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'''Municipio Matanzas.''' La historia del municipio se remonta a una antigüedad de 4000 años antes del presente, estos primeros grupos humanos poseían gran movilidad y fueron conocidos como pescadores, cazadores y recolectores. Durante el bojeo que emprendió [[Sebastián de Ocampo]] en [[1508]], según apuntan fuentes recientes, reconoció la bahía de Guanima. Iniciada la conquista, en el escenario de la bahía, tuvo lugar el suceso que daría nombre a la futura población cuando, en [[1510]], los indígenas liderados por el [[cacique Guayucayex]] aceptaron ayudar a varios náufragos españoles para cruzar la bahía, arrojándolos al mar una vez que estuvieron alejados de la orilla.
 
 
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Revisión del 07:44 7 jun 2021

Historia del municipio Matanzas (provincia Matanzas
Información sobre la plantilla
Escudo de Matanzas.png
Cronología
Ubicación geográfica
Período precolombino
Período colonial (1492-1898)
Ocupación del territorio y fundación de la ciudad
Evolución económica
Evolución social
Conspiraciones, sublevaciones de esclavos y luchas independentistas
La guerra de los Diez Años
La Tregua Fecunda
La guerra del 95
República neocolonial (1902-1958)
Situación económica
Situación social
Movimientos sociales, obreros y estudiantiles
La lucha contra la tiranía de Batista
La Revolución en el poder
Transformaciones económicas
Transformaciones sociales

Municipio Matanzas. La historia del municipio se remonta a una antigüedad de 4000 años antes del presente, estos primeros grupos humanos poseían gran movilidad y fueron conocidos como pescadores, cazadores y recolectores.

Durante el bojeo que emprendió Sebastián de Ocampo en 1508, según apuntan fuentes recientes, reconoció la bahía de Guanima. Iniciada la conquista, en el escenario de la bahía, tuvo lugar el suceso que daría nombre a la futura población cuando, en 1510, los indígenas liderados por el cacique Guayucayex aceptaron ayudar a varios náufragos españoles para cruzar la bahía, arrojándolos al mar una vez que estuvieron alejados de la orilla.

El Cabildo habanero, con jurisdicción sobre Matanzas, concedió en marzo de 1578 el hato de Caneymar, la primera merced de tierra registrada en este territorio. Matanzas ha sido considerada la primera urbe moderna de Cuba por haberse basado en un planeamiento minucioso a partir de un plano, como colofón el 12 de octubre de 1693 se fundó la ciudad con la denominación de San Carlos y San Severino de Matanzas, pretendiéndose así rendir tributo a la máxima autoridad de la Isla y al monarca Carlos II. En los primeros tiempos el avance de la ciudad fue lento.

El Cabildo fue oficialmente constituido el primero de enero de 1695. Durante la Guerra de los Diez Años, el occidente de Cuba -Matanzas en particular- fue el sostén económico de España. Sin embargo, son variadas las manifestaciones independentistas que protagonizan los patriotas yumurinos. En los años comprendidos entre 1895 y 1898, el territorio tuvo un desempeño constante en el proceso independentista cubano, así lo demuestra el levantamiento del 24 de febrero de 1895 en la finca La Ignacia.

Con la instauración de la República neocolonial en 1902 se fortalecieron los intereses norteamericanos en la región. La inversión norteamericana estuvo enfocada hacia la producción cañera y de otros cultivos, el desarrollo industrial continuó con mayor énfasis en la industria azucarera.

El movimiento obrero y campesino tuvo Matanzas un accionar firme contra las injusticias y la explotación de las compañías y terratenientes y su incremento en los años 50. El Movimiento 26 de Julio se constituyó en 1955.

El 1 de enero de 1959, al conocer el derrocamiento de la dictadura batistiana, el pueblo matancero se vuelca a las calles para cumplir las disposiciones dadas por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz.

Ubicación geográfica

Situado en el extremo noroeste de la provincia, limita al norte con el Estrecho de la Florida y el canal de San Nicolás, al sur con el municipio de Limonar, al nordeste con el de Cárdenas y al oeste con la provincia de Mayabeque.

Características generales

El clima local puede calificarse de cálido y está caracterizado por una temperatura promedio general de 24.9º C, con máxima y mínima promedios de 30º C y 19.3º C, respectivamente. En general, el clima es cálido y húmedo, variable que prevalece por la presencia de los ríos San Juan, Yumurí y Canímar, que atraviesan la ciudad. El accidente geográfico más trascendental es la bahía, de forma abierta, ancha desembocadura y gran profundidad (900 m), condiciones que propician su utilización como puerto comercial.

Período precolombino

En las zonas aledañas a los ríos Bacunayagua, Yumurí y San Juan, los sitios aborígenes descubiertos, después de la década de 1960, presentan una antigüedad de 4000 años antes del presente (AP), aproximadamente.  Estos primeros grupos humanos poseían gran movilidad y fueron conocidos como pescadores, cazadores y recolectores. Asociados a las prácticas funerarias los sitios más importantes se localizan en Canímar Abajo (3600-1400 AP), Cueva Cristales (2200 AP) y Caverna La Pluma (1465 AP), entre otros.

Los grupos denominados agricultores-ceramistas -conocidos también como taínos o neolíticos- que habitaron en el valle del río Canímar, fueron comunidades sedentarias que habitaron zonas cercanas al agua potable, favorables para la agricultura. Entre los sitios agricultores-ceramistas más significativos se cuenta El Morrillo, habitado entre el siglo XII hasta el XVI d.n.e. Otros sitios de interés son las cuevas Las Cazuelas y Los Perros.

A la par que la agricultura, desarrollaron la industria cerámica que se destacó por su variedad de formas y por su decoración geométrica. Con la piedra practicaron algunas técnicas y fabricaron instrumentos de trabajo, mientras que la industria de la concha alcanzó con ellos su máximo esplendor. Entre sus múltiples prácticas se contaron además la cestería y la explotación de la madera. Después de la conquista española, algunos de estos grupos sobrevivieron de forma aislada; pero la mayoría fue exterminada conjuntamente con sus patrones culturales.

Período colonial (1492-1898)

Durante el bojeo que emprendió Sebastián de Ocampo en 1506 o 1508, según apuntan fuentes recientes, reconoció la bahía de Guanima, en lo que se estima el primer contacto de los españoles con la costa norte del actual municipio. Iniciada la conquista, en el escenario de la bahía, tuvo lugar el suceso que daría nombre a la futura población cuando, en 1510, los indígenas liderados por el cacique Guayucayex aceptaron ayudar a varios náufragos españoles para cruzar la bahía, arrojándolos al mar una vez que estuvieron alejados de la orilla. El hecho ha pasado a la historia de Cuba como la primera manifestación de rebeldía colectiva indígena, a partir del cual la bahía comenzó a ser denominada “de la matanza”, topónimo que también aparece reflejado en la cartografía.

Ocupación del territorio y fundación de la ciudad

Las ventajas de los fértiles suelos yumurinos despertaron hacia 1553 el interés de otros propietarios por ocupar sus tierras, útiles para la agricultura y la ganadería. El Cabildo habanero, con jurisdicción sobre Matanzas, concedió en marzo de 1578 el hato de Caneymar -la primera merced de tierra registrada en este territorio- a Inés de Gamboa. Después de esta, la ocupación del territorio fue más sostenida.

La captura de la Flota de La Plata

Los asedios frecuentes a la bahía, desde mediados del siglo XVI, eran protagonizados por navegaciones de distintas nacionalidades que, tras recalar en la rada, solían trasladarse a las estancias para abastecerse de los productos de la comarca. El interregno entre 1620 y 1640, conocido en la historia local como etapa holandesa por las reiteradas incursiones de naves de esta nacionalidad a las costas yumurinas, tuvo como hecho más significativo el ocurrido en la bahía de Matanzas, el 8 de septiembre de 1628, cuando fue capturada la poderosa Flota de La Plata por el corsario holandés Piet Heyn.

Acerca de los peligros que representaba la piratería para la estabilidad de la zona, alertaron a la monarquía gobernadores como Francisco Xelder, quien en 1653 consideró conveniente fortificar la bahía, propuesta que fue replanteada por José Fernández de Córdoba en 1681.  La fortificación del puerto yumurino y la fundación de una ciudad en las proximidades de la bahía serían aprobadas finalmente por Carlos II el 14 de abril de 1682.

Fundación de San Carlos y San Severino de Matanzas

Matanzas ha sido considerada la primera urbe moderna de Cuba por haberse basado en un planeamiento minucioso a partir de un plano. Los actos que acompañaron la fundación se iniciaron el 10 de octubre de 1693 cuando, ante la presencia del gobernador Severino de Manzaneda y otras autoridades, el escribano y agrimensor Juan de Uribe y Ozeta delineó la plaza de Armas, al frente de la bahía y entre los ríos Matanzas (San Juan) y el canto de la ciénaga que formaba el Yumurí en su curso bajo.

En la jornada siguiente se demarcó y bendijo el solar donde se levantaría la iglesia; mientras el obispo Diego Evelino de Compostela celebró la primera misa y aclamó a san Carlos Borromeo patrono de la naciente población. Como colofón, el 12 de octubre Manzaneda y Compostela titularon la ciudad, considerándose esta la fecha oficial de la fundación, con la denominación de San Carlos y San Severino de Matanzas, pretendiéndose así rendir tributo a la máxima autoridad de la Isla y al monarca Carlos II. En los primeros tiempos el avance de la ciudad fue lento. El Cabildo fue oficialmente constituido el primero de enero de 1695.

Evolución económica

En los inicios de la conquista se practicó una economía de subsistencia basada en los cultivos de la yuca, el boniato y el maíz y en la crianza de puercos y de ganado vacuno. Una parte de las producciones se destinaba al abastecimiento de las embarcaciones que anclaban en la bahía. 

El primer cultivo comercial de Matanzas fue el tabaco, cuyas primeras vegas se establecieron hacia 1630 en las riberas del San Agustín y, posteriormente, en el valle del Yumurí. En 1715, Manuel Josef de Jústiz fue autorizado para fabricar molinos de tabaco empleando las aguas del San Juan.  Con la creación de la Factoría General, el tabaco fue penado con grandes impuestos en perjuicio de los vegueros que amenazaron varias veces con abandonar el territorio. La prohibición, en 1775, de la proliferación de las vegas, llevó a los labradores a dedicar sus tierras al cultivo de la caña de azúcar, entre otras actividades.

La caña de azúcar se sembraba en los alrededores de la bahía desde la segunda mitad del siglo XVII y, tras altas y bajas, el rubro experimenta un notorio impulso durante el gobierno de Felipe Fondesviela, marqués de La Torre (1771-1777), momento en que también se incrementa la introducción de la fuerza de trabajo esclava. Con la llegada, a fines de la centuria, de emigrantes franceses, hábiles agricultores y conocedores del café, se inició una etapa de florecimiento para este cultivo. Otras actividades practicadas fueron los cortes de madera y la industria de la cera de abeja.

A finales de 1793 fue concedida -por Real Orden del 3 de diciembre- la habilitación del puerto yumurino en clase de menor. La medida, que además facilitó la importación de grandes cargamentos de esclavos, marcó un hito en la evolución material de la región. Según el historiador Raúl Ruiz, en una primera etapa, que corresponde al “despegue económico”, de 1793 a 1817, incidió la revolución de independencia haitiana (1791), cuya posición como proveedora internacional de azúcar se pasó paulatinamente a Matanzas y, en general, al occidente de Cuba.

La segunda etapa constituye la “primera fase del esplendor económico y social”, de 1818 a 1839. En 1818 se decreta la habilitación total del puerto, hecho que marcó un momento clave para la agricultura, la industria y el comercio de la región. Un momento crucial tuvo lugar en septiembre de 1839, con la concesión del Gobierno general para construir el “camino de hierro” de Matanzas a Sabanilla del Encomendador, actuando el ferrocarril como elemento unificador de las fábricas en la jurisdicción, que fue una de las primeras en utilizarlo en Cuba.

Los años entre 1840 y 1867 son los de una Matanzas en pleno florecimiento económico-cultural, en la que se acrecienta la introducción y aplicación de adelantos científicos y técnicos en el proceso productivo del azúcar. Considerada, desde finales de la década de 1820, la segunda plaza mercantil del país, su posición se consolida en los años cuarenta, momento en que más de las dos terceras partes de la producción de la región era importada por Estados Unidos. A mediados de la década de 1850, la mitad del azúcar que Cuba exporta al mundo sale de la rada matancera. Matanzas es aclamada la “azucarera del mundo” y sus ingenios se cuentan entre los mayores y mejor equipados de Cuba.

En el período posterior a la contienda del 68, la industria azucarera culmina el proceso de concentración y centralización, que trajo como resultado la desaparición de los ingenios más pequeños y anticuados y la consolidación de los centrales, debido a lo cual, para 1883 solo fabrican azúcar doce ingenios de la zona. La economía matancera -principal sustento de España durante la guerra de los Diez Años- se encamina hacia una crisis creciente que alcanza su clímax durante el conflicto del 95. 

Evolución social

Urbanización y edificaciones más importantes

Entre 1745 y 1746, se concluye la construcción del Castillo de San Severino, la edificación militar más importante de Matanzas. El cinturón defensivo de la ciudad lo completaron el fuerte de El Morrillo -levantado en 1720 en la desembocadura del río Canímar- y la batería de costa San José de la Vigía, situada en la desembocadura del río San Juan, cuya construcción finalizó en 1751.

Desde la segunda mitad del siglo XVIII, los puentes constituyeron asunto obligado en las sesiones del Cabildo que, el 24 de julio de 1788, inauguró sobre el río San Juan el primero de cantería apoyado en pilares de piedra.

A inicios del siglo XIX, la nueva plaza de Armas -hoy parque de la Libertad- ya estaba trazada y hacia 1820 se fomentan los barrios San Juan de Pueblo Nuevo, San Alejandro de Versalles y Simpson. La urbanización se incentiva durante el gobierno de Juan Tirry y Lacy, cuando se construyen varias calzadas y el Castillo de Peñas Altas (1819), al sureste de la bahía. Una figura fundamental en la transformación que la urbe experimenta fue el ingeniero francés Jules Sagebien, cuyas obras más destacadas fueron el puente del río Yumurí (1824), el edificio de la Aduana (1826), el Cuartel de Santa Cristina (1828) y el Hospital de Santa Isabel (1838).

Este horizonte urbanístico lo completan la iglesia San Juan Bautista de Pueblo Nuevo (1832), el teatro Principal (1830), el puente Bailén (1837), el edificio de la Cárcel (1840), la plaza del Mercado y la estación de Sabanilla (ca.1850). En 1849 es inaugurado el nuevo puente de cantería Bailén, segundo con esta denominación y octavo de los construidos sobre el San Juan.

En el gobierno de Pedro Esteban Arranz (1854–1862) son objeto de mejoras el puerto y se crean instituciones que tienen por sede algunos de los edificios arquitectónicamente más significativos de la urbe. En 1855 se instaló el alumbrado de gas y se concluyó el empedrado de la Plaza de la Vigía, mientras que en 1861 se inició la construcción de la calzada de San Luis, cuyo fomento estuvo vinculado al Ferrocarril de Güines, que ubicó su paradero en esa vía. En el centro de la ciudad sobresalen las magníficas casonas de dos plantas, que se levantan hacia 1860 en calles como la de Río. El estilo neoclásico impera en el panorama visual de la ciudad, construida “al ras”.

En medio del retroceso que experimenta la ciudad en el período de la guerra (1868-1878), fueron concluidas las obras de la iglesia San Pedro Apóstol, en Versalles, y del Acueducto Burriel.

Educación y cultura artística y literaria

Según consta en las actas del Cabildo, entre 1728 y 1730 la enseñanza elemental era impartida por Carlos Manuel Contino, primer maestro reconocido de la ciudad. Años después, la orden franciscana funda una escuela que funcionó entre 1743 y 1753. En 1813 se estableció un centro de estudios gratuito solventado por el Ayuntamiento y dirigido por Ambrosio José González. Algunos de los más relevantes sucesos educativos de esta época se vinculan a la fundación, en mayo de 1827, de la Diputación Patriótica, filial de la Sociedad Patriótica de Amigos del País. Se registran, además, varias academias de enseñanza de bordado, música, danza y artes, fundadas la mayoría por franceses.

En 1840, se funda el colegio La Empresa, de enseñanza primaria, en el que desempeñaron un rol fundamental los hermanos Antonio y Eusebio Guiteras Font, quienes aplicaron en sus pupilos un programa de estudios inspirado en lo mejor de la enseñanza europea y cubana. En 1865 se fundó el Instituto de Segunda Enseñanza, plantel vigente hasta hoy y por el que han pasado figuras cardinales de la vida política y sociocultural del país. Entre 1865 y 1867, Ildefonso Estrada y Zenea regentea la Escuela Nocturna para Artesanos, una de las primeras que se preocupó por brindar instrucción a la naciente clase obrera. Poco antes de la guerra, en 1868, Antonio Luis Moreno y Nicanor González fundaron el colegio El Porvenir.

En el ámbito de la cultura artística y literaria sobresale la introducción, en 1813, de la imprenta en la ciudad capital -la cuarta de la Isla en contar con ese adelanto- en la que se publica el Diario de Matanzas, primer periódico yumurino. Entre los cientos de publicaciones que vieron la luz en la localidad se distinguen el diario La Aurora (1828-ca.1900), La Guirnalda (1842), de carácter literario y El Periquito (1868), pionero de la literatura infantil en Cuba. El 4 de julio de 1833 se abrió la Biblioteca Pública, en cuyo establecimiento desempeñó un rol importante la Diputación Patriótica y personalidades como Tomás Gener y Domingo del Monte, quien ese año auspició en la urbe sus célebres tertulias literarias, a las que se vincularon escritores matanceros como el poeta y dramaturgo José Jacinto Milanés. 

El marcado gusto matancero por el arte musical se manifiesta en la fundación, en 1829, de la Sociedad Filarmónica Santa Cecilia y de instituciones análogas como la Nueva Sociedad Filarmónica y la Academia Filarmónica Matancera (Apolo). En 1856 surge la Banda Municipal de Conciertos del Cuerpo de Bomberos, antecesora de la actual. Después de los cincuenta surgen varias orquestas populares dirigidas por músicos negros y mulatos como Ramón Barani y Miguel Faílde, creador del danzón -devenido con el tiempo nuestro bale nacional- que se estrenara oficialmente con la obra Las alturas de Simpson, el 1 de enero de 1879.

Los primeros pintores locales de alguna relevancia fueron Pío Alejandro Dubrocq y Alejandro Odero Cabrera. En marzo de 1841, el norteamericano A.J Halsey introdujo la fotografía en Matanzas, a partir de lo cual, decenas de gabinetes fotográficos se instalaron en la ciudad en las décadas siguientes. Hacia 1862, José Manuel Ximeno inició el fomento de su pinacoteca, rubricada como la más importante del siglo en Cuba.

Un hito en la historia cultural yumurina lo marcó la inauguración, el 17 de febrero de 1860, del Liceo Artístico y Literario, donde por vez primera se aludió, institucionalmente, al sobrenombre Atenas de Cuba que enraizó posteriormente entre los yumurinos.

Poco adecuado para las representaciones de las grandes compañías de ópera que a menudo visitaban la localidad, el teatro Principal fue sustituido en 1863 por el Esteban -hoy Sauto- ubicado en la plaza de La Vigía. Diseñado por el arquitecto italiano Daniel Dall A´glio este fue considerado, por su acústica y belleza, uno de los mejores del continente. Con motivo de los trabajos constructivos de este coliseo, fue descubierta en 1861 la Cueva de Bellamar, uno de los principales atractivos turísticos de Cuba

Los terrenos del Palmar de Junco fueron escenario, en febrero de 1872, del inicio de una feria exposición agrícola, industrial y comercial, organizada por los naturales de Canarias. Posteriormente, en estos predios se celebró, el 27 de diciembre de 1874, un juego de pelota entre equipos de La Habana y Matanzas, hito en la historia del deporte nacional, registrado como el primer encuentro oficial de béisbol celebrado en Cuba; y, en abril de 1881, se inauguró la Exposición Internacional, auspiciada por el Ateneo de Matanzas, pionero de su clase en el país, que desde su inauguración, el 24 de julio de 1875, y por más de un siglo de gestión intelectual promovió los valores más genuinos de la identidad cubana. 

Conspiraciones, sublevaciones de esclavos y luchas independentistas

Entre las conspiraciones independentistas se destaca, en 1823, la de Soles y Rayos de Bolívar que en Matanzas fue secundada por cerca de doscientos hombres; entre ellos, José Francisco Tolón, José María Heredia y Juan José Hernández. Tras ser descubierta, la mayoría de sus miembros logró escapar de la prisión, mientras que Heredia partió al exilio. En 1825, la corona estableció la Comisión Militar Ejecutiva y Permanente y decretó el régimen de facultades omnímodas; a pesar de lo cual, los yumurinos participaron en 1830 en la conspiración del Águila Negra que, al igual que la anterior, fue desarticulada.

Entre 1845 y 1855 Matanzas fungió como uno de los focos de propagación anexionista. Seguidores del general venezolano Narciso López -uno de los principales líderes de esta corriente- fueron Francisco Javier de la Cruz y Blas de la Cruz. En el exilo, a López se le sumaron posteriormente Miguel Teurbe Tolón y su esposa Emilia, quienes se encargaron, respectivamente, de trasladar al papel el diseño y confeccionar la enseña devenido posteriormente símbolo de nuestra nacionalidad.

Tras el fracaso de la expedición anexionista a Cárdenas (1850), fue descubierta la acción que el 8 de octubre de aquel año lideró Juan Arnao en las canteras del abra del Yumurí. Posteriormente, después del intento fallido de la conspiración encabezada en 1855 por el catalán Ramón Pintó, fue ejecutado junto a este el matancero Francisco Estrampes.

Entre las décadas de 1820 y 1840, las manifestaciones de rebeldía esclava aumentaron en número y proporción y en Matanzas -principal enclave azucarero y esclavista de la Isla- el cimarronaje alcanzó cifras muy elevadas, localizándose numerosos palenques en las inmediaciones montañosas de la ciudad, entre los que se destacó El Espinal, que se mantuvo activo hasta la década de 1850.

A la sublevación del ingenio Triunvirato, en noviembre de 1843, le sucedió el proceso de la conspiración de La Escalera -que duró gran parte de 1844-, distinguido por la masiva participación de negros y mulatos libres y de la incipiente burguesía negra. Entre los conspiradores fusilados se hallaba el bardo Gabriel de la Concepción Valdés, Plácido, cuya “culpabilidad” nunca fue probada. Las medidas tomadas por la Comisión Militar y Permanente fueron tan severas que, al concluir el proceso, la cifra de muertos en la ciudad excedía el centenar.

El llamado “miedo al negro” y la tenaz persecución de la trata, conjuntamente con la alta tecnificación de la industria azucarera, condujeron a los hacendados a emplear mano de obra asalariada. Así, en 1847, se inició la introducción de culíes chinos y, en años posteriores, también fueron “importados” trabajadores yucatecos.

La guerra de los Diez Años

Durante la guerra de los Diez Años, el occidente de Cuba -Matanzas en particular- fue el sostén económico de España. A lo largo del período; sin embargo, son numerosas las manifestaciones independentistas que protagonizan los patriotas yumurinos. En octubre de 1868, a pocos días del Grito de La Demajagua, circuló en la urbe una proclama en apoyo a la gesta libertaria firmada por el periodista Juan Bellido de Luna, quien más tarde intentó, infructuosamente, alzarse con varios patriotas. Por hechos como este, el Gobierno organizó un Batallón de Voluntarios entrenado para neutralizar cualquier atisbo de acción independentista.

En 1869, las acciones revolucionarias aumentan; el 9 de enero, Manuel de la Vega y Rafael Oliva, profesores del colegio La Empresa, fueron castigados después de una supuesta burla proferida contra la estatua de Fernando VII, en la plaza de Armas. En el enfrentamiento, Vega resultó muerto, lo que provocó una manifestación de repulsa por parte de la ciudadanía. También conspiraron a favor de la independencia el abogado Leopoldo Zarragoitía, quien constituyó un Comité Democrático; Manuel Despau, quien intentó levantarse en armas y Francisco Javier de la Cruz, en cuya botica se realizaban tertulias literarias en las que solía cuestionarse el régimen colonial.  

En 1869 y 1871 fueron clausurados, respectivamente, el colegio La Empresa y el Instituto de Matanzas, acusados de difundir ideas patrióticas. Después de un juicio apresurado, el 24 de diciembre del propio 1869, fue fusilado Eleuterio Tello Lamar y Varela, al hallársele culpable del delito de tenencia de armas. En los años siguientes la represión se recrudeció y recayó en patriotas como Benigno Gener, cuya residencia fue tiroteada. Otros, como los hermanos Casimiro, Francisco y Juan Rivero y Antonio Cruz García fueron condenados a prisión o al fusilamiento. Gran consternación causó en la ciudad la muerte de dos de sus hijos más prometedores, José Ramón Guiteras, quien fue fusilado en Camagüey en 1870, y el estudiante de Medicina Carlos Verdugo, una de las victimas del fusilamiento del 27 de noviembre de 1871.

La Tregua Fecunda

Mientras la política de conciliación con España se desarrolla, numerosos cubanos no cejan en su empeño de reiniciar la lucha; sin embargo, la guerra Chiquita, a semejanza de la “guerra grande”, no logró cristalizar en el territorio. Las aisladas acciones apuntan, por un lado, a la decisión de combatir y, por otro, a la inexistencia de una organización capaz de organizar las fuerzas revolucionarias del territorio. Entre las acciones, se destaca el ajusticiamiento, en enero de 1879, del inspector de policía Carlos Camó a manos del coronel Esteban Arias y otros hombres. En este contexto, Silverio Sánchez Figueras fue enviado por Antonio Maceo a Matanzas para formar células patrióticas integradas por negros; poco después, Martín Morúa fundó la primera de ellas -La Unión- en julio de 1879.

A partir de 1886, los factores revolucionarios logran una mayor organización. La agudización de la crisis económica, aunada a la falta de libertades y derechos políticos, influyó en la actitud de los matanceros, actores de un movimiento que progresivamente gana en radicalización.  El mismo año es creado el Círculo de la Juventud Liberal, cuya esencia separatista lo distanció del Partido Autonomista.

En la organización de la nueva contienda desempeñaron un rol fundamental la logia Caballeros del Silencio o de La Noche, donde se conspiró por la independencia desde los inicios de los noventa. Ello explica por qué, durante las indagaciones del estado del movimiento en Matanzas, el comandante Gerardo Castellanos -comisionado por Martí para este fin- reciba de Juan Gualberto Gómez la confirmación de que en esta zona todo estaba preparado para iniciar la guerra.

Organizado en 1892, el primer Comité Revolucionario de Matanzas estuvo integrado por Emilio Domínguez y el reverendo Pedro Duarte, presidente y vicepresidente, respectivamente; así como por Pedro Betancourt, Tomás F. López, Mateo I. Fiol, Pío Domínguez, José Dolores Amieva y Miguel Bolaños. El Comité recaudó fondos, compró armas y reclutó jóvenes, por lo que, a fines de 1894, estaban creadas las condiciones para realizar el levantamiento armado en la provincia. A partir de 1895 la presidencia del Comité será ocupada por Pedro Betancourt.

La guerra del 95

El inicio de la guerra necesaria, organizada por José Martí y el Partido Revolucionario Cubano desde el exilio, aceleró la crisis económica en Matanzas que, a diferencia de la guerra de los Diez Años, participó activamente en la gesta. El 23 de enero de 1895 se reunieron en casa de Antonio López Coloma, en La Habana, los jefes de los distintos grupos que se alzarían por Matanzas. Unos días después, Pedro Betancourt, a la sazón presidente del Comité Revolucionario, comunicó la fecha del levantamiento que tendría lugar en todo el país el 24 de febrero de 1895.

En Matanzas el sitio fijado fue Ibarra; pero, en el momento indicado, la acción se frustró debido a la desorganización y a la escasa incorporación de los comprometidos al lugar. Entre estos, cuando se dirigía a Ibarra, resultó muerto Manuel García, el Rey de los Campos de Cuba, en circunstancias que no han podido descifrarse hasta hoy.

Tras el fracaso del alzamiento, fueron apresadas sus figuras principales; entre otros, Juan Gualberto Gómez, Antonio López Coloma y Pedro Betancourt, quienes fueron trasladados del Castillo de San Severino a la fortaleza de La Cabaña, en la capital. Algunos, como Gómez, fueron deportados y López Coloma fusilado el 20 de agosto, después de un proceso ilegal e inhumano, con lo cual devino primer mártir matancero de la revolución.

A partir de enero de 1896 aumentaron las acciones de guerra en el municipio; la primera de ellas, encabezada por el brigadier Rafael de Cárdenas que, en Ceiba Mocha, incendió la estación destruyendo poco después el acueducto de la ciudad. Por otra parte, en Corral Nuevo se hicieron sentir las tropas de José Dolores Amieva y Crescencio García. Se trataba de arremeter contra el poder colonial a través de la destrucción de su infraestructura y riqueza agraria, de ahí que en el municipio sean continuos los sabotajes a las vías telegráficas y telefónicas, la quema de cañaverales, los ataques a fortines militares y los tiroteos.

Más de quince enfrentamientos entre peninsulares y cubanos se registraron aquel año. En ellos intervinieron, entre otros, los hermanos Acevedo, Betancourt y Henry Reeve, el Inglesito. El encuentro más trascendente de los ocurridos en 1896 fue el combate de El Purgatorio, librado en las cercanías de Ceiba Mocha, el 3 de diciembre. Las fuerzas del Ejército Libertador, al mando de Pedro Betancourt, se enfrentaron a los mil efectivos de la columna española del coronel Federico Aldea, causándoles varias decenas de bajas, además de ocuparles armas, municiones y medicamentos.

Disposiciones del gobernador de Matanzas, durante el mandato del capitán general Valeriano Weyler, prohibieron el tránsito nocturno por la ciudad, así como las reuniones de más de tres personas, al tiempo que se construyeron nuevos fortines en sitios estratégicos de la localidad. En medio de esta situación, Weyler dictó el Bando de Reconcentración (21 de octubre de 1896) que obligaba a los campesinos a establecerse en los pueblos ocupados por los españoles. Tan sólo en Matanzas fueron reconcentrados 15 000 personas procedentes de Corral Nuevo, Ceiba Mocha, Sabanilla, Canasí y Puerto Escondido. Fueron decretados toques de queda y se suspendieron la fiesta de Monserrate y los carnavales, así como las actividades literarias y el teatro Esteban fue clausurado. Este año aumenta la cifra de mártires en el Castillo de San Severino y el paseo de Santa Cristina, donde son fusilados cerca de cuarenta patriotas.

Destacable fue la participación en la contienda bélica de los peloteros Ricardo Cabaleiro y Román Calzadilla, ambos del Club de Matanzas. El primero llegó a ser capitán del Estado Mayor de Antonio Maceo y fue muerto en combate en septiembre de 1896, mientras que el segundo, entre 1895 y 1897, combatió como soldado con las tropas de Betancourt. Entre los matanceros caídos en otras regiones de Cuba se destaca el poeta y dramaturgo Carlos Alberto Bolito Bossier, que cayó en los campos de Pinar del Río tras desembarcar en una expedición mambisa. 

En los años finales de la guerra no cesan los enfrentamientos, en los que las tropas del mayor general Pedro Betancourt libran encuentros trascendentes en Buen Amigo, Infierno, El Mogote y Purgatorio. El 26 de febrero de 1898, desembarcó en costas matanceras la expedición del Dauntless, dirigida por el general Emilio Núñez, cuyas tropas fueron conducidas hasta el Pan de Matanzas por el comandante Guillermo Schweyer. Fue la última expedición mambisa organizada íntegramente por revolucionarios cubanos.

La intervención de los Estados Unidos en la guerra y la primera ocupación militar

Al entrar la guerra en su fase final, los yumurinos no aceptaron la disposición del capitán general Ramón Blanco de suspender, en abril de 1898, las hostilidades. El 27 de abril, el acorazado New York y tres cruceros norteamericanos bombardean el fuerte El Morrillo y otros sitios próximos a la ciudad, que es blanco de algunos proyectiles, conjuntamente con Punta de Sabanilla. Poco después de estos sucesos, la escuadra enemiga pasó frente al puerto de Matanzas y en agosto cesaron oficialmente las hostilidades.

En noviembre, varios oficiales del Ejército de Estados Unidos arriban a la localidad con el objetivo de establecer en ella su cuartel y, posteriormente, alrededor de 400 soldados de esa nación se establecen en los terrenos de Dubrocq, en Versalles. Al mando de las fuerzas de ocupación estaba el teniente coronel John Biddle, mientras que al frente de la alcaldía municipal y del gobierno provincial fueron colocados Alfredo Carnot Delisle y el mayor general Pedro Betancourt.

La frustración del pueblo se acentuó con esta primera ocupación entre 1899 y 1902, durante la cual, en la convención constituyente de 1901, Estados Unidos impuso a la nueva Carta Magna la Enmienda Platt, aprobada por la mayoría de un voto y a la que se opusieron radicalmente los matanceros Martín Morúa Delgado y Juan Gualberto Gómez.

República neocolonial (1902-1958)

Al frente de la segunda intervención –de septiembre de 1906 a enero de 1909-, estuvo el capitán del ejército norteamericano E. Witmeyer. Concluida esta, asumió el gobierno de la provincia Domingo Lecuona Madan. Las elecciones de esta primera etapa republicana estuvieron marcadas por las pugnas entre los partidos Liberal y Republicano que, más allá de sus diferencias, confluían en su política entreguista a los Estados Unidos.

Situación económica 

La economía de la otrora Perla de las Antillas había quedado devastada tras la guerra y con la intervención de los Estados Unidos en el conflicto quedaron sentadas las bases para su ulterior sometimiento. Además de la industria azucarera, que comienza a recuperarse, nuevos rubros matizan el panorama económico. En el primer cuarto de siglo, por ejemplo, se inicia el cultivo del henequén a cargo de la firma alemana Heydrich Raffloer and Co., la misma que instaló, en 1916, la Fábrica de Jarcias, una de las principales industrias de la época.  

La segunda guerra mundial (1914-1918) favoreció el alza del azúcar cubano en el mercado europeo y sobrevino un interregno de bonanza en la economía yumurina. Los precios cayeron nuevamente en la década del veinte, tras el fin de la contienda. Como el azúcar, el transporte, las telecomunicaciones y la mayoría de las industrias de cierta relevancia en la localidad estaban en manos de monopolios y propietarios estadounidenses.

El estancamiento que experimentaba la economía desde inicios de la década se acentuó por el crack bancario de 1929, en los Estados Unidos. En Matanzas la crisis repercutiría de manera similar que en toda Cuba. Su economía se centraba en las transacciones azucareras que se realizaban por el puerto, pero solo algunos centrales de la provincia exportaban su azúcar por este y los resultados no siempre eran los esperados.

En los años cuarenta la economía del municipio experimenta una rehabilitación que recae en tres sectores de la producción: la Compañía Rayonera Cubana S.A, la Fábrica de Jarcias y la Zona Franca, cuyo proyecto inicial había resurgido en 1937, tras el caos económico de los años treinta en que Matanzas fuera calificada como "ciudad dormida". Gran parte de la producción azucarera de la provincia fue comercializada por el puerto yumurino a través de la Zona Franca, con la que se aspiraba a proporcionar un gran intercambio económico que propiciara la industrialización de la ciudad, su rápida urbanización y su estabilización comercial.

La Compañía Rayonera Cubana S.A., única de su tipo en el país, fue inaugurada en agosto de 1948 con personal técnico constituido esencialmente por norteamericanos, dedicándose fundamentalmente a la producción de rayón, favorecida su auge en tanto los mercados tradicionales de la fibra comenzaron a escasear finalizada la Segunda Guerra Mundial.

Al efectuarse el golpe de Estado del 10 de marzo de 1952, el país se hallaba en crisis económica. En determinado momento la comercialización de nuestro principal renglón estuvo favorecida por la demanda y alza de los precios a nivel mundial, motivado por el conflicto bélico en Corea, y aunque el puerto yumurino continuó exportando azúcar de los centrales de esta y otras provincias, la situación económica poco cambió.

En correspondencia con momentos precedentes, los rubros principales en la etapa son -además del azúcar- los obtenidos de instalaciones fabriles como la Jarcia y la Rayonera, las fábricas de fósforo y de calzado, el curtido de pieles y los frutos menores, entre otros. El proceso industrial de sectores como el textil sufrió la competencia de los mercados de Italia y Japón, cuyos productos -beneficiados por las facilidades aduanales y de contrabando- sumían a las fibras nativas en una franca desventaja. La única fábrica concluida en estos años fue la Betroma, prolongación de la de gomas y que inició su proceso productivo en 1955.

La puesta en marcha, en 1954, de un ostentoso y fraudulento plan de obras públicas proporcionó algunos empleos. Entre los proyectos que formaron parte de este plan se incluyeron viviendas, calles, parques, carreteras, la ampliación y construcción de hospitales, el parque de La Fraternidad (1954), la sede de Obras Públicas (1956) y la Ciudad Militar en la zona de Gelpi.

En 1957 se decretó el fomento de las ciudades industriales y varios proyectos se alentaron en Matanzas, favorecida por sus condiciones portuarias, la Zona Franca y su proximidad a la capital. De los planes concebidos (fábricas de fibras sintéticas, fuentes eléctricas y la construcción de “la ciudad obrera”, entre otros), solo logró iniciarse la instalación de la Compañía Cubana de Nitrógeno S.A (Cubanitro), inaugurada después de 1959 y destinada a producir fertilizantes a partir del amoniaco.

Situación social

Terminada de la guerra, a fines del siglo XIX, las instituciones de enseñanza en el municipio eran mínimas. Sobreviene entonces un período en el que surgen nuevos planteles, fundados generalmente por instituciones religiosas que representaban al gobierno interventor. Al colegio para señoritas Irene Toland, en 1899, le suceden, a inicios del siglo xx, La Virgen Milagrosa y el Colegio Sagrado Corazón de Jesús. De esta época data también la Escuela de Enfermeras.

Un plantel importante por la calidad de su enseñanza y su duración fue el Colegio La Luz (ca. 1904), junto al que se destacan, además, la Escuela Normal para Maestros (1918), la Escuela del Hogar, la Escuela Profesional de Comercio (ambas en 1940) y la Escuela Politécnica Experimental de Matanzas (1946), que preparaba a técnicos agrícolas e industriales. En 1946 se inauguró también el Seminario Evangélico de Teología, nacido como proyecto de las iglesias evangélicas de Cuba, considerado un hito de la enseñanza religiosa en la isla. En la enseñanza artística cabe mencionar la apertura de la Academia de Pintura Tarascó, primera de su género en la historia de la urbe y que fuera fundada en 1916 por el pintor español Alberto Tarascó.  

La literatura yumurina ganó visibilidad nacional con la actuación del Areópago de los Chocolates (1908-1912), conocido también como el Grupo de Matanzas. Encabezados por el bardo Agustín Acosta y Medardo Vitier, los más sobresalientes escritores yumurinos se aglutinan en él y desarrollan en la mayoría de los casos, una obra posmodernista que les mereció prestigio nacional. Teatros como el Sauto -rebautizado así después de 1899- y el Velasco (1914) programan actividades de todo tipo, con énfasis en la proyección de películas en el caso del segundo.

A finales de la década del veinte, y durante la siguiente, desarrollan una encomiable labor intelectual asociaciones culturales como el Grupo Minorista, el Grupo Índice, la Asociación Amigos de la Cultura Cubana (AACC), la Asociación de Artistas y Escritores Matanceros y el Ateneo que, a través de conferencias, conciertos, bibliotecas y concursos, promovieron lo más genuino del arte y la literatura locales. Instituciones de la época que trascienden hasta hoy son la Escuela Provincial de Artes Plásticas (1941) y la Galería Matanzas, actual Pedro Esquerré. Por otra parte, asociaciones de carácter burgués como el Club de Leones, el Rotario o el Matanzas Tennis Club, en ocasiones se destacaron culturalmente.

El 27 de enero de 1950 se oficializa la Peña Literaria, una de cuyos integrantes -la pedagoga y poeta Delia Carreras- fue la promotora, desde 1944, de la celebración, cada 3 de marzo, del Día Nacional del Poeta, en homenaje al natalicio de Bonifacio Byrne.

En el universo musical debe subrayarse la presentación, el 8 de junio de 1929, en el Casino Español, del danzonete Rompiendo la rutina, cuyo creador fue el flautista y compositor yumurino Aniceto Díaz. Por decreto de 1937, quedó adscripto al Ministerio de Educación el Conservatorio Provincial de Música de las hermanas Cóndom, que funcionaba desde 1921 y del cual egresaron varias generaciones de músicos matanceros. El 26 de noviembre de 1950, con el auspicio del Ateneo y de la AACC, se funda la Orquesta de Cámara de Matanzas, la cual se estima es antecedente de la actual Orquesta Sinfónica de la provincia. En el mismo año, estas asociaciones auspiciaron el debut matancero de la primerísima bailarina Alicia Alonso.

A inicios del siglo xx, el entramado urbano experimenta cambios significativos; entre otros, la renovada Plaza del Mercado Santo Tomás, el cuartel del Cuerpo de Bomberos y el Malecón de Bellamar, que se inicia hacia 1910. Al siguiente año es inaugurado el Palacio de Justicia (1911), tras incorporársele una segunda planta al antiguo edificio de la Aduana. En 1909 se inauguró el Monumento a José Martí en la otrora plaza de Armas, que con el tiempo pasó a ser conocida como parque de La Libertad. En 1917 fue adoptado el escudo oficial de la provincia, ejecutado por el pintor matancero Esteban Valderrama. Otra construcción destacada en la primera mitad de la centuria fue la iglesia La Milagrosa, levantada en 1936.

Importantes obras de comunicación y transporte serán los puentes General Calixto García y General Silverio Sánchez Figueras, emplazados en las calzadas de Tirry y San Luis, en 1899 y 1916, respectivamente. En este último año, se establece el tranvía eléctrico que mejoró el servicio público de transportación urbana y, en 1921, comienza a funcionar el tren eléctrico de Hershey, que amplió la comunicación entre Matanzas y la capital del país. Durante el desgobierno del general Gerardo Machado Morales, en Matanzas, se inauguran el primer tramo de la Carretera Central, el parque Machado -actual René Fraga Moreno- y el Instituto de Homicultura Nena Machado, en 1929 y 1930, respectivamente.

En el crecimiento urbanístico desempeñó un papel crucial el Patronato Municipal Procalles, fundado en 1941, cuyo objetivo principal fue pavimentar las calles de la ciudad y potenciar en ella acciones estéticas e higiénicas. Hasta 1948, ese organismo logró pavimentar cerca de 260 cuadras, además de inaugurar el parque zoológico Watkin. Una de las grandes obras de la ingeniería civil en esta etapa fue la construcción, sobre la desembocadura del río Canímar, del monumental puente Antonio Guiteras, paradigma de la ingeniería de puentes en Cuba que fue inaugurado el 28 de julio de 1951.

Se destacan en el ámbito deportivo el béisbol y el baloncesto, representados respectivamente por el Club Deportivo y el Club Deportivo La Milagrosa, estimado como uno de los más importantes en la historia de ese deporte en Cuba. En mayo de 1940, fue inaugurado el Estadio Matanzas con una capacidad aproximada para 3 000 personas.

En el ámbito de la salud y la urbanización destacan las inauguraciones de la Clínica Provincial de Maternidad Obrera, el 4 de septiembre de 1952, y del nuevo edificio de la Clínica Centro Médico de Matanzas, el 11 de diciembre de 1956, que en la actualidad -y tras ser objeto de varias ampliaciones- alberga al Hospital Provincial Pediátrico Eliseo Noel Caamaño. Otra construcción importante fue la nueva sede del Matanzas Tennis Club, hoy restaurante Bahía.  

Dentro del quehacer artístico y literario surge, el 4 de febrero de 1954, la Escuela de Periodismo Fernando Llés Berdayes y, el 29 de mayo de 1955, la Biblioteca Pública Ramón Guiteras. Innumerables actos culturales son auspiciados por el Ateneo de Matanzas y la Asociación de Amigos de la Cultura Cubana (AACC). Como presidente del primero, Agustín Acosta -nombrado en 1955 Poeta Nacional- atrajo a figuras emblemáticas de la intelectualidad iberoamericana. Poetas y escritores fueron estimulados a través de la Peña Literaria y de las celebraciones anuales del Día del Poeta. La obra de Carilda Oliver Labra comienza a ser divulgada, después de ser premiada en el concurso por el centenario de la bandera. En 1952 se instituyó el premio literario de su nombre, que el 30 de octubre de 1958 será entregado a Romualdo Suárez Álvarez, el Poeta de la Clandestinidad.

Musicalmente sobresalen la fundación, el 9 de octubre de 1952, de la agrupación folclórica Los Muñequitos de Matanzas -creadores de una peculiar manera de interpretar la rumba en Cuba-, y con un nuevo ritmo nace, cinco años después, la agrupación Afrocuba.

Movimientos sociales, obreros y estudiantiles

La primera huelga de envergadura fue convocada, en julio de 1902, por los obreros del muelle y la misma antecedió a la de los aprendices de La Habana. Las demandas iniciales fueron de tipo económico y, como resultado de la incipiente organización de la masa obrera, varios gremios fundan, en 1902, el Centro Obrero de Matanzas y, años después, la Hermandad Ferroviaria.

Uno de los movimientos sociales más trascendentes de la época fue el de los independientes de color, que en Matanzas estuvo presidido por Claudio Pintó y cuyo origen estuvo en la discriminación a que estuvieron sujetos, en la naciente República, los mambises negros y mulatos y, en general, la población negra. El Partido Independientes de Color, fundado en 1908, manifestó su intención de participar en los comicios de 1912, al igual que el resto de los partidos. El desconocimiento de tales aspiraciones, en medio de una realidad que privaba a los negros de derechos elementales y del acceso a puestos públicos, dio inicio a una protesta armada, el 20 de mayo de 1912, que desembocó en un brutal enfrentamiento y aniquilamiento de los manifestantes.

Protestas y huelgas contra el sistema gubernamental impuesto por Machado evidencian el nivel de conciencia política ganado por los obreros, destacándose en su lucha la Hermandad Ferroviaria, la Liga de los Zapateros y los gremios de estibadores y portuarios. A la Hermandad Ferroviaria se debió la celebración del primer homenaje cubano a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, el 15 de agosto de 1925.

A la par que los gremios, el movimiento estudiantil se organiza. Durante el encarcelamiento del líder estudiantil y comunista Julio Antonio Mella, los estudiantes del Instituto de Segunda Enseñanza -liderados por Gabriel Barceló- demandaron su liberación y más tarde, en junio de 1927, se opusieron públicamente a la prórroga de poderes. En 1929 se estableció en Matanzas la Liga Juvenil Comunista (LJC), bajo la denominación de Juventud Cultural Deportiva Obrera.

Como consecuencia de la represión de la tiranía machadista cae, el 12 de marzo de 1932, el primer mártir del movimiento comunista en la provincia, José Linares Fernández. Otros líderes obreros asesinados en los años treinta fueron el dirigente zapatero Laureano Miguel Guiardinú y Julián Rivero Bango, del sindicato de la construcción.

Asesinato en Matanzas del revolucionario Antonio Guiteras Holmes

El provisional Gobierno de los Cien Días, presidido por Ramón Grau San Martín, tuvo en Antonio Guiteras Holmes el representante de los más grandes anhelos del pueblo. Como secretario de gobernación, tomó las medidas más radicales y antimperialistas del período, siendo, además, creador de la organización Joven Cuba (JC), en mayo de 1934, cuya máxima responsabilidad en Matanzas recayó en Fernández Artiles.

Posteriormente, Guiteras organizó una expedición que debía llegar del exterior para apoyar la lucha armada. El lugar escogido para su salida clandestina a México estaba cercano al abandonado fuerte El Morrillo, en el río Canímar, donde los comprometidos serían recogidos por el yate Amalia. Tras ser descubiertos por una delación, Guiteras y su compañero, el internacionalista venezolano Carlos Aponte, fueron asesinados el 8 de mayo de 1935.

El apoyo de los matanceros a los republicanos españoles

En 1936, respondiendo al llamado de la Internacional Comunista de apoyar la lucha de los republicanos españoles contra los fascistas, entre los matanceros alistados en la Comisión de Reclutamiento de Voluntarios estuvieron Floro Cartaya Villar, Julio César Valdés Cofiño, José Manuel Fernández Clark y Juan José Santos Díaz, caídos todos en combate. Otro combatiente internacionalista fue Ricardo Serpa Reyes, que regresó con el grado de capitán.

En 1938 se legalizó el Partido Comunista cuyo secretario general en la provincia fue Antolín Dickinson Abreu, quien fue, además, fundador de la Federación de Sociedades Negras de Matanzas (1943) que por su iniciativa se transformó en la Federación de Sociedades Cubanas. Dickinson representaría a la provincia en la Asamblea Constituyente de 1940.

La lucha de la masa trabajadora se manifestó con mayor fuerza en los grandes centros económicos como la Zona Franca y la Empresa Rayonera S.A. En 1950, el sindicato de la Rayonera, constituido legalmente, abogó inicialmente por demandas de tipo económico, al igual que el gremio de la Fábrica de Jarcias y el proletariado en general. El Gobierno intervino en más de una ocasión la Fábrica de Jarcias, debido a los distintos conflictos de los que esta y las plantaciones fueron escenarios. No obstante, siguieron produciéndose protestas de parte de los jarcieros, que se iban proyectando hacia un trasfondo eminentemente político. En 1949, Julián Alemán Alpízar fue elegido secretario de este sindicato, cargo que ocupó hasta su muerte. Por esta época comienza a celebrarse el Día Internacional de los Trabajadores.

A pesar de los esfuerzos realizados por dirigentes como Dickinson y Alemán, estos no lograron unificar al movimiento obrero. En algunos casos, el seno de las organizaciones obreras estaba penetrado por elementos entreguistas a favor de las administraciones, a lo que se une el hecho de que el centro de las luchas giraba fundamentalmente en torno a demandas económicas; no existía una conciencia política, factor que tipificaría posteriormente las luchas del movimiento obrero yumurino.

La lucha contra la tiranía de Batista

Las manifestaciones de inconformidad ante el golpe de Estado del 10 de marzo de 1952 abarcaron diversos sectores de la sociedad, incluido militares. El jefe del Regimiento No. 4, coronel Eduardo Martín Helena, fue destituido de su cargo con arresto domiciliario por plantear abiertamente su rechazo al complot militar. El resto de la oficialidad no lo secundó. De igual forma se procedió con el jefe de la policía, Carlos Ferrer Rodríguez, al no aceptar el zarpazo. Los choferes de Ómnibus Yumurí decretaron una huelga que duró varios días y también se manifestaron los obreros de la Jarcia y los partidos Socialista Popular (PSP), del Pueblo Cubano (Ortodoxo) y el Directorio Juvenil de Matanzas. Iniciadas las persecuciones y la política de terror inherente a la dictadura, fue cerrada la oficina del PSP y varios de sus miembros fueron detenidos bajo acusación de poseer de literatura comunista y ejemplares del periódico Hoy, órgano de prensa del partido.

La dictadura aumentó la explotación y las cesantías en los principales centros económicos del municipio a lo que los obreros respondieron con huelgas y prácticas como el llamado “paso de jicotea”. Ante los incumplimientos patronales, los obreros de la Rayonera, la Jarcia, el calzado y otros sectores organizaron continuas protestas y huelgas que terminaban siempre en una gran represión. La explotación y desatención de las más elementales demandas condujo al paro, en los meses finales de 1955, a los veinticuatro centrales de la provincia y a los obreros de la Rayonera. El 25 de octubre, unos días después de declararse estos en huelga, se paralizan las labores estudiantiles, comerciales y obreras en solidaridad con la situación de los rayoneros y la amenaza policial del cierre de su empresa.

En 1957 los obreros de la Jarcia y la Betroma llevan adelante otra gran huelga de la que resultaron cesanteados casi todos sus participantes. Estas y otras acciones eran la respuesta a los asesinatos en Santiago de Cuba, de Frank País y Raúl Pujol.

A la repulsa del PSP y del movimiento obrero se sumó la del sector estudiantil, que durante toda la etapa se mantuvo a la vanguardia de la lucha contra la dictadura. El 11 de junio de 1952 un grupo de estudiantes, encabezados por José Antonio Echeverría, fueron detenidos por invitar al pueblo a jurar la Carta Magna defenestrada por Batista. El empuje popular citadino obligó a que los dejaran en libertad. El día 14 llegaron los jóvenes ante la estatua del Apóstol, en el parque de La Libertad, y al pie de la misma depositaron en una mesita el texto constitucional, ante la cual desfilaron miles de yumurinos que se comprometían a luchar por la restauración de la Carta Magna.

Los estudiantes se opusieron, junto a los jóvenes ortodoxos -liderados por Ricardo Parejas- al Pacto de Montreal, en enero de 1953 y, posteriormente, una de las protestas más contundentes fue la organizada, en febrero de 1953, tras la muerte del estudiante universitario Rubén Batista, herido mortalmente un mes antes. Alumnos del Instituto y de la Escuela Normal se apoderan de sus planteles en repulsa por el hecho y al movimiento se sumaron las escuelas del Hogar y del Comercio. En 1955 los estudiantes respaldaron el Comité Proamnistía de los presos políticos, incluidos los asaltantes a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes. Asimismo participaron, junto a Echeverría y una representación de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU), en el tributo que se le rindió al líder antimperialista Antonio Guiteras Holmes.

Once matanceros participaron en la acción del 26 de julio de 1953; de ellos, el único representante del municipio cabecera fue Israel Cecilio Tápanes Vento. En agosto de 1955 se crean en Matanzas los primeros grupos del Movimiento 26 de Julio (M–26–7). La dirección nacional, representada en las figuras de Antonio Ñico López, Faustino Pérez y Ángel Machaco Ameijeiras, designó a Aldo Santamaría Cuadrado, trabajador de la Rayonera, responsable por la provincia. Este organizó los primeros grupos que dan origen a las células del M–26–7 y cuyas principales misiones fueron la captación de adeptos y la labor de propaganda.

El ataque al Cuartel Goicuría

El 29 de abril de 1956, un grupo de revolucionarios, liderados por Reynold García y Mario Félix Vázquez, asalta el cuartel Domingo Goicuria, plaza militar del régimen en la provincia de Matanzas. La pérdida del factor sorpresa y la superioridad numérica y de armamentos de la parte enemiga, precipitaron el fracaso y dieron lugar a la masacre por parte de los esbirros. Durante el enfrentamiento pierden la vida cinco asaltantes; entre ellos, los líderes Reynold García y Mario Vázquez. Otros diez fueron cruelmente masacrados, para un total de quince pérdidas. A pesar de la censura de prensa, los acontecimientos alcanzaron resonancia nacional y aunque la acción resultó un fracaso militar para las fuerzas revolucionarias, logró echar por tierra la componenda política del diálogo cívico.

Con la exacerbación de la política de terror de Batista, incontables trabajadores de la Rayonera y la Jarcia, vinculados al M-26-7, fueron detenidos y acusados en esta etapa, durante la cual fueron objeto de registros iglesias como San Pedro, en Versalles, donde fueron halladas proclamas. En las labores de sabotaje se destacó el grupo de los hermanos Gil, constituido a finales de 1956 y conocido por el sobrenombre de "pica-postes” por dedicarse a causar daños al tendido eléctrico. Para reforzar el M-26-7, la dirección nacional envió en los primeros meses de 1957 a Armando Huau Secades -apodado El muerto o Raúl-, expedicionario yumurino del Granma quien fue designado como jefe provincial del frente de acción y sabotaje.

Ese año los matanceros se pronunciaron contra el asesinato de José Antonio Echeverría y de los jóvenes que cayeron durante el ataque a Radio Reloj y el asalto al Palacio Presidencial, el 13 de marzo de 1957. Posteriormente organizan una gran manifestación por el asesinato de René Fraga Moreno, maestro y miembro de la Juventud Católica. El día del entierro, el 25 de julio de 1957, la multitud que acompañaba al féretro comenzó a entonar las notas del Himno Nacional, pero fue interceptada por fuerzas del régimen para impedir que el mártir fuera seguido hasta el cementerio.

La presencia femenina en el M-26-7 tuvo algunas de sus más significativas representantes en Caridad Díaz Suárez, Chilica, sobre la que recayeron varias responsabilidades y misiones de acción y sabotaje; Leonor Arestuche Amieva Sobrino, responsabilizada con el frente estudiantil; Gladys García Pérez y Alicia Pérez Bello.

El 28 de octubre de 1957, en una casa alquilada por el M-26-7, es detenido Armando Huau, jefe a la sazón de las brigadas de acción y sabotaje en la provincia. Alrededor de este hecho se inició una redada en la que murieron más de cien revolucionarios integrantes de la organización. Tras la desaparición de Huau, la persecución y asesinato de miembros del movimiento se recrudece. En enero de 1958 fueron torturados y asesinados Franklin Gómez y Miguel Sandarán y, el 23 de febrero, José Ramón Zulueta Hernández, quien cae en un enfrentamiento con dos policías, en el momento en que viajaba a La Habana. El 23 de abril, el cadáver del líder obrero y militante del M–26–7 Julián Alemán Alpízar -con muestras visibles de tortura- fue hallado frente a Faro de Maya, en Matanzas. Reynaldo Montejo Muñoz y Guillermo Reynaldo Montejo Valero, de 15 y 20 años respectivamente fueron otros de los mártires de la dictadura.

La huelga del 9 de abril en Matanzas

Enrique Hart Dávalos, con el seudónimo de Carlos Manuel Gómez, llega a la ciudad de Matanzas designado como jefe de acción y sabotaje, y a la vez lo hace Eliseo Noel Caamaño Álvarez, quien se encargaría de fortalecer el Frente Obrero (FON). El 9 de abril de 1958, Enrique Hart Dávalos y otro militante del M-26-7 lograron penetrar la emisora Radio Tiempo y poner una grabación llamando a la población a incorporarse a la huelga general y mientras esto sucedía, los demás grupos de acción y sabotaje cumplían diferentes misiones. El automóvil donde regresaba el grupo ejecutante de varias acciones en la zona industrial fue interceptado en la esquina de Contreras y Dos de Mayo y sus pasajeros, los miembros del M-26-7 José Polito Pérez Vidal, Julio Ruffin Hoyos y Juan Ripoll García, acribillados a balazos.

El 21 de abril de 1958, en la casa conocida como Villa Gloria, situada en La Cumbre, Versalles, y que era utilizada como escondite y almacenamiento a los materiales que se usaban en las diferentes acciones, se produjo una explosión accidental que provocó la muerte de Enrique Hart Dávalos y de sus compañeros Alberto Morales Bayona y Carlos García Gil.

Tras la brutal ofensiva desatada por los hechos de abril de 1958 algunas células del movimiento se desarticularon. El descubrimiento de almacenamientos de armas, junto a las detenciones, debilitó el movimiento. Aunque carentes de dirección por varios meses, se emprendieron actividades de propaganda, sabotajes, colocación de banderas del 26 en lugares públicos, venta de bonos para recaudar fondos y recogida de alimentos y ropas para enviar a la Sierra.  Desde la funeraria Torres y algunos centros fabriles como la Betroma, se abastecían a las guerrillas que operaban en Colón, Cárdenas, Martí, Mocha, Madruga y otras zonas de la provincia. La principal proveedora de avituallamiento del grupo Mocha-Madruga fue la parroquia La Caridad, labor dirigida personalmente por el sacerdote Joaquín Cores, colaborador del Movimiento.

Los grupos de la región esperaban articularse al Ejército Rebelde en su avance hacia el occidente. Con cerca de treinta hombres, operaba en la zona Mocha-Madruga la guerrilla Ángel Ameijeiras, la más cercana a la ciudad. Con el objetivo de interrumpir el tránsito por la carretera central, una parte de este destacamento intentó, el 17 de diciembre, volar el puente sobre el río San Agustín, en Ceiba Mocha; se vieron obligados a dispersarse al ser sorprendidos y en la acción caería mortalmente herido José Garcerán Valls.

La Revolución en el poder

La noticia, en el amanecer del primer día de 1959, sobre la huida del presidente de la República de Cuba, Fulgencio Batista Zaldívar, incentivó diversos aconteceres; de inmediato, liberar a los prisioneros por actividades políticas en la Jefatura de Policía, la Cárcel, el Escuadrón No 41, el Regimiento No. 4 Plácido y el cuartel de Ceiba Mocha.

La huelga general revolucionaria, convocada por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz desde Santiago de Cuba, se desarrollaba con nuevas tareas el día 2, como la protección a propiedades estatales y privadas y la paralización laboral y estudiantil. En las calles, la población vitoreaba a los combatientes del Ejército Rebelde de la Columna Invasora No. 2 Antonio Maceo, al mando del comandante Camilo Cienfuegos Gorriarán, el Héroe de Yaguajay, quien ordenó desarmar a los militares y nombró jefe del regimiento, al capitán William Gálvez Rodríguez, lo que fuera ratificado en la tarde por Ernesto Che Guevara de la Serna, comandante al mando de la Columna No. 8 Ciro Redondo.

El día 5 se realizó la inhumación, en el cementerio San Carlos, del expedicionario del yate Granma, comandante Horacio Rodríguez Hernández, asesinado en Guacanayabo, Manzanillo. Y al día siguiente ocurre la muerte del joven telegrafista de dieciséis años Otto Fernández Morales quien, por el desconocimiento del uso del arma, se convirtió en primer mártir de la huelga cuando cuidaba el Instituto.

En el primer encuentro del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz con el pueblo matancero, el día 7, entre el análisis sintetizado sobre la situación en Cuba después del golpe de Estado, la problemática nacional, la defensa del país, el devenir cultural y el homenaje a los mártires, abordó otras cuestiones referentes a peticiones populares, como el castigo a los asesinos, la situación del acueducto municipal, el abandono del estadio Palmar de Junco, la falta de medicinas en el único hospital civil provincial, el monopolio fosforero y la necesidad de un edificio para la Cruz Roja.

La primera etapa del Gobierno provisional revolucionario se inició el 12 de enero con tres comisionados: el líder bancario Argelio Martínez del Toro, el doctor Laudelino González y el comerciante Félix Ponce Valdés; garantes en la aplicación de resoluciones y medidas de índole económica, política y social en el territorio hasta que, desintegrada la tríada de poder, se designa como comisionado municipal a Martínez del Toro.

El 27 de abril de 1961 se constituyó la Junta Permanente de Coordinación, Ejecución e Inspección (JUCEI), segunda forma de Gobierno implantada en el territorio, a la que le siguió el Poder Local, tercer estilo de Gobierno provisional, que se aplicó después de la experiencia en el municipio matancero de Jagüey Grande, en 1963. La Ley 1269 dispuso, en junio de 1974, el experimento del Poder Popular en la provincia de Matanzas.

Las diferentes administraciones gubernamentales revolucionarias, no ajenas de errores, tuvieron que enfrentar también incomprensiones, campañas anticomunistas, desinformación, acontecimientos y hechos aislados, externos e internos, con evidentes rasgos de oposición a las legislaciones; así como las acciones contrarrevolucionarias de las bandas pagadas por la CIA, causantes de lamentables pérdidas económicas y humanas.

El 6 de diciembre de 1960 cayó en combate el primer mártir de las milicias matanceras, Samuel Fernández Álvarez, y el 5 de enero de 1961 asesinan en el Escambray a uno de los integrantes del primer contingente de maestros voluntarios, el joven matancero Conrado Benítez García, cuyo nombre adoptaron las brigadas durante la Campaña de Alfabetización.

Después de la fusión de los diferentes sectores políticos de la sociedad en las Organizaciones Revolucionarias Integradas (ORI), estas fueron reemplazadas, el 26 de marzo de 1962, por el Partido Unido de la Revolución Socialista de Cuba (PURSC), génesis del Partido Comunista de Cuba fundado el 3 de octubre de 1965.

Transformaciones económicas

La recuperación del acueducto y la intervención de la Zona Franca del puerto de Matanzas el 11 de febrero de 1959, le otorgaron un lugar de vanguardia al municipio a nivel nacional. Confiscaciones e intervenciones como medidas cautelares, transicionales o totales, a empresas privadas, se realizaron hasta mediados de 1960; además de las nacionalizaciones a empresas y bienes de ciudadanos norteamericanos. En correspondencia al decreto del 17 de septiembre de 1960 firmado por el Che, presidente del Banco, se nacionalizó The First National City Bank of New York, único banco norteamericano de siete existentes; proceso aplicado en los otros según Ley No. 890 del 13/ 10/ 60 que exceptuó los bancos canadienses.

Durante el año 1960 se realiza la entrega de tierras a los campesinos de Ceiba Mocha, Guanábana y Corral Nuevo, de acuerdo a la Primera Ley de Reforma Agraria, firmada por Fidel el 17 de mayo de 1959 en la Plata, Sierra Maestra.

Los logros económicos y sociales mantuvieron un ritmo ascendente durante toda la década del 80, hasta 1991 en que se produce la declaración del período especial, motivado por la caída del campo socialista y el recrudecimiento del bloqueo económico norteamericano, en el que los esfuerzos de nuestro pueblo y Revolución, hasta hoy, se centran en mantener las conquistas socialistas, la batalla de ideas en el campo nacional e internacional y la implementación de los Lineamientos aprobados por el Congreso del PCC.

Transformaciones sociales

Al triunfo de la Revolución, en el sistema educativo se produce el reintegro de educadores desplazados por la dictadura, los nombramientos de nuevos directores y la fusión de las Escuelas del Hogar, Jardines de la Infancia y la Normal en la Escuela de Maestros Primarios; así como la reparación de inmuebles y la construcción de otros.

El 23 de abril de 1960 se inauguró la primera obra educacional, la Escuela Primaria Julián Alemán Alpízar, en el reparto El Cocal, y el 29 del propio mes se convirtió en Centro Escolar Mártires del Goicuría la fortaleza militar de igual nombre. En mayo de ese año, un grupo de jóvenes respondieron a la convocatoria de Fidel a convertirse en maestros voluntarios y en noviembre se incorporaron los alumnos del 4º año de la carrera de magisterio.

Durante la Campaña de Alfabetización en 1961, ocurren la inauguración del primer Círculo Infantil y la gratuidad de la enseñanza en diecinueve colegios privados a partir del 8 de mayo. Para garantizar la continuidad de estudio a los alfabetizados, se realiza la apertura del primer centro de superación para obreros y campesinos, con el nombre del mártir Reynaldo González Galainena, en el otrora Colegio Garmendía, el 19 de abril de 1962, y la creacion de aulas de seguimiento en centros de trabajo y en la cooperativa de Ceiba Mocha. El nivel de preuniversitario lo facilitaron la Facultad Obrero Campesina (FOC) Julio Antonio Mella, creada en febrero de 1964, y posteriormente, la FOC Calixto García.

Un gran logro fue la creación de la primera escuela pública de idiomas, nombrada Federico Engels. Se abrieron secundarias básicas en todos los barrios, escuelas de oficios y de atención a infantes débiles visuales, sordomudos y sin amparo filial. En coordinación con el Ministerio del Interior (Minint), se crea el Centro de Reeducación de Menores y para la formación de técnicos agrícolas e industriales, con estudiantes nacionales y extranjeros, se fundan los institutos tecnológicos Ernest Thaëlman, Antonio Maceo y Álvaro Reynoso. La Escuela Militar Camilo Cienfuegos acogió alumnas de la carrera magisterial hasta la inauguración de la Escuela Formadora de Maestros René Fraga Moreno, el 8 de marzo de 1975.

El 9 de mayo de 1972 se crea la Sede Universitaria de Matanzas, instaurándose así la enseñanza superior, cuyo desarrollo hizo posible la existencia, en 1976, de tres centros: la Facultad de Ciencias Médicas, el Instituto Pedagógico Juan Marinello y el Centro Universitario de Matanzas (CUM). Este último se convirtió en 1985 en el Instituto Superior Agroindustrial Camilo Cienfuegos (ISAICC).

Se crearon, además, academias de boxeo y varios gimnasios con personal especializado, así como las Escuelas Vocacional de Artes (EVA) Alfonso Pérez Isaac y de Iniciación Deportiva (EIDE), conjuntamente con el Ateneo Deportivo Aurelio Janet.

En agosto de 1961, al constituirse la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), la organización cuenta en Matanzas con cuarenta y cinco representantes del arte y la literatura.

El rescate del Teatro Sauto contribuyó a la fundación, en septiembre de 1960, de las academias de Artes Dramáticas, Danzas y Coros. Sus alumnos integraron el grupo dramático creador del espacio novelas en Radio Tiempo y la brigada artística con actuaciones en zonas rurales, participando también en el Primer Festival Nacional de Aficionados, celebrado en 1961 en el teatro capitalino Payret. El grupo de teatro El Castillito de los Niños, concebido en 1962 por el dramaturgo René Fernández Santana, se oficializó como teatro Papalote en 1971 y la sala teatral Milanés, surgida en 1970, devino Teatro Mirón Cubano. Contribuyó a la enseñanza del baile de las puntas, la Escuela de Ballet Anna Pavlova, radicada en Sauto en 1963.

El 14 de febrero de 1962 se constituye la Orquesta Sinfónica, acreditada como segunda a nivel de país y con sede en la Sala José White, inaugurada en el antiguo Liceo el 1 de agosto de 1968. El Coro Profesional de Matanzas se fundó con obreros, amas de casas y estudiantes de la Academia de Coros y egresados de la Escuela Nacional de Artes. Con la instauración de la Escuela de Música, en julio de ese año, se crearon las condiciones para celebrar los Festivales de Música Popular y del Creador -cimiente del Concurso de Música Cubana Adolfo Guzmán-, el Primer Festival de Arreglistas de Matanzas, de Orquestadores, Nacional del Danzón y el de Música Popular Rafael Somavilla. Destaca la existencia de grupos musicales y folklóricos, distinguidos más allá de las fronteras citadinas, como Los Muñequitos, Afrocuba, Yaguarimú y la Lira Matancera, sin dejar en el anonimato a la Banda Militar y su vínculo con el músico estadounidense Federico Smith, creador de la obra Matanzas 281, estrenada en Sauto en 1974 y ganadora del Concurso de Música Sinfónica 26 de Julio, en 1975.

En espacios aledaños a la galería ubicada en la Plaza de la Vigía desde 1961, actualmente Centro Provincial de las Artes Plásticas Pedro Esquerré, cobraron vida las Casas de la Trova y del Escritor, el 30 de diciembre de 1979. Asimismo, la realización de talleres, concursos y jornadas literarias, con la cooperación de las Brigadas Hermanos Sainz, materializaron, en 1990, la creación de Ediciones Vigía.

El desarrollo museístico se inició el 6 de septiembre de 1959 con el primer museo histórico fundado por la Revolución -actual Museo Provincial Palacio de Junco-, multiplicado por el Museo Farmacéutico, Museo Memorial El Morrillo (MN), Museo de Arte, el de la Ruta del Esclavo y el de Bomberos. A ello se agrega la existencia del primer Archivo Histórico Provincial en el interior del país, desde el 17 de febrero de 1968, en la casa del poeta José Jacinto Milanés, y el traslado, en 1963, de la Biblioteca Gener y Del Monte al inmueble que ocupara el Casino Español, fusionándose con la biblioteca Guiteras.

Como órganos para la difusión masiva, el municipio cuenta con Radio 26 -emisora comprada el 23 de diciembre de 1959 por el M-26-7-, el periódico Girón -continuador del rotativo Adelante Revolucionario- y, desde el 10 de diciembre de 1999, el telecentro TV Yumurí. El Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográfica (ICAIC) inauguró nuevos cines y en 1989 inició los encuentros de cine clubes Yumurí.

En la esfera de la salud hubo grandes logros, en el Hospital Civil de Versalles se instalaron nuevos equipos de rayos X y se dio atención a todas las especialidades. El hospital fue sede, en octubre de 1960, del Primer Congreso de Cirugía en tiempos de Revolución. En esta institución se empleó por vez primera la hipnosis en una operación quirúrgica de apendicetomía. La eliminación gradual del ejercicio privado y la socialización de los servicios médicos transformó en centros mutualistas las clínicas intervenidas. Se crearon en todos los barrios los policlínicos comunitarios y, con la vacuna antipoliomielítica en 1962, se inició la vacunación gratuita. El Hospital Militar Mario Muñoz Monroy extendió la asistencia a la comunidad.

Remodelaciones, nuevas construcciones y la explotación de clínicas intervenidas, permitieron inaugurar, el 24 de julio de 1965, la primera clínica dental, nombrada César Escalante, y el Banco de Sangre; a las que siguieron, en los años siguientes, la Clínica Estomatológica III Congreso del PCC; el Centro de Higiene Mental; el Hospital Psiquiátrico Antonio Guiteras; el Hospital Oncológico; el Centro de Higiene y Epidemiología y el Hospital Provincial Comandante Faustino Pérez.

Se nombraron plazas de enfermeras en Círculos Infantiles, con la visita semanal de un médico. En los repartos Camilo Cienfuegos y Armando Mestre, se inició el Sistema del Médico de la Familia, que contó con el apoyo masivo en tiempos de las epidemias de conjuntivitis hemorrágica y dengue. En 1974 se constituyó la filial de la Sociedad Cubana de Obstetricia y Ginecología, presidida por el doctor José González Monterrey y los doctores Armando de Jesús Domínguez Marrero y Emilio Fernández Font en condición de secretario y vocal, respectivamente.  Personal de salud del territorio integraron desde 1963 las primeras brigadas médicas internacionalistas en países de Asia, África y América Latina.

En tarea de primer orden se convirtió la eliminación de los barrios de indigentes y la construcción de viviendas y edificios multifamiliares, entre ellos, los de trece y catorce plantas. Entre las grandes obras de la construcción, se inauguró por Fidel el Estadio Victoria de Girón, el 20 de febrero de 1977, donde se inició, por vez primera fuera de la capital del país, la Serie Nacional Selectiva de Béisbol. En pleno período especial, a finales de la década de los ochenta, se concretaron esfuerzos y se concluyeron la central Termoeléctrica; el seminternado de primaria Seguidores de Camilo y el Che, en el Reparto Armando Mestre; la Base de Supertanqueros; la ampliación del Hospital Pediátrico; los tramos del oleoducto Matanzas – Santa Cruz y Cárdenas – Matanzas; y, para el desarrollo del turismo, la apertura del Aeropuerto Internacional Juan Gualberto Gómez, el 25 de septiembre de 1989.

Parajes citadinos fungieron como escenarios en las tres ocasiones en que la provincia de Matanzas ganara la sede del acto central por el Día de la Rebeldía Nacional: en 1974, el inmueble donde radicara la Escuela Nacional de Responsables de Milicias; en 1991, la plaza del Estadio Victoria de Girón y el 3 de agosto de 1999, por ser compartido con la provincia Cienfuegos, el viaducto del barrio La Playa.

Desde 1960 y hasta los primeros años de la década del 70 se origina una explosión de la natalidad, como consecuencia de las nuevas esperanzas en el futuro socialista del país y las condiciones justas que trajo la Revolución para el pueblo. Pero, a partir de 1992, comienza la declinación de la tasa global de fecundidad, fruto de las dificultades económicas a tenor del bloqueo imperialista, el inicio del período especial en tiempo de paz y la incorporación masiva de la mujer al trabajo. Sin embargo, se observa como la población en 1992 aumenta relativamente y es el hecho de que, a partir de 1970, se revirtió la migración negativa tradicional existente en la ciudad, convirtiéndose en una creciente migración positiva.

La esperanza de vida es de 74 años -con tendencia a subir a 75.2-, distribuidos en hombres 72.5 y mujeres 76.0; es la ciudad que ocupa el lugar No. 15 entre las más envejecidas del país con un patrón familiar de 3.5 personas por núcleo.

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