cifras totales sobre el estado de la educación en Cuba cuando triunfó la Revolución: 600,000 niños sin escuelas, 10 000 maestros sin trabajo[7].

En el curso escolar 1957-1958, correspondiente a los últimos años del gobierno de Fulgencio Batista, el presupuesto asignado para servicios educacionales fue de 79,4 millones de pesos, unos 11 pesos por habitante.

Revolución Cubana

Reforma educacional

El 1 de enero de 1959 era derrocado el dictador Fulgencio Batista y comienza en Cuba un amplio plan de reformas educativas encaminadas a una organización y especialización del Ministerio de Educación, el cual tenía como primer objetivo el de eliminar el analfabetismo imperante en los sectores más humildes del país y de esta forma llevar a la educación por toda la Isla. Permitir el acceso a la educación primaria, fue una de las medidas a tal fin. Hacia diciembre de 1959, se construyeron aproximadamente 10.000 nuevas aulas y la escolarización se elevó a casi el 90% en las edades de 6 a 12 años. Se convirtieron más de 69 instalaciones militares del regimen derrocado, con una capacidad de 40.000 alumnos.

La Reforma Integral de la Enseñanza se declaró en 1959 y determinó que el objetivo primordial de la educación era el pleno desarrollo del ser humano. Se constituyó el Contingente de Maestros Voluntarios con 3.000 personas que partieron educar a los campesinos que vivían en lugares remotos. Otras campañas notables englobadas en la Campaña Nacional de Alfabetización fueron: Brigada de Maestros de Vanguardia "Frank País que trabajó en las provincias de Oriente, Las Villas y Pînar del Río, Plan de Educación para Campesinas Ana Betancourt a principios de 1961 que dictó clases de corte y costura en La Habana.

Una vez establecida la Revolución en el poder rápidamente se comenzaron a dictadar leyes y normas que revolucionarían la enseñanza en el país. El 6 de junio de 1961 se dictó la Ley de Nacionalización de la Enseñanza que suprimió la educación privada y los viejos métodos de enseñanza y estableció una educación revolucionaria. Dicho documento poseía cinco artículos que marcarían el pensamiento educativo de la triunfante Revolución[8]:

Artículo 1. Se declara pública la función de la enseñanza y gratuita su prestación. Corresponde al Estado ejercer dicha función a través de los organismos creados al efecto con arreglo a las disposiciones legales vigentes.

Artículo 2. Se dispone la nacionalización y por consiguiente se adjudican a favor del Estado cubano, todos los centros de enseñanza que a la promulgación de esta Ley sean operados por personas naturales o jurídicas privadas, así como la totalidad de los bienes, derechos y acciones que integran los patrimonios de los citados centros.

Artículo 3. La nacionalización con siguiente adjudicación a favor del Estado cubano de centros de enseñanza que se ordena en el artículo anterior, se llevará a efecto a través del Ministerio de Educación, facultándose al Ministro del ramo para dictar las resoluciones necesarias a fin de incorporar esos centros al sistema educacional de la Nación y en general para el cumplimiento de lo que por la presente Ley se dispone.

Artículo 4. El Ministro de Educación determinará a cuáles de los propietarios de los centros de enseñanza comprendidos en la presente Ley se abonará por el Estado la indemnización en la forma, cuantía y plazo que fijare, en atención a que sus propietarios, operadores o profesores no hayan actuado contra los intereses de la Revolución y de la Patria.

Artículo 5. Se exceptúa de lo dispuesto en esta Ley a los centros de enseñanza que por el número de alumnos, o por el número de profesores, o por su naturaleza especial no deban ser comprendidos en la misma de acuerdo con lo que a tal efecto determine el Ministro de Educación.

Algunas de las principales medidas se adoptaron de inmediato para el desarrollo de la educación: Libre acceso al estudio sin discriminación racial ni económica, maestros voluntarios de las ciudades acudían a los territorios montañosos, los antiguos cuarteles militares se convirtieron en escuelas, plan especial de estudio para campesinas. Más adelante le siguió el plan de becas para todos los niveles de enseñanza, la Batalla por el 6to y 9no grados, cursos de seguimiento y superación obrera, creación de miles de aulas y escuelas en todo el país especialmente en las zonas rurales, educación obrera campesina, combinación del estudio y el trabajo, creación de escuelas en el campo, enseñanza especializada para limitados físicos. Además, se desarrollaron investigaciones científicas y sociales, se crearon institutos pedagógicos, se emprendieron reformas universitarias, fue creado el Ministerio de Educación Superior, se amplió de la enseñanza técnica y profesional, y se perfeccionó el sistema educacional.

Campaña de Alfabetización

Fidel Castro declarando la victoria de la Campaña de Alfabetización el 22 de diciembre de 1961.

El 27 de agosto de 1959 Fidel Castro inagura el Primer Congreso Nacional de la Educación Rural, donde propone la creación de 10 mil aulas rurales y el empleo de 5 mil maestros. El 29 de agosto de 1960 se gradúa el Primer Contingente de Maestros Voluntarios de 1400 alfabetizadores. En el acto Fidel Castro dice[9]:

El año que viene, vamos a librar la batalla contra el analfabetismo. El año que viene tenemos que establecernos una meta: liquidar el analfabetismo en nuestro país.

El Comandante en Jefe Fidel Castro anunció en las Naciones Unidas, a pocos meses del triunfo de la Revolución, que se llevaría a cabo una gran campaña de alfabetización que erradicaría el analfabetismo. Sus palabras causaron incredulidad, pues se trataba de un país subdesarrollado. Así fue que Cuba en el año 1961 fue el primer país en la región libre de analfabetismo, certificado por la UNESCO. También en 1962, Fidel planteaba que Cuba debía de ser un país de científicos. El sueño parecía algo inalcanzable, sin embargo, se crearon condiciones para el desarrollo científico, obteniendo resultados extraordinarios fundamentalmente en el campo de la salud, con reconocimiento internacional.

Sin dudas, la Campaña de Alfabetización que llevó adelante Cuba en el año 1961 fue un hecho trascendental para el naciente proceso revolucionario que vio la luz dos años antes, el 1 de enero de 1959. Esta gigantesca tarea permitió erradicar el analfabetismo y facilitar el acceso universal del pueblo cubano a los distintos niveles de educación de manera gratuita. Fue un programa de la Revolución favorecido por un clima educacional donde la radio, la televisión y la prensa desempeñaron un papel fundamental en la divulgación de los conocimientos de higiene; salud; de los problemas del sector agropecuario y los relacionados con el arte y la literatura, entre otros que, al mismo tiempo que ofrecieron información, motivaron al adulto hacia el aprendizaje de la lectura, la escritura y los conocimientos elementales de aritmética.

Asimismo, evidenció que la alfabetización de un pueblo, tanto como el hecho educativo mismo, es un acontecimiento cuyo éxito depende de la participación masiva y unánime de todas las organizaciones existentes y de todos los sectores de la población, sin descuidar su aspecto técnico organizativo. El tercer año de la Revolución, 1961, fue decisivo para la historia del pueblo cubano. A la proclamación del carácter socialista de la Revolución, la victoria de Playa Girón y otros importantes acontecimientos se le sumó la Campaña de Alfabetización. El 22 de diciembre de 1961, Cuba fue proclamada Territorio Libre de Analfabetismo.

Ese día, las palabras pronunciadas por Fidel Castro resumen el esfuerzo de todo un país que contribuyó a cimentar el espíritu de una nueva era abocada a la edificación de un sistema social más justo y humanista[9]:

Ningún momento más solemne y emocionante, ningún instante de legítimo orgullo y de gloria, como este en que cuatro siglos y medio de ignorancia han sido derrumbados. Hemos ganado una gran batalla, y hay que llamarlo así -batalla-, porque la victoria contra el analfabetismo en nuestro país se ha logrado mediante una gran batalla, con todas las reglas de una gran batalla. (...) Esa capacidad de crear, ese sacrificio, esa generosidad de unos hacia los otros, esa hermandad que hoy reina en nuestro pueblo. ¡Eso es Socialismo!

Esta convicción retumbó en la Plaza de la Revolución José Martí, de La Habana, y la acompañó la unánime e impresionante respuesta de todos los brigadistas y el pueblo congregados en ese histórico sitio de la Patria[9]:

¡Fidel, dinos qué otra cosa tenemos que hacer!

Actualidad

Después de la etapa inicial de trabajo, destinada a resolver las grandes carencias, insuficiencias y deformaciones heredadas y a partir de 1975 los esfuerzos principales para el desarrollo de la educación cubana han estado dirigidos al perfeccionamiento del sistema nacional, a la consolidación de la formación y superación del claustro y a darle integralidad al sector, en armonía con los requerimientos del desarrollo económico y social del país, convirtiendo los centros educacionales en instituciones culturales de la comunidad.

Cuba ha proporcionado su experiencia en el tema educacional a varios países. Millones de personas se han alfabetizado con el Programa “Yo si Puedo”, traducido a varias lenguas. También instauró el sistema de becas para jóvenes de otros países, graduándose en Cuba miles en diferentes especialidades, destacándose la Escuela Latinoamericana de Medicina.

En la actualidad se lleva a cabo el tercer Perfeccionamiento del Sistema Nacional de Educación con el objetivo de flexibilizar y contextualizar los estilos de dirección, el currículo, el trabajo de las instituciones y modalidades educativas, fortaleciendo la preparación de directivos y docentes, concediéndole gran importancia al protagonismo de los educandos, la familia y la comunidad en la vida de las instituciones y modalidades educativas. Como parte de este perfeccionamiento se ha implementado un sistema de mejoras en los planes educativos:

  • Un televisor y videos por escuela.
  • Electrificación de todas las escuelas.
  • Creación de canales educativos.
  • Extensión del aprendizaje de Computación, incluyendo enseñanza para ciegos.
  • Universalización de la enseñanza.
  • Mesas Redondas y Tribunas Abiertas.
  • Formación integral de maestros.
  • Creación y formación de una generación de trabajadores sociales.
  • Centros de enseñanza de Arte
  • Curso de Superación Integral de Jóvenes.
  • Todas las escuelas tienen a su disposición al menos una Computadora conectada a Internet.

Un dato relevante sobre el nivel de la educación cubana es el estudio internacional sobre la educación primaria efectuado en 2008 por el Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad de la Educación y patrocinado por la Unesco, donde se muestra que Cuba obtuvo los mejores resultados entre los 12 países del área en que se realizó, manifestando además la elevada tasa de escolarización neta con la que cuenta el país, que alcanza casi al 100% del alumnado, y la escasez de estudiantes que repiten curso, que muestra una tendencia a la baja, con un descenso hasta 0,5% respecto al curso anterior.

Referencias

Fuentes