Historia de la electrificación

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Electrificación
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La electrificación es un sistema de alimentación de tracción por el cual la energía eléctrica procedente de una línea exterior de alta tensión pasa por la subestación, circula por el elemento conductor instalado a lo largo de la línea y, sustentado por determinados dispositivos, penetra en la locomotora a través del captador de corriente, alimenta los motores y retorna cerrando el circuito por los carriles y feeders negativos, si los hubiera, y accidentalmente por tierra.

Época de la colonia

El desarrollo socioeconómico de nuestro país desde el mismo momento en que comenzaba a fraguarse nuestra nacionalidad, estuvo muy influenciado por la ubicación geográfica y por la dependencia con la metrópoli. A finales del siglo XVI, se instauran en Cuba los primeros ingenios azucareros. Años después, fueron introducidos el ferrocarril, en 1837, y la máquina de vapor. Con estas nuevas posibilidades se produce un auge de la industria azucarera, si tenemos en cuenta además que para producirla se empleaba mano de obra barata, fundamentalmente esclava.

Como en todos los países, la electrificación en sus inicios fue introducida para el alumbrado durante la noche. En épocas anteriores al surgimiento de la iluminación artificial por medio de la electricidad, en Cuba se utilizaba el alumbrado con lámparas que funcionaban a partir de la quema de algunos combustibles.

El alumbrado público en La Habana era realizado por una compañía española, la cual suministraba el gas para una parte de las calles de la ciudad y para la tercera parte de las casas que existían en aquel entonces. El gas suministrado era de poca calidad, lo que traía molestias a los consumidores.

La primera demostración del uso de la electricidad para el alumbrado fue un diseño basado en una máquina de vapor que le comunicaba su energía a un dinamo, la cual suministraba la energía eléctrica a una lámpara de arco eléctrico. Esta máquina fue traída a Cuba por el catalán Tomás José Dalmau en 1877. Este primer intento no fue del todo satisfactorio, dado que la máquina de vapor no podía mantener el generador a plena capacidad; sin embargo, esto representó un gran avance, ya que haciendo una comparación con la calidad del alumbrado de los sistemas anteriores, este era muy superior en todos los sentidos.

En la primera mitad de la década de los ochenta del siglo XX, la iluminación por arco llegó a algunos ingenios azucareros. La iluminación se lograba a partir de lámparas de arco que se alimentaban a partir de generadores eléctricos de poca capacidad. No es hasta el 3 de marzo de 1889 que se instaura un sistema eléctrico para el servicio público, con generación centralizada y redes de distribución dirigidas a algunas zonas de la capital.

El primero de estos sistemas fue instalado en La Habana por la Spanish-American, la que utllizaba generadores monofásicos Westinghouse, de fabricación norteamericana, que se instalaron en Tallapiedra (cerca de la Bahía de La Habana). Esta compañía solo tenía permiso por vía de ensayo, no para monopolizar la generación de electricidad. En aquellos momentos aparece la Thomson-Houston que sí tenía esos intereses. Estas compañías se complementan formando un sistema combinado de generación de electricidad. La Spanish-American generaba corriente alterna para el alumbrado con bombillos incandescentes y la Thomson-Houston generaba corriente directa para las lámparas de arco.

El 7 de septiembre de 1889, se inaugura en Cárdenas el servicio de alumbrado público, el cual era ofertado por la Thomson-Houston. Esta compañía instalaba los dos sistemas de generación. Posteriormente a esta inauguración, la compañía instaló sistemas similares en Matanzas, Camagüey y en diez ingenios azucareros.

Con el inicio de la Guerra Necesaria (Guerra del 95) se produce una baja en la economía nacional. Las inversiones de capital privado en este sentido fueron también afectadas, por lo que no se continuó el paso de electrificación que se había iniciado. Toda esta situación no impidió que las empresas establecidas se mantuvieran. La Spanish-American consiguió consolidar su posición entre las principales propiedades norteamericanas establecidas en el país.

Época de la neocolonia

La intromisión de los Estados Unidos en la guerra que el Ejército Mambí tenía prácticamente ganada a las fuerzas coloniales españolas, culminó con la ocupación militar norteamericana nuestro país. Cuba no pudo ser anexada de inmediato, como era la intención de los imperialistas yanquis. Se le concedió la independencia formal el 20 de mayo de 1902, con bases navales y una enmienda impuesta a nuestra Constitución, que daba a los Estados Unidos el derecho a intervenir en nuestros asuntos intemos a su antojo.

La intervención estadounidense trajo consigo la imposición de su modelo económico, por lo que rápidamente comenzaron a aparecer y expandirse algunos negocios. Uno de los más importantes fue el establecimiento de un moderno servicio de tranvías en la capital cubana.

En ese propio año se autorizó a la Compañía de Electricidad de Cuba la construcción y explotación de un servicio público destinado a suministrar energía eléctrica para el barrio de El Vedado. La planta eléctrica que utilizaba unidades de generación de 50 Hz, de fabricación alemana, entró en servicio a principios de 1905. Poco después entró en funcionamiento la Compañía de Electricidad de Marianao, brindando sus servicios al municipio capitalino del mismo nombre.

Tanto el gas, como el servicio eléctrico suministrados a las zonas más importantes de la capital estaban en manos de la Spanish-American, la cual se había reorganizado y adoptado el nombre de Compañía de Gas y Electricidad de La Habana.

Con la presión de la competencia, los directivos de la compañía decidieron modernizar la central que tenían en Tallapiedra, reemplazando las viejas máquinas de vapor por turbinas, e instalando generadores trifásicos y otros equipos fabricados por la General Electric.

Durante la primera década del siglo XX, se establecieron nuevos sistemas electroenergéticos en varias ciudades del país. En Santiago de Cuba, un grupo de empresarios locales organizó en 1906, la Compañía de Alumbrado y Tracción de Santiago, la cual se dedicaba a manejar el negocio de la electricidad comercial y los tranvías. Las instalaciones estaban provistas de generadores trifásicos a 60 Hz de fabricación norteamericana, los que entraron en funcionamiento en 1908.

En ese tiempo también en Camagüey se estableció un sistema de corriente alterna bifásica ofertado por la Camagüey Electric Company Ltd., de origen canadiense. Entre 1907 y 1908 los sistemas eléctricos de las ciudades de Matanzas y Cárdenas pasaron a manos de la Compañía Anónima Eléctrica Alemana-Cubana.

En 1910 un ciudadano norteamericano, con grandes recursos, decidió instalarse en el poblado de Caibarién. Este ciudadano organizó una empresa de servicio eléctrico, ampliando la capacidad de la vieja planta local para extender el servicio hasta Ia cercana villa de Remedios. En este mismo año se sustituyó la iluminación de las plazas y parques de la ciudad de Cienfuegos. El servicio eléctrico de la ciudad mejoró y se amplió considerablemente en 1913, cuando entró en funcionamiento la planta hidroeléctrica del río Mataguá, propiedad de un capitalista local. Más tarde este servicio pasó a manos de una compañía norteamericana, la Cienfuegos Palmira & Cruces Electric Railway & Power Company, la cual explotaba una planta hidroeléctrica en el río Hanabanilla.

Por esa época la Havana Electric Railway, Light & Power Company radicada en la capital, pasó a controlar el funcionamiento de los tranvías y el servicio público de electricidad. La compañía generaba la electricidad a partir de tres turbogeneradores trifásicos Westinghouse de 60 Hz, los cuales tenían una capacidad de 12,5 MW. Esta central estaba construida en los mismos terrenos donde se encontraba la primera planta que se instaló en 1889, en Tallapiedra.

El uso del vapor para la producción del azúcar es una idea que se había generalizado desde la Revolución Industrial. A mediados de la década de los ochenta del siglo XIX, se implementaron los primeros sistemas de alumbrado eléctrico en varias fábricas de azúcar.

En 1911 se instaló en un central azucarero al norte de la antigua provincia de Oriente (central Delicias), de propiedad norteamericana, un generador eléctrico con una capacidad de generación que podía satisfacer la demanda del alumbrado, los motores del central, el alumbrado del batey y dos centrales vecinos. Sus servicios se fueron ampliando hasta llegar a suministrar la energía eléctrica a varios pueblos vecinos, así como a las ciudades de Gibara y Holguín, sirviendo a una población de unos mil habitantes.

En el antiguo central Hershey, hoy Complejo Agroindustrial Camilo Cienfuegos, a unos 40 km de la capital, se inauguró en 1922 una planta eléctrica con generadores trifásicos de una capacidad que podía satisfacer el funcionamiento de los motores del central, el alumbrado público y el funcionamiento del tren eléctrico (único de este tipo que se mantiene trabajando en Cuba) que cubre la rúta de Casa Blanca (Ciudad de La Habana) a Versalles (Matanzas). Esta planta a mediados de la década del veinte del siglo XX ya brindaba sus servicios a la ciudad de Matanzas, así como a nueve ciudades y pueblos cercanos a la línea del ferrocarril.

Para el primer cuarto del siglo XX, otros centrales azucareros ya estaban electrificados, contaban en su totalidad con unos 200 turbogeneradores. La capacidad instalada en estos era de unos 160 MW.

Terminada la Primera Guerra Mundial, se inició una recesión económica a escala global. Para los Estados Unidos significó una interrupción de un período de gran prosperidad económica y expansión industrial, la cual duró hasta finales de la década del veinte. Un factor considerable en la prosperidad fue la expansión de la industria eléctrica norteamericana, cuyo control estuvo en manos de un reducido grupo de grandes corporaciones.

La Electric Bond & Share Company, Inc. se había afianzado como una compañía tenedora de acciones. Esta compañía decidió extender sus operaciones fuera del territorio de los Estados Unidos, procedió a adquirir las instalaciones existentes en Santiago de Cuba (1923) y terminó con las de La Habana (1927-1928). El monopolio del servicio eléctrico en la mayor parte del territorio nacional fue establecido por esta compañía a finales de 1928, para lo cual contaba con más de 135 MW y unos 4 500 km de líneas de transmisión y distribución, suficientes para suministrar energía eléctrica a más de 165 poblaciones.

Todas esas propiedades "pertenecían" a Ia Compañía Cubana de Electricidad, la cual se había organizado a fines de 1927 con arreglo a la legislación del Estado norteamericano de la Florida.

En el período que duró la tiranía de Machado hubo un gran movimiento revolucionario. Después de la caída de este oprobioso régimen y durante la etapa conocida como el "Gobierno de los cien días", se produce, bajo la dirección de Antonio Guiteras, la intervención de la Compañía Cubana de Electricidad, el 14 de enero de 1934, fecha que actualmente se reconoce como el Día del Trabajador Eléctrico.

Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, en el mercado mundial se produce un alza de los precios del azúcar. Esta situación provocó que la demanda de electricidad en los centrales aumentara sustancialmente; no obstante, no hubo una respuesta inmediata en cuanto a la instalación de nuevas plantas que aumentaran la capacidad de generación, lo cual se justificaba por problemas financieros.

El gobierno cubano, con el apoyo del Banco de Exportación e Importación de Washington, financió los proyectos para la implantación y el mejoramiento de plantas eléctricas. Con esta medida se logró aumentar la capacidad de generación de 149 M W que existían en 1948 a 362 MW en 1957. En ese propio año la Compañía Cubana de Electricidad vendía más del 90 % de la energía eléctrica generada en el país. El resto era producida por pequeñas plantas eléctricas aisladas. La principal fuente de energía que se utilizaba era la de los combustibles derivados del petróleo, que eran importados fundamentalmente de los Estados Unidos.

Plantas para la generación de electricidad antes de 1959

En 1958 la Compañía Cubana de Electricidad elevó su capacidad de generación a 430 MW. Sus instalaciones y equipos se repartían entre dos grandes sistemas independientes: uno abarcaba el occidente y el centro, y el otro la región oriental. Existían alrededor de sesenta sistemas aislados de poca capacidad. El total del servicio eléctrico alcanzaba el 56 % de la población cubana, la cual era estimada en unos 6 500 000 habitantes. Como es de suponer, el servicio eléctrico no llegaba a una gran parte de las zonas rurales, donde vivían campesinos pobres; se justificaba tal situación en que por la baja densidad de población no era factible invertir recursos en instalar redes de distribución en esas zonas.

La electrificación en el período revolucionario

Con el triunfo de la Revolución se iniciaba una etapa completamente nueva en la historia cubana, después de un camino largo y difícil. Era el momento de solucionar los problemas denunciados en el Programa del Moncada. Para dar cumplimiento a este Programa se fueron tomando diferentes medidas. En agosto de 1959, son rebajadas las tarifas eléctricas, poniendo fin a los abusos del poderoso monopolio imperialista. El 6 de agosto de 1960 se dicta la Resolución No.1 basada en la Ley No. 851 que nacionaliza la Compañía Cubana de Electricidad y más de 21 empresas azucareras estadounidenses. Con tales acciones, se puso en manos del Estado Revolucionario la totalidad de los servicios eléctricos. Se produjo un cambio radical en cuanto a estos servicios, pasando de ser un negocio lucrativo a un beneficio para la población.

La puesta en vigor de estas medidas revolucionarias encontró una respuesta rápida por parte del Imperio. Cuando el gobiemo estadounidense comprendió que la Revolución no retrocedería ni se plegaría a sus presiones, comenzó una cadena de agresiones económicas, suprimiendo, de modo absoluto, las exportaciones de piezas de repuesto a Cuba no solo por parte de su industria interna, sino también de sus numerosas subsidiarias en todo el mundo; así como la interrupción del suministro de combustible, ya que controlaban casi todo el abastecimiento del mundo y eran los propietarios de las refinerías radicadas en Cuba.

A pesar de los obstáculos impuestos por el Imperio, con el esfuerzo de los trabajadores guiados por los técnicos que se quedaron en el país, se logró a partir de innovaciones mantener el servicio eléctrico. Con esta fuerza de trabajo se pudo terminar el montaje de algunas instalaciones pendientes, pero la capacidad de generación no pudo ser ampliada a los valores requeridos para el desarrollo del país.

El 20 de febrero de 1966 la situación de la generación de la electricidad mejoró con la adquisición y entrada en servicio de generadores de la Unión Soviética y de la República de Checoslovaquia, los cuales se instalaron en las dos primeras unidades de las CTE Antonio Maceo (Renté) y Máximo Gómez (Mariel), así como el combustible para el funcionamiento de estos generadores. El comandante Ernesto Che Guevara dió un importante impulso a todos estos planes, pues durante su etapa en el Ministerio de Industrias se firmaron estos contratos.

En 1975 ya se había triplicado la capacidad de generación instalada en la Industria Eléctrica respecto a la que existía en 1958. En este período se montaron varias termoeléctricas. El consumo de electricidad por habitante, que en 1959 era de 406 kwh, aumentó a 705 kWh. Es importante tener en cuenta que la electrificación alcanzaba ya para ese lapso a más del 70 % de la población; la generación de electricidad creció de 2 500 a 6 500 GWh.

En la zafra de 1975 hubo un excesivo consumo de petróleo para la producción del azúcar, algo sumamente alarmante si se tiene en cuenta que el precio del barril de petróleo se incrementaba de modo gradual. Es por ello que se comienzan a tomar medidas en las zafras para ahorrar combustibles convencionales, por tal motivo se va sustituyendo el petróleo por el bagazo de caña.

De los 13 098 km en las distintas líneas de transmisión que existían antes del triunfo de la Revolución, se llegó en 1975 a 32 067 km, integrándose además en un sistema los dos sistemas principales que había en 1959, lo cual fue posible con la entrada en servicio en 1973 de las dos primeras líneas de transmisión de 220 kV. Este acontecimiento marca el nacimiento del Sistema Electroenergético Nacional (SEN).

En el quinquenio de 1975 a 1980 hubo cambios significativos dentro de la Industria Básica. Se produjo un aumento del 70 % de electrificación de las viviendas aI 74%. L a capacidad de generación aumentó a 1 069 MW (dos veces la que existía en 1975). El consumo de electricidad per cápita aumentó a 1 028 kWh en 1980.

La capacidad de generación que se había logrado alcanzar en el quinquenio de 1975 a 1980 se mantuvo en el quinquenio de 1980 a 1985. Sin embargo, la capacidad de la industria eléctrica instalada creció en este período en 25 %, lográndose que sea aproximadamente siete veces la existente al triunfo de la Revolución. Para este período la electrificación de las viviendas alcanzaba eI 85 %.

A principios de la década de los ochenta se aprobó la construcción de dos centrales electronucleares (CEN); la primera de ellas sería ubicada en Juraguá, en la provincia de Cienfuegos. Esta CEN contaba en su diseño original de dos reactores nucleares y con posibilidades de instalar otros dos, teniendo una capacidad de generación total de 1 600 MW (tres veces y media más que la instalada en 1959). La construcción de la segunda CEN estaba prevista en la provincia de Holguín, con las mismas características que la de Cienfuegos.

En 1992 la capacidad de generación era de 3 675 M W (de los cuales 4 88 M W correspondían a los centrales azucareros). La electrificación llegaba al 95 % de las viviendas del país.

Con la caídad el campo socialista y la desaparición de la Unión Soviética se perdieron los principales proveedores de combustible para las CTE. Es por ello que se adoptan varias medidas para evitar que se detuviera el desarrollo del país. En este período, la capacidad de generación no suplia la demanda energética. Además, por el recrudecimiento del bloqueo, se dificultaba la adquisición de petróleo en el mercado mundial, recurso este que comenzaba a aumentar de precio. La generación comenzó a realizarse principalmente con crudo nacional. Las características de este combustible son diferentes a las del importado ( presenta una mayor concentración de azufre y de agua). Esta solución emergente, a la postre produjo daños en las calderas de las termoeléctricas. En la actualidad se siguen perfeccionando las CTE con el objetivo de aumentar su eficiencia. Se cuenta con la tecnología necesaria para beneficiar el crudo nacional, de modo tal que no ocasione los daños ya mencionados, tanto en las calderas como en el medio ambiente, a causa de la emisión de grandes cantidades de gases contaminantes.

Con el empleo del crudo nacional (con sus dificultades) y por la falta de piezas de repuesto, algunas termoeléctricas fueron seriamente dañadas. Por esta situación la capacidad de generación quedó por debajo de la demanda, lo que hizo necesario realizar, en primer lugar, un acomodo de carga, pasando el horario de trabajo de las industrias indispensableas al horario de la madrugada y cercar aquellas que no lo eran. Estas primeras medidas contribuían a mejorar un poco la situación en cuanto a la capacidad de generación y la demanda. Pero incluso con tales medidas todavía la demanda de energía al sistema quedaba por encima de la capacidad de generación, lo cual hacía inevitable el molesto apagón.

A partir de la recuperación que ha tenido la economía nacional, se han hecho modificaciones en las plantas beneficiadoras para el crudo cubano, haciéndolo menos pesado. Junto con esto se han reparado las centrales termoeléctricas, a las cuales se les han realizado modificaciones que las hacen más eficientes, logrando en este sentido que se genere la misma cantidad de energía eléctrica que en sus inicios, pero consumiendo menos cantidad de petróleo. En 1999, la generación de electricidad se realizaba con el 50 % del crudo nacional. Se han hecho adaptaciones en las calderas de las CTE para que puedan asimilar mejor este crudo, lo que ha permitido que la participación del crudo nacional siga incrementándose.

Cronología simplificada de la electrificación en Cuba.

  • 1796. Se usa por primera vez una máquina de vapor para mover un trapiche en el ingenio Seibabo.
  • 1837. Se inaugura el ferrocarril antes que en el resto de América Latina y España, con la primera línea entre La Habana y Bejucal.
  • 1844. Se constituye en La Habana la Compañía Española de Alumbrado de Gas de La Habana. Primera empresa en Cuba dedicada a la prestación de servicios para el alumbrado público y para el uso privado.
  • 1845. Se inicia el servicio público de alumbrado por gas en la calle Salud, en la capital.
  • 1879. Se constituyó la Havana Gas Ligth Co., con el mismo propósito que la Compañía Española de Alumbrado de Gas.
  • 1883. Ambas compañías fueron arrendadas a la Compañía Hispana de Alumbrado y Fuerza.
  • 1886. The Havana Gas Light Co. se fusionó con la Spanish-American Light & Power Co.
  • 1889. El 3 de marzo se inicia en La Habana el alumbrado regular por arco eléctrico de los parques Centrales Isabel la CatóIica desde la planta de Tallapiedra. El 7 de septiembre se inaugura oficialmente el servicio público de alumbrado en la ciudad de Cárdenas.
  • 1890. Alumbrado eléctrico en las ciudades de Matanzas y Camagüey.
  • 1893. Alumbrado eléctrico en la ciudad de Pinar del Río.
  • 1898. En diciembre llega a La Habana el primer automóvil.
  • 1900. Se crea en la Universidad de La Habana la Escuela de Ingenieros, Electricistas y Arquitectos. Se inaugura la primera línea de tranvías eléctricos de Cuba, entre Guanabacoa y Regla.
  • 1901. Se inaugura el primer servicio de tranvías eléctricos de la capital, con planta eléctrica de corriente continua, en las calles Blanco y Colón.
  • 1905. Se inaugura la central eléctrica que le da servicio al barrio El Vedado, en la capital. Inaugurado el servicio público de alumbrado eléctrico en Santiago de Cuba.
  • 1906-1907. Primer ferrocarril eléctrico interurbano en América Latina, que conecta a Güines y Guanajay con su planta generadora en Rincón de Melones.
  • 1908. Tranvía eléctrico en Santiago de Cuba y Camagüey.
  • 1911. En el central Delicias (en la actual provincia de Las Tunas) se construye una planta para la generación de electricidad con capacidad para cubrir sus propias necesidades de alumbrado y fuerza motriz, y la de otros usuarios cercanos.
  • 1914. Nueva planta eléctrica en Tallapiedra con unidades turbogeneradoras, con una capacidad de 37,5 MW que genera y distribuye alrededor de 40 000 MWh al año.
  • 1916. El alumbrado público de La Habana cuenta con 1 000 lámparas de arco, 260 bombillas incandescentes y 5 900 mecheros de gas, aparte de casi 900 faroles de petróleo y de alcohol en los barios rurales.
  • 1921-1922. Ferrocarril eléctrico para pasajeros y carga, alimentado por la planta del central Hershey, a 40 km al este de la capital.
  • 1923. La termoeléctrica de Tallapiedra tiene una capacidad total de generación de 75 MW y en ese año generó más de 63 200 MWh, para la ciudad de La Habana, Marianao y Regla.
  • 1927. El 10 de septiembre se crea en los Estados Unidos, de acuerdo con la legislación del Estado de la Florida, la Cuban Electric Company o Compañía Cubana de Electricidad.
  • 1928. Monopolio del servicio eléctrico en Cuba por la Compañía Cubana de Electricidad, subsidiaria de la American & Foreign Power Co. (subsidiaria a su vez de la Electric Bond & Share Co.), con 135,4 MW de capacidad instalada de generación, alrededor de 4 500 km de líneas de transmisión y distribución, 8 centrales eléctricas importantes, 4 acueductos, algunas fábricas de hielo y el sistema de suministro de gas en La Habana. La capacidad de generación de energía eléctrica instalada en el país es de 161,5 MW.
  • 1930. En septiembre, el inventor francés Georges Claude obtiene una potencia eléctrica de cerca de 20 kW, al usar la diferencia de temperatura de unos 15 oC entre las aguas superficiales y profundas de la Bahía de Matanzas.
  • 1934. El 14 de enero se decreta la intervención de la mal llamada "Compañía Cubana de Electricidad".
  • 1950. Se inaugura en Cuba la televisión comercial.
  • 1958. La Compañía Cubana de Electricidad tiene una capacidad instalada de casi 430 MW y cuenta con casi 10 200 km de líneas de todas las tensiones. Existen otros 60 sistemas servidos por plantas locales, algunas en centrales azucareros; el servicio eléctrico llegaba solo al 56 % de los 6 500 000 habitantes y no a numerosas zonas rurales y de baja densidad poblacional.
  • 1960. Nacionalización de la Compañía Cubana de Electricidad, centrales azucareros y otras empresas de propiedad norteamericana.
  • 1963. En noviembre se celebra en La Habana, el Primer Forum Nacional de la Energía Eléctrica, que contó con la presencia del comandante Ernesto Che Guevara.
  • 1973. Se inaugura el Sistema Electroenergético Nacional (SEN).
  • 1976. Se crea el Departamento de Energía Solar del Instituto de Investigación Técnica Fundamental de la Academia de Ciencias de Cuba.
  • 1977. Se crea la Unión Eléctrica.
  • 1980. Se crea la Unión de Transmisión y Distribución. La capacidad total del SEN llega a 2 212 MW.
  • 1983. Se crea la Comisión Nacional de Energía.
  • 1984. El 11 de mayo se crea el Centro de Investigaciones de la Energía Solar (CIES) en Santiago de Cuba.
  • 1988. Se funden las dos uniones creándose así la actual Unión Eléctrica.
  • 1989. La capacidad de generación del SEN es de unos 37,2 GWh diarios. Se electrifica con energía solar fotovoltaica la comunidad El Mulato, en Guamá, Santiago de Cuba.
  • 1992. La capacidad total del SEN es de 3 676 MW la electrificación llega al 95 % de los más de diez millones de habitantes.
  • 1994. La generación bruta desciende en 25 % respecto al año 1989. En junio se celebra en La Habana el Primer Taller Intenacional de energías renovables. En noviembre se constituye la Sociedad Cubana para la Promoción de las Fuentes Renovables de Energía (Cubasolar).
  • 1997. La generación bruta del SEN se incrementa en el 19,5 % respecto a 1994. Se inicia la construcción de una central eléctrica de 220 MW con unidades generadoras que utilizan como combustible el gas acompañante de los yacimientos petrolíferos cercanos. Se inicia el Programa de Ahorro de Electricidad en Cuba (PAEC) como parte del desarrollo de la Industria Eléctrica.
  • 1999. Hay instaladas en el país 175 centrales (pequeñas, mini y micro) hidroeléctricas, 26 de ellas conectadas al SEN. Comienza a funcionar en la Isla de Turiguanó, al norte de Ciego de Ávila, el primer parque eólico demostrativo del país con una potencia instalada de 0,45 MW. Se genera el 70 % de la electricidad con el crudo cubano.
  • 2000. Entra en explotación la planta Energás.
  • 2001. Más de dos mil escuelas primarias rurales son electrificadas en tiempo récord, de ellas 1 944 mediante paneles fotovoltaicos.

Véase también

Fuentes