Historia del municipio Placetas (Provincia de Villa Clara)


Historia del municipio Placetas
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Escudo de Placetas
Cronología
Período Colonial
Fundación de Placetas
Guerras de Independencia
Período Neocolonial
La república neocolonial (1899-1952)
Lucha insurreccional
Caracterizacíon de la sociedad neocolonial
Período revolucionario

Historia del municipio Placetas. La historia del municipio comienza con los asentamientos establecidos en el territorio, y llega hasta la actualidad, pasando por la ocupación española, las luchas de independencia, la etapa republicana o seudorepública hasta llegar a la etapa revolucionaria.

El municipio se encuentra ubicado en la Región Central de Cuba, al sureste de la Provincia de Villa Clara. Por su extensión territorial de 600,2 km2, ocupa el sexto lugar entre los trece municipios que conforman la provincia. Limita al norte con Camajuaní; al noroeste, con Remedios; al sur, con Fomento; al sureste, con Cabaiguán, ambos pertenecientes a la provincia de Sancti Spíritus, al suroeste con Manicaragua y al oeste con Santa Clara, capital de la provincia. [1]

Período Colonial

Fundación de Placetas

En el año 1492 al llegar los españoles a Cuba, los terrenos del actual municipio de Placetas pertenecían a los extensos territorios de los cacicazgos Sabana o Sabaneque y Cubanacán. Al fundarse en el siglo XVI San Juan de los Remedios, la octava villa, las tierras de Placetas pasaron a formar parte de esta jurisdicción. Todo lo anteriormente expuesto junto al temor implantado por los constantes ataques de corsarios, piratas y otros enemigos del mar iniciado en 1538, hizo que los pobladores de Remedios se pronunciaran por solicitar nuevos asentamientos para la villa. Con este motivo figuraron cuatro grupos de intereses oligárquicos representados por dos curas y dos grandes grupos de terratenientes.

El sacerdote Cristóbal Bejerano Valdés propuso trasladar la villa de Remedios para la hacienda de Santa Fe, sitio alto, con agua potable y excelentes terrenos para la agricultura, mientras que el cura José González de la Cruz propuso trasladarla para sus propiedades en el Hato “El Copey” perteneciente al actual municipio de Placetas. El tercer grupo lo constituían los terratenientes que tenían sus intereses en las tierras cercanas de San Juan de los Remedios, estos abogaban por que la villa continuase en el primitivo pueblo donde había nacido. Finalmente, el cuarto grupo se nucleaba con los poseedores de las grandes extensiones de tierra alrededor de la hacienda Ciego de Santa Clara, más tarde conocida como Antón Díaz. Durante el siglo XVII, sobre todo después del año 1630, la economía de la Villa de San Juan de los Remedios, estaba basada fundamentalmente en la ganadería. No es hasta el año 1671, que el gobernador de la isla, Francisco Rodríguez de Ledesma, le concede la licencia al sacerdote José González de la Cruz para asentar el pueblo en su hato de “El Copey”. En 1684 salió con un grupo de sus fieles hacia “El Copey”, estableció en este lugar una ermita de guano para dedicarla al culto y se eligió como Santo Patrón a San Atanasio. [2]

Alrededor de esta ermita, los feligreses que habían abandonado a San Juan de los Remedios con este padre, construyeron sus viviendas, y así se formó el núcleo poblacional. Algunos vecinos de San Juan de los Remedios no estuvieron de acuerdo en marchar al Copey por lo que la otorgada al padre José González de la Cruz quedó derogada. Persistiendo en sus posiciones de traslado el padre González de la Cruz logró el 11 de febrero de 1688, obtener una orden del gobernador Diego de Viana e Hinojosa de acuerdo con el Obispo Diego Avelino de Compostela para que la Villa de Remedios fuera llevada al hato de “El Copey”. [3]

El 1 de junio de 1689, el entonces Gobernador Viana e Hinojosa concedió, a solicitud del alcalde ordinario Manuel Rodríguez y del Regidor Antonio Díaz de Acebedo, ambos de Remedios, la mudanza definitiva de la villa para el hato de Antón Díaz. Quedó así derogada la anterior orden y entonces surgió Santa Clara. Como se puede apreciar, el cura José González de la Cruz insistía en trasladar la Villa de Remedios, motivado por razones netamente económicas. Este intento resultó infructuoso y en él quedaron plasmados las contradicciones existentes entre los diferentes grupos oligárquicos y los intereses religiosos. La aldea de Guaracabulla estaba situada en el centro de la Isla de Cuba, en el Camino Real de La Habana.

En el diccionario de Jacobo de la Pezuela, aparece que la pequeña iglesia del Copey fue trasladada en 1804, a un lugar próximo llamado El Ciego. En este año, Báez, fundado a finales del siglo XVIII, fue partido pedáneo. Por las investigaciones realizadas, el historiador placeteño José Martínez Fortún y Foyo llegó a la conclusión de que dicha iglesia había sido pasto de las llamas y se cambió en 1814, para la aldea de Guaracabulla bajo la licencia del obispo Juan J. Díaz de Espada y Landa, quien visitó ese año el templo; el cual era de tabla y tejas con el campanario de madera.

Poseía bastante capacidad a pesar del escaso número de habitantes. Por esta época la economía de Guaracabulla era ganadera, principalmente porcina. En 1841, el Cabildo de Remedios atendió una solicitud de los dueños de las haciendas de Guaracabulla, C. Manuel, A. Balmaceda, J.B. Balmaceda, Luís J. y RA Balmaceda, Pío Camejo y Hernández, Manuel Hernández y Miguel y Manuel de Jesús Gutiérrez, pidiendo que se convirtiese la aldea en pueblo, categoría que se le otorgó el 24 de marzo de 1847. El nivel de educación por estos años era extremadamente pobre; Guaracabulla solo tenía una escuela de niñas y una de varones. La mayor parte de la población: esclavos, pequeños agricultores, trabajadores asalariados, negros, mulatos y blancos pobres, se encontraban sumidos en la ignorancia. [4]

La economía se basaba en la cría de ganado, y el cultivo de la caña de azúcar que se elaboraba en pequeños ingenios. El desarrollo azucarero que se produjo en la zona de Remedios hacia mediados del siglo XIX, se debió, en gran medida, a la expansión hacia el este de los azucareros matanceros que llegaron a estos lugares en busca de tierras más fértiles y productivas pues los suelos de Matanzas y Cárdenas, luego de varios decenios de explotación, no ofrecían rendimiento. Esta expansión azucarera trajo a Guaracabulla nuevos vecinos. Consecuencia de la expansión azucarera fue la transformación de los medios de comunicación con la presencia del ferrocarril. En 1848 comenzó su construcción bajo la dirección del ingeniero Aron B. Lewis. A partir de entonces se construyeron nuevos ramales, el de San Andrés, por ejemplo, para enlazar con el de Camajuaní, fue inaugurado en el año 1868. Estos hechos convirtieron a Guaracabulla en uno de los partidos fuertemente azucareros de toda la jurisdicción. [5]

El 9 de septiembre de 1861 apareció por primera vez en los libros de Actas del Ayuntamiento de Remedios el nombre de Las Placetas. Antes de la Guerra de los Diez Años solamente existía en este sitio una tienda en el camino real de Remedios a Sancti Spíritus (actual Paseo Martí). Los vecinos de la región la llamaban Las Placetas por existir en sus alrededores espacios carentes de vegetación regularmente circulares que alternaban con otros de vegetación abundante, pues los terrenos del lugar eran arenosos, ferruginosos o serpentinosos, de ahí el nombre de Las Placetas y después como forma de abreviar, Placetas. Cuando estalló la Guerra de los Diez Años y a partir de 1869, grandes y variados cambios aparecieron en este sitio.

La situación política se agravaba por el alzamiento insurrecto en el territorio, por lo que el gobierno español trató de frenarlo. Martínez Fortún, viendo las posibilidades de crear una población debido a la concentración de familias alrededor del fuerte Monarca en Las Placetas y la posibilidad de crear una base estratégica del ejército español para sofocar al movimiento insurrecto, concibe la idea de proponer al gobierno español la creación de una población.

El desarrollo de la guerra provocó una concentración de campesinos en la zona fortificada dando lugar al primer núcleo poblacional en Las Placetas. Los intereses políticos y económicos de Martínez Fortún y otros propietarios de ingenios y ricos terratenientes en la zona que serían beneficiados con la fundación de un pueblo. El interés político militar del gobierno español en poseer una base de operaciones en un lugar que por su posición geográfica resultaba beneficiosa desde el punto de vista estratégico. Estas causas motivaron que la nueva población se fundara de la siguiente forma. Al nuevo pueblo el coronel Fortún lo llamó Elosegui, en honor al Capitán Pedáneo de Guaracabulla, Hermógenes Elosegui y Mujica, pero la costumbre de denominar al sitio Las Placetas se impuso al uso. Más tarde, con el objetivo de abreviar, se llamó Placetas, nombre que ha prevalecido hasta hoy. El primero de enero de 1879 quedó inaugurado el ayuntamiento y se estableció como tal el municipio de Placetas con su primer alcalde Pío Camejo y Hernández. En sus inicios el municipio se creó con el nombre de Guaracabulla, hasta 1880 en que las autoridades superiores dispusieron de que se le llamase Placetas. [6]

Por la expansión azucarera y la irrupción en el área de los grandes terratenientes procedentes de Matanzas se produjo un notable incremento de la producción de azúcar, por tanto, para esa época predominaría la plantación esclavista. La barbarie del sistema a que estaban sometidos los esclavos: los abusos, el maltrato y la explotación, los llevaron a sublevarse y a protestar continuamente. Corresponde a los esclavos de procedencia étnica conga la mayor representación. Le siguen, según rango de mayor o menor relevancia por los de procedencia: Costa de África, Ganga, Lucumí, Mandinga, Nación, Carabalí, Ivo, Costa de Guinea, Mina y Macuá. Los Arará y Bibí están muy poco representados, solamente por un esclavo de cada uno. [7]

Guerras de Independencia

La situación creada por la política impuesta por España en Cuba provocó el estallido revolucionario del 10 de octubre de 1868, fecha en que Carlos Manuel de Céspedes dio el grito de ¡Independencia o Muerte! en su ingenio La Demajagua. La región villareña se incorporó al movimiento insurreccional a partir del 7 de febrero de 1869, en la zona se lanzaron al campo insurrecto gran número de patriotas, concentrándose en Masgüira lugar próximo a Guaracabulla y al frente del alzamiento se encontraba el patriota Serafín García Leiva. El movimiento revolucionario cobró auge rápidamente en la comarca, por lo que el gobierno español comenzó de inmediato a tomar medidas con el propósito de frenarlo o impedir su expansión y desarrollo.

Durante la contienda bélica se libraron varios combates en la zona entre tropas cubanas y españolas. Así mismo se construyeron algunos fuertes en Las Placetas, entre los que se encuentran el de El Portillo. Las acciones bélicas que se desarrollaron en la zona fueron numerosas y en ellas se destacaron algunas figuras revolucionarias entre las que sobresalen Serafín García Leiva, Amador y Agustín de Rojas y Loyola. El 18 de marzo de 1878, en el campamento el Mamey, la fuerza de la jurisdicción declaró pacificada la región, después de la firma del Pacto del Zanjón. [8]

El 24 de febrero de 1895 se reinició la guerra por la independencia, luego de 17 años de tregua. Al comenzar esta guerra existían en Placetas los autonomistas, los conservadores y los revolucionarios. Las figuras destacadas en Placetas en el campo insurrecto fueron los coroneles Alberto Rojas Espinosa y Severiano García García, quienes se lanzaron a la manigua a luchar por la independencia de Cuba a finales de abril de 1895. El 14 de junio de 1895, se lanzó al campo de batallas en las Vueltas, Rafael Casallas Monteagudo. El 18 de ese mes salió desde Placetas un grupo para unirse a las fuerzas de este, que acampaban en Hernando. Al Este de Placetas, se unieron a las tropas de Castillo y Zayas con las de Alberto Rojas y Casallas. Entre todos acordaron invadir la comarca de Remedios. En la Villa de Placetas habían españoles al mando del Teniente Coronel Armando Delgado García, quien al conocer que en el ingenio San José había una fuerza revolucionaria de importancia, tomó con sus soldados el tren, el día 22 y se dirigió al lugar.

Al llegar, se estableció un combate entre las fuerzas cubanas y españolas donde estas últimas sufrieron varias bajas. Los cubanos después del combate se retiraron en dirección a Vista Hermosa y San Andrés, llevando entre sus muertos al valeroso Rafael Casallas, quien fue sepultado en Bella Unión. El día 7 de diciembre de 1895, el municipio de Placetas era un hervidero de soldados españoles, pero estos no pudieron impedir el paso de Maceo y Gómez en su invasión, quienes hicieron ese día un acantonamiento de fuerzas en Sabanilla y después continuaron rumbo al occidente del país.

En 1897, continuaron los enfrentamientos entre fuerzas cubanas y españolas, esta vez por las diversas visitas que hiciera a Placetas el Capitán General Valeriano Weyler, quien llegó el 10 de febrero, por lo que hubo gran movimiento de tropas y acciones. Weyler convirtió a Placetas en un verdadero foco de infección con la reconcentración que implantó, pues como habían entrado al pueblo miles de soldados y reconcentrados estos se alojaban en los portales, en las calles y los soldados ataban los caballos a los laureles de la Plaza y depositaban sus excretas por todas partes. Por orden del propio Capitán General arrasaban con cuanto existía en el campo, incluyendo animales domésticos.

Por tal motivo aumentaron las enfermedades en la villa y resultó necesario trasladar camas del Hospital de Remedios para los soldados enfermos en Placetas, a consecuencia de los males que diezmaban a la población civil y militar, todo por los procedimientos de Weyler. A finales de 1897, la guerra era difícil para ambos bandos; en el campo español las enfermedades habían diezmado al sufrido ejército que carecía de su antigua fortaleza y entre los cubanos se hacía cada vez más crítica la situación. Prueba de ello fueron los resultados obtenidos del censo de 1897, de una población de 10 551 habitantes en la comarca se inscribieron 979 defunciones. El 14 de agosto de 1899, dio cuenta el Jefe de la Brigada de Placetas que se había firmado un protocolo de paz que ponía fin a la guerra. El pueblo placeteño se preparó para recibir con júbilo a las fuerza cubanas, finalmente los coroneles Manuel Nápoles Sori y Alberto Rojas Espinosa entraron con sus fuerzas triunfantes en la villa el 28 de diciembre, desde el campamento El Mamey. [9]

Período Neocolonial

La república neocolonial (1899-1952)

En el año 1899, cesó la dominación española en Cuba, con el inicio de la Primera Ocupación Norteamericana el Regimiento Narciso López al mando del Coronel Alberto Rojas Espinosa, tenía a su cargo el mantenimiento y el orden en Placetas. Ya por estos años se desarrollaban fuertes contradicciones políticas agudizadas por la formación de los primeros partidos políticos de la República Neocolonial. El Partido Nacional Republicano hacía en Placetas una activa campaña política. En febrero de 1903 se creó el Partido Republicano Conservador.

Central Zaza.
Central Fidencia.
Central San José.

La situación económica de Placetas, al terminar la guerra y la dominación española sobre Cuba era como en toda la Isla, bastante difícil. La disminución en las áreas cultivables y la producción agrícola fueron considerables pruebas de ello. La industria azucarera atravesó estos años períodos de alzas y bajas con su lógica repercusión en la vida de la localidad. Placetas tenía tres centrales: Zaza, Fidencia y San José, los cuales fueron objetos de algunas reformas técnicas. Las inversiones del capital norteamericano en las principales ramas de la economía nacional: azúcar, tabaco, transporte, comunicaciones y otras continuaron en marcha ascendente. Los servicios electrónicos y telefónicos estaban controlados casi por completo por los yanquis. En Placetas se estableció la Cía. de la Electricidad en la década del 20, esta dependía de Santa Clara, no había dependencia administrativa en el municipio.

Durante 1905, el General José Miguel Gómez visitó Placetas en campaña de proselitismo político y fue homenajeado con un banquete en el Hotel Central. La tirantez política surgida entre los partidarios de Estrada Palma y los liberales fue en aumento por día. Realizadas las elecciones a finales de 1905, con el retraimiento electoral de los liberales, Tomás Estrada Palma se reeligió Presidente de la República. Las ambiciones de poder de los políticos de la época provocaron la Guerrita de Agosto de 1906. En Placetas, donde José Miguel Gómez tenía mucha influencia y por tanto el Partido Liberal era fuerte, se produjeron algunos hechos de armas, pues la población era mayoritariamente liberal. En este estado de cosas, el presidente Estrada Palma solicitó la intervención de tropas yanquis en Cuba, de acuerdo con lo estipulado en la Enmienda Platt. La Guerrita de Agosto de 1906 tuvo repercusión en todo el país, pero en Las Villas, y dentro de ella en Placetas, fue particularmente fuerte.

El 20 de mayo de 1909, asumió la presidencia de la República José Miguel Gómez. En 1913, la asumió Mario García Menocal quien gobernó durante dos períodos consecutivos hasta 1921. En 1916, Menocal decidió dar la brava electoral, su reelección se logró mediante los fraudes tradicionales en aquellos años. Por eso, Placetas, donde el Partido Liberal contaba con grandes simpatías, fue escenario de las acciones fundamentales de la guerrita politiquera de 1917 conocida como La Chambelona. Cuando se estableció el combate, los liberales encerrados entre dos fuegos, comenzaron a retirarse rumbo a Caicaje. El fuego de ametralladoras y una carga al machete obligó a los alzados a huir hacía Santa Clarita y la Loma del Cerro Pelado. Allí fueron recibidos por un fuerte fuego de artillería, revolver y una carga al machete.

Los alzados se dispersaron y fueron perseguidos, hubo muertos y heridos y alrededor de 200 hombres fueron hechos prisioneros, entre ellos, el coronel Quiñones y el ex - presidente José Miguel Gómez. En la tarde de ese mismo día, el coronel Aurelio Hevia, secretario de gobernación, recibió a los prisioneros en el ayuntamiento de Placetas. Preso José Miguel Gómez, la rebelión decayó rápidamente aunque se produjeron algunas escaramuzas militares en la zona.

No hubo en Placetas en estos años un movimiento obrero fuerte, no obstante, ocurrieron algunas huelgas y se inició la organización de la clase obrera. En 1917 se creó el Gremio de Tabaqueros de la localidad, el cual se esforzó por mejorar la situación general de sus afiliados. En los años de 1920 a 1925 surgió el Gremio de tabaqueros en Báez y el de escogedores en Falcón, los cuales lucharon por el aumento de los salarios, la eliminación del pago en fichas y la reducción de la jornada laboral. Como se puede apreciar por los datos anteriores, los huelguistas centraban sus demandas en problemas económicos, aún no habían alcanzado la suficiente conciencia de clases para intervenir en los problemas políticos con objetivos propios. [10]

En los años que median entre 1926-1935 aparecieron en la localidad organizaciones obreras mejor definidas que en épocas anteriores, con un sentido clasista y se hicieron manifestaciones masivas con objetivos más precisos e incluso los choques con las fuerzas represivas tuvieron momentos sangrientos. Dentro del movimiento revolucionario cubano se destacó el movimiento tabacalero, que con gran tradición de lucha, organización y conciencia política, jugó un papel muy importante dentro del movimiento de liberación cubano. Entre los años 1925 y 1927 se fundaron los gremios de trabajadores tabacaleros. En 1933, surgió el Sindicato Regional Tabacalero con ramificaciones en Báez, Guaracabulla y Agabama, el cual desplegó un amplio trabajo por la asistencia social así como por mejoras no sólo salariales; sino también en las condiciones de trabajo.

Entre 1926 y 1935, período de gobierno de Gerardo Machado, en los centrales del municipio sucedió, como en todo el país, un proceso de descenso de los niveles de producción que trajo funestas consecuencias para la masa trabajadora. El central Zaza con un promedio de 310 trabajadores produjo en 1933 menos de 12 000 toneladas de azúcar, cantidad inferior a la producción de 1901. En otros sectores económicos de los cuales dependía la localidad la situación no era mejor, en el sector tabacalero no sólo se sufría el bajo precio de las tarifas; sino también que los patrones raras veces pagaban lo establecido por la ley. Innumerables fueron las luchas de los obreros tabacaleros por lograr el pago de las tarifas. La desigual distribución de la tierra era uno de los grandes males que afectaba el buen desenvolvimiento de la economía local. [11]

El plan de obras públicas de Machado no significó una solución para los obreros de la localidad, solo obras como la construcción del edificio El Liceo entre 1926 y 1927, la reforma del parque Casallas y la pavimentación de las calles que lo rodean. Algunos placeteños trabajaron en las obras de la carretera central, pero son bien conocidos los ínfimos salarios que se pagaban en estas obras y las dificultades que tenían los obreros para cobrar. Otras ramas económicas contribuyeron en alguna medida a la supervivencia de Placetas.

Las vías de comunicación para el desarrollo de estas ramas económicas eran muy variadas- ferrocarril, caminos asfaltados y en mal estado- y escasos los de buena calidad. Si se tiene en cuenta que las vías de comunicación son vitales para el desarrollo económico resulta fácil comprender que no era posible un gran desarrollo con semejante estado de cosas. La situación de los trabajadores agrícolas es el mejor indicador de la inseguridad económico social que predominaba en el período. De ello se deriva el estado de miseria, explotación y desesperación en que vivían los trabajadores del campo en este municipio.

En el sector azucarero comenzó desde fines de 1926 la organización de los gremios obreros. En 1932 el central Zaza fue visitado por diferentes líderes obreros, entre ellos Lázaro Peña y Faustino Calcines. También, en este año, se comenzó la constitución del sindicato en el central San José. En el central Fidencia, la organización sindical comenzó a partir de 1934. La huelga general que provocó la caída de Machado el 12 de agosto de 1933, recibió el apoyo del pueblo placeteño, que se lanzó a la calle con la consigna de “¡Abajo Machado!”.

En los años que median entre 1935 y 1940, el movimiento obrero del municipio dio muestras de haber ganado en conciencia de clase y de su decisión de luchar por sus derechos y por el bienestar de la nación, así lo demostraron los hechos ocurridos en este período. Entre las actividades más importantes desarrolladas por el Partido Comunista en esta época en la ciudad tenemos la huelga de 1935. En esta huelga se destacaron figuras del movimiento obrero placeteño: Isabel Pérez, Agustín Pérez, Fernando Parrado, Vicente Abeledo, Santiago Ruiz González (Chago), Manuel Cañizarez y otros. La huelga duró cuatro días y, aunque fracasó, se logró paralizar el transporte y casi todo el comercio. En 1938 se produjo una huelga de mujeres en Báez en demanda de mejores salarios. Por la misma fecha, los obreros del Central Fidencia reclamaron un aumento de salario, que lograron con la ayuda de Lázaro Peña cuando visitó el lugar. La lucha general por la creación de la CTC, contó con el apoyo masivo y decidido de los obreros de Placetas. [12]

En 1947, los obreros azucareros, sostuvieron una fuerte lucha por el pago del diferencial. Al acto efectuado ese año en Santa Clara vino Jesús Menéndez para reclamar el pago del diferencial azucarero, a este asistieron muchos obreros de la localidad. La visita de Jesús Menéndez al central Fidencia el 17 de enero de 1948 y los mítines que celebró en el mismo y en el parque Casallas, fueron un fuerte estímulo para que los obreros continuaran sus luchas. La fundación del Partido Popular del Pueblo Cubano Ortodoxo en 1948, tuvo una buena respuesta en el municipio; Raúl Lara Olivas estuvo al frente de este. En 1950 Eduardo Chibás hizo una visita a la localidad, fue acogido y escuchado con mucho entusiasmo por todo el pueblo. El año 1951 fue de fuertes manifestaciones de la clase obrera placeteña contra el mujalismo y los decretos del presidente Carlos Prío que atentaban contra los intereses de los trabajadores. [13]

En medio del descontento popular por la dictadura de Batista a partir de 1952 llegó la noticia del Asalto al Cuartel Moncada. La población recibió con júbilo y admiración la buena nueva. El espíritu de lucha creció de inmediato. El 8 de enero de 1953, centenario del Héroe Nacional José Martí, una poderosa manifestación de repudio al régimen recorrió las calles hasta el busto situado en Paseo Martí y 1era del Norte en que depositó una ofrenda floral. Una gran huelga de escogedoras de tabaco en contra de la rebaja de salarios que quería imponer Batista se produjo este mismo año, en Báez y Placetas.

Lucha insurreccional

La llegada a Placetas, a través de María Electra Suárez Espinosa, procedente de Miami, de una copia, de La Historia me Absolverá, fue un acicate para la lucha, el documento paso de mano en mano para el conocimiento de este por el pueblo. El grupo más radicalmente revolucionario de esta época fue encabezado por Jorge Álvarez, placeteño que fue dirigente del M-26-7. En Placetas la juventud socialista, el PSP y el pueblo en general se unió a la campaña pro-amnistía de los presos políticos que obligó a Batista a poner en libertad a los asaltantes al Asalto al cuartel Moncada.

A lo largo del año 1955, hubo fuertes luchas en el municipio, demostraciones de repudio se produjeron: en el sector tabacalero, bancario, de transporte, así como en el azucarero. En diciembre de 1955, los trabajadores azucareros escenificaron un fuerte movimiento huelguístico que comenzó con el reclamo de mejoras económicas, fundamentalmente el pago del diferencial azucarero; pero no tardó en orientarse hacia la exigencia de demandas políticas sociales contra Mujal y contra la tiranía. En Placetas, la huelga tuvo gran fuerza. A ella se unieron los trabajadores del tabaco, el comercio, transporte, bancarios y el pueblo en masas. Las calles se llenaron de obstáculos, los puestos de frita se situaron en medios de las calles y carreteras, se saboteó el transporte hasta paralizarlo. En los centrales del área se quemaron cañas y gomas en las carreteras. Los militantes del Partido Socialista Popular, de la Juventud Socialista y de otras fuerzas revolucionarias fueron arrestados.

La Guardia Rural reforzada por el Tercio Táctico de Santa Clara, intentó paralizar la huelga; pero la población respondió con piedras, latas y todo lo que tuvo a su alcance. Durante cuatro días Placetas fue ciudad muerta. Placetas tuvo el privilegio de contar entre los expedicionarios del Granma a tres de sus hijos: Eduardo Reyes Canto, quien murió días después del combate de Alegría de Pío, Esteban Sotolongo y Eduardo Bermúdez.

En el primer semestre del año 1957, se reunieron en la casa de Silvio y Jorge Álvarez (el primero abandonó el país), un grupo de miembros del Partido Ortodoxo. Allí se acordó convocar a una asamblea a puertas abiertas en la iglesia presbiteriana situada en 2da del Norte esquina 3ra del Oeste, para organizar el Movimiento 26 de Julio en la localidad. En esta asamblea presidida por Armando Hart Dávalos y Allan Rosell, el primero por la dirección nacional y el segundo por la provincia, surgió el núcleo central del M-26-7 en Placetas. Jorge Álvarez García fue designado su coordinador, el que de inmediato procedió a la formación de las células, proceso que fue ágil y dinámico.

Ante el estallido de la Huelga Revolucionaria del 9 de abril de 1958, los combatientes de Placetas no se cruzaron de brazos, varios de ellos dirigidos por Jorge Álvarez se alzaron en las inmediaciones de Manajanabo. Al producirse el fracaso de la huelga, escondieron las armas y se retiraron a las labores habituales. En la ciudad se cerró el comercio, se paralizaron las labores industriales y se regaron grampas para detener el transporte. En la fábrica de tabacos Reloba, la policía trató de evitar que los obreros se fueran, pero no les fue posible. La huelga no tuvo éxito en cuanto a los objetivos propuestos, pero constituyó una gesta de imborrable heroísmo en que la población placeteña jugo el papel que le correspondía. [14]

Tras el fracaso se reafirmó la convicción de que la lucha armada era la vía correcta para derrocar la dictadura. El Directorio Revolucionario 13 de Marzo, se organizó en Placetas en junio de 1958, posterior a la llegada de Faure Chomón. La reunión para organizar el Directorio se organizó con la participación del dirigente nacional Ángel Quevedo Valdivia en la casa del Dr. Isidoro Sánchez Perales sita en 2 del Norte e/ 2da y 3ra del Oeste. En Falcón, Báez y en las zonas rurales también se organizó el Directorio. Esta organización dio un fuerte apoyo al frente guerrillero del Escambray, destacándose por el envió de armas, ropa, medicinas, dinero, zapatos y el reclutamiento en la ciudad de luchadores, perseguidos por las fuerzas represivas, además realizaron varios sabotajes, entre ellos la quema de dos guaguas y un carro panel, hecho en que tuvieron un enfrentamiento con la policía.

Las actividades realizadas por el Movimiento 26 de Julio y el Directorio 13 de Marzo jugaron un papel decisivo en la lucha contra la tiranía en la localidad. En Placetas fue muy significativo el cura de la iglesia católica Fray Iñake de Pertika, por su vinculación con el Movimiento 26 de Julio y sus actividades a favor del derrocamiento de Batista, así como la actuación de la Brigada 21 de la Cruz Roja, por los servicios prestados a la lucha guerrillera y su alto sentido del deber de salvar vidas humanas sin distingos políticos de ninguna índole.

A mediados de octubre de 1958 las columnas invasoras # 2 Antonio Maceo y # 8 Ciro Redondo, operaban ya en la provincia de Las Villas. A mediados de noviembre de 1958, la comandancia general del Ejército Rebelde ordenó a los frentes guerrilleros desplegar el ataque final contra la decadente tiranía en Las Villas. Los rebeldes emprendieron múltiples acciones, tanto en el sur como en el norte de la provincia. El 16 de diciembre comenzó la ofensiva final, se tomó uno de los pueblos de la provincia de Villa Clara, Báez. El día 16 de diciembre el puente de Falcón fue derrumbado por el Ejército Rebelde con el propósito de impedir refuerzos de la ciudad de Santa Clara y lograr con éxito la toma de Placetas. El ataque a Placetas se planificó en el pequeño poblado de Nazareno.

En la madrugada del día 23 de diciembre entraron las columnas designadas para la toma de esta ciudad. Se había planteado a la tropa que el combate comenzara cuando sonara el disparo de un M1 que es un disparo singular. Este comenzó alrededor de la una de la mañana. Los combatientes designados para la toma del Liceo penetraron por la parte de atrás del edificio y se enfrentaron con los guardias que custodiaban este lugar, quienes a los primeros disparos huyeron cobardemente hacia la jefatura de la Policía, la cual se encontraba situada frente al parque Casallas. De igual forma los diferentes grupos tomaron posiciones y enfrentaron al enemigo. Así lograron tomar el teatro Caridad, donde se encontraba un grupo de soldados de la tiranía.

Desde esa posición se continuó hostigando al enemigo que estaba en la jefatura de Policías, esto ocurría en la parte Oeste. El otro grupo encabezado por el entonces Capitán Luis Alfonso Sayas, perteneciente a la columna # 8 Ciro Redondo, por orden del Comandante Ernesto Guevara de la Serna avanzó por toda la Carretera Central para la toma de la ciudad de Placetas. Estos acamparon en El Hogar que dista a 5 kilómetros de la ciudad, en espera de los combatientes del DR, los cuales le servirían de guía para la toma. Al frente de estos hombres del Directorio venía Osvaldo Alpízar. Unida la tropa salieron en horas de la noche de El Hogar unos en Jeep, en máquinas y otros a pie, llegando en la madrugada del 23 de diciembre al Paseo Martí y a la Carretera Central.

En este punto se dividió la tropa en dos grupos, uno seguiría por la Carretera Central hasta situarse en Carretera Central Esq. 1ra del Oeste, en la parte sur, disparando hacia la Jefatura de la Policía en su radio de acción tendrían el parque Casallas y la Jefatura. El otro grupo se desvió por el Paseo Martí hasta llegar a la Compañía de Electricidad y tomó algunas posiciones en la estatua de José Martí y en las columnas de los portales, algunos rompieron la puerta de entrada de dicha compañía y atravesaron por todas las casas que se encontraban hasta llegar a lo más próximo de la Jefatura de Policía, comenzando el tiroteo y el avance de las tropas. Desde el teatro Caridad, se continuó hostigando al enemigo que estaba en la jefatura de Policías, esto ocurría en la parte Oeste. El otro grupo encabezado por el entonces Capitán Luis Alfonso Sayas, perteneciente a la columna # 8 Ciro Redondo, llegando en la madrugada del 23 de diciembre al Paseo Martí y a la Carretera Central.

Después de un violento tiroteo en la Jefatura de Policía ondeó una bandera blanca y salió el Teniente de la Policía Hernández Rivero a parlamentar con Osvaldo Alpízar, pero el teniente le dijo que sólo se rendirían al Comandante Ernesto Che Guevara quien vino a conversar con el teniente. Cuando éste salió a parlamentar los soldados inmediatamente se rindieron. Los rebeldes recibieron un gran apoyo de la población. No podemos pasar por alto el papel que jugó la Radio Nacional placeteña CMHP, la cual constituyó una trinchera valiosa en la ofensiva final contra la tiranía. Placetas se convirtió en territorio libre de la provincia de Las Villas el 23 de diciembre de 1958, así se demostró que los cubanos eran capaces de luchar y derrotar al gobierno que los oprimía, también se evidenció el desarrollo político y la organización que adquirió la clase obrera. Con la liberación de esta localidad, Placetas se convirtió en apoyo material y moral a la liberación de Santa Clara. [15]

Caracterización de la sociedad neocolonial

La situación social del período republicano fue realmente difícil. Los efectos de la guerra de 1895 a 1898, las disputas políticas ensangrentaron más de una vez la zona, el abandono oficial por el desarrollo económico y cultural y las pocas fuentes de trabajo existentes, crearon una polémica insoluble dentro del marco político económico que vivía el país y, por tanto, la localidad. Los efectos de la guerra en la población fueron desastrosos, fundamentalmente por la reconcentración puesta en práctica por Weyler. Diversas enfermedades generadas por la miseria y la insalubridad fueron causa de que la mortalidad aumentara de 272 fallecidos en 1895 a 2459 entre 1896 y 1898, para un promedio de más de 829 defunciones por año.

No resultaba difícil deducir que en estos años el nivel de desempleo y, por tanto, de miseria fue muy elevado, sobre todo si se tiene en cuenta que entre 1899 y 1919 (según censos) la población de Placetas creció en más de un 100%, pues en 1899 tenía 11 963 habitantes y en 1919, la cifra ascendía a 24 062, lo que no se correspondía con el escaso desarrollo económico del período. Además, se produjo un significativo éxodo del campo hacia la ciudad debido a la miseria que existía en las zonas campesinas.

En esta etapa funcionaban como instituciones culturales la Banda Municipal de Música, que fue creada desde finales del siglo XIX y aparejado a ella una Academia de Música. La actividad fundamental que desarrollaba la Banda eran las retretas, los jueves y domingos en el parque, además de acompañar desfiles, entierros y otras actividades. Existían en el municipio varias sociedades de recreo, creadas y mantenidas por la alta clase social que generalmente no aceptaba entre sus miembros a obreros y trabajadores de bajos ingresos o insuficiente educación. Funcionaban en este período en el municipio, las sociedades de recreo que a continuación se relacionan, muchas de las cuales fueron construidas en épocas anteriores y se mantuvieron en uso: el Casino Español, el casino Asiático, el Recreo de Artesano, el Liceo.

Placetas fue un pueblo donde se celebraron diferentes y animosas fiestas de barrio que se conocen como Parrandas. Estas se hacían entre los meses de enero y febrero, protagonizadas por los barrios Fortún y Zaza. A finales o a principios de año aparecían las comparsas en Placetas. En el municipio hubo varias muy mencionadas: Las Mil Novias, Los Chinos, El Manisero, El Muerto se fue de Rumba. En estas fiestas de barrio predominaba el carácter burgués; pero la muchedumbre, no dejó de participar en las mismas, donde expresaban su alegría mezclada con los sentimientos de amor a la Patria y las ansias de libertad.

Los servicios de la salud asequibles a la población trabajadora eran casi nulos, una casa de socorro mal atendido y un jefe local de salud que nada podía resolver por los escasos recursos. La higiene era pésima, pues no había acueducto, ni un eficiente servicio de recogida de basura. El estado de atención de la salud no era ni siquiera aceptable; un hospital Materno, una Casa de Socorro y un Dispensario Antituberculosis, eran los únicos centros mal atendidos por el estado para prestar servicio a la población.

La inexistencia de un sistema educacional eficiente, capaz de resolver las grandes necesidades educativas de la población humilde, fue una de las características de la seudo-república, acentuado con el golpe de estado de 1952 de Batista. Placetas no tenía una situación distinta al resto del país; algunas escuelas privadas a las que sólo tenían acceso los hijos de las clases acomodadas o de las clases media. Para los hijos de los trabajadores había muy pocas escuelas públicas, en la mayor parte de los casos sin los recursos materiales necesarios y sin maestros, sin embargo, había maestros sin trabajo; otros trabajadores de la docencia tenían que trabajar por un salario inferior a lo establecido. Las posibilidades de estudio tecnológico eran casi nulas, prueba de ello es que anualmente otorgaban al municipio pocas becas para la Escuela Normal de Maestros Primarios y para el tecnológico Rosalía Abreu, de Rancho Boyeros.

Período revolucionario

Imagen actual de Placetas. En la foto aparece una vista de la parroquia San Atanasio.


El 23 de diciembre de 1958, se produjo la liberación de Placetas por el Ejército Rebelde, cinco días después se estableció el primer Gobierno Municipal producto de la Revolución; una parte conservadora que aspiraba a simples reformas sin afectar sus intereses y otra parte ansiosa de una verdadera revolución, de transformaciones profundas que se hicieran sentir en el pueblo. El 6 de enero de 1960 se efectuó en el local del Gobierno Municipal una reunión con el objetivo de realizar una reunión para los cambios de dirección política del municipio. El cual empezó a ejercer sus funciones el 12 de enero de 1960. Con estos cambios las contradicciones internas fueron quedando atrás y se pudo realizar un mejor trabajo en servicio de la población.

El principal renglón económico de Placetas ha sido la agricultura; existían diversos latifundios, según el Censo Nacional Agrícola de [[1946, 68]0 se dedicaban a la caña, lo que representa un 51,4% aproximadamente de la tierra empleada en esta producción. Ante esta situación se hacía necesaria la aplicación de La Reforma Agraria en Placetas, donde se vieron afectadas con esta ley 102 fincas. En la Segunda Ley de Reforma Agraria, se dictó el 2 de septiembre de 1963 y mediante ella se dispuso que la tenencia de tierras en manos privadas no pudiera exceder las 5 caballerías, de esta forma en el municipio fueron intervenidas 64 fincas con una extensión aproximada de 473 caballerías. Con la Segunda Ley de Reforma Agraria, aparecieron en Placeta las Cooperativas de Crédito y Servicio, integradas por campesinos que voluntariamente incorporaron sus tierras a este modo de producción. [16]

En Placetas también se hacía sentir la necesidad de una vanguardia que orientara a la clase obrera. En la localidad existían las condiciones requeridas porque los integrantes del Movimiento 26 de Julio, el Directorio Revolucionario y PSP entrelazaban sus ideas, es por ello que en abril de 1961 son partidarios de las palabras de Fidel Castro al anunciar la necesidad de estar unidos en una sola organización. En Placetas se constituyó el PURSC el 17 de julio de 1963, esta organización trajo aparejados cambios cualitativos y cuantitativos, conjunto a más organización, disciplina, combatividad, todo su proceso directivo y laboral, resaltando su papel dentro de un sistema socialista donde su edificación posa en el establecimiento de una dictadura del proletariado. El PURSC de Placetas se reunió el 6 de noviembre de 1965 con la participación de dirigentes provinciales, donde se forma el Partido Comunista de Cuba (PCC).

En 1961 decidió poner en marcha una gigantesca Campaña de Alfabetización para cumplir lo planteado por Fidel Castro Ruz en la ONU de exterminar el analfabetismo en Cuba en menos de un año y demostrar al mundo la gran capacidad creadora de un pueblo en Revolución. El pueblo respondió con entusiasmo a este llamado, miles de hombres y mujeres de todas las edades, jóvenes en su mayoría se incorporaron voluntariamente a cumplir con el compromiso contraído. El viernes 15 de diciembre de 1961, “Año de la Educación”, se realizó el cómputo final de la Campaña y el resultado fue de 5971 placeteños alfabetizados. El día 17 se declaró Placetas Territorio Libre de Analfabetismo frente al busto de José Martí, ubicado en el Paseo. [17]

El proceso de institucionalización política orientado por el Primer Congreso del PCC en 1975 comenzó a ponerse en práctica el 13 de enero de 1976 al crearse la Comisión Nacional de los Órganos del Poder Popular. Al aplicarse la nueva división político administrativa Placetas abarcó un territorio con 600,2 Km. cuadrados con una población de 65 230 habitantes y una densidad de población de 117,8 h/Km. cuadrados por encima de la media nacional que era de 81 h/Km. cuadrados. Báez y Falcón pasaron a formar parte de este municipio. Con los nuevos límites establecidos, Placetas limita al Norte con Santa Clara y Camajuaní, al Sur con Fomento y Cabaiguán, al Este con Remedios y al Oeste con Manicaragua y Santa Clara.

El 9 de julio de 1976 el Consejo de Ministros aprobó la convocatoria a elecciones para delegados a las Asambleas Municipales del Poder Popular a efectuarse el 10 de octubre del propio año. Placetas se dividió en 83 circunscripciones y los vecinos nominaron libremente a aquellos que consideraron mejores para representarlos en el Gobierno Municipal. Se realizó el 31 de octubre de 1976 la Asamblea de Constitución del Poder Popular Municipal. La historia de este pueblo se convierte en un importante legado a esta sociedad pues constituye fuente inagotable de enseñanzas. De ella emergen nuestras raíces de rebeldía a partir de la sucesión de importantes hechos históricos acompañadas de las más hermosas tradiciones que nos identifican. [18]

Referencias

Fuentes

  • Actas Municipales del PCC 1976. Placetas, PCC Provincial.
  • Almenara Clemente, Mercedes: “Historia y cronología local placeteña abreviada para escolares del nivel primario”. Sede Universitaria Municipal de Salud. Placetas.
  • Castañón, Gonzalo (1969): “Monografía histórica de Placetas”. Museo Municipal de Placetas.
  • Colectivo de autores (1989): “El Movimiento Obrero Azucarero de 1925-1962”. Placetas.
  • Colectivo de Autores (2008): “Historia de Placetas”. Museo Municipal de Placetas, (inédito).
  • Colectivo de autores (1984): “Toma de Placetas por el Ejército Rebelde”. Museo Municipal de Placetas.
  • Colectivo de Autores (1990): “Monografía Histórica de Placetas”. Consejo Científico Municipal de Placetas.
  • Crespo Barreras, Felicia (1981): “Fundación de Placetas”. Museo Municipal de Placetas.
  • Hernández Varona, Domingo (1981): “La huelga de marzo de 1950 en el central Fidencia”. Placetas.
  • Informes de Educación Municipal. Placetas, 1976-1990.
  • Mapas de la localidad sobre diferentes aspectos. DAU Municipal. Placetas.
  • Marín González, Gladys (1987): “Reseña histórica de la esclavitud en Placetas”,
  • Museo Municipal de Placetas.
  • Martínez Fortún y Foyo, José A (1930): “Anales y Efemérides de San Juan de los Remedios y su jurisdicción”. 12 Tomos. La Habana
  • Martínez Fortún y Foyo, José A (1942): “Historia de Placetas”. La Habana.