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Historia de la provincia Villa Clara
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Escudo de Villa Clara
Cronología
Período aborigen
Período colonial
Fundación y formación de las regiones históricas
Principales corrientes políticas e ideológicas del siglo XIX
Guerras de Independencia
Apuntes sobre la cultura colonial
Período Neocolonial
La república neocolonial (1899-1952)
Lucha insurreccional
Apuntes sobre la cultura neocolonial
Período Revolucionario
Las dos primeras décadas de la Revolución Cubana
Proceso de Institucionalización
Rectificación de Errores
Período Especial
Apuntes sobre la cultura revolucionaria

Historia de la provincia Villa Clara. La historia de la provincia de Villa Clara comienza con los asentamientos aborígenes establecidos en el territorio, y llega hasta la actualidad, pasando por la ocupación española, las luchas de independencia, la etapa republicana o seudorepública hasta llegar a la etapa revolucionaria.

Es una de las 15 provincias que integran el territorio de la República de Cuba. Conocida mundialmente por acoger en su suelo los restos del legendario comandante guerrillero argentino-cubano, Ernesto Guevara de la Serna, así como por la belleza de sus paisajes insulares y montañosos, la riqueza patrimonial de sus ciudades y el acervo cultural de su pueblo, es la cuna de notables figuras de las artes, las ciencias, la política y el deporte cubanos.

Toponimia

El nombre Villa Clara fue uno de los tantos por los que se conoció en el pasado a la actual ciudad de Santa Clara, capital de la provincia. Su utilización para designar a esta porción de territorio de la región central del país, ocurriría con la división político-administrativa de 1976, mediante la cual, la antigua provincia Las Villas, sería escindida en Villa Clara, Cienfuegos y Sancti Spíritus.

Ubicación

Surgida como resultado de la división político administrativa de 1976, con una extensión territorial de 8 662,4 km² en la tierra firme insular, se ubica en la región central del país, limita al norte con el Océano Atlántico, al este-noreste con Ciego de Ávila, al este y sureste con Sancti Spíritus, al suroeste con Cienfuegos y al oeste con Matanzas.

Comprende los municipios Corralillo, Quemado de Güines, Sagua la Grande, Cifuentes, Encrucijada, Camajuaní, Remedios, Caibarién, Placetas, Santa Clara, Manicaragua, Ranchuelo y Santo Domingo.

Período aborigen

Durante mucho tiempo no fue posible explicar el proceso de arribo, establecimiento, adaptación y empuje de las comunidades aborígenes que existieron en el territorio, solo a partir de las investigaciones de la segunda mitad del siglo XX, aunque solo en la década de 1990 se realizó una primera versión de la Historia Aborigen de Villa Clara. Se considera que los primeros pobladores debieron proceder de los llanos del suroeste de los Estados Unidos. En cuanto a los movimientos humanos dentro del territorio se supone que provenían de la región oriental, a partir del análisis de las herramientas recolectadas en los residuarios arqueológicos, dada su similitud con las encontradas en dicha región. También hay evidencias de poblamiento procedentes del sur y del occidente cubano. Los cacicazgos existentes en la región central del país que en el territorio de la actual Villa Clara incidieron fueron los correspondientes a Guamuaya, Cubanacán, Ornofay y Sabana o Sabaneque, este último el de mayor incidencia.

De las comunidades recolectoras-cazadoras y pescadoras se han encontrado restos arqueológicos diseminados por gran parte del territorio, correspondientes al paleolítico y mesolítico temprano, medio y tardío. Los grupos paleolíticos se dedicaban a la recolección de granos silvestres, raíces, insectos y a la pesca. Producían fuego y utilizaban como instrumentos: láminas, cuchillos, puntas de lanzas, lanzas retocadas, puntas de dardos, tajadores, raspadores y percutores de sílex. Los mesolíticos (transición del paleolítico al neolítico) tempranos tenían como actividad económica principal era la pesca, la caza y en algunos casos fabricaban instrumentos de cerámica burda, además utilizaban instrumentos como gubias, vasijas de concha, picos de mano en concha y otros.

Los agricultores ceramistas vivían en las proximidades de Caibarién, cultivaban la yuca se supone que domesticaban animales. Para la pesca utilizaban canoas, redes, anzuelos de espinas de pescado y de conchas. Cazaban aves, reptiles y jutías. Recolectaban animales y vegetales, frutas y raíces. Capturaban cangrejos. Producían vasijas de cerámicas de superficie áspera y poco acabado en los diseños, de asas pequeñas y poco decoradas. Utilizaban burenes para cocinar el casabe. Entre los instrumentos utilizaban hachas petaloides, buriles, gubias, raspadores, agujas y perforadores de hueso y dientes. Se supone que de madera construían viviendas, canoas y coas y con material de fibra vegetal hacían hamacas y cibucanes.

Período colonial

Fundación y formación de las regiones históricas

Grabado de la villa de San Juan de los Remedios en la etapa colonial.

El desarrollo histórico de la actual provincia de Villa Clara tiene peculiaridades con respecto a lo sucedido en otras regiones del país pues no fue originada por la fundación de las primeras villas en el proceso de conquista y colonización liderado por Diego Velázquez. En los siglos XV y XVII el mundo europeo vivía un desarrollo del capitalismo en medio de la llamada Baja Edad Media, capitalismo de tipo mercantil, desarrollo científico técnico que permitió los llamados viajes de descubrimiento que protagonizara Cristóbal Colón, quien llegó a Cuba en 1492. Años después se produjo el proceso de colonización que tuvo como eje central la fundación de las primeras villas.

La primera villa fundada aquí fue San Juan de los Remedios a mediados de la década de 1520, asunto sobre el que existen diversas opiniones, pero esta es la más aceptada a partir de la información que aparece en la Carta de Relación de la visita del obispo Diego Sarmiento efectuada en 1544 y aceptada por Hortensia Pichardo y otros historiadores como Hernán Venegas.

La villa ha tenido diversos nombres: El Cayo, Santa Cruz del Cayo, La Sabana, La Sabana de Porcallo, Santa Cruz de la Sabana del Cayo y definitivamente San Juan de los Remedios. Su fundador fue Vasco Porcallo de Figueroa, un aventurero que se asentó allí sin orden o permiso real y así surgió Remedios a orillas del mar y más tarde trasladada lejos de ella.

En 1544 el obispo Diego Sarmiento realizó una visita pastoral al poblado de La Zabana y al respecto escribió:

”La Zabana. Llegamos al pueblo de la Zabana, que es pueblo de Vasco Porcallo, lo tiene sus haciendas y asiento; es puerto de mar donde entran navíos. Dista del Príncipe 50 leguas por mar. Hay 20 casas bohíos, aposentos de indios y españoles, la Iglesia y capellán letrado, que ha 20 años es su capellán y doctrina a los indios y esclavos con fervor y diligencia. Le mantiene Porcallo cuatro esclavos en las minas de oro que le producen otros cien castellanos. No imprime en los indios la doctrina salvo algunos que sirven en casa y no tratan con los otros. Naborías y naturales desta isla hay 80 y 120 esclavos negros. Tiene 10 españoles, sin otros 10 pajes que sirven a su persona de Porcallo”.[1]

Se trataba de una fundación clandestina, efectuada por el famoso Vasco Porcallo desde los inicios de la conquista, a orillas del mar, con una producción regular de oro y una pequeña población. A lo largo de los siglos XVI y XVII se fue creando en ella una élite ganadera, con el apoyo de la Iglesia Católica, fue esta una oligarquía muy voraz, ejemplo de ello fue el regidor Amaro Gómez quien poseía, entre otros, las haciendas de Malezas, Calabazar y Viana, otorgadas por el cabildo local. Sin embargo, no siempre la mercedación significaba la ocupación real de las tierras.

Según Martínez Fortún las tierras estaban destinadas a la crianza de ganado a punto de suministrar abundante carne a La Florida y las flotas del Rey, en la zona de Yaguajay, también vendían maderas preciosas que eran enviadas a Europa. Además de las haciendas ganaderas se desarrollaron los sitios de labor, quizás la mayor parte en la zona de vecindad y estancias, lo que se relaciona con el abastecimiento de la villa.

La villa era punto de intercambio comercial entre La Habana y Puerto Príncipe y abastecía a La Florida. En la zona de Sagua la Grande, dependiente de Remedios en los primeros dos siglos coloniales se realizaban cortes de madera.

En los años 1538 y 1578 la villa remediana fue asaltada y en esta última fecha destruida, pero ya en 1600 tenía 150 vecinos. En la región central se vivió un período autonómico cuando se produjo la partición del gobierno entre La Habana y Santiago de Cuba, que se extendió entre 1607 y 1621. La villa estuvo signada por el comercio, el contrabando, el corso y la piratería.

Aunque hacia 1626 se cosechaba tabaco en ella, la villa seguía siendo ganadera, sobre todo después de 1630 con un intenso proceso de mercedación proceso marcado por la violencia. Ejemplo de ello es que el cura José González de la Cruz logró adueñarse, a fines del siglo XVII de la casi totalidad de las haciendas de la zona da Yaguajay.

Para Jacobo de la Pezuela, a mediados del siglo XVII el centro del comercio remediano lo constituía la venta de cueros y reses, lo que atraía a los filibusteros. Nuevos ataques de corsarios y piratas se produjeron en 1652 y 1658, este último protagonizado por El Olonés, quien la volvió a atacar en 1667. Otros ocurrieron en 1668 y 1681. En 1672 la villa tenía 500 habitantes en la cabecera y 80 casas.

A fines del siglo XVII hubo diversas propuestas para el traslado de la villa. Figuras centrales en ese proceso fueron los curas Cristóbal Bejerano Valdés y José de la Cruz, el primero pretendía que fuera ubicada en su hacienda Santa Fe y el segundo en su hato El Copey. Para lograr sus objetivos José de la Cruz manipuló la superstición y la ignorancia de sus habitantes y los llevó a creer que la villa estaba maldita.

Monumento dedicado a la Fundación de Santa Clara, inaugurado en 1952 en el Parque El Carmen.

Después de varias gestiones para la mudanza se insistía en ubicarla en la hacienda Ciego de Santa Clara, donde hoy se encuentra la ciudad, lo que fue apoyado por el obispo Diego de Compostela y un núcleo de terratenientes con propiedades en las cercanías.

Según la historiadora Natalia Raola la fundación de Santa Clara fue obra de una “gran familia” y por tanto fue un caso de nepotismo, eran 138 personas, se trasladaron 112, a los que se unieron 26 que ya vivían en el área, y 7 familias sin vínculos o nexos sanguíneos. En total fueron 175 personas los fundadores, el 15 de julio de 1689.

La mayoría de la población remediana permaneció en la villa y un grupo de mujeres le escribió al obispo Compostela manifestando su sentido de pertenencia al lugar, prueba del naciente sentimiento de identidad patrio-local. Finalmente, las villas quedaron separadas y constituyeron jurisdicciones independientes. Toda la zona de Sagua hasta Matanzas quedaba en poder de Villa Clara. Para el siglo XVII se han formado dos de las regiones históricas villaclareñas e históricamente hablando el siglo XVIII villaclareño se inicia con la fundación de Santa Clara al facilitarse con ella la expansión ganadera.

Explicar que desde el año 1729 se prohibía a los cabildos mercedar tierras, como parte de las reformas del Despotismo Ilustrado, esto no tuvo aplicación práctica en Remedios y Santa Clara, e incluso en otras villas. Se mantuvo el comercio y las contradicciones entre ganaderos y vegueros. Al comercio con La Habana y Puerto Príncipe se añadió el comercio de Santa Clara, a pesar de lo dispuesto por la Corona se continuó mercedando tierras y el desarrollo ganadero.

El historiador Arrate expresó:

"[…] la villa de Santa Clara, llamada Pueblo Nuevo, situado en el más fértil territorio de la isla, pues a más de llevar cuantos frutos se cogen en ella, produce también oro, y da con abundancia cosechas de trigo, higos, rosas y otras plantas que asemejan su país al de Andalucía: tiene más de cuatrocientos vecinos y saca el mejor ganado para esta ciudad (de La Habana)”[2]

Por su parte Ribera dice:

" “Es pueblo nuevo, pero precioso y bien arreglado (…que…) puede dar ganado bacuno…”[3]

Estas palabras evidencian el crecimiento rápido de Santa Clara, incluso mayor que otras villas antes fundadas. Fue Santa Clara el centro de una nueva región donde en el siglo XVIII se desarrolló una cultura de carácter urbano impulsada por los representantes del cabildo y la Iglesia. Con 7 escuelas y caracterizada por las festividades religiosas y alusivas a los acontecimientos políticos de la metrópoli marcaban la vida cultural.

Ante el ataque a La Habana por los ingleses en 1762 la villa envió a esa ciudad hombres para su defensa y alimentos para los defensores y la población, a la vez que el alcalde le escribía al general Albemarle:

“Protesto su intromisión en tierras de su Majestad, a quien únicamente reconozco por Rey y Señor natural. Yo en nombre del cabildo y en el de sus vecinos de esta villa, declaro la guerra a Inglaterra. La Villa está preparada en su defensa y el Sargento Mayor don Manuel López Silvero, al frente de 460 veteranos, guachinangos y morenos, lo espera a combatir, para ofrecer a usted sus vidas y haciendas, en justo tributo de su fidelidad y vasallaje, jurado a su Majestad Católica. Si tan grande es du valor, puede venir en busca de lo que su país pide.
Firmado por Cristóbal de Moya, 8 de octubre de 1762. [4]

Población general de la región: 6820 personas según Morell de Santa Cruz. Entre 1754 y 1757 Remedios tenía 2527 habitantes y Santa Clara 4293.

Grabado de la Plaza Mayor, actual Parque Leoncio Vidal, de Santa Clara en el periodo colonial .

Las cuatro villas centrales, Remedios, Santa Clara, Trinidad y Santi Spíritus, solo tenían el 17% de los esclavos de Cuba en 1778 y el 19,4% en 1792, de ellos el 18% en Remedios y el 10,3% en Santa Clara. La población blanca en 1778 era el 66,4 % y en 1792 el 46%.

Al finalizar el siglo XVIII se han formado dos de las regiones históricas villaclareñas y se aprecian las primeras señales de lo que será la plantación esclavista azucarera en Remedios, mientras que Santa Clara es eminentemente ganadera y agricultora, con un destacado papel en el comercio.

Hacia los inicios del siglo XIX la plantación esclavista se había extendido a Remedios para la producción de café y la región Villa Clara continuaba siendo ganadera y de agricultura diversificada. En los primeros años del siglo Sagua era semi-virgen, y hacia los años 20 se comienza a extender hacia ella la plantación cañera, a partir de las inversiones de capital habanero- matancero, al punto que ya en 1827 había allí 2 ingenios, en 1846 ya eran 59 y en 1862 eran 125, como resultado de su desarrollo económico, en 1944 Sagua se separó administrativamente de Villa Clara y creó su propia tenencia de gobierno.

El desarrollo azucarero en Villa Clara tuvo énfasis en Remedios y Sagua la Grande que pasaron de 17 y 2 ingenios respectivamente en 1827 a 71 y 125 en 1842. Es de destacar que en el caso de la región Villa Clara se producía fundamentalmente raspadura.

Fue Sagua la región donde más desarrollo tuvo la plantación esclavista azucarera, fue centro de comercio de esclavos y además recibió el 10% del total de trabajadores chinos de Cuba . En 1856 recibió 7 u 8 de las 15 expediciones negreras denunciadas en ese año; y 7 de las 14 denunciadas por el cónsul británico.

Aquí en 1860 existían 89 máquinas de vapor, expresión del desarrollo de la industria, así como 6 tachos al vacío. La naciente región contaba con una fundición de hierro y taller para maquinarias, y 105 Km de ferrocarril. Contaba además con el puerto de Isabela, aunque era de poca profundidad, y sus ríos iban dejando de ser navegables. Sin embargo, la falta de capital frenó el desarrollo de la región.

Así en los inicios del siglo XIX ya estaban formadas las tres regiones históricas que conforman la actual provincia de Villa Clara.

La región Villa Clara o Santa Clara, se distinguió por el minifundio y pasó de ganadera a productora de viandas y otros productos agrícolas. Había en ella un predominio de la pequeña y mediana propiedad y una población mayoritariamente libre, y fortunas no considerables. La masa ganadera disminuyó de 53 430 a 30 565 cabezas de ganado, los caballos de 10 049 a1 125, los cerdos de 25 175 a 4 382, lo que refuerza la tendencia al minifundio. Igual se redujo el número de esclavos de 6 865 a 5 680 y un 50% de los chinos y yucatecos. En fin, la región se encontraba estancada.

Por su parte Remedios contaba con la primera empresa ferrocarrilera en 1868 y poseía medio centenar de kilómetros y el puerto de Caibarién, aunque también era de aguas poco profundas. La plantación esclavista se extendió a Remedios y Sagua , se desarrollaron sus centros urbanos y creció la población esclava, mientras en Santa Clara se fue consolidando como importante centro de comunicaciones.

En este siglo fueron fundados los principales pueblos y localidades como: Sagua la Grande en 1812, Cifuentes 1817, Santo Domingo 1819, San Juan 1837, San Diego del Valle 1840, Ranchuelo 1856, Vueltas 1860, Camajuaní y Calabazar en 1864, y Placetas en 1869.

Principales corrientes políticas e ideológicas del siglo XIX

Farmacia La Salud de Santa Clara, centro conspirativo durante la preparación y desarrollo de la Guerra de los Guerra de los Diez Años.

En 1822 se produjeron manifestaciones de apoyo a la constitución de 1812 establecida en España, en Remedios, Miguel Monteagudo lo hizo y su gesto fue considerado perturbador, aunque estaba vigente en Cuba. Por estos años se produjo la creación de sociedades secretas como El Resplandor de la Divinidad y el Centro Social #25 en Remedios, en las que se reunían personas con ideas independentistas.

Una de las figuras más nombradas con relación a conspiraciones y acciones políticas en Remedios es un individuo llamado Pedro de Rojas, quien tuvo relaciones y vínculos con la conspiración Soles y Rayos de Bolívar, a través de la cual se reunían hombres y voluntarios por la independencia de Cuba . Este individuo también estuvo vinculado a la conspiración La Gran Legión del Águila Negra. Santa Clara fue visitada por Gabriel de la Concepción Valdés (Plácido), quien estableció vínculos con importantes hombres como Miguel Jerónimo Gutiérrez y Luis Eduardo del Cristo. También visitó Remedios.

El movimiento anexionista también tuvo apoyo en Villa Clara, Luis Eduardo del Cristo estuvo relacionado con el apoyo a Narciso López, que tenía un vínculo de apoyo en Las Villas. Este hombre también apoyó el levantamiento de Joaquín de Agüero e Isidoro Armenteros, hubo acciones conspirativas en la zona montañosa de Güinía de Miranda, y El Naranjo en Manicaragua y la conspiración de Ramón pintó contó con colaboradores remedianos como Andrés y Alejandro del Río.

Para los años 60 del siglo un grupo de hombres de Villa Clara estableció vínculos con los habaneros José Morales Lemus y utilizaron la prensa escrita y las tertulias para hacer críticas al régimen colonial, se hicieron también en la Sociedad Filarmónica y Liceo después, y su principal vocero fue el periódico La Época, fundado por Eduardo Machado. En este grupo se destacó también Miguel Jerónimo Gutiérrez. Se pronunciaron, además, contra la esclavitud y por el fomento agrícola en Remedios, cuya figura principal fue Francisco Javier Balmaseda.

Estos reformistas serán los integrantes de la Junta de Villa Clara, creada en diciembre de 1868, presidida por Miguel Jerónimo Gutiérrez, e integrada además por: Eduardo Machado, Arcadio Severino Valdés, Francisco Casa Madrid, Francisco Cañal, Federico Navarro, Juan Nicolás del Cristo, Federico Jova y Francisco Navarro. Casi todos poseedores de ingenios y esclavos o administradores de propiedades de este tipo. Se reunían en la casa de Miguel Jerónimo Gutiérrez, en la fábrica de gas o en la farmacia La Salud. Estuvieron vinculados con la Junta Revolucionaria de La Habana, o que frenó o retrasó el movimiento villaclareño, que pospuso el alzamiento a la espera de apoyo habanero, y a conseguir las armas necesarias.

Guerras de independencia

Monumento en el Cafetal González en homenaje al alzamiento de Las Villas el 7 de febrero de 1869 .

A la guerra iniciada en Oriente el 10 de octubre de 1868 se unieron los villareños, el pronunciamiento de la Junta de Villa Clara se realizó el día 6 de febrero de 1869 en San Gil, cerca de Santa Clara. El historiador español Antonio Pirala afirma que ese día se declararon en rebeldía unos mil hombres en Villa Clara, Remedios y aún en Sagua la Grande , en lo que respecta a los límites territoriales, en Cienfuegos, Camarones y en Sancti Spíritus.

Al día siguiente los insurrectos se concentraron en Cafetal González, cerca de La Moza, en Manicaragua. A esta concentración concurrieron también fuerzas cienfuegueras, trinitarias y espirituanas, unos cinco mil hombres, según cálculos de Eduardo Machado, pero solo con unas doscientas armas de fuego. Allí se organizó la Junta de Gobierno para el alzamiento de todas Las Villas integrada por Miguel Jerónimo Gutiérrez como presidente, Antonio Lorda de vicepresidente, Eduardo Machado como secretario, Arcadio García y Tranquilino Valdés, al frente de las tropas quedó Joaquín Morales Enríquez y Carlos Roloff como jefe del Estado Mayor. Se organizaron las divisiones de Caunao, San diego y Malezas, al mando de Mateo Casanova, Florentino Jiménez y Roloff respectivamente.

Los combatientes villareños se alzaron bajo la enseña izada por los camagüeyanos e iniciaron las operaciones en Villa Clara y en zonas cercanas a Sagua la Grande y Remedios, a pesar de las acciones del mando español para proteger la producción azucarera y evitar el paso de los revolucionarios hacia la llanura habanero- matancera.

El día 6 el periódico El Alba de Villaclara publicaba un suelto titulado Por qué se van, que decía: “En los últimos días es tal el número de familias que se han ausentado de esta ciudad, que la mayor parte de las casas están cerradas, y Villaclara, antes tan animada, presenta un aspecto triste, silencioso y sombrío”.[5]

Fueron varias las acciones armadas en las primeras semanas. El mayor general Roloff intentó tomar San Diego, al mando de la división llamada Malezas, el 17 de febrero de 1869, otros enfrentamientos ocurrieron en San Gil y en las serranías tropas trinitarias y cienfuegueras combatían con éxito.

Nuevos alzamientos se produjeron en Vueltas , con Salomé Hernández al frente, quien atacó Camajuaní y realizó otras acciones, el propio Carlos Manuel de Céspedes exponía en un informe de marzo de 1869 que había en Remedios cinco partidas revolucionarias, unos mil doscientos hombres y que Pedro Pérez con seiscientos hombres regularmente armados, comenzaba operaciones en la misma zona.[6]

La brigada de Santa Clara, de nueva creación fue confiada al mando de Guillermo Lorda y tuvo éxitos al atacar los poblados de Ranchuelo, la Esperanza y otras acciones. Es decir, fueron intensas las acciones a pesar de la actividad española en todos los sentidos y la brutal represión.

Monumento a la memoria Miguel Jerónimo Gutiérrez en Santa Clara.

Dentro de la dirección de la revolución surgieron dos criterios acerca del desarrollo de las acciones, Miguel Jerónimo Gutiérrez sostenía el criterio de marchar hacia Camagüey para pertrecharse de armas y retornar a Las Villas, para consolidar la lucha, mientras Eduardo Machado proponía avanzar hacia occidente, destruir la riqueza azucarera de la llanura Habana- Matanzas, insurreccionar sus dotaciones de esclavos y llegar a las puertas de La Habana a sangre y fuego.

Prevaleció la opinión de Miguel Jerónimo Gutiérrez, de ahí que la Junta y gran parte de la tropa marchó a Camagüey y la revolución se debilitó en el centro del país, sin embargo esto no terminó con la guerra en la región, pero sí quedó muy limitada y comprometida.

Cuando se efectuó la Asamblea de Guáimaro , el 10 de abril de 1869 estuvieron presentes, como delegados por Las Villas Miguel Jerónimo Gutiérrez, Eduardo Machado, Tranquilino Valdés, Arcadio García y por Santi Spíritus Honorato del Castillo, el primero de ellos fue elegido vice-presidente de la Cámara.

Los años comprendidos entre 1870 y 1874 fueron precarios para la guerra en Las Villas por la falta de fuerzas y la pérdida de varios de sus dirigentes principales: Guillermo Lorda en 1871, Miguel Jerónimo Gutiérrez en abril del mismo año, mientras marchaba hacia Las Villas. Al punto de que Carlos Manuel de Céspedes refiere la necesidad de invadir Las Villas y en 1872 se reorganiza la Junta Revolucionaria de Santa Clara, ahora presidida por Manuel García Garófalo, cuyo objetivo era buscar información, armas, ropas, medicinas etc. para ayudar a los insurrectos.

Los años 1872 y 1873 fueron de debilidad general. Llegado el año 1874 el Gobierno de la República en Armas decidió la invasión a Las Villas con la utilización de tropas villareñas más otros contingentes experimentados bajo la dirección de Máximo Gómez, mientras tanto notables fuerzas españolas se concentraban en Las Villas para impedir la extensión de la guerra.

Fue este un año de recrudecimiento de la actividad bélica, fundamentalmente en la región de Remedios. Durante los años 1875 y 1876 se produjo la invasión deMáximo Gómez a la región, se reconstruyó la división de Las Villas y con ella se organizó la vanguardia de la columna invasora, 150 hombres de caballería y 700 infantes, bajo el mando de Carlos Roloff, José González Guerra y Cecilio González.

Mientras, el régimen colonial destinó hombres para defender los ingenios en Sagua , según su importancia y el financiamiento de sus propietarios. Las fuerzas cubanas fueron distribuidas de manera que operaran en las regiones económicas más preciadas por los colonialistas por sus producciones, fundamentalmente la industria azucarera.

A su vez la respuesta española fue movilizar y trasladar tropas y paramilitares hacia Las Villas, la guerra se extendió y consolidó en todo el territorio de Las Villas, con énfasis en Remedios, Sagua la Grande y Cienfuegos, sin embargo, la sedición de Lagunas de Varona afectó su desarrollo al tener que regresar a Camagüey el general Máximo Gómez.

El regionalismo también se hizo presente en esta región central y junto a otros factores, Gómez renunció al mando y lo dejó en manos del mayor general Carlos Roloff, golpe definitivo a al plan invasor. Denegada la renuncia de Gómez por el gobierno, este regresó a Las Villas, pero ya nada sería igual, a pesar del audaz ataque a Santa Clara el 20 de marzo de 1876 ejecutado por Titá Calvar. El año 1876 coincidió con la ofensiva político- militar del nuevo gobernador y capitán general, Arsenio Martínez Campos, quien adoptó las medidas necesarias para pacificar la región con el uso de tropas reorganizadas y distribuidas fundamentalmente hacia el triángulo azucarero Sagua la Grande , parte de Remedios, Cienfuegos y Colón.

A ello se unió la campaña política en 1877 promoviendo los indultos, la presentación de los combatientes, la prohibición de represalias etc. Es estas circunstancias se requería la presencia de refuerzos y un jefe capaz que sustituyera a Gómez, y para ello fue designado el mayor general Vicente García quien se negó y protagonizó la Sedición de Santa Rita. A duras penas se reorganizó la revolución bajo el mando de Roloff, pero solo se mantenía la lucha a fuerza de coraje y valentía sin límites, de los que fue ejemplo Emilio Núñez, alzado en la región de Sagua desde 1875.

Las gestiones pacificadoras de Martínez Campos comenzaron en 1878 ante los jefes militares villareños, Serafín Sánchez suspendió las hostilidades en Sancti Spíritus, Roloff perdió el apoyo, pero intentó continuar la lucha, pero se vio precisado a deponer las armas el 18 de marzo de 1878, junto a él se rendían el brigadier Ángel Maestre y varios oficiales, no sin antes aclarar que las fuerzas de Las Villas jamás han aceptado el tratado deshonroso del Zanjón y solo capitularon por el peso de los acontecimientos.[7]

Monumento a Ramón Leocadio Bonachea en la calle Independice de Santa Clara.

La presencia del brigadier Ramón Leocadio Bonachea en Las Villas Orientales hasta inicios de 1879 sirvieron como un poderoso acicate para que el resto de Las Villas, y en particular Villa Clara cuando se vislumbraban nuevos horizontes de lucha. Varios clubes revolucionarios surgieron en el occidente y centro de la Isla, en La Habana, Matanzas, Cárdenas, Santa Clara, Sagua la Grande, Sancti Spíritus y otros lugares.

La insurrección se inició precisamente en las dos regiones más reacias a una amplia participación durante la Guerra Grande, en Sagua la Grande y Remedios y, en particular, en la primera de estas dos.

Según la imprescindible obra de los autores Francisco Pérez Guzmán y Rodolfo Sarracino Magriñat “La Guerra Chiquita: Una experiencia necesaria” (1982), queda claro que fue precisamente en Sagua la Grande y en Remedios donde la nueva contienda logró estabilizarse, con una significativa presencia numérica dentro del conjunto de todos los combatientes cubanos, así como con una mayor persistencia y permanencia en la insurrección, ya que fueron los últimos en capitular en el país a fines de 1880.[8]

El tránsito entre las décadas de 1870 y 1880, cuando ocurre la Guerra Chiquita, significó también para ambas regiones el inicio del proceso de concentración y de centralización en la producción azucarera y de debilitamiento final de los remanentes esclavistas que produjeron, desde sus inicios, reajustes sociales trascendentales, bien pronto capitalizados por la insurrección en regiones como estas, insatisfechas con su participación patriótica en la contienda anterior y recién finalizada.

A ello se unió el surgimiento de un líder carismático, el joven teniente coronel Emilio Núñez, de quien se hizo antes mención en sus primeros pininos como revolucionario. Él había sido uno de los últimos en deponer las armas en la contienda anterior recién finalizada y uno de los primeros en rechazar los cargos administrativos que ofrecía la metrópoli, mientras la finca de su padre pasaba a convertirse en centro de rechazo al régimen colonial y de conspiración a favor de la nueva guerra independentista.

Otro factor importante fue la presencia de Carlos Roloff, Rafael Maestre y Francisco Carrillo, quienes habían ganado un alto prestigio durante la Guerra Grande, a pesar de los errores regionalistas y de otro tipo que en ella se dieron.

Los remedianos y espirituanos se lanzaron a la contienda el 9 de noviembre de 1879, seguidos el día 13 por los sagüeros, capitaneados respectivamente por Carrillo, Sánchez y Núñez. Una feroz campaña española, con el abierto apoyo autonomista, se desarrolló a partir de entonces. Acusaciones de racismo y de regionalismo se repetían en contra de los revolucionarios. En esta campaña se distinguió la prensa, destacándose El Comercio, de Sagua la Grande , El Eco, de Santa Clara, El Recreo de Artesanos, de Caibarién, El Criterio Popular, de Remedios y La Voz, de Ranchuelo.[9]

A pesar de varias acciones militares efectuadas el desarrollo de la guerra estuvo marcado por la carencia de recursos y el despliegue de fuerzas por parte de España, al punto que en la correlación de fuerzas fue de 1 a 40, con total desventaja para los revolucionarios. Se hizo sentir además la necesidad de la incorporación de los principales jefes.

Ya en 1880 las dificultades se multiplicaban, se hicieron numerosas presentaciones al enemigo, otros marcharon al exilio, y el propio mayor general Ángel Maestre seguido de sus oficiales aceptó el indulto ofrecido por España. Más tarde los remedianos encabezados por Carrillo, algunos trinitarios y sagüeros, depusieron las armas el 30 de septiembre de 1880. El mayor general Francisco Carrillo y algunos seguidores optaron por marchar hacia el exterior, mientras otros permanecieron en Las Villas o el resto de Cuba . Sin embargo, el coronel Emilio Núñez decidió continuar la lucha.

Emilio Núñez se mantuvo sobre las armas hasta que decidió contactar al Comité Revolucionario de Nueva York desde donde José Martí le aconsejó cesar las operaciones militares y aguardar un momento más propicio para la lucha. Depuesta las armas el 3 de diciembre de 1880 embarcó hacia los Estados Unidos junto a un grupo de oficiales, los últimos combatientes se presentaron en marzo de 1881 y así concluyó la guerra en Villa Clara.

Las dos guerras independentistas recién concluidas trajeron disímiles efectos económicos para las regiones villaclareñas, en los casos de Sagua la Grande y Remedios la recuperación fue rápida, dada la pujanza económica de ambas regiones. Sagua fue la menos afectada, pues de 134 ingenios en 1868 pasó a 156 en 1877, a la vez que sus exportaciones crecieron. Remedios, si bien disminuyó en número de ingenios, de 73 a 38, incrementó su producción pues sus ingenios estaban más perfeccionados. A la vez que el ferrocarril se extendía por las mejores tierras de ambas regiones.

De igual forma disminuyó el número de esclavos, pero fue favorecida la inmigración china y canaria, la primera con énfasis en Sagua y la segunda en Remedios. Sobre estas bases arrancó el proceso de concentración y centralización de la producción azucarera en las regiones villaclareñas. Se tecnificaba o se perdía la competencia frente al azúcar de remolacha.

De otra parte, la región de Villa Clara experimentaba otro tipo de transformaciones, ya que el grueso de su economía y las estructuras sociales que le eran inherentes descasaron en presupuestos diferentes a los de sus regiones vecinas. La ganadería, entró ahora en una profunda crisis por varios factores como la falta de mercado la competencia extranjera y otros, y con la proliferación de vías férreas de todo tipo, en particular las de vía estrecha que, al actuar en el seno de la unidad azucarera, desplazaba aún más las boyadas de aquellas ocupaciones a las que habían sido relegadas.

Monumento a la memoria de la patriota cubana Marta Abreu de Estévez, considerada la benefactora de Santa Clara.

Se estancó la tendencia que antes se mostró en cuanto al incremento del número de las pequeñas y medianas propiedades ganaderas y de usos múltiples en la región. De hecho se incrementó el fenómeno del latifundismo. Un buen ejemplo de latifundismo es el de la familia González Abreu, de la que provenía Marta Abreu, la Benefactora de Santa Clara. En 1878 el poder colonial varió la división político- administrativa y se creó la provincia de Santa Clara con seis jurisdicciones, Santa Clara (capital), Remedios, Sagua la Grande , además de Trinidad, Sancti Spíritus y Cienfuegos.

Los partidos políticos Unión Constitucional y Liberal Autonomista tuvieron aquí una presencia y una red de organizaciones e instituciones que agrupaban a sus partidarios, una prensa prolífera de ambos grupos que expresaban la inquietud y las diferentes posiciones políticas de la época.

Significativas fueron las ideas y acciones independentistas, con destaque para la presencia de Luis Lagomasino, relacionado con la Convención Cubana en el exterior y la labor realizada por Gerardo Castellanos quien visitó Las Villas por orientación de José Martí, en la búsqueda de los factores afines al ideal independentista, a quien le escribía el Apóstol:

“Conózcase todos los elementos revolucionarios de Las Villas e ideas locales con que haya que combatir. Ordénese los elementos revolucionarios, de modo que en cada región quede un núcleo y queden en concierto y al habla los núcleos de diversas regiones(…) y si se sabe, abra fuentes de fondos, donde haya hombres para esto, y no los haya para más”.[10]

El recorrido de Castellanos llegó a diversas localidades y poblados y tuvo contactos con los principales jefes y hombres comprometidos con la causa como José Braulio Alemán, Francisco Carrillo, Emilio Núñez, Manuel García Garófalo y otros. En 1894 estaban creadas las condiciones básicas para el inicio de una nueva guerra independentista.

Fotografía del General Mambí, José Luis Robau López, patriota insigne de Sagua la Grande

La organización de la guerra en el territorio central estuvo centrada en figuras importantes como Serafín Sánchez y Carlos Roloff, también jugaron un rol esencial Francisco Carrillo, líder en la región de Remedios; en Camajuaní y Vueltas se encontraba el centro conspirativo de la región, gran labor desarrolló también el joven médico Juan Bruno Zayas quien ejercía en Vega Alta. Conspirador destacado fueron también Leoncio Vidal Caro y José de Jesús Monteagudo, líder en Placetas y otros. Los nexos principales se establecieron entre los conspiradores de Santa Clara, Remedios y Camajuaní, hasta fines de 1894, cuando se reforzó el trabajo en Sagua la Grande al llegar allí el estudiante de medicina José Luis Robau. En fin, en enero de 1895 el trabajo preparatorio para comenzar la guerra en Villa Clara estaba en su punto culminante.

El primer alzamiento tuvo lugar el 25 de abril en Vega Alta, bajo la dirección de Juan Bruno Zayas, más tarde se alzó el sagüero José Luis Robau y así sucesivamente lo hicieron Gerardo Machado Castellón en Camajuaní y Rafael Casallas en Vueltas Leoncio Vidal en Villa Clara y otros, así se fue generalizando la guerra en Las Villas. Significativa fue la llegada de la expedición Sánchez- Roloff para impulsar la guerra en toda la región central, abastecimiento y armas, hombres y jefes de prestigio y experiencia eran un verdadero estímulo. Mientras, el poder colonial había declarado el estado de guerra desde antes de os alzamientos y reforzaba su presencia militar para contener a las fuerzas revolucionarias.

Por disposición del Ejército Libertador se creó el Cuarto Cuerpo de ese ejército con las tropas villareñas, al mando del general Carlos Roloff, con dos divisiones, la primera dirigida por el general Serafín Sánchez que operaría en Sancti Spíritus,Trinidad y Remedios y la otra al mando del general Manuel Suárez que abarcaba las brigadas de Villa Clara, Cienfuegos y Sagua la Grande .

La estrategia fue no presentar grandes combates, liquidar la riqueza azucarera con la destrucción de los ingenios, la creación de prefecturas militares y clubes revolucionarios que apoyaran a las tropas en diversas necesidades.

Una vez nombrado Carlos Roloff Secretario de Guerra en la Asamblea de Jimaguayú, pasó Serafín Sánchez a dirigir el Cuarto Cuerpo. El ejército invasor en su recorrido hacia occidente pasó por las serranías de Manicaragua, su tránsito comenzó el 9 de diciembre, cuando las tropas con Gómez y Maceo al frente acamparon en Quemado Grande, se produjeron enfrentamientos en Mancal, Boca de Toro y El Quirro, hasta el camino de La Siguanea, los villaclareños dieron un importante aporte al ejército invasor después del combate de Mal Tiempo, un contingente de 700 hombres.

Los años 1896 y 1897 estuvieron marcados por la salida de jefes villareños a diferentes destinos, que implicaron indisciplinas y cierto desorden que requirieron la reorganización de los mandos en el Cuarto Cuerpo, a la vez que se desarrollaron acciones militares victoriosas como el asalto a Los Egidos de Santa Clara el 24 de enero y el combate de Manajanabo el 8 de febrero, liderado por el general Serafín Sánchez y algunas de ellas de gran impacto como el asalto a Santa Clara el 23 de marzo de 1896, llevado a cabo por el coronel Leoncio Vidal quien encontrara la muerte en la acción, al igual que su ayudante el cabo Ramón Brito.

Las acciones militares y organizativas fueron favorecidas e impulsadas por la presencia del general Máximo Gómez, la guerra en Villa Clara se consolidó a fines de 1896. Para entonces la dirección de las tropas estaba en manos experimentadas de hombres abnegados y de prestigio, con Carrillo al frente del ejército, José Luis Robau nombrado en Sagua y José Braulio Alemán y después José de José de Jesús Monteagudo en Villa Clara se reunían la juventud y la experiencia. Los combates se multiplicaban, sus éxitos no podían ser detenidos por la política del poder colonial y su Capitán General Valeriano Weyler que impuso la criminal política de reconcentración que costó numerosas vidas.

Los clubes revolucionarios constituyeron un fuerte apoyo al movimiento independentista, en ellos fue muy destacada la participación de mujeres patriotas como Carmen Gutiérrez Morillo, María Escobar Laredo y otras. Es de destacar la contribución de Marta Abreu, desde el exilio, quien aportó parte de su fortuna para los fines de la guerra.

Este año se caracterizó por la sustitución del Capitán General Valeriano Weyler por el general Ramón Blanco quien puso en práctica un decreto de autonomía para el país, lo cual no fue aceptado por la mayor parte de las fuerzas patrióticas, pero contribuyó a erosionar las filas y a la activación de los autonomistas que trataron de capitalizar el nuevo régimen, se produjeron disensiones, presentaciones y la rendición de otros. Pero un peligro mayor acechaba a la revolución la política de Estados Unidos, que culminó con la intervención.

En Villa Clara no hubo presencia militar estadounidense hasta principios de julio, los hechos armados se fueron pocos, se destacan los bombardeos a los puertos de Isabela y Caibarién, mientras las tropas cubanas se encontraban acampadas en condiciones precarias de avituallamiento. En este año el General en Jefe Máximo Gómez se mantuvo en la zona norte de Las Villas Orientales el oeste camagüeyano, tenía su campamento en el central Narcisa, Yaguajay.

El 31 de diciembre de 1898 las autoridades españolas salieron de la ciudad de Santa Clara y de otras localidades villaclareñas y ese mismo día, o los siguientes, ocurrió la entrada del Ejército Libertador. A principios de enero de 1899 penetraron en Santa Clara las fuerzas del Séptimo Regimiento de Voluntarios de a Illinois, dirigido por el general Bates, quien asumió el cargo de gobernador militar y jefe del territorio de la provincia de Santa Clara.[11]

Al concluir la guerra Villa Clara experimentaba una significativa pérdida de vidas humanas como resultado de las acciones combativas, los efectos de la política de reconcentración y las penurias de la guerra en general. La riqueza azucarera también fue seriamente afectada y sin haber logrado la independencia dada la intervención estadounidense.

Apuntes sobre la cultura colonial

En estos años los elementos culturales más visibles datan del siglo XVIII con la aparición de algunas escuelas en Santa Clara y más tarde en Remedios, lo que vino a consolidarse en el siglo XIX con la fundación de escuelas de mayor arraigo y prestigio, sobre todo en las que se educaba la élite de la sociedad. Significativo fue también el movimiento editorial, con la presencia de variados periódicos y la publicación de libros como La memoria histórica de la villa de Santa Clara y su jurisdicción, escrito por Manuel Dionisio González. Como en el resto del país surgieron liceos, sociedades filarmónicas y fiestas patronales que animaban la vida en las ciudades, se destacan las fiestas sanjuaneras existentes en Remedios desde mediados del siglo XIX.

Período neocolonial

La república neocolonial (1899-1952)

Además de los efectos de la guerra, este período se caracterizó por la creación de asociaciones y partidos políticos, algunos de los cuales aspiraban a convertir a Santa Clara en capital del país, y a organizar este en forma federal. En las elecciones para la Asamblea Constituyente fueron elegidos 7 representantes por la provincia de Santa Clara: José de Jesús Monteagudo, José Miguel Gómez, José Braulio Alemán, José Luis Robau, Enrique Villuendas, Marín Morúa Delgado y Pedro González Llorente, de ellos se opusieron a la imposición de la Enmienda Platt José Luis Robau y José Braulio Alemán, es de destacar la protesta y oposición popular a este hecho con énfasis en Sagua la Grande y en la prensa.

La vida socioeconómica de Villa Clara en el período se caracterizó por el predominio de pequeñas fincas, la producción azucarera, ahora en medio del proceso de concentración y centralización de la industria y un desarrollo del ferrocarril y las actividades portuarias, con escasas inversiones norteamericanas, así como por un predominio del capital doméstico- español y por la concentración del poder político y económico en manos de una élite integrada por hombres como Nicolás Castaño, Laureano Falla Gutiérrez, Francisco Carrillo, Gerardo Machado y otros. Este panorama cambió con los resultados de la crisis de 1920- 1921 y la llegada a la región del capital norteamericano con la presencia del National City Bank of New York y otros que adquirieron y ampliaron varios centrales azucareros.

Otros renglones económicos de importancia en la época fueron la cosecha y procesamiento del tabaco, los cultivos varios y el café, para estos años se generalizó el servicio eléctrico, operado por la llamada Compañía Cubana de Electricidad.

En el aspecto social se destaca el crecimiento poblacional, el predominio del sector rural y la población blanca. Era común la falta de trabajo para más de la mitad de la población laboralmente activa y la discriminación racial.

En la esfera política fue muy destacado el papel del Partido Republicano Federal de Las Villas, por las figuras que aglutinó y que tuvieron un lugar destacado en la política nacional. Los políticos villareños fundaron otros partidos y serían luego puntales del liberalismo. Tuvieron presencia en los hechos más significativos de la época como la Guerrita de Agosto de 1906 y el Movimiento de los Independientes de Color, fuertemente reprimido por las autoridades y en particular por el general José de Jesús Monteagudo.

En estos años se crearon organizaciones de carácter gremial y mutualistas, de torcedores, despalilladores y cosecheros. En el congreso obrero de 1925 en que se fundó la confederación Nacional Obrera de Cuba asistieron representantes de Sagua y Caibarién. También se destaca la participación de la mujer en el Primer Congreso Nacional de Mujeres con la presencia de Ofelia Domínguez.

Los años comprendidos entre 1925 y 1935 estuvieron marcados por los efectos de la crisis económica mundial capitalista de 1929 a 1933 y el movimiento revolucionario de los años 30 frente a la dictadura de Gerardo Machado en el país. Se produjo el cierre de centrales como el María Luisa de Zulueta, el San José de Placetas y el Constancia de Encrucijada, el crecimiento del desempleo, las afectaciones al comercio y por tanto a la actividad portuaria.

Es significativo el apoyo que tuvo la elección de Gerardo Machado como presidente en esta región, pero igual fue creciente la oposición que se generó con su política dictatorial ante la llamada prórroga de poderes. Esto se expresó en la formación de agrupaciones y organizaciones de distinto tipo, como la primera célula comunista dirigida por José Manuel Prado, la creación de la Liga Juvenil comunista en 1931 en Santa Clara, la actividad revolucionaria del líder obrero Jesús Menéndez y la creación del sindicato Nacional de Obreros Azucareros (SNOIA).

Uno de los hechos más destacados fue la manifestación en homenaje a Julio Antonio Mella, el día 10 de enero de 1933, en la que fue herido el joven Mirto Milián, que falleciera el día 12 y su funeral se convirtió en denuncia contra el tirano, con gran participación popular.

Una vez derrocado el tirano el pueblo se lanzó a las calles, pero no hubo hechos de sangre, en la provincia tomó posesión como gobernador civil y militar Alejandro Palacios, quien fuera nombrado por el Comité de la Junta Revolucionaria de Santa Clara, la situación se mantuvo inestable y continuaron las protestas de obreros, estudiantes y pueblo en general, como en todo el país.

Se produjeron hechos demostrativos de la efervescencia revolucionaria continuada, como la depuración del profesorado en los centros de segunda enseñanza y la ocupación de las cátedras por figuras de la talla de María Josefa Vidaurreta, Gaspar Jorge García Galló, Emilio Ballagas y Juan Mier Febles. En el plano político uno de los hechos más sobresalientes fue la creación de un soviet en Nazábal y Hormiguero que demostraron la decisión de lucha de los obreros azucareros a la vez que la falta de creatividad al nombrar estas estructuras sin atender a las condiciones nacionales; además fue destacable también la extensión de la huelga de marzo de 1935 a Santa Clara, Remedios, Caibarién, Sagua y Ranchuelo, pero sin la debida organización.

El período 1935 a 1952 fue complejo para el mundo, marcado por el auge del fascismo y el desarrollo de la Segunda Guerra Mundial y también marcaron complejidades para Cuba que de una forma u otra se reflejaron en la provincia. La política norteamericana con respecto al país estuvo marcada por un cambio en cuanto a los renglones económicos a los que se dirigieron las inversiones, ahora en la esfera de la minería y los servicios, en correspondencia con sus necesidades de guerra.

La economía villaclareña se caracterizó por el crecimiento de la industria azucarera, con énfasis en los años de la guerra mundial, además se consolidaron las características históricas con respecto a la pequeña explotación rural y urbana; hacia 1940 la totalidad de los centrales villaclareños eran propiedad de cubanos y a finales de la década e inicios de la siguiente era la tercera productora de azúcar del país. Además se mantuvieron como importantes la manufactura del tabaco, la fundición Mc Farlane en Sagua y la Electroquímica del Caribe de capital norteamericano.

En estos años la tendencia poblacional fue al crecimiento, se daban problemáticas como la carencia de acueducto en la mayoría de las localidades, solo el 47,6% tenía acceso a la electricidad y se contaba con un hospital provincial de 200 camas, además Sagua , Remedios y Caibarién contaban con un pequeño hospital cada una.

En la educación es destacable que en 1953 el 23,3% de la población mayor de diez años era iletrada y el 67,7% de los niños entre 6 y 9 años no sabían leer ni escribir. El gobierno se encontraba en manos del coronel Gabino Gálvez, procedente de las filas nacionalistas y por su parte los seguidores del autenticismo ganaban terreno entre intelectuales y estudiantes. Para estos años se destacaron las luchas por los derechos de las mujeres y en Villa Clara jugaron un papel esencial mujeres como Alicia Hernández de la Barca, Ofelia Domínguez y María Dámasa Jova, desde diferentes afiliaciones ideológicas, en reclamo reconocimiento de los hijos naturales, los derechos de las madres solteras, y por la igualdad social, racial y laboral.

En las filas juveniles sobresalieron Violeta y Marta Morfi, junto a otras mujeres, que promovieron la ayuda a los republicanos españoles y contribuyeron a la creación de los Comités Pro República Española. Las acciones de solidaridad con esta incluyó la decisión de donar un día de molienda en varios centrales y 2000 sacos de azúcar, por iniciativa de Jesús Menéndez Larrondo, además de la integración de las brigadas internacionales por hombres como Manuel Corcho Díaz, Federico Pérez Pardillo y Pedro Regalado.

En cuanto a las luchas obreras y campesinas se destacó el desarrollo del Primer Congreso Campesino territorial en 1940, donde se fundó la Federación Campesina de Las Villas, la celebración del Congreso provincial obrero el 18 de noviembre de 1938 en Santa Clara, en el que se creó la Federación de Trabajadores de la Provincia de Santa Clara, con Jesús Menéndez Larrondo al frente.

La Asamblea Constituyente contó con 16 delegados villareños, entre ellos Alicia Hernández de la Barca y Juan Marinello Vidaurreta, quien sobresalió por sus exposiciones a favor de los trabajadores y los humildes, de los anhelos de los comunistas de sacar al país de la dependencia económica. A partir de la promulgación de la Constitución el territorio de la provincia se denominó Las Villas, con treinta y dos términos municipales y seis partidos judiciales; de ellos diecinueve municipios y tres partidos judiciales correspondían a la actual Villa Clara.

El período comprendido entre 1940 y 1952 en la gobernación provincial estuvieron Santiago Rey Pernas (1940- 1944), Ramiro Capablanca (1944- 1948) y Orencio Rodríguez (1948- 1952). Fueron crecientes las simpatías por el Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxo), partido en que se destacó Andrés Nazario Sargent, quien llegó a la Cámara por Las Villas en 1950. Los rejuegos políticos y las coaliciones fueron comunes como vía para llegar al poder, matizados por los fraudes, las trampas y la corrupción.

Los comunistas, aunque eran un partido pequeño llegaron a tener puestos en la Cámara de Representantes, estos fueron los casos de Joaquín Ordoqui Mesa, Jesús Menéndez Larrondo, Faustino Calcines Gordillo y Gaspar Jorge García Galló, muestra ésta de su influencia en los años finales de la década de 1930 y el primer lustro de 1940.

En la década de 1940 con el ascenso de Fulgencio Batista al poder no cambió la situación en la provincia, continuaron los enfrentamientos entre el pueblo y el gobierno, se destacaron las luchas obreras contra la implantación de las máquinas torcedoras de tabaco, de los azucareros y de los portuarios de Caibarién. Lugar destacado tuvieron las acciones de los azucareros por el pago del diferencial liderados por Jesús Menéndez, ejemplo de ello fue la concentración efectuada en Sagua y las acciones en el central Washington donde quemaron el departamento comercial.

La política de guerra fría también se hizo sentir aquí en la persecución y represalias contra líderes comunistas y obreros, pero también fue fuerte el apoyo al Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxo). Una de las más importantes acciones obreras en Las Villas fue el movimiento contra la mecanización del torcido de tabaco en 1951.

En esta provincia los elementos divisionistas del movimiento obrero no pudieron hacerse de los locales de la Federación de Trabajadores de Las Villas, ni invadir los verdaderos sindicatos, la federación villareña continuó su lucha por las principales reivindicaciones obreras en los diversos sectores económicos.

Las complejidades de la vida política y social republicana imperantes en el país tuvieron una presencia también en la actual provincia de Villa Clara aunque con algunos matices particulares, complejidades agravadas con el golpe de estado protagonizado por Fulgencio Batista el 10 de marzo de 1952.

Imágenes de localidades de Villa Clara en la etapa neocolonial

Caibarién en la etapa Neocolonial
Paseo Martí de Placetas en 1947
Parque de Camajuaní en 1913
Santo Domingo en la etapa Neocolonial

Lucha insurreccional

Ante el golpe de estado ortodoxos y comunistas llamaron a protestar frente al ayuntamiento y dadas las amenazas de que fueron objeto por parte del alcalde se dirigieron a la emisora de radio a leer una proclama y exigir el respeto a la constitución. Los jóvenes estudiantes protestaron en Sagua , un papel destacado lo tuvieron los alumnos del Instituto de Segunda Enseñanza y la Escuela Normal para Maestros de Santa Clara, que fueron a la huelga. Así sucedieron protestas también en Remedios y Encrucijada.

Cuando el gobierno proclamó los Estatutos Constitucionales impuestos por Batista hubo personas honestas que renunciaron a sus cargos de alcaldes y concejales. En el acto por el 1ro de mayo también hubo protestas por parte del movimiento obrero unitario, y como forma de oposición se produjo la jura de la constitución en Santa Clara y Remedios.

En este período surgieron varias organizaciones opositoras que agruparon a diversos sectores de la sociedad, principalmente a jóvenes inconformes con el orden de cosas impuesto, generalmente de vida efímera, pero luego muchos de ellos estuvieron presentes en aquellas que guiaron al pueblo a su liberación.

Dentro de las acciones más connotadas estuvieron la protesta estudiantil ante el asesinato del joven Rubén Batista Rubio en febrero de 1953, la presencia de varios villaclareños en las acciones del 26 de julio de 1953 junto a Fidel Castro: los hermanos Haydée y Abel Santamaría, Elpidio Sosa, Roberto Mederos, Osvaldo Socarrás, Pablo Agüero y Luis Arcos Bergnes, todos residentes en La Habana.

Momento importante fue la llegada y circulación del alegato de autodefensa de Fidel Castro en el juicio que se le hiciera por los hechos del Moncada, conocido como La Historia me Absolverá, que circuló clandestinamente en la región en el año 1954, hecho que contribuyó a esclarecer los objetivos del Movimiento y a descubrir las mentiras del régimen.

El Movimiento Revolucionario 26 de julio (MR- 26-7) quedó organizado en Santa Clara, cabecera de la antigua provincia de Las Villas entre junio y julio de 1955. En los meses que siguieron fue ampliándose, con células o grupos que operaban en los barrios de esta ciudad y progresivamente hacia las principales poblaciones. En lo que a la actual Villa Clara se refiere ganó fuerza de inmediato en Sagua , Remedios, Caibarién, Placetas, Santo Domingo y continuó creciendo en las cabeceras municipales y otros poblados. Entre sus organizadores principales estuvieron Guillermo Rodríguez del Pozo y Gustavo Arcos más tarde quedó, Santiago Riera como coordinador, Guillermo Rodríguez del Pozo en acción y sabotaje; en propaganda, Ifraín Alfonso; Quintín Pino al frente de las Brigadas Juveniles y Carlos Martínez en finanzas.

El Comandante, Ernesto Che Guevara, durante la Batalla de Santa Clara.

A finales de 1955 se organizó el directorio Revolucionario con grupos del Bloque Estudiantil Villareño y sectores juveniles de los centros de segunda enseñanza, quienes junto al Partido Socialista Popular serían los principales opositores al régimen.

Variadas fueron las acciones realizadas, huelgas obreras, estudiantiles, apagones, gomas quemadas, toma de centros importantes, en fin, protestas políticas generalizadas, el movimiento revolucionario crecía, los principales dirigentes visitaron la región, José Antonio Echeverría, Haydee Santamaría, Frank País, Vilma Espín, en fin, todo se organizaba, y coordinaba en la lucha contra el tirano.

Se realizaron acciones de apoyo al desembarco de los expedicionarios del Granma, aparecieron los primeros grupos insurgentes, y se intensificaron las actividades revolucionarias. Víctor Bordón primero y luego Faure Chomón por el directorio Revolucionario iniciaron la lucha armada, los obreros y otros sectores se sumaron a la huelga general revolucionaria del 9 de abril de 1958, con amplio destaque para Sagua la Grande .

Es decir que al producirse la llegada al territorio de las columnas invasoras dirigidas por los comandantes Camilo Cienfuegos y Ernesto Guevara (Che) el terreno era propicio para garantizar el éxito. Muy importante fue la estrategia diseñada por el Che y el apoyo popular para el desarrollo de la Campaña de Las Villas y la batalla de Santa Clara que contribuyeron decisivamente en la derrota de la tiranía, con la rendición del Regimiento Nro. 3 el 1 de enero de 1959.

Apuntes sobre la cultura neocolonial

Fue la educación la que recibiera el primer y mayor impacto con la proclamación de la república y su reforma educacional, si bien se trató de minar las bases identitarias del cubano, de ella emergió también un sentido patrio insoslayable. En este período fue también el periodismo local la esfera de actuación de una intelectualidad destacada en la política y proveniente de las llamadas profesiones liberales donde se destacaron personalidades como Antonio Berenguer y Sed, Justiniano Pedraza, Manuel García-Garófalo Morales y otros, promovían los valores autóctonos y las tradiciones regionales.

Diversidad de instituciones culturales daban una imagen de progreso los diferentes estamentos sociales se agrupaban en correspondencia con sus intereses y origen social, surgieron academias de música, bibliotecas, teatros y otras donde se manifestaba la vida de los pueblos y ciudades. Muy destacada fueron las obras de intelectuales como Severo García Pérez, Manuel García- Garófalo Mesa, Alejandro García Caturla y muchos otros.

La cultura popular tradicional también tuvo su impacto y presencia en la región, entre ellas las fiestas y parrandas, especialmente las remedianas, con aportes dentro del modelo de gran espectáculo teatral y musical- danzario, fenómeno que se extendió por otros pueblos y ciudades villareñas. Carnavales y verbenas también matizaron este sector cultural, con destaque para la verbena de la calle Gloria en Santa Clara, además, las fiestas campesinas: canturías, guateques, serenatas, donde se interpretaban la décima y el punto guajiro.

Período revolucionario

Las dos primeras décadas de la Revolución Cubana

Fidel Castro a su llegada a Santa Clara el 6 de enero de 1959.

Una vez que triunfó la Revolución se nombraron los gobiernos provinciales, para este caso se nombró al frente al capitán Calixto Morales y más tarde al civil Carlos Iglesias, con el título de comisionado; además se comenzaron a aplicar las medidas y leyes aprobadas por el gobierno central, como la Ley de Reforma Agraria, que fortaleció la característica de Villa Clara referida a la presencia de agricultores pequeños. Fueron beneficiados aproximadamente 4 000 aparceros, y precaristas, y más de 10 00 arrendatarios. A inicios de 1960 ya habían sido creadas 30 cooperativas. También fue significativa la nacionalización del capital nativo y las empresas norteamericanas que controlaban el comercio de importación y exportación en Isabela y Caibarién. Como respuesta a las medidas y leyes revolucionarias se desarrolló del bandidismo desde el propio año 1959 en el macizo montañoso de Guamuaya y al nordeste de la provincia, en este mismo orden se inscriben los sabotajes a la industria azucarera y la aparición de organizaciones contrarrevolucionarias con apoyo de los Estados Unidos en todos los casos.

El enfrentamiento a estas agrupaciones de bandidos fue un hecho trascendental que requirió de grandes sacrificios y se extendió por varios años hasta su liquidación; así como la defensa del territorio nacional ante la invasión mercenaria por Playa Girón en 1961.

La revolución era indetenible, la dirección mujalista de los sindicatos fue removida, y se crearon los órganos defensivos necesarios que permitieron la defensa de las conquistas revolucionarias y la derrota del bandidismo, todo ello con un importante apoyo y participación popular.

En el terreno económico la dirección principal estuvo dirigida al desarrollo agropecuario, buscando la diversificación, no obstante, siguió siendo la industria azucarera el principal renglón, sobre todo a partir del año 1964 cuando se define la necesidad de elevar la producción de azúcar de forma gradual, de modo tal que Villa Clara aportó 1 085, 7 toneladas en la zafra de 1970, a pesar de las dificultades afrontadas. Sin embargo, otros rubros agrícolas fueron descuidados al poner el énfasis en la producción cañera.

Fidel Castro durante la Limpia del Escambray, fotografía tomada en las cercanías del poblado La Lima (Manicaragua) el 3 de febrero de 1961.

En la década de 1960 Villa Clara vivió un período de industrialización al edificarse fábricas como Planta Mecánica Fabric Aguilar (1964), la Neftalí Martínez; de bujías de Sagua (1964), la de bicicletas Heriberto Mederos de Caibarién, y la de Utensilios Domésticos en Santa Clara. En La Campana, Manicaragua, se edificó la planta Julius Fucik, para producir medios para la defensa. Además, se ampliaron y mejoraron las fábricas ya existentes.

En cuanto a los órganos estatales y políticos entre 1961 y 1965 se creó y funcionó la Junta Central de Control, Ejecución e Inspección (JUCEI), para resolver y enfrentar las más diversas tareas y contribuir al desarrollo del país y el territorio. Su gestión contribuyó a establecer una relación entre la gestión de gobierno y la población. Luego sustituida por el Poder Local. De gran significación fue la organización de las Organizaciones Revolucionarias Integradas (ORI), que contó con la dirección del comandante Juan Almeida Bosque e integrada por Arnaldo Milián Castro, quien luego sería su secretario general, organización que luego se convirtió en Partido Unido de la Revolución Socialista y más tarde Partido Comunista de Cuba, con Milián como su máximo dirigente en Las Villas.

Los cambios sociales fueron significativos, expresados en hechos como un crecimiento poblacional de 540 398 en 1963 a 702 924 en 1970, la eliminación del desempleo y la construcción de hospitales, policlínicos, escuelas, carreteras, la nacionalización de la enseñanza e instalaciones deportivas.

Proceso de institucionalización

El 24 de julio de 1964, día de la inauguración de la INPUD, el Comandante Ernesto Che Guevara, dialogó con los obreros formados en el Instituto Tecnológico Abel Santamaría Cuadrado de Santa Clara.

La celebración del Primer Congreso del Partido Comunista de Cuba en 1975 inició una nueva etapa en el desarrollo del país y en Villa Clara; se fortalecieron las principales ramas económicas como la azucarera y la mecánica, creció la Empresa de Utensilios Domésticos y surgió la textilera Desembarco del Granma, crecieron las industrias de materiales de la construcción, energía eléctrica, alimentaria y pesquera.

La producción azucarera fue objeto de atención especial, con un crecimiento productivo apreciable, con zafras de ochocientas mil toneladas o más hasta la cosecha de 1978- 1979 en que se presentaron problemas como la sequía y enfermedades de la caña, junto a otros factores de carácter humano. En estos años surgieron los Complejos Agroindustriales y nuevos centrales como el Batalla de Santa Clara.

La producción agropecuaria continuó siendo una rama esencial para la producción de alimentos, significativo fue el programa Revolución de los Rendimientos, promovido por Arnaldo Milián desde los inicios de la década de 1970, con amplia utilización de la ciencia y la técnica en esta rama.

Otros renglones productivos fundamentales fueron el tabaco, el café y la ganadería. Un análisis sobre la economía villaclareña demuestra la importancia del desarrollo de la rama agropecuaria, en la que incidía la mejor y más acertada utilización de la tierra.

Se puso en práctica una forma superior de organización agrícola, las cooperativas de producción agropecuaria (CPA), según lo aprobado en el Primer Congreso del Partido. Para el desarrollo de la ciencia y la técnica se creó el Centro de Semillas Agámicas (CEMSA)en Santo Domingo y el Centro de Investigaciones Agropecuarias de la Universidad Central de Las Villas y la Empresa Provincial de Investigaciones de la Caña de Azúcar (EPICA).

Importantes acontecimientos políticos se dieron en este período, la aprobación de una nueva Constitución de la República, la adopción de una nueva división política administrativa, y el establecimiento de los Órganos del Poder Popular. En estas circunstancias surgió Villa Clara como provincia y se eligieron los delegados a las asambleas municipales y provincial del Poder Popular, de esta última fue elegido presidente Tomás Cárdenas García, responsabilidad que ocupó hasta 1985 cuando fue elegido primer secretario del Partido y fue sustituido por Alfredo Nieto Dopico al frente de la Asamblea Provincial del Poder Popular.

Con la nueva división político administrativa el Partido reajustó sus estructuras y se eligieron los cuadros de dirección. Fue su primer secretario Carlos Pís Delgado, hasta 1980 cuando asumió esta responsabilidad Raúl Rodríguez López.

Esencial fue la participación de la juventud en el progreso económico y social, como la construcción del combinado textil Desembarco del Granma, la planta de cloro- sosa de Sagua y la ampliación de la Planta Mecánica y el central Batalla de Santa Clara. Otras tareas juveniles fueron la participación en las Brigadas Estudiantiles de Trabajo (BET), el Destacamento Pedagógico Manuel Ascunce Domenech, el internacionalista Che Guevara y el Destacamento de Ciencias Médicas Carlos J. Finlay.

Un lugar significativo tuvo la creación de las Milicias de Tropas Territoriales (MTT), ante la agresividad del imperialismo y los peligros de agresión, a las que se incorporaron masivamente jóvenes y el pueblo en general.

El censo efectuado en 1981 arrojó que la provincia tenía 765 823 habitantes, con un crecimiento de la población urbana y de la participación de las mujeres en la actividad laboral. En términos de educación y salud se produjeron avances apreciables con el crecimiento del acceso a estos servicios y su diversificación. Surgió el programa del médico y la enfermera de la familia.

Rectificación de errores

Ante las reflexiones realizadas por Fidel Castro Ruz en el III Congreso del Partido acerca de un grupo de errores y tendencias negativas que se venían dando en el proceso de construcción socialista, vinculados al Sistema de Dirección y Planificación de la Economía y al descuido de los aspectos políticos, ideológicos, y morales se inició en el país y por tanto en Villa Clara, un proceso de rectificación, que propició en la provincia un despegue de la actividad económica y de la labor ideológica del Partido.

La economía villaclareña creció, con avances en las ramas del complejo agroindustrial, con énfasis en la agricultura, la industria azucarera, alimentaria y pesquera y a ganadería. La introducción de la ciencia y la técnica estuvo presente desde las instituciones creadas con anterioridad.

Igualmente se perfeccionó la gestión estatal, en lo que fue clave el aumento del número de circunscripciones para facilitar la atención del delegado a la comunidad y se crearon los consejos Populares. En este proceso el Partido debió asumir sus funciones como guía y conductor de la sociedad, deslindando sus funciones de las correspondientes al gobierno. La vida social se vio favorecida por la incorporación de las masas a las tareas propuestas, los beneficios y mejoras en la salud, la educación, a la par de la construcción de nuevas viviendas, círculos infantiles y otras obras sociales.

En términos políticos e ideológicos no se pueden soslayar los efectos de las grandes misiones internacionalistas en África, en las que solo en Angola participaron 7 800 villaclareños, donde 162 de ellos perdieron la vida y fueron popularmente homenajeados en la Operación Tributo el 7 de diciembre de 1989.

Período especial

Fidel sobre el puente del "Canal de los Barcos" en el pedraplén Caibarién-Cayo Santa María el 29 de septiembre de 1996, fecha en la cual sería abanderado el contingente "Campaña de Las Villas".

Desaparecidos el campo socialista y la URSS se inició en el país un período caracterizado por grandes restricciones económicas al haberse perdido más del 80% del comercio y arreciarse las medidas de bloqueo de los Estados Unidos contra el país, lo que tuvo importantes repercusiones en cada una de las provincias, en el caso de Villa Clara una de las más significativas fue el redimensionamiento de la industria azucarera, primero con intentos de revitalizarla y luego con el cierre de 20 de sus centrales con la consiguiente reducción de la producción; se implementó el programa Álvaro Reynoso, para dar otras tareas y estudio a los trabajadores azucareros, lo que tuvo serios impactos sociales y de identidad, pues era golpeado el carácter esencialmente azucarero de las regiones que componen la provincia, desarrollado en el transcurso de su proceso histórico general durante la colonia tardía.[12]

Varias fueron las decisiones para enfrentar la recuperación, el impulso al sector del turismo, con un desarrollo paulatino en la cayería norte, la introducción del trabajo por cuenta propia y otras medidas que además han provocado un cambio socio- clasista apreciable. Fue un período marcado por las carencias de combustibles, fertilizantes y otros insumos necesarios para el normal funcionamiento de la economía.

Las consecuencias de esta situación se manifestaron en el orden social en el abandono de sus puestos de trabajo por intelectuales que pasaron a laborar en otras esferas en búsqueda de mayores ingresos, en el sector cuentapropista, mientras que otros se empeñaron en enfrentar la situación desde posiciones más colectivas y se movilizaron a trabajar en la agricultura para garantizar la alimentación de la población y en otras de carácter priorizado.

Los métodos y estilos de dirección también sufrieron cambios, así como se produjo una renovación paulatina de los cuadros de dirección, se introdujo la dirección por objetivos y la inserción del potencial científico técnico en los planes de desarrollo. La provincia comienza a sobresalir por sus resultados a partir de 2006, tomando como referencia los resultados de la emulación por el 26 de julio que consideraba indicadores económicos y sociales, en la que Villa Clara mereció la condición de destacada o reconocimientos en cuatro ocasiones entre esa fecha y el año 2000 cuando obtuvo la sede del acto nacional. De 1996 a 2010 Villa Clara resultó destacada en 12 ocasiones y ganadora del acto nacional en 2000, 2004 y 2010.

Lo anterior formó parte de un período de paulatina recuperación económica que comenzó entre los años 1996 y 1997, lo que permitió el desarrollo de una serie de acciones para el mejoramiento de la vida social con un grupo de planes para incorporar jóvenes a los estudios y en general a la vida social, como parte de un programa conocido como Batalla de Ideas que abarcó obras sociales, mejoramiento de los servicios médicos, de educación, del comercio y muchos otros.

Apuntes sobre la cultura revolucionaria

Encuentro de Fidel Castro con el Grupo Teatro Escambray en 1971.

La primera y más grande acción cultural del período fue la Campaña de Alfabetización de la que Villa Clara fue parte, a partir de la cual se desarrolló todo un programa que llevó la educación a todo el pueblo, hasta la formación de los universitarios y científicos necesarios para el desarrollo del país.

Con respecto a la cultura artística y literaria se destaca la creación de instituciones que han permitido la formación y desarrollo de un potente movimiento cultural, que tuvo su punto de partida en la Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas, su revista Islas y la labor de intelectuales de la talla de Samuel Feijóo, más adelante se destaca la creación de la Delegación Provincial del Consejo Nacional de Cultura y de instituciones y agrupaciones como la Orquestas Sinfónica, el Coro Provincial, la filial provincial de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), desarrollo del teatro, las artes plásticas y un movimiento literario de alto reconocimiento.

Imágenes actuales de los municipios de Villa Clara

Referencias

Fuentes

  • Álvarez Estévez, Rolando. El Mayor General Carlos Roloff Mialofsky: Ensayo Biográfico, Editorial de Ciencias Sociales, 1982.
  • Águlila Zamora, Hedy y otros. Síntesis histórica municipal. Santa Clara. Editora Historia, 2010.
  • Cabrera Cuello, Migdalia. Villa Clara y sus luchas por la independencia (1878- 1898). Editorial Capiro, Villa Clara, 2007.
  • Cabrera Cuello, Migdalia. La guerra del 68 en Villa Clara. Editorial Capiro, Santa Clara, 2005.
  • ___________________ . Santa Clara, hechos y vidas. Editorial Capiro, Santa Clara, 2010.
  • Díaz Benítez, Ovidio. Santa Clara Nuestra. Editora Historia, La Habana, 2009.
  • Maura Romero, Zoraida. Los villareños, la Constituyente y la Enmienda Platt. Editorial Capiro. Villa Clara, 2002.
  • O'Farril Díaz, A,Venegas Delgado, H, Cabrera Cuello, M, Maura Romero, Z, Ramírez Ramírez, R, Yedra Blanco, E, Sánchez Bermúdez, J. Síntesis Histórica Provincial Villa Clara. Editora Historia, 2010.
  • Pérez Guzmán, Francisco. La Guerra Chiquita: Una experiencia necesaria. Editorial de Ciencias sociales, La Habana, (1982) p. 324- 328.
  • Venegas, Delgado, H., O'Farril Díaz, A, Cabrera Cuello, M, Maura Romero, Z, Ramírez Ramírez, R, Yedra Blanco, E, Sánchez Bermúdez, en Historia de la provincia de Villa Clara desde las comunidades aborígenes hasta 1990. Versión completa. Editorial Feijóo, UCLV, 2015 (En formato digital)