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Otro ejemplo de las manifestaciones anticolonialistas fue el fracasado plan de levantamiento armado en el Ocuje para tomar la cárcel de Mantua el 5 de agosto de 1895 y partir a la manigua, fue una acción aislada, como tantas otras en Vueltabajo, producto al apasionamiento de la juventud local.
 
Otro ejemplo de las manifestaciones anticolonialistas fue el fracasado plan de levantamiento armado en el Ocuje para tomar la cárcel de Mantua el 5 de agosto de 1895 y partir a la manigua, fue una acción aislada, como tantas otras en Vueltabajo, producto al apasionamiento de la juventud local.
  
===El fin de la Invasión en Mantua===
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El [[22 de enero]] de [[1896]], partió de Guane en dirección a Mantua la columna libertadora para cubrir la última jornada de la Invasión de Oriente a Occidente. La vanguardia, bajo las órdenes del general Juan Bruno Zayas llevaba a la cabeza al Primer Regimiento de Vueltabajo, a cuyo frente cabalgaba su jefe, el comandante Manuel Lazo.
 
El [[22 de enero]] de [[1896]], partió de Guane en dirección a Mantua la columna libertadora para cubrir la última jornada de la Invasión de Oriente a Occidente. La vanguardia, bajo las órdenes del general Juan Bruno Zayas llevaba a la cabeza al Primer Regimiento de Vueltabajo, a cuyo frente cabalgaba su jefe, el comandante Manuel Lazo.

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Historia del municipio Mantua (provincia Pinar del Río)
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Mantua Escudo(1).jpg
Mantua cuenta con escudo propio desde el año 1946, el cual simboliza la unidad de todos los mantuanos. Su creador fue el maestro Esteban Valderrama y Piña.
Cronología
Período aborigen
Comunidades aborígenes
Período colonial
Fundación del pueblo de Mantua
El territorio mantuano entre finales del siglo XVIII y mediados del XIX
Mantua durante la segunda mitad del siglo XIX
Las luchas independentistas en el territorio
El fin de la Invasión en Mantua
Período neocolonial
La agudización de los males de la república en el territorio
Luchas revolucionarias
Revolución en el poder
Transformaciones económicas y sociales
Referencias
Fuentes

Historia del municipio Mantua (provincia Pinar del Río). La historia del municipio comienza con las particularidades de las comunidades aborígenes en el territorio y la forma en que trascurre el periodo colonial desde la conquista del territorio en 1514 con el arribo de los conquistadores y colonizadores españoles, materializados en siglos de dominación, las luchas por la independencia, particularmente el impacto de la llegada de la invasión, además, el periodo de la república neocolonial, las luchas del pueblo en esos años y las transformaciones durante la revolución en poder.

Caracterización

El municipio está situado al ONO de la provincia, en los 22° 17’ 22’’ latitud norte y los 84° 17’ 04’’ de longitud oeste. Limita al norte con el Golfo de México, al este con los municipios de Minas de Matahambre y Guane, al sur con Sandino y al oeste con el Golfo de México.

Su existencia como municipio se produce a partir del Real Decreto de la Corona Española con fecha del 9 de junio de 1878, cuando se establece en Cuba la división política administrativa de las provincias, en sustitución de las jurisdicciones y los partidos.

Ubicación geográfica

El municipio cuenta con una extensión de 914,65 km² y en el censo del año 2012 reporto una población de 24780 habitantes, con una densidad de 27,1 habitantes por km².

Período aborigen

Comunidades aborígenes

Antes de la llegada de los colonizadores europeos el territorio estaba habitado por seres humanos poseedores de una cultura de miles de años, dedicados fundamentalmente a la caza, la pesca, la recolección y captura de diversas especies de la flora y la fauna. Procedían del área de Centro América, que habían arribado a Cuba mediante oleadas migratorias hace 4 500 años aproximadamente. En diferentes espacios de la geografía del territorio se han encontrado evidencias de la presencia de estos grupos humanos con un nivel de desarrollo de economía de apropiación.

En las costas, llanuras y zonas montañosas se han reportado diversos objetos e instrumentos de trabajo, como percutores, morteros, gubias y otros utensilios de conchas en relación con su nivel de desarrollo. [1]

Período colonial

El territorio durante el periodo colonial fue uno de los más complejos de Vueltabajo, por su aislamiento y posición geográfica. Las mercedaciones de la tierra otorgadas por el Cabildo de La Habana, determinaron los primeros asentamientos de los colonizadores, dedicados a la ganadería extensiva, que dio magníficos resultados desde la primera mitad del siglo XVI.

Las primeras mercedes relacionadas con el territorio mantuano datan del siglo XVI. Así quedaría registrada la concesión del corral de Navarro o Ceja a Pedro de la Cruz Reyes el 27 de junio de 1569. Ese mismo día, el cabildo habanero concedió merced a Francisco de Lima del corral Nombre de Dios. Con posterioridad, el 2 de enero de 1572 y el 4 de abril de 1576, a Francisco de Lima y Juan Recio de los sitios próximos al río Macurijes. Dos días más tarde, Diego Dueñas recibía el permiso correspondiente para poblar de ganado el corral Cayo Largo.

En el siglo XVI se otorgaron un total de 13 licencias para demarcar hatos, corrales y sitios en territorio de lo que más tarde sería el partido de Mantua, la última, a Rafael Acosta en Baja, el 27 de marzo de 1596. [2]

El resto de los permisos para la tenencia de tierras se fue concediendo en el transcurso del siglo XVII. Cuando a partir del 6 de agosto de 1607 se le otorgó a Bernabé Sánchez el Hato de Santa Isabel de Borregos en la porción norte, muy próximo al litoral.

Ciertos historiadores, como Ricardo Rousset, opinan que los primeros habitantes de Mantua desarrollaban como principales actividades económicas la pesca y el comercio de contrabando con corsarios, piratas, bucaneros y filibusteros de toda clase, algunos con guarida en los surgideros de la región, como el pirata español Sierra, quien, a tenor con la tradición oral, se refugiaba en la playa que hoy lleva su nombre.

La presencia sistemática de corsarios y piratas en las costas determino que fuera más segura la vida hacia el interior, sin embargo, la navegación constituyo la vía principal para la comunicación con La Habana y otras regiones de la isla, por ello, se habilitaron varios embarcaderos que fueron adquiriendo notoriedad para la actividad comercial, el más conocido seria Los Arroyos.

Fundación del pueblo de Mantua

A través de generaciones se ha venido transmitiendo que el origen de Mantua está vinculado al desembarco, a principios del siglo XVII, de un grupo de italianos por el surgidero de Los Arroyos, y su posterior peregrinación tierra adentro en busca de un asentamiento definitivo.

Entre las versiones populares que han trascendido, se conoce como navegantes italianos confundidos con corsarios fueron perseguidos por buques de guerra ingleses en los bajos del Archipiélago de los Colorados y al verse copados, se internaron en la Ensenada de los Lazos, incendiaron sus bajeles en el fondeadero de Los Arroyos y huyeron hacia el interior de la isla hasta llegar al Corral Cruces de Ávalos. Por otra parte, se sostiene que el bergantín Mantua, al mando del capitán Anatolli Fiorenzana (en realidad debió ser Antonello o Antonio Fiorenzano), arremetió contra la muralla de arrecifes coralinos paralela a la costa norte cuando trataba de explorar la cayería o alcanzar el litoral y comenzó a hacer agua; ante la evidencia del naufragio, los marinos abandonaron el navío en botes de salvamento.

Fundación del poblado

Al desembarcar en el surgidero de Los Arroyos, lo cual debió suceder entre 1605 y 1610, los náufragos pudieron apreciar después de una breve exploración que habían llegado a un lugar deshabitado. [3]

El territorio mantuano entre finales del siglo XVIII y mediados del XIX

La proliferación y dispersión de las vegas de tabaco en el siglo XVIII provocó un aumento significativo de la población y que la producción tabacalera se fuera convirtiendo en actividad que reportaba los mayores dividendos. En determinados espacios geográfico, vegueros y familias procedentes del país ibérico, Islas Canarias y otras latitudes se asentaron en el territorio para dedicarse a las labores agrícolas.

El estanco del tabaco a partir de 1717 y las sucesivas rebeliones de los vegueros ese mismo año, en 1720 y 1723, provocaron nuevas oleadas migratorias hacia Vueltabajo que trataban de evadir el control fiscal. En el partido de Mantua, fueron poblados los fértiles valles del Naranjal y Caracoles, a orillas del río, durante esos años.

Los progresos de Mantua, no obstante, continuaron siendo poco significativos durante los decenios siguientes. A pesar de que las vegas de Vueltabajo habían alcanzado fama en toda la isla.

El advenimiento del siglo XIX no trajo a Mantua cambios sustanciales. Su economía continuaba teniendo como base la producción tabacalera, ganadera, la explotación de colmenares y la pesca del carey con producciones muy bajas, que ascendían solamente a 16 mil pesos anuales.

El mercado de la modesta industria productora de brea y alquitrán de Mantua se enviaba al puerto de La Habana, donde se utilizaba en la conservación de buques grandes o pequeños, de travesía o cabotaje. Pero la libertad de comercio decretada el 10 de febrero de 1818 arruinó la primera industria mantuana, al ser preferido en La Habana el alquitrán extranjero.

Especuladores procedentes de La Habana, con el fin de estimular la producción de la codiciada hoja dictaminaron que en las tierras de Bayajá y Cabeza de Horacio se producía una hoja de calidad, igual a la más rica y aromática de toda la jurisdicción de Nueva Filipina. Así comenzó la expansión de las vegas de tabaco en Mantua hacia otros lugares que no eran precisamente las márgenes de los ríos, en tierras bajas, llanas y fértiles como Bayajá, Cabeza de Horacio y el valle de Montezuelo.

La primera iglesia de Mantua, según la tradición oral de la comarca, que parece confirmar un documento de 1934, perteneciente al archivo del ingeniero agrimensor Pablo Llaguno, fue levantada en la aldea de Lázaro en 1746 por gestión del presbítero Santiago Antonio Godoy, sacerdote de Guane, y en ella se veneraba una imagen de la Virgen de las Nieves.

El florecimiento de Mantua como pueblo, incidió en la decisión tomada por el Obispo Morell de Santa Cruz de erigir una parroquia como curato independiente bajo la advocación de la Virgen de las Nieves. Fue inaugurada el 14 de noviembre de 1765. La primera ceremonia de que se tiene noticia fue la boda el 14 de mayo de 1766 de Manuel de Roxas con Ana Baños.

Inmediatamente después de quedar establecida la jurisdicción de Nueva Filipina, se dieron pasos tendentes a adjudicar a cada uno de sus pueblos las instituciones civiles de acuerdo con la práctica de la época. Así quedó Mantua provista de su primera institución oficial: la Capitanía Pedánea de Tercera Clase.

En 1798 la aldea de Mantua estaba conformada por 22-24 casas de tabla y guano en estado deplorable y la parroquia estaba construida con los mismos materiales. La economía de la región se limitaba a la cría de ganado, cuyo incremento entonces era notorio, la explotación de colmenares en las haciendas Malcasado, Ceja de Navarro y Santa Isabel de Borrego con un total de 200 a 500 corchos de los que se obtenía también la cera y, por supuesto, el cultivo del tabaco. [4]

A principio del siglo XIX, la Tenencia de Gobierno de Nueva Filipina se encontraba dividida en los Partidos de Pinar del Río, San Juan y Martínez, Consolación del Norte, Consolación del Sur, Guane del Norte o Mantua y Guane del Sur. Entre 1808 y 1809 se delimitó la frontera del partido de Baja por segregación del de Mantua.

En 1819 en Mantua fueron censados un total de 806 moradores; de ellos, 390 eran blancos, 249 libres de color y 167 esclavos. El número de viviendas en el pueblo era de 25 y en toda la comarca no sobrepasaban las 69. El comercio se limitaba a un establecimiento mixto, seis pulperías y cuatro panaderías. También radicaba en Mantua un cirujano, el único profesional del partido.

El poblado de Mantua seria destruido por incendios en varias oportunidades en el siglo XIX, los más significativos ocurridos en 1821 y 1840.Por gestión del capitán pedáneo Bartolomé Blanco, se erigió en 1838 la primera escuela de enseñanza primaria para niños blancos de ambos sexos en el partido de Mantua.

En 1838 el partido contaba con 2 034 habitantes, de ellos 1 411 blancos, 202 libres de color y 421 esclavos negros. El pueblo estaba compuesto por 23 casas y 31 bohíos. Por aquella época, el partido de Mantua había experimentado cierto auge económico, traducido en un sustancial aumento de la ganadería, la expansión de la apicultura con 4 119 colmenas y el incremento de otros cultivos.

El número de vegas de tabaco había ascendido a 130 con una producción de 2 140 tercios, lo que suponía una fuente de ingresos igual a 38 569 pesos fuertes cifra inferior a la obtenida por Guane. El maíz ocupaba un lugar distinguido en el periodo, mientras el arroz, plátano, frijoles, viandas, cera y miel se obtenían en las fértiles tierras mantuanas.

La minería tuvo en Mantua, durante sus inicios, un desarrollo embrionario que transitó por un largo período a partir de que Don Diego Méndez comenzara a explotar un yacimiento de cobre descubierto en 1793 en el lugar conocido por Altos de Bermejo y Ciegos de Juan Tomás, en terrenos de la hacienda Los Arroyos. En 1850, Suárez Agudín y Compañía tomó las riendas de la mina que pasó a llamarse La Unión y otros yacimientos, que definieron al territorio como uno de los más importantes en cuanto a las reservas de mineral de Vueltabajo. fue definitivamente abandonada debido a la depreciación del metal. [5]

Mantua durante la segunda mitad del siglo XIX

Para 1857, Mantua era un caserío conformado por 43 viviendas, con una población compuesta por 116 blancos, 26 pardos libres y 18 esclavos.

En 1862, Mantua continuaba siendo un partido de tercera clase de la jurisdicción de Pinar del Río, con una extensión de 134,2 Km2. Su población ascendía en diciembre de ese año a 3 588 habitantes, de ellos 2 324 eran blancos, 290 libres de color y 474 esclavos negros. El total de viviendas era de 485. Construidas de mampostería y tejas solamente cuatro; 97 de tablas y tejas, 276 de embarrado y tejas y 108 de yagua y guano. Del total de viviendas sólo 87 estaban sujetas a impuestos, produciendo una renta anual de 10 372 pesos fuertes. Los núcleos poblados más importantes del partido en esa época continuaban siendo Mantua, Montezuelo y Lázaro

El partido estaba dividido en los hatos: Santa Isabel, Los Arroyos, Las Cruces, San Francisco, Cabeza de Horacio; los corrales de Malcasado, Damují, San Antonio de Padua o Montezuelo, Santa Lucía, Santa Olaya, San Francisco de la Ceja, Navarro, Santa Ana o la Pastora y el Rancho o La Muenga. Existían 13 haciendas de crías y cebas, 25 potreros, 132 vegas de tabaco y 30 colmenares, pero sus producciones eran muy pobres. Los cultivos más extendidos continuaban siendo el tabaco y el maíz, de este último se recogía alrededor de 13 500 quintales. [6]

El producto anual de las riquezas generadas a Mantua ascendía, según Las Noticias Estadísticas de 1862, a 49 830 pesos fuertes con 50 centavos. Las cajas del estado abonaban al cura para la parroquia 897 pesos fuertes, al teniente cura sacristán 400 y otros 400 para materiales de construcción, con una periodicidad anual.

Las mercancías eran llevadas o traídas entre el puerto de La Habana y los embarcaderos de San Francisco, Santa Isabel y Los Arroyos por el vapor Veguero y la goleta La Flor de Mantua, propiedad de Simón Fors, Salvador Llaugert y otro grupo de mantuanos que conformaban una sociedad comercial.

Entre los acontecimientos más significativos del territorio se encuentran las gestiones para constituir ayuntamiento, que sería aprobada por real orden el 28 de mayo de 1866.

Las luchas independentistas en el territorio

El eco de la campana de La Demajagua se escuchó en la campiña mantuana no bien Carlos Manuel Céspedes llamó a todos los cubanos a edificar la Patria en la mañana del 10 de octubre de 1868. Independientemente de que en toda la Vueltabajo se expresaba el sentimiento pro español, en Mantua se conspiraba contra la metrópoli desde 1867. El artífice de la conspiración, doctor Enrique Dámaso, venía fungiendo como síndico del ayuntamiento mantuano y a él se debieron notables medidas de corte social aprobadas en esa institución gobernativa. Su desacuerdo con la política de la metrópoli en Cuba, lo condujo a criticar abiertamente la situación deprimente en la cual se encontraba la región de Vueltabajo.

Con un grupo de patriotas mantuanos y guaneros, entre los que se distinguían Eusebio Sayas, Tomás Tamayo y José Agustín Pérez, el doctor Enrique Dámaso Rubio y Díaz fraguó un alzamiento simultáneo en varios puntos y se escogió el 24 de diciembre de 1868.

Dámaso Rubio se trasladó la víspera desde Guane hasta la finca Santa Lucía y desde allí al cercano caserío de Montezuelo, pero la mayoría de los complotados no se presentaron, por temor a las medidas de seguridad tomadas por la guardia civil, en prevención de cualquier intento de rebelión.

Al quedar desarticulado el grupo, Enrique Dámaso Rubio y Díaz no tuvo otra alternativa que tomar el camino del exilio. En el extranjero continuó su constante quehacer revolucionario en pro de la libertad de Cuba hasta la firma del Pacto del Zanjón. [7]

A fines de diciembre Eusebio Sayas y Tomás Tamayo fueron detenidos, condenados a diez años de privación de libertad y enviados a las prisiones de La Habana.

Otro ejemplo de las manifestaciones anticolonialistas fue el fracasado plan de levantamiento armado en el Ocuje para tomar la cárcel de Mantua el 5 de agosto de 1895 y partir a la manigua, fue una acción aislada, como tantas otras en Vueltabajo, producto al apasionamiento de la juventud local.

El fin de la invasión en Mantua

El 22 de enero de 1896, partió de Guane en dirección a Mantua la columna libertadora para cubrir la última jornada de la Invasión de Oriente a Occidente. La vanguardia, bajo las órdenes del general Juan Bruno Zayas llevaba a la cabeza al Primer Regimiento de Vueltabajo, a cuyo frente cabalgaba su jefe, el comandante Manuel Lazo.

Una comisión conformada por las autoridades y los más prestigiosos vecinos de Mantua, presidida por el alcalde José Fors y Perdomo dio cordial bienvenido al general Maceo en las afueras del pueblo, junto al puente rústico sobre el río Mantua, en la finca “los Conucos”. A las cuatro de la tarde, hizo su entrada en Mantua el Ejército Invasor. Las fuerzas mambisas entraron al pueblo con sus banderas desplegadas, en dos columnas que marchaban paralelas, al compás de las vibrantes notas del Himno Invasor, magistralmente ejecutado por la banda del Cuartel General. El siguiente día se firma el acta que testificaba el fin de la Invasión a Occidente y que fue firmada por las principales dirigentes del cuerpo invasor y las autoridades municipales. Un numeroso contingente de jóvenes mantuanos se incorporó a las filias del ejército libertador, entre los más conocidos se encontraban el coronel Fernando Méndez Miranda y los comandantes Manuel Labastida Miranda y Antonio Pozo Barrios considerado el patriota insigne del municipio.

La posición estratégica del territorio determino que durante la contienda independentista se desarrollaran sistemáticas acciones combativas, entre las más conocidas están las libradas durante el movimiento de las tropas de Maceo, cuando se dirige desde La Sierra del Rosario a la península de Guanahacabibes, para recibir y trasladar la expedición de Juan Rius Rivera, en septiembre de 1896. En esos momentos se libran los combates de Montezuelo, Tumbas de Estorino y La Manaja, entre el 23 y 26 de septiembre de 1896.

En el año 1897 las fuerzas de la Brigada Occidental realizan sistemáticas incursiones en los principales enclaves de enemigo en el territorio.

El 15 de mayo de 1897 el coronel Bernardo Camacho combate con la guerrilla de Dimas, causándole 15 bajas mortales y varios heridos, incluyendo el teniente jefe de la misma, se les ocupó 1 500 balas, 9 caballos y mulos y 11 armas.

Los Arroyos de Mantua y Dimas fueron fortificados por Valeriano Weyler, como parte de su estrategia militar de consolidar la defensa de los embarcaderos, para desembarcar soldados y material de guerra para enfrentar al Ejército Libertador.

Fuerzas de la segunda división del Sexto Cuerpo atacaron sistemáticamente posiciones enemigas a partir del mes de junio de 1897 y hasta julio de 1898, destacándose incursiones contra el poblado de Mantua, vegas y áreas fortificadas con la finalidad de destruir las producciones y obtener alimentos. [8]

Periodo neocolonial

El periodo de la Primera Ocupación Militar de los Estados Unidos (1899-1902) seria de incertidumbre para el territorio de Mantua, con una lenta recuperación de la actividad económica, principalmente las cosechas de tabaco, realizadas con esfuerzos propios por los campesinos. Comienza a mejorar el estado sanitario, con la contención de las epidemias y aunque el censo de 1899 recoge numerosos detalles sobre las particularidades del territorio, entre los más importantes se encuentra la recuperación de los niveles demográficos, que habían disminuido sensiblemente durante el periodo de la guerra.

Las autoridades militares norteamericanas designaron como alcalde entre 1899 y 1901 a José Fors Perdomo, quien en 1901 seria electo consejero provincial por el partido Republicano.

En las elecciones del primero de noviembre de 1901 seria electo alcalde Manuel Quintana Silva. Dando paso después al dominio del partido Liberal, con Antonio Pozo entre 1908 y1916 y Fidel Pedraja hasta 1920. El control político de los Conservadores en el territorio se expresa a partir de 1920, con cuatro alcaldes, hasta el derrocamiento de la dictadura del Gerardo Machado en 1933, cuando fue designado provisionalmente Ramón Granda hasta 1935. Entre Liberales, Nacionalistas y Demócratas se disputan la alcaldía desde 1936 hasta el golpe de estado perpetrado por Fulgencio Batista en 1952, quien destituyo a Antonio Duarte para designar a Arturo Otero, del partido Acción Progresista, figura política que se mantuvo en el cargo hasta el primero enero de 1959. [9]

La agudización de los males de la república en el territorio

El municipio continúo dependiendo de la economía agropecuaria, con el predominio de la producción tabacalera y la ganadería extensiva, con una población mayoritariamente rural que dependían del trajo en el campo, en tierras pertenecientes a los terratenientes. La ampliación del latifundio y la pobreza en general constituyeron particularidades del territorio, donde las posibilidades de empleos eran escasas.

En Arroyos de Mantua existían en la década del cincuenta cinco pequeñas empresas pesqueras, que enviaban las capturas directamente hacia La Habana. El comercio de cabotaje continúo representando durante todo el periodo una actividad que posibilitaba el traslado de mercancías, materias primas y pasajeros, a partir del aislamiento del territorio.

En 1943 Los Arroyos constituía el segundo asentamiento poblacional donde se registraron 937 habitantes, con un fondo habitacional de 200 casas de madera con techo de guano, teja y zinc. Radicaban cinco pequeñas empresas pesqueras y en el embarcadero se realizaban operaciones de cabotaje. [10]

El embarcadero de Dimas tenía una situación similar, dedicado a la actividad pesquera y el comercio de cabotaje con una población en año 1943 de 307 habitantes.

Los servicios de telégrafo y correos se fueron ampliando desde las primeras décadas del siglo XX, pero con serias limitaciones principalmente fuera del poblado cabecera del municipio. La electricidad llego a Mantua a partir de 1917 con la prolongación de las líneas desde la planta establecida en Guane. La situación de los viales seria critica durante la mayor parte de la república Neocolonial con caminos considerados carreteras de tercera clase, aunque durante el gobierno de Ramón Grau San Martín entre 1944 y 1948, se proyectó la carretera de Guane a Mantua ejecutándose los 36 kilómetros de la obra.

La producción tabacalera, la ganadería y la explotación forestal indiscriminada constituyeron las principales actividades económicas del municipio, aunque la pesca en los embarcaderos e Los Arroyos y Dimas constituían lucrativos negocios para varios empresarios dedicados al control de esta actividad que era trasladada hacia La Habana.

La inexistencia de hospitales y de un servicio de asistencia sanitaria fue el signo distintivo de este municipio. Los pacientes eran atendidos en sus casas y en las consultas particulares de los médicos. En 1903, se crea la Junta de Sanidad, integrada por los doctores Manuel Fors, Enrique Ramírez y Luís Lozano. Para la década de 1910 existía un médico en cada poblado principal del término municipal: Mantua, los Arroyos y Dimas. En la década de 1940 había en Mantua dos médicos, un estomatólogo, un laboratorista y un médico en cada uno de los otros dos poblados.

Durante el periodo neocolonial la educación en Mantua constituyó uno de los parámetros más desfavorables de la provincia y la nación. En 1899 la población del municipio era de 8 366 habitantes con un nivel de analfabetismo del 88%. De los 2 057 niños en edad escolar menores de 10 años, solo 29 asistían a la escuela y con conocimientos superiores existían once personas en todo el territorio.

Según un acuerdo tomado por Junta de Educación que se había creado el 4 de marzo de 1899, se establecen escuelas de varones y hembras en Mantua, Los Arroyos y Dimas, estas últimas comenzaron a desempeñar su labor a partir de julio de 1900.

Para 1907 la población aumentó a 11 041 habitantes, de ellos 4 429 niños menores de 10 años de los cuales solamente 301 asistían a la escuela. Solo sabían leer 2091 personas de todas las edades, lo que expresaba que el 78 % de la población era analfabeta. [11]

Esta situación se mantuvo durante todo el período (1898-1952) pues, si bien en el año 1931 el 30% de los niños menores de 10 años sabían leer y escribir; en 1953 esta cifra bajó a un 13%; semejante situación estaba dada fundamentalmente por la falta de maestros y escuelas.

Según el censo de 1953 la población mayor de 6 años era de 12 073 habitantes de la cual más de la mitad no tenía ningún nivel escolar lo cual representaba un 52% de analfabetismo. Con conocimientos superiores habitaban 135 personas en el territorio, de ellos solo 16 tenían nivel universitario.

Luchas revolucionarias

Durante el periodo se agravo la explotación de los latifundistas contra los campesinos, lo que genero constantes conflictos y desalojos, mientras los trabajadores del comercio, los servicios y los dedicados a la actividad pesquera, sufrían el rigor de la explotación y la violación de sus derechos laborales. Esta realidad determino que el territorio mantuano se convirtiese en un escenario de constantes luchas, donde se organiza el Partido Socialista Popular, el Movimiento 26 de Julio y la juventud se incorpora a la lucha contra la dictadura de Fulgencio Batista. Así quedó demostrado con la participación y apoyo material a la columna Cuatro del Frente Guerrillero de Pinar del Río a finales del año 1958.

Revolución en el poder

A partir del primero de enero de 1959, las fuerzas revolucionarias en Mantua ejercieron un efectivo control del municipio, ocupando las principales dependencias militares y gubernamentales de la dictadura de Fulgencio Batista, Iniciándose notables transformaciones, entre las más notables, la aplicación de la primera reforma agraria, en una región donde se había consolidado el latifundio durante siglos, con una despiadada explotación del campesinado.

El territorio llevo a cabo con éxito la campaña de alfabetización, eliminando el analfabetismo, se desarrollaron numerosos planes asistenciales, de salud y se transformó el pésimo estado de la vivienda, principalmente en el campo. La atención a los problemas de salud garantizó la limitación de la mortalidad infantil y la elevación de la esperanza de vida a niveles de países desarrollados.

La contribución de los mantuanos a la defensa de las conquistas de la revolución fue notable desde enero de 1959, así quedó demostrado con la participación en las difíciles tareas, el enfrentamiento a los enemigos, la incorporación a los batallones de las milicias, la participación en la lucha contra las bandas enemigas en las montañas pinareñas y El Escambray, la defensa del territorio durante el taque por Playa Girón y la Crisis de octubre.

Transformaciones económicas y sociales

Las profundas transformaciones generadas en el régimen de la propiedad de la tierra y en todas las esferas de la vida política, económica y social posibilitaron elevar el nivel de vida del pueblo.

Entre aquellos latifundios nacionalizados se encontraba Las Clavellinas, perteneciente a la familia Arguelles, donde se producen numerosas transformaciones con la primera ley de reforma Agraria del 17 de mayo de 1959, con la finalidad de elevar la producción y mejorar la masa ganadera, a tono con los planes de desarrollo emprendidos en los campos cubanos.

En varias oportunidades el comandante en jefe Fidel Castro visitó el lugar durante los primeros años de la Revolución, como fue el recorrido de septiembre de 1959. Allí se apreciaron los trabajos realizados para convertir el latifundio en una gran cooperativa, indicándose la construcción de una presa.

Durante aquellos recorridos se evaluaron los planes y metas de la zona de desarrollo PR- 4 de Guane, el cual incluía los territorios de Mantua y el actual municipio de Sandino. El objetivo de estos proyectos era mejorar el nivel de vida de la población y eliminar los rezagos feudales del campo pinareño.

Existían en Las Clavellinas tres vaquerías, además se realizaba la ceba de toros, garantizando parte de los animales que serían enviados hacia la ciudad Bolívar. Como parte de los cambios operados se creó la granja Emiliano Zapata, que estaba dividida en distritos, Macurije, Dimas, Kilómetro 21, La Laguna y Clavellinas.

Desde el surgimiento de esta empresa pecuaria se produce un ascenso en la producción de leche y la cría de ganado en Las Clavellinas. Todo fue posible por los cambios operados y la consagración de los trabajadores del sector en el territorio de Mantua. [12]

El Periodo Especial determinó cambios estructurales en la Empresa Emiliano Zapata, surgiendo a partir de 1994 las Unidades Básicas de Producción Cooperativa. Como resultado de ello la empresa se dividió en varias entidades al crearse una en Dimas, otra en Cebadero, una en la Laguna, dos en el kilómetro 21 y en Las Clavellinas dos más.

La estrategia de repoblación forestal, iniciada por la revolución al comenzar la década del sesenta del siglo XX, tuvo su máxima expresión en los municipios de Guane y Mantua a partir de los planes iniciados por el INRA. En las zonas montañosas fueron sembrados y atendidos millones de ejemplares de eucaliptos, pinos y maderas preciosas.

Ante los pasos organizativos iniciales se comenzó el plan forestal 20 de mayo en Guane y Cabeza de Horacio en Mantua. En 1968 se producen cambios organizativos, a partir de que se decide nombrar la entidad plan Macurije. Esta abarcaría los municipios de Guane, Mantua y Minas de Matahambre, con un grupo de frentes forestales encargados de dirigir y administrar las diferentes localidades.

Durante este periodo se incrementarían notablemente los niveles de empleo, en los planes de desarrollo forestal, a donde concurrían personas de diferentes lugares de la provincia, incluso contingentes de La Habana. En un lugar cercano a las oficinas del plan, en el 20 de mayo, había un letrero que decía:¨no pida trabajo, pida un pico y empiece a trabajar¨.

Subir y bajar lomas, en largas caminatas para realizar las labores de limpieza de la tierra o la siembra, constituían verdaderas proezas por parte de aquellos trabajadores. Muchas personas aún recuerdan aquellas movilizaciones constantes durante los años 1972 y 1973, cuando se planteó sembrar 10 millones de pinos.

El ascenso constante de la repoblación forestal y la protección de los bosques jóvenes, con disímiles medidas para evitar los incendios y la extracción clandestina de madera, propició que todo el lomerío antes desolado tomara un verde intenso.

Se destacan entre las actividades económicas fundamentales: La agricultura, silvicultura, ganadería y pesca. La superficie agrícola constituye el 45,8 % de tierra firme, el grado de utilización de la misma es del 41,3 %. Los cultivos principales son: arroz, cultivos varios, tabaco y pastos.

En la actualidad la base económica principal es la agricultura, la cría de ganado mayor y la explotación de vastos recursos forestales. El 45.8% de suelos constituye la superficie agrícola, mientras el 95 % de la superficie no agrícola está dedicada a la explotación forestal, disperso en todo el escenario del territorio.

En la agricultura el lugar cimero lo ocupa el cultivo del tabaco; se dedican a la siembra de esa planta aromática alrededor de 240 caballerías de tierra, mientras que para la cría de ganado vacuno están asignadas casi 2 000 caballerías. El municipio exporta tabaco, productos del mar y en menor cantidad resina de pino y madera.

La pesca ha constituido una actividad económica de relevancia, que dio pasos ascendentes desde la década del sesenta del pasado siglo, ampliándose las capturas tanto en Los Arroyos como en Dimas.

Las transformaciones en el sistema de salud desde 1959 han constituido uno de los principales logros de la revolución en Mantua, contribuyendo a elevar la calidad de vida de la población y a eliminar el triste panorama que en materia de salud existió en el territorio durante la colonia y Neocolonia. Una prueba de esta realidad lo constituyen los bajos niveles de mortalidad infantil durante décadas a pesar de las limitaciones del periodo especial, para arribar al año 2020 con una taza de cero.

Las estadísticas del año 2021 evidencian la consistencia del sistema de salud en el territorio, con una red de instalaciones que aportan una mayor calidad asistencial y de vida a la población: Un hospital, un policlínico, dos postas médicas, una en Arroyos y la otra en Dimas , 27 consultorios médicos, una clínica estomatológica, un hogar materno, tres casas de abuelos, un Sistema Intensivo de Urgencia Médica (SIUM), una unidad de higiene, así como una sala de rehabilitación, una recepción de óptica; farmacias en Mantua, Los Arroyos, Dimas y Macurijes.

En la actualidad se alcanzan niveles superiores de calidad en la enseñanza, existiendo en el municipio veinte nueve escuelas primarias, dos círculos infantiles, una escuela especial, una Sede Universitaria, un Instituto Politécnico, un Preuniversitario, una Secundaria Urbana y dos centros mixtos.

El Poblado de Mantua fue declarado Monumento Nacional mediante el decreto ley No. 207, de fecha 6 de septiembre de 1935 y ratificado como por la Comisión Nacional de Monumentos el 10 de octubre de 1978, por considerarse un sitio histórico, lugar donde culminó la invasión de Oriente a Occidente, comandada por el mayor general Antonio Maceo. Se destacan los monumentos al soldado Invasor y Mangos de Roque, como prueba de la extraordinaria hazaña militar.

Mantua cuenta con escudo propio desde el año 1946, el cual simboliza la unidad de todos los mantuanos. Su creador fue el pintor Esteban Valderrama y como otros territorios pinareños cuenta con un himno propio.

Desde el año 2006 Mantua cuenta con una corresponsalía de televisión y desde el 2007 se fundó el periódico digital Ecos de Mantua, que ha gozado de una importante aceptación por los lectores.

Referencias

Fuentes

  • Alonso Alonso, Enrique y otros: La población más antigua de Pinar del Rio. Departamento de Arqueología del CITMA. Pinar del Rio .1990.
  • Archivo Nacional, Revolución de 1895, legajo 4, número 2056
  • Censo de la república de Cuba.1907. Oficina del censo de Los Estados Unidos:1908.
  • Colectivo de autores: Síntesis histórica provincial. Pinar del Rio. Editorial Historia. 2012
  • Colectivo de autores: Historia del Municipio de Mantua. 2004.Inedita.
  • Derrotero de la Isla de Cuba. Parte Segunda. Marina de Guerra. La Habana 1951
  • Memorias de la Sociedad Patriótica de La Habana. Imprenta del Gobierno y la Capitanía General de S.M. La Habana 1841. Tomo XII.
  • Nomenclátor Comercial Agrícola e Industrial, Artes y Oficios. Diccionario General para la Isla de Cuba 1883-1884. Primera Serie. Centro Editorial de Morelos y Julí. La Habana,1883.
  • Pertierra Serra Enrique: Mantua en Cuba. Entre la historia y la leyenda Ediciones Loynaz, 2001.
  • ----------------- Historia de Mantua I(1492-1868).Ediciones Loynaz 2009.
  • ----------------- Historia de Mantua II (1868-1895). Ediciones Loynaz 2014.
  • ----------------- La Guerra de liberación en Mantua (1895-1898). Ediciones Loynaz 2019.
  • Riera Hernández, Mario. Cuba Política 1899-1955. Imprenta Modelo SA. La Habana 1955.
  • Pezuela, Jacobo de la: Diccionario Geográfico Estadístico Histórico de la Isla de Cuba. Imprenta de Mellado, Madrid,1865- 1866.
  • Pichardo, Esteban: Geografía de la isla de Cuba. Junta de Fomento. La Habana, 1854.
  • Santovenia y Echaide, Emeterio: Historia de Mantua. Imprenta El siglo XX. La Habana 1923.