Historia del municipio Bayamo (Provincia de Granma)


Historia del municipio Bayamo (Provincia de Granma)
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Cronología
Comunidades aborígenes
Etapa colonial (1492–1898)
Comercio de contrabando, corsarios y piratas
Siglo XVIII
Siglo XIX
República Neocolonial
Guerra de Liberación Nacional
Revolución en el poder
Desarrollo social revolucionario
Curiosidades históricas

Historia del municipio Bayamo (Provincia de Granma). Segunda villa fundada en Cuba por el Adelantado Diego Velázquez el 5 de noviembre de 1513, con el nombre de San Salvador de Bayamo. Municipio capital de la provincia Granma. Es una de las ciudades más importantes y ricas en historia, la principal urbe industrial y rectora del desarrollo económico, social y cultural de la provincia, considerada, además, la Cuna de la Nacionalidad Cubana, donde se cantó por primera vez el Himno Nacional de Cuba, compuesto por Pedro Felipe Figueredo y Cisneros. Además, fue la cuna de los próceres de la independencia Carlos Manuel de Céspedes y del Castillo, el Padre de la Patria cubana; y Francisco Vicente Aguilera, el Padre de la República.

El nombre de Bayamo tiene dos orígenes posibles: una tendencia apunta a que tomó el calificativo del nombre del cacique que lideraba en la zona en la etapa precolombina, mientras la otra señala que se debe a la existencia del Bayam, árbol de la sabiduría, frondoso y de buena sombra, característico de la región. Se supone que ese árbol es la yamagua, por sus características de ser muy saludable para la salud de los animales que buscan su sombra.

Su historia tiene raíces muy antiguas. Antes de la llegada de los españoles en 1512 existía un cacicazgo con una significativa población indígena, tierras muy fértiles para la agricultura y la ganadería al estar bañada por el río homónimo, de fuerte caudal que permitía la navegación.

No obstante, tanto al nombre, como el propio sitio exacto de su fundación están envueltos en la polémica. Sólo un año después de arribar Cristóbal Colón a las costas cubanas, se funda la Villa de San Salvador por el Adelantado Diego Velázquez. Este es el segundo enclave, luego de Baracoa.

Comunidades aborígenes

Datos historiográficos brindados por cronistas, como Fray Bartolomé de las Casas, plantea que la zona que ocupa la actual provincia de Granma era una de las más pobladas por los aborígenes. Estos son los argumentos ofrecidos por los cronistas, quienes pueden ser considerados como los primeros historiadores.

Otros criterios de investigadores contemporáneos que han revisado fuentes como el mapa confeccionado por José María de la Torre en 1841, confirman la aseveración anterior. Un estudioso del periodo anotó:

«A la llegada de los conquistadores españoles, el cacicazgo indígena de Bayamo ocupaba una franja de territorio mediterráneo, en áreas del actual municipio de ese nombre y parte de los ríos de Río Cauto, Cauto Cristo, Yara, Guisa y Jiguaní

Los hallazgos arqueológicos realizados en el territorio permiten comprender como vivieron estos hombres a través de la interpretación de las evidencias materiales que han perdurado en los diferentes sitios donde se asentaron. Se destaca el uso de la concha, la piedra en volumen y la tallada, como elementos representativos de estos grupos.

Los recolectores–cazadores–pescadores emplearon las gubias, raspadores, cucharas, puntas para lanzas, picos, martillos y vasijas, todos provenientes de la industria de la concha.

Otro aspecto a resaltar es el uso de la piedra. Estos hombres desconocían el uso de los metales para la elaboración de herramientas y al igual que hicieron con la concha, emplearon materiales líticos con fines utilitarios. Entre los hallazgos destaca la aparición de cuchillos, perforadores y raspadores de sílex. Otro artefacto característico de este grupo es el disco perforado, que con una perforación central era usado para percutir.

Los recolectores–cazadores–pescadores necesitaban moler y triturar diferentes minerales y semillas, para realizar este proceso empleaba morteros de diferentes tamaños y formas teniendo en cuenta las necesidades y criterios estéticos de la comunidad. Como complemento de los morteros utilizaron para las labores de percusión piedras de formas irregulares conocidas hoy como manos de mortero, algunas de ellas con alta elaboración y decoraciones.

El uso de herramientas confeccionadas con conchas y piedras permitió que estos hombres trabajaran también la madera, elaborando vasijas y mangos para lanzas y cuchillos así como bastones.

Los recolectores–cazadores–pescadores adornaban sus cuerpos con pendientes confeccionados con piedras, conchas y huesos de animales. Seleccionaban para su confección piedras de diferentes tamaños y formas que pulían y perforaban para colgarlas. Otro ornamento utilizado por estos hombres eran los collares hechos con vértebras de pescado que eran transformadas en cuentas de collar.

La pintura corporal también era empleada como elemento de decoración, esta, la obtenían a partir de minerales, aunque en los restos humanos hallados no aparece este tipo de evidencia, sí se reportan los materiales que utilizaron como colorantes, predominando los rojos, amarillo y el ocre. La dieta de estos aborígenes estaba compuesta por cangrejos de costumbres terrestres y marinas, iguanas, jutías, majá, moluscos como los ostiones y los bivalvos, consumían también el cobo y la sigua.

Etapa colonial (1492–1898)

El primer asentamiento no se construyó en el sitio actual. La historia recoge que fue en la zona de Yara, especialmente en la cuenca del río que lleva su nombre; pero otros especialistas, apoyados fundamentalmente en excavaciones arqueológicas, opinan que pudo ser en un punto más cercano a la bahía, en Palmas Altas, a poca distancia de la actual ciudad de Manzanillo. Los debates aún continúan, aun cuando Diego Velázquez afirmó al rey de España en abril de 1514 que había sido a orillas del río Yara.

Al fundarse, tomó el nombre de San Salvador, pues en ella, declaró Velázquez fue donde quemaron vivo al Cacique Hatuey, indio rebelde que propagó la verdad sobre las intenciones de los colonizadores y convertido en una real amenaza para los intereses españoles. Con la muerte del citado indio rebelde, subrayó Diego Velázquez, se salvaba la conquista de la Isla.

Luego, presumiblemente, en julio de 1515, esta villa se traslada hasta la posición actual, la hoy ciudad de Bayamo, para evadir las plagas de mosquitos y para garantizar mejores tierras para los cultivos de subsistencia y contar con una mayor población india. En la segunda década siglo XVI, la villa San Salvador de Bayamo llegó a ser centro del poder político de la isla y radicaban aquí las fundiciones de oro y punto de abastecimiento de vital importancia para garantizar la conquista de tierra firme.

En Bayamo estaban creadas las condiciones desde 1512 para que se estableciera una villa. En ningún otro lugar de la Isla, exceptuando Baracoa, habían establecido los colonialistas relaciones tan estrechas con los aborígenes y tomado resoluciones que los vinculaban al lugar. Esta convivencia consolidó un núcleo poblacional de nuevo tipo. Pero era demasiado distante, unos 70 kilómetros de la costa del Golfo de Guacanayabo. Esta lejanía fue definitoria para excluirla como lugar de emplazamiento de la segunda villa, pero el Adelantado no pudo desconocer el poblado que se fomentaba y las posibilidades que ofrecía y debió alternar su presencia entre las provincias de Bayamo y del Guacanayabo.

Ya en 1512 en Bayamo coexistían de forma permanente la población aborigen y española, y la segunda utilizaba a la primera como mano de obra; se iniciaba el proceso de transculturación entre ambas, como resultado de la cohabitación. Igualmente existían importantes volúmenes de producción y concurría una red de caminos que la comunicaban con otros espacios; el río Bayamo no solo ofrecía alimentos, sino una alternativa de comunicación, siendo la vía idónea para salir al mar. Se había establecido una institución religiosa, la Parroquia del Santísimo Salvador, pues el fraile Bartolomé de las Casas residía en el poblado, y estaba acantonada una fuerza militar.

Si bien no se había establecido la estructura de gobierno que existía en Baracoa, en Bayamo estaba implementada una organización económica, social, militar y religiosa; solo faltaba la político–administrativa.

Bayamo era una comarca alfarera, productora esencialmente de alimentos. En 1515 la línea de desarrollo trazada por las autoridades españolas para los territorios que comprendía la segunda villa, era la agrícola. Tanto Diego Velázquez como la Corona española autorizaron el surgimiento de San Salvador del Bayamo en el segundo semestre de 1515, porque era la que mejores condiciones organizativas y productivas poseía.

Los españoles sintieron orgullo de nombrar a la segunda villa San Salvador, porque aspiraban a liberar de un pensamiento insurgente a los habitantes de la Isla, sobre los restos calcinados del cacique Hatuey.

Comercio de contrabando, corsarios y piratas

Plano de Bayamo de 1841

En la primera mitad del siglo XVII Bayamo fue escenario de tres acontecimientos trascendentes generados por el comercio de rescate y contrabando. En 1603 el Caso Bayamo, en 1604 la captura de fray Juan de las Cabezas Altamirano, y en 1612 se encontró la imagen de la Virgen de la Caridad. Todos ocurrieron en espacios equidistantes de la jurisdicción y se manifestaron en esferas distintas, pero entre ellos hay conexión, tenían a Bayamo como centro y demostraban el surgimiento de la identidad de los nativos, de los hombres de tierra adentro.

Los franceses y holandeses comerciaban con tranquilidad en la costa sur de la isla y vulneraban el monopolio. En 1603 el capitán general Pedro Valdés tomó medidas para erradicar el contrabando, entre otras causas porque era una evasión fiscal. La segunda villa era la más favorable para esta práctica, en sus haciendas abundaba el ganado y cerca del Golfo de Guacanayabo había estancias cultivadas de tabaco, su posición interna la protegía de los ataques de corsarios y piratas.

La represión contra el comercio ilícito se inició con un recorrido por las costas, se comprobó que los hombres de tierra adentro salían de la isla sin la debida autorización, entregaban cueros de res, tabaco y otros artículos por dinero y mercancías y que a los navíos españoles Almiranta y Capitana capturados por corsarios se les quitó las piezas de artillería de bronce y fueron vendidas en Bayamo a personas de otras naciones.

La oligarquía bayamesa se opuso a toda medida que limitara su poder, el gobernante fue acusado ante el monarca de áspero, recio, de poco trato, de malgastar el dinero y utilizar las tropas destacadas en el presidio inadecuadamente. El capitán general estaba convencido de que la única forma de acabar con el contrabando era utilizando el ejército, la relación estrecha que existía entre los gobernadores y la oligarquía nativa eliminaba cualquier otra posibilidad. En el primer semestre de 1603 el licenciado y teniente Melchor Suárez de Poago fue comisionado para impartir justicia y en toda la isla redujo a prisión a más de 80 personas, varios fueron enviados con grilletes a La Habana. En Bayamo ascendían a 20, a unos los condenó a pena de muerte, a otros con la pérdida de la mitad de los bienes.

Ante estas drásticas medidas más de 200 nativos se alzaron, tomaron los caminos que confluían en la villa y se apostaron en la desembocadura del río Cauto. Hicieron conocer que si intentaban partir les quitarían los presos, les darían la libertad y pasarían a cuchillo a quienes los custodiaran. Las tropas españolas en la villa fueron reforzadas con el envío de dos columnas de 40 soldados, y dos fragatas que no pudieron entrar por el río Cauto. La rebelión pasaba de seis meses y no se vislumbraba una solución. Los bayameses se quejaron ante la Audiencia de Santo Domingo, se estaba violando el artículo 22 de las Ordenanzas de Cáceres que estipulaba que la justicia se tenía que administrar en el lugar de residencia de cada encartado, ningún reo podía ser sacado de la jurisdicción, ni el gobernador los podía citar por alguna vía para que compareciera a ser juzgado.

Pedro Valdés pidió al monarca que le dejaran las manos libres, argumentó que en Bayamo comerciaba todo el pueblo, principalmente los hacendados, que existían estrechos vínculos familiares entre los presos, y por tanto los tribunales no sentenciarían a prisión a los retenidos. La ley se hizo cumplir y el dictamen fue desfavorable para las autoridades, el teniente Melchor Suárez de Poago quedó decepcionado y partió para La Habana.

Las propuestas centralizadoras continuaron, se pidió una flota de galeonzetes de 250 a 300 toneladas, dos pataches de 100 y una fuerza de 600 soldados para salir tres veces al año desde el norte de La Española, pasar por Maisí y llegar hasta el Cabo de San Antonio, el puerto de Manzanillo se fortificaría, pero ninguna se concedió. La oligarquía vivió por más de siglo y medio del contrabando sin sentir interferencia gubernamental. En 1603 en toda la isla se contrabandeaba, pero los bayameses fueron los únicos que tomaron las armas para defender sus derechos.

El caso Bayamo tiene un peso trascendente en la historia de Cuba, inició el proceso formativo de la nacionalidad cubana. En 1729 un grupo de la oligarquía bayamesa representada en el Cabildo pide al rey un navío de registro anual que atraque en el puerto de Manzanillo.

Argumentan, para justificar el pedido, la pobreza de la villa. En el fondo buscan formas para profundizar las relaciones comerciales. Esta propuesta la realizaban líderes de familias llegadas desde Jamaica en 1655, como Aguilera, Verdecia, Zayas Bazán, entre otras; quienes intentaban monopolizar nuevas formas de transacción. El barco cargado viajaría anualmente desde España y se llevaría productos desde Bayamo, esencialmente aquellos en los que descansabann sus potencialidades: diez mil pellejos de toros, doscientos mil manojos de tabaco y desechos como sebo, melado y azúcar. Los solicitantes exponían que:

«[…] es el como Vnico de evitar los comercios con estraños con quietud del vecindario (Sic).»

Este pedido es desoído.

Los dones se mueven en dos niveles comerciales: uno es el del contrabando que realizan con potencias europeas y el segundo, legal y autorizado por el gobierno español, con el Puerto de Cartagena, Puerto Bello, Campeche, Santa Marta y Santo Domingo y La Habana. En este último colocan el azúcar "a precios muy convenientes", según carta enviada por el Cabildo de Santiago de Cuba al rey en 1732. Estos vínculos permitieron que Bayamo sea en 1766 la tercera jurisdicción en densidad poblacional en Cuba.

Siglo XVIII

En el siglo XVIII la villa vivió un intenso desarrollo cultural. El 24 de abril de 1740 fue inaugurada la Capilla de Nuestra Señora de Los Dolores. Se convirtió en la obra arquitectónica más importante construida durante este período debido a sus tres elementos integrantes: cubierta, altar y boceto. En los dos primeros fue visible la identidad del bayamés, en el segundo encontramos uno de los exponentes más antiguos existentes en Cuba.

La capilla reflejaba el dominio de las artes alcanzado por los artesanos, los artistas de la plástica y los carpinteros de la villa. La capilla posee una cubierta de dos vertientes de tejas criollas y el artesonado de madera muestra diseños de productos tropicales e imágenes monocromáticas de nuestra flora y fauna. El material utilizado es "el negro de humo". En la fachada tiene dibujos geométricos con pintura al temple en colores rojo, azul, añil, con pigmentos naturales. El altar barroco tiene en su parte inferior marañones, plátanos, naranjas y una piña. El boceto colocado en la pared, detrás del retablo, representa alegorías a la Pasión de Jesucristo con la presencia de ángeles y arabescos. La existencia de más de 9 iglesias favorece, además, el desarrollo de la música. Existen locales para 8 coros y 5 órganos.

En Bayamo se encuentran 9 iglesias y 7 de ellas tienen instalaciones para la presentación de coros. En San Salvador: dos coros; en la Capilla de Los Dolores: un coro alto y un órgano; San Juan Evangelista: coro alto y órgano; Santísimo Cristo del Buen Viaje: coro alto; Nuestra Señora de Regla: órgano pequeño; Nuestra Señora de la Luz: coro alto; Nuestra Señora de la Asunción: coro alto y su “órgano primoroso”; y el Convento de San Francisco: coro alto y órgano. No poseen: ni Señora de Santa Ana y ni Señor de San José.

La Iglesia San salvador de Bayamo, la segunda fundada por Diego Velázquez en la Isla.

Surgió una historiografía que enaltecía a la oligarquía y ve la luz el primer texto: Libro de las familias de Bayamo, por Pedro del Prado y Pardo en 1778. El autor utilizó fuentes orales y documentos originales como testamentos y cartas dotales, lo que le otorga a la obra una veracidad y objetividad excepcionales. Esta se integra a la polémica existente Cuba en la segunda mitad del siglo XVIII sobre la antigüedad de las poblaciones. Desde la capitanía general de la Isla se pedían informes y se convocaba a realizar estudios. La villa de Trinidad disputó a Bayamo la segunda posición, y Pedro del Prado y Pardo tomó a las familias para demostrar que los españoles ocupaban el espacio geográfico, desde 1512.

El 17 de agosto de 1795 las autoridades bayamesas recibieron información de un intento de levantamiento. Nicolás Morales, pequeño propietario rural, reunía hombres de diferentes denominaciones étnicas y espacios geográficos con el objetivo de exigir la implementación de la Real Cédula promulgada en Aranjuez el 10 de febrero del propio año, mediante la cual el Rey Carlos IV dispensaba de la calidad de pardos a los mulatos que abonaran cierta cifra de dinero establecida en el arancel fijado; otras exigencias eran: la necesidad de distribuir las tierras comuneras y realengas cercanas al núcleo poblacional entre los más pobres acaparadas por la elite, y suprimir alcábalas. En este mulato libre habían calado las ideas de la Revolución Haitiana y las ventajas alcanzadas allí por hombres de su condición social, las que tratará de implementar en la región centro oriental de Cuba. Estas demandas exponían influencia del pensamiento revolucionario expandido por la Revolución Francesa, llegadas a Bayamo a través de un intenso comercio de contrabando con hombres naturales de potencias europeas, durante los últimos años del siglo XVIII.

En plan trazado por los complotados consistía en esperar la salida de los reclutas del batallón de blancos a cumplir su tiempo de servicio en Santiago de Cuba, los asaltarían, y con las armas harían valer sus exigencias en la segunda villa. El procedimiento fracasó por la delación de Pedro Calumga, uno de los hombres captado por Nicolás Morales.

El 17 de agosto el teniente gobernador de Bayamo Francisco Sánchez Griñán ordenó una persecución tenaz contra todos los complotados apoyándose en refuerzos logísticos enviados desde la ciudad capital del Departamento Oriental por el gobernador militar, y el 27 de agosto de 1795 su líder fue capturado; otros integrantes del movimiento también y fueron sometidos a un juicio sumario y condenados a pena de muerte, los implicados de menor jerarquía sentenciados a cumplir largas condenas en la cárcel.

Constitución de Joaquín Infante

El abogado bayamés Joaquín Infante era un hombre de pensamiento independentista y latinoamericanista, se vinculó a la Conspiración de Román de la Luz, fue perseguido y emigró a Venezuela donde publicó en 1812 el Primer Proyecto de Constitución para la Isla de Cuba, antecediendo en unos meses a la española. La constitución de Infante buscó solución a los problemas principales que afectaban a la sociedad cubana.

La isla era gobernada desde inicios del siglo XVII por un capitán general con autoridad ilimitada, para impedir esta concentración establecía tres poderes, el ejecutivo, legislativo y judicial. El ejecutivo descansaría en tres personas, un Ministro de Guerra y Marina, un Ministro de Rentas y un Ministro de lo Interior.

Asimismo, disponía que el legislativo lo ejercería un Consejo de Diputados integrado por seis personas elegidas, una por La Habana, otro por San Antonio, Santiago, y Bejucal, otro por Guanabacoa, Santa María del Rosario, Jaruco y Matanzas, otro por las cuatro villas del centro de la isla, otro por Puerto Príncipe, Bayamo y Guisa, y otro por Santiago de Cuba, Holguín y Baracoa. El militar recaería en un estado mayor compuesto por un general en jefe, un mariscal de campo, y dos brigadieres. Estos funcionarios eran nombrados por el consejo, órgano supremo que decidía sobre diversos sectores de la sociedad, incluyendo de declarar la guerra. El judicial descansaba en un tribunal de seis jueces que oirían las apelaciones en lo civil y conocerían de todos los juicios y decidirían sobre las violaciones de las formas o la contravención de las leyes. Los integrantes del consejo solo podían ejercer el cargo durante seis años, sin derecho a la reelección, y la presidencia sería anual por cada uno, empezando por el de mayor edad. Los cargos del poder legislativo, judicial y militar se ejercerían por seis años y podían ser reelegidos.

Los vínculos entre el estado y la iglesia se modificaban, si bien reconocía la religión católica como dominante, declaraba que se tolerarían las demás por el fomento y prosperidad que significaba para Cuba la llegada de hombres de diferentes nacionalidades. El poder de la iglesia quedaba limitado a lo espiritual, al culto y la disciplina religiosa.

Uno de los acápites más importantes era el que trataba el destino de los cadáveres. La legislación española exigía la existencia de cementerios para enterrar a las personas que morían fuera de la fe católica. En Bayamo solo estaba el San Juan, es por ello que las fuentes oficiales, cuando se trataba el tema, plasmaban una uniformidad inexistente, en las inscripciones de defunción aparecía que fallecían bajo la fe católica. El proyecto constitucionalista de Infante planteaba la construcción de cementerios generales, para eliminar la segregación por dogmas.

La educación se ampliaba con el establecimiento de colegios o escuelas locales para niños de ambos sexos. Señalaba que había que cuidar de la educación de los hijos, y de la conducta de los padres. Los jueces rurales y la policía harían visitas domiciliarias y dispondrían de todo lo que condujera a mantener la moral y el orden con arreglo a los principios de la ilustración.

La propiedad de la tierra fue un punto tocado por Infante que retomaba ideas expuestas por Nicolás Morales en 1795. Los dueños de extensiones territoriales debían escoger el área que necesitaban para labrar y criar ganado y en seis meses iniciar su fomento, el sobrante lo venderían o repartirían a censo o tributo. La principal limitación del proyecto es que mantiene inamovible el orden estamental y la esclavitud, la que debía subsistir mientras fuera necesaria para la agricultura. Un criterio enraizado en su época que Infante no rebasó.

Siglo XIX

El pensamiento político cubano tenía progresos y retrocesos. En 1812 Infante planteaba la independencia de Cuba, y pedía mantener la esclavitud; en 1820 Félix Varela presenta dos proyectos, uno era el Decreto de abolición de la esclavitud en la Isla de Cuba, el otro de Gobierno Autonómico. La constitución de Joaquín Infante no se materializó, pero sus adelantos y reservas demostraban que la conciencia nacional estaba en ebullición.

En 1812 emergió una nueva conspiración en Bayamo liderada por Blas Tamayo, pero esta vez vinculada al movimiento nacional de José Antonio Aponte. La influencia del liberalismo español a partir de 1808 y hasta 1836 fue motivo de manifestaciones políticas en Bayamo.

En la década de 1830 los líderes de las familias oligarcas que dominaban el Ayuntamiento o Cabildo bayamés desde 1795, desaparecieron del escenario político. Antes de fallecer, dejaron a sus hijos el cargo de Regidor; pero éstos, nacidos en los finales de 1810 y principios de 1820, no han cumplido aún los 25 años que estipulaba la ley para acceder al poder. Entonces, ascendieron los comerciantes españoles.

El icono del santo lo utilizaron los bayameses que crearon el Comité Revolucionario de Bayamo en 1867. En la Parroquial Mayor, donde se encontraba su efigie con rostro aborigen, dieron a conocer, públicamente, su pensamiento independista a través de la instrumentación de la marcha guerrera La Bayamesa, himno patriótico cubano, devenido en Himno Nacional de Cuba; bajo su advocación, en 1513 se inició la institucionalización del dominio colonial en Cuba. Aquí Velázquez recibió las provisiones de repartidor de aborígenes y tierras; y en 1867 los descendientes de los colonizadores primigenios, comenzaron el proceso independista cubano. Una misma imagen tomada para representar procesos antagónicos.

Guerra de independencia

Bayamo ha estado marcado siempre por el símbolo de la rebeldía. Rebeliones indias y de esclavos se sucedieron en esta región. En el siglo XIX se fraguó e inició el 10 de octubre de 1868, las luchas definitivas por la independencia de Cuba con el protagonismo de figuras como Carlos Manuel de Céspedes, Francisco Vicente Aguilera, Perucho Figueredo y muchos otros patriotas.

Bayamo fue la primera capital de la República en Armas y así se le declaró el 20 de octubre, el mismo día en que se cantó por primera vez en público el himno de Perucho Figueredo. Una vez que Céspedes diseñó la bandera alzada en el ingenio azucarero La Demajagua, las patriotas Eulalia y Candelaria Figueredo Vázquez, las hijas de Perucho Figueredo, cosieron un pabellón en el ingenio azucarero Las Magas y después Candelaria lo paseó por las calles de Bayamo, recibiendo el título de Abanderada de Bayamo. Una vez liberada Bayamo, Carlos Manuel de Céspedes pidió a la joven Felicia Marcé Castellano confeccionar otra bandera, con el propósito de ser utilizada en la ceremonia de la bendición del pabellón patria en la Iglesia Parroquial, el 8 de noviembre de 1868.

Durante tres meses Bayamo fue el centro de la Revolución, por lo que el Gobierno español envió varias columnas españolas para reconquistarla. El 19 de octubre se libraron combates en el arroyo Babatuaba y luego en el puente del río Hicotea, contra el batallón de San Quintín, que mandaba el coronel Juan López del Campillo; y el 25 de octubre se peleó en Pino de Baire contra el batallón hispano que dirigía el coronel Demetrio Quirós Weyler. En estas dos agresiones los patriotas salieron vencedores.

De nuevo el Gobierno español organizó una fuerte agrupación contra Bayamo, la que llegó a Las Tunas el 1 de enero de 1869, procedente del puerto de Nuevitas, en Camagüey. La poderosa división colonialista la mandaba el general Blas de Villate, Conde de Valmaseda. El 7 de enero ya avanzaba sobre Bayamo a través de la cuenca del río Salado, treinta kilómetros al oeste de Bayamo, donde la enfrentó las fuerzas del general Donato del Mármol. Sucesivamente se libraron los combates de El Saladillo, La Caridad, Cauto el Paso y Combate de Cauto Embarcadero|Cauto Embarcadero]]. Después de cinco días de enfrentamientos bélicos, la división española logró cruzar el río Cauto por Cauto Embarcadero, defendido por unos cien hombres, a cargo del general Modesto Díaz.

Debido a la presión de las tropas españolas que amenazaban con apoderarse de la ciudad, sus habitantes prefirieron quemarla antes de verla esclava, incendiándola el 12 de enero de 1869, hecho que demuestra el amor de las mujeres y los hombres del siglo XIX por su Bayamo, al extremo de preferir perder sus hogares y pertenencias antes que cayeran en manos del Ejército Colonial de España.

Después del Incendio de Bayamo, sólo ruinas encontraron los españoles al entrar a la ciudad. Mucho tiempo pasó antes de que se reconstruyera y cuando se hizo, a finales del siglo XIX y principios del siglo XX, se emplearon los códigos arquitectónicos que se imponían entonces, dejando a un lado los toques coloniales y sepultando los restos incinerados de la ciudad. Por eso no existe en Bayamo esa arquitectura colonial que muchos visitantes esperan ver. No obstante, sí quedan vestigios en la actual catedral y otros inmuebles.

República Neocolonial

Bayamo, hasta 1898, presentó una economía de ruina y estancamiento, una región devastada, los fondos del ayuntamiento se encontraban en bancarrota. El panorama después de la guerra era deprimente, los ingenios azucareros habían sido destruidos al igual que las vegas de tabaco.

Su economía se asentaba en una base agraria–ganadera, en cuyas formas de propiedad se producen cambios violentos, pues al desintegrarse las numerosas haciendas comuneras se produce una disminución de la explotación de la tierra y coexisten, por un lado, las grandes haciendas que sobreviven al hecho de la guerra y por el otro las pequeñas parcelas.

Es a partir de los años 40 y muy significativamente después de 1959, que la ciudad muestra un crecimiento importante en todas las esferas económicas y sociales. Evidencia de ello es el gran número de entidades con que cuenta este sector, entre las que se pueden mencionar: CAI Azucarero, Combinado Lácteo, Fábrica de Refrescos, Fábrica de Cerveza Bayam, Empresa Cárnica, Empresa de Bebidas, Empresa Mecánica, Empresa Materiales de Construcción, Empresa del Tabaco, Fábrica de Galletas, Empresa Cultivos Varios, Empresas Pecuarias, Empresa Porcina, Empresa Avícola y CAI Arrocero.

Guerra de Liberación Nacional

El 26 de julio de 1953, el líder revolucionario Fidel Castro ordenó los ataques de los cuarteles militares de Santiago de Cuba y de Bayamo, los dos más significativos de la región oriental, para dar inicio a la última etapa de liberación nacional. Seguro estaba de que, desde Bayamo, podrían ascender a la Sierra Maestra y confiaba en el patriotismo de esta ciudad, cuyos hijos lideraron en el siglo XIX el primer estallido nacional independentista.

El protagonismo de esta ciudad en la historia de Cuba no sólo estuvo presente en las guerras por la independencia del siglo XIX, sino en cada una de las etapas por las que ha transitado en su evolución la nación cubana. Hay que hojear las páginas de Bayamo en la clandestinidad, para reconocer el heroísmo de sus hombres y mujeres.

Revolución en el poder

El peso económico del territorio está centrado en la actividad Industrial y Agropecuaria. La industria representa el 41,8 por ciento de la producción total, siendo sus principales producciones físicas el arroz, azúcar, sacos de kenaf, leche condensada, helados, quesos, mármol, materiales de construcción, bebidas y carnes en conservas.

Desde el punto de vista agropecuario se destacan la agricultura con producciones de viandas, hortalizas, frijoles, cítricos y frutales; la ganadería porcina, avícola y vacuna; la silvicultura, frutales, melíferas y plantaciones energéticas y la pesca.

Además, se destaca la producción de lácteos, dirigida por la Empresa de Productos Lácteos y que tiene sus fábricas en el complejo industrial La Nestlé, la pasteorizadora El Alba y la fábrica de leche y sus derivados La Hacienda. Este conjunto de fábricas tiene prestigio a nivel nacional e internacional, producen más de un centenar de productos derivados de la leche principalmente.

Puente sobre río Bayamo construido en 1954 y demolido después del ciclón Flora

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El Primer Congreso del Partido Comunista de Cuba, sus tesis y resoluciones, en diciembre de 1975, desencadenaron el proceso de institucionalización de la sociedad, en correspondencia con los objetivos del Estado socialista cubano. El primer paso fue discutir la nueva Constitución en asambleas públicas, donde los bayameses sugirieron modificaciones, sobre todo, relacionadas con una mayor seguridad jurídica y la unidad de los poderes del Estado.

La carta magna fue sancionada el 24 de febrero de 1976, con lo cual quedaba expedito el camino para el proceso de institucionalización del país. De este modo culminó el período de provisionalidad del gobierno y comenzó a instaurase plenamente la legalidad socialista y el perfeccionamiento de la democracia de masas.

La Constitución estableció la creación de los Órganos del Poder Popular a todas las instancias y otras importantes dependencias del Estado para cumplir su rol, tanto para el control como la administración de la propiedad socialista. El 8 de marzo de 1976, se crearon comisiones de trabajo, con la finalidad de cumplir los acuerdos del primer congreso del PCC, entre ellas la nueva división política y administrativa del país, la creación de las asambleas provinciales y municipales del Poder Popular y la implantación del Sistema de Dirección de la Economía.

De este proceso surgió la provincia Granma, integrada por las regiones históricas de Bayamo y Manzanillo.

En una reunión en Bayamo, con la presencia de Fidel Castro y Celia Sánchez, se buscó el nombre para la provincia que unía a las antiguas regiones de Bayamo y Manzanillo. Se escogió el de provincia Granma, en homenaje al yate que trajo la expedición de Fidel por las costas de Niquero, el 2 de diciembre de 1956. La capital sería Bayamo, sin perder de vista el carácter decisivo de Manzanillo en la vida del territorio.

El territorio de Granma abarcó 8 371, 26 kilómetros cuadrados, incluyendo los cayos. Por su extensión territorio, de 7,5, ocupaba el quinto lugar en el país. El municipio de Bayamo tuvo una capacidad territorial, de 917, 47 kilómetros cuadrados, es decir, el 10,9% de la provincia. Dentro del municipio quedaron núcleos urbanos grandes como El Dátil, Julia, Mabay, El Horno y Barranca, así como poblados de importancia como El Almirante, Las Mangas, Cauto del Paso, Entronque de Bueycito, Guasimilla, Pompita, Santa María y Caureje.

Durante la implementación de las nuevas instituciones de gobierno, los diversos sectores de la economía no interrumpieron sus labores. Los únicos que desde el comienzo tuvieron una definición provincial fueron el INRA y el MINAZ. Comenzó a implantarse el Sistema de Planificación y Dirección de la Economía, siendo porque el desarrollo socio–económico las principales ramas del desarrollo económico de Bayamo la ganadería, la agricultura, el tabaco, las fábricas de productos lácteos y los materiales de la construcción.

En medio de estas tareas, en agosto de 1976, se celebraron los primeros carnavales propiamente dichos en Bayamo. En 1976 las organizaciones de masas contaron con sedes provinciales y municipales. Los CDR de Bayamo quedaron enmarcados en 120 zonas y 500 organismos de base. La FMC tuvo 80 bloques y 350 delegaciones de base. La ANAP quedó con 98 bases campesinas.

En las elecciones para los órganos de gobierno, convocadas para el 10 de octubre, la comisión electoral estuvo presidida por Alfonso Acosta y actuaba como secretario Andrés Verdú, auxiliados por tres vocales y cinco suplentes. Las elecciones por circunscripciones, garantizó, la más estrecha relación entre el delegado y los electores. Entre el 29 y 31 de julio se realizaron las reuniones de vecinos, donde se formaron las asambleas de dominación de los candidatos a delegados a la asamblea municipal.

En los comicios votó el 98,5 del electorado. Desde las zonas rurales los datos ¿se transmitían por medio de jinetes y las palomas mensajeras. En la primera vuelta se eligieron 58 delegados, pues el resto no alcanzó el 51 % de las boletas. La segunda vuelta electoral se llevó a cabo una semana después, donde resultaron elegidos el resto de los delegados por circunscripción.

En medio del democrático proceso se produjo el criminal atentado al avión de Barbados, el 6 de octubre de 1976. Los terroristas anticubanos cercenaron con la vida de 73 pasajeros, entre ellos el equipo juvenil de kárate y esgrima. Entre las víctimas el copiloto Valentín Ladrón de Guevara, natural de Bayamo, y el miembro de la policía Enrique Castillo Castillo, natural de Veguitas.

El pueblo en masa condenó los actos de terroristas y descarada complicidad del imperialismo norteamericano. Tan pronto se conoció que era obra de Luis Posada Carriles y Orlando Bosch, pidieron su extradición a Cuba para ser juzgados. Pero jamás se ha cumplido con tan justo exigencia.

El 31 de octubre se constituyó la Asamblea Municipal de Bayamo, siendo una votación secreta, en urnas custodiada por pioneros. Se votó por la integración del Comité Ejecutivo, eligiendo como presidente a Antonio Gumersindo Gorgojo Fiallo, vicepresidente a Alfonso Acosta y como secretario a Víctor Collejo. En tanto en la provincia, se eligió como presidente de la Asamblea Provincial Pedro García Lupiañez, la que quedó instalada el 7 de noviembre. De esta manera quedó establecido el Poder Popular, investido de todos los poderes para resolver libremente las necesidades de la sociedad y controlar los organismos de la administración central del Estado.

Durante la división de Oriente en cinco provincias la máxima dirección del país llamó a que cada uno de gobernantes en sus territorios a combatieran cualquier tipo de regionalismo o egoísmos y al gobierno central a trabajar en el desarrollo económico y social equitativo del país, pero a la vez trazó que cada provincia debía luchar y trabajar por desarrollarse a sí misma.

El 25 de noviembre, por disposiciones del Buró Político del Partido, se comenzó la disolución oficial de las estructuras partidistas para adaptarlas a las nuevas estructuras. El primer secretario del Partido en Granma fue Emilio Loo Hernández y el segundo secretario José Antonio Verdecia. En el municipio de Bayamo el primer secretario Luis Lara Espinosa, segundo secretario Rene Estrada.

El 26 de julio de 1982 el Comandante en Jefe Fidel Castro, durante los festejos por el XXIX aniversario de la efeméride del asalto a los cuarteles Guillermo Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, pronunció un discurso en la Plaza de la Patria de Bayamo, donde enfatizó que no sería posible escribir la historia de Cuba sin la historia protagonizada en la actual provincia de Granma.

Fidel Castro en la Plaza de la patria de Bayamo, el 26 de julio de 1982.

A la vez inauguró importantes obras sociales como el monumento de la Plaza de la Patria, el Hotel Sierra Maestra y la Escuela de Deportes Simón Bolívar y recorrió todo el sector norte de la ciudad, donde conversó con el pueblo.

El 27 de julio de 1982 Fidel Castro recorrió el Hotel Sierra Maestra, acompañado de Roberto Damián Alfonso, el primer secretario del PCC en Granma.

También se desarrollan en la ciudad, como es el caso del complejo industrial de producción de piensos y la fábrica de gas licuado y distribución de combustible.

La industria farmacéutica tiene su lugar en Bayamo en la fábrica de almohadillas sanitarias y la fábrica de líquidos orales.

Por otra parte, la industria del software también tiene excelentes resultados, con compañías como DESOFT y ALIMATIC.

Bayamo posee un buen desarrollo turístico, avalado por los hoteles Sierra Maestra y Villa Bayamo de la Cadena Islazul y el Hotel Royalton de la Cadena Cubana Encanto. Su centro histórico, donde puede apreciarse la Casa Natal de Carlos Manuel de Céspedes, además de la Plaza del Himno y la Catedral, resulta de marcado interés para los visitantes.

Desarrollo social revolucionario

Educación

Antes de 1959, en Bayamo predominaban los colegios fundados por órdenes religiosas, a ellos asistían, fundamentalmente, personas con recursos económicos, los negros tenían prohibida la entrada a los mismos; lo que traía como consecuencia que la mayor parte de la población no tuviera posibilidad de estudios. Actualmente Cuba posee un significativo avance en la esfera de la educación, y la ciudad de Bayamo no escapa de este desarrollo, al contar con un amplio número de escuelas y centros educacionales, de diferentes ramas y niveles de enseñanza: Escuelas Especiales, Técnicas y Profesionales, de Arte, de Oficios y de Adultos, entre otras. El municipio cuenta, además, con el Palacio de Pioneros "Raquel González Pérez", sitio donde un grupo de especialistas se encarga de la formación vocacional de los pioneros para su futuro desarrollo en diversas ramas de la economía.

Cultura

La cultura bayamesa tiene un amplio destaque en varias expresiones y no solo en los ámbitos locales sino también en el continental, con una impronta definida y lozana en países como Colombia, Guatemala y México. Con énfasis en la música, la poesía y la narrativa resaltan Manuel Muñoz Cedeño, Juan Clemente Zenea, Manuel del Socorro, José Joaquín Palma, Carlos Manuel de Céspedes, José Fornaris, María Luisa Enriqueta del Carmen Milanés, José Maceo Verdecia, Enrique Orlando Lacalle Zauquet, Pimpo La O, entre otros.

Después del triunfo de la Revolución sobresalen en el ámbito intelectual Lucía Muñoz, Luis Carlos Suárez, Abel Guerrero Castro, Leila Reyes Poveda, Evo Eón Montero Mendoza, Guillermo Calixto González Labrada, Máximo Gómez Castells, Ludin Bernardo Fonseca García, Juan Ramírez Martínez, Aldo Daniel Naranjo Tamayo y Evelio Traba Fonseca|Evelio Traba]], cultivando la poesía, el ensayo literario e histórico, el periodismo y la novela.

La ciudad, que cuenta en la actualidad con más de 220 mil habitantes, mantiene intactos los rasgos que caracterizaron su arquitectura, su cultura, hábitos y tradiciones. En el desarrollo cultural de sus pobladores intervienen variadas instituciones, entre las que se pueden mencionar: Teatro Bayamo, Teatro 10 de Octubre, Sala teatro José Joaquín Palma, Casa de Cultura 20 de Octubre, Casa de la trova La Bayamesa, Galería de arte, Museo Casa Natal de Carlos Manuel de Céspedes, Museo Provincial Manuel Muñoz Cedeño, Museo de Cera, Museo Ñico López, Biblioteca 1868, Cine Céspedes, Cabaret Bayam, Cabaret Bambú, Centro Cultural Los Beatles, y muchas otras como: los Cines de Bayamo y Complejo recreativo "Guajiro Natural".

Prestigiosas agrupaciones como la Banda de Conciertos de Bayamo (1913) y el Coro Profesional de Bayamo (1962), entre otras, consolidan la educación artística de las masas, con presentaciones de un alto nivel profesional; ellas colocan el nombre de Bayamo en la cartografía de Cuba y el mundo, con ritmos y sonoridades auténticas. Carlos Puig Premión y Marisel Ávila Labrada han sabido ganarse las simpatías, el respeto y el cariño de su pueblo, que los reconoce como legítimos representantes de la cultura cubana.

Es importante señalar en el acervo artístico bayamés agrupaciones musicales como el mariachi Tierra Brava, Yakaré, Firbesón, Café Exclusivo, Compañía Guanchi Tropical Show, Manotito y su Tiríjala, Arturo Jorge y su Cuarteto Tradición, Grupo Kanoy, el conjunto Exsultén, los Audaces en Bayamo y el órgano El mambisisto de Bayamo. En la cantera de directores artísticos de espectáculos han alcanzado reconocimiento provincial y nacional William Delgado, Julio César Chacón González y Fernando Muñoz Carrazana.

De igual manera existen otros conjuntos artísticos que llenan los espacios culturales con maestría y virtuosismo, como el Colectivo Teatral Granma, Guiñol Pequeño Príncipe, Teatro Andante y La Guerrilla de Teatreros, los que rompieron los cánones del teatro tradicional, cuando decidieron salir de las salas urbanas y llevar lo mejor de sus artes a las comunidades del campo, fundamentalmente al Plan TurquinoManatí.

En las propuestas artísticas del territorio sobresalen intérpretes como Mundito González, Pablo Milanés, Luis Rey Palmero (Charro Negro), Maida Castañeda, Raúl Torres, Manolo del Valle, Idanis Ortiz, David Álvarez, Luis Alberto Tamayo (Ruiseñor), Lucy Sifonte, Mariela Steven, Gilberto Leal Fonseca (Motica), Norbelis Bárzaga Mojena y Arisleys Rodríguez. Por su parte, se cuenta con importantes autores y compositores musicales como Orlando Quesada Arévalo (Guapacha), Ramón Galardi, Leyla Reyes Poveda, Manuel Oliva (Manolito), Abel Guerrero Castro, Andrés Araujo, Guillermo Cala, Aníbal Ramírez y Arturo Jorge Cabrales.

En la creación plástica sobresalen los pintores Alexis Panjota, Wilfredo Díaz Rosales, Rafael Fuentes Rojas, Ramón Mesa Bauzá, Amauris Palacios, Dajoviel Silva, Liuvis Rosabal, Luis Guillermo Santisteban Varela y Julio Eduardo Castañeda; en la escultura Ramón Blanco Arzuaga, Juan Luis Maceo Núñez, Wilfredo Milanés y Pedro Cisneros Tamayo. En tanto, en el arte popular Noel Viltres Rivero, Miguel Ángel Urquiza, Carlos García Viamonte, Rafael Barrios Madrigal y Juan Aníbal Fonseca Figueredo.

Curiosidades históricas

  • En esta ciudad existió el primer cementerio a cielo abierto de Cuba y posiblemente de América Latina.
  • La Iglesia Parroquial Mayor San Salvador de Bayamo (hoy catedral), que se destruyó en parte por el incendio y fue reconstruida luego, es el único templo religioso en la Isla que luce en su interior un mural con contenido patriótico.
  • En enero de 1775, de acuerdo a su fe de bautismo nació Joaquín Infante e Infante, conspirador por la independencia de Cuba. En 1811 se instaló en Caracas donde ejerció como abogado. En Venezuela participó en diferentes grupos revolucionarios. En 1812, se publicó en Caracas su Proyecto de Constitución para la isla de Cuba. En este documento proponía la creación de cuatro poderes estatales -el Ejecutivo, el Legislativo, el Judicial y el Militar-, el sostenimiento del régimen esclavista y una tendencia anticlerical.
  • El 18 de abril de 1819, nació el primer presidente de la República en Armas, Carlos Manuel de Céspedes.
  • El 23 de junio de 1821 nació Francisco Vicente Aguilera y Tamayo, que alcanzó el grado de mayor general del Ejército Libertador y fue Vice-Presidente e la República de Cuba en Armas. Es considerado el Padre de la República.
  • El 8 de julio de 1832, nació el primer presidente de la República Neocolonial, Tomás Estrada Palma.
  • Constituye la primera ciudad de Cuba quemada por sus propios hijos, el 12 de enero de 1869, antes que entregarla a los colonialistas españoles.
  • Por ser donde por primera vez se acrisoló el concepto de lo cubano, las luchas sistemáticas de sus habitantes por un autogobierno, escenario de las primeras rebeldías en aras de la independencia, donde por primera vez se cantó el Himno Nacional, es considerada la Cuna de la Nacionalidad Cubana.
  • Los bayameses José Fornaris y Luque, Carlos Manuel de Céspedes y Francisco del Castillo Moreno, fueron los creadores de la primera canción romántica y trovadoresca cubana, La Bayamesa.
  • La Plaza de la Revolución de Bayamo, fue la primera que tuvo Cuba con ese nombre.

Fuentes

  • Aldo Daniel Naranjo Tamayo. Es coautor del libro Síntesis histórica municipal de Bayamo, historiador y museólogo. Labora como especialista en el museo 2009).
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  • Radio Bayamo
  • Radio Musical Nacional
  • Radio Rebelde
  • Revista Granma Ciencia
  • Portal de Cultura en Granma
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