Hotel Capri

Hotel Capri
Información  sobre la plantilla
Hotel Capri de La Habana.jpg
Hotel habanero Cinco Estrellas.
Información geográfica
PaísBandera de Cuba Cuba
CiudadLa Habana
DirecciónCalle 21 entre N y O, Vedado, La Habana
Información general
Construcción1956
Inauguración27 de noviembre de 1957
Cierre2003. A partir de 2010 fue sometida a una reparación general. Reabrió sus puertas en diciembre de 2013 y su presentación oficial está prevista para mayo de 2014, durante la Feria Internacional de Turismo de Cuba en 2014.
EstrellasEstrella Amarilla.pngEstrella Amarilla.pngEstrella Amarilla.pngEstrella Amarilla.pngEstrella vacia.png
TemaHotel Casino
Plantas19
Habitaciones220
Cadena hoteleraGrupo Hotelero Gran Caribe S.A., del Ministerio de Turismo de Cuba, pero su administración es compartida con la compañía hotelera española NH Hoteles.

Hotel Capri El Hotel NH Capri está situado en la céntrica zona de El Vedado y a pocos metros del malecón habanero. Ha sido renovado completamente acorde a las tendencias contemporáneas sin apartarse de su concepción original. Conserva su encanto de los años 50, es acogedor, bien confortable y funcional. Se encuentra a 10 minutos de La Habana Vieja y a 30 minutos del Aeropuerto Internacional José Martí.

Generales

Ubicado en la Calle 21 y N del Vedado, a solo dos cuadras del Hotel Nacional, abrió sus puertas en 27 de noviembre de 1957. Con sus 250 habitaciones, fue uno de los mayores hoteles casinos en La Habana durante su apogeo. Contaba con una piscina en la azotea que se puede ver en las primeras escenas de la película de Carol Reed “Nuestro hombre en La Habana” y en la de Mikhail Kalatazov, "Soy Cuba".

El Hotel Capri es propiedad de la Cadena Hotelera Gran Caribe S.A., del Ministerio de Turismo de Cuba, pero su administración es compartida con la Compañía Hotelera Española NH Hoteles, que ha regresado a la Isla con este nuevo contrato, luego de varios años ausente.

Antecedentes

En 1955, el entonces presidente Fulgencio Batista promulgó la Ley de Hotel 2070, ofreciendo incentivos fiscales, préstamos del gobierno y licencias de casinos a cualquiera que deseara construir hoteles de más de US $ 1.000.000 o discotecas por $ 200.000 en La Habana. Este proyecto de ley fue presentado por Meyer Lansky y sus asociados en la carrera para tomar ventaja en la ciudad.

Apertura

El Capri fue uno de los primeros hoteles en ser construido. Propiedad del mafioso Santo Trafficante Jr., de Tampa, Florida, el hotel casino operado por Nicolás Di Costanzo, Charles Turín (alias: Carlos Tourine, Charley The Blade) y Santino Masselli del Bronx NY (alias: Sonny el carnicero). Después de su inauguración, George Raft fue contratado para ser la imagen pública para el club del hotel durante sus días de gangsters en Cuba. Se creía que era propietario de un interés considerable en el Club.

Esta famosa instalación hotelera de 19 pisos, y 250 habitaciones, y el casino (hoy el Salón Rojo, cabaret donde se presentan populares solistas y orquestas), fue diseñado por el arquitecto cubano José Cánaves en el 1956; y como otros hoteles de esa época, el Capri carece de piso 13.

La gran apertura fue durante las vacaciones de Acción de Gracias (Eucaristía) de 1957 incluyendo la bienvenida en el Casino por el actor y mafioso en la vida real George Raft. El hotel, junto con su famoso casino, fue arrendado al hotelero americano Skip Shephard.

Estuvieron presentes políticos, senadores, empresarios y artistas, así como personajes del régimen de Batista vinculados con los negocios de la mafia. Entre los periodistas que participaron en tan importante evento, estuvieron Don Galaor, de Bohemia, y Palmita, de la Revista Show.

La figura principal de la fiesta de inauguración fue George Raft. Este actor norteamericano actuó durante un tiempo como un relaciones públicas especial, encargado de contribuir a la popularidad del Casino y atraer a sus mesas de juego a gente rica de Estados Unidos.

Relación con la mafia

Fue en una época un nido de mafiosos en lo que llamaban la esplendorosa Habana. A la inauguración del Hotel Capri con su lujoso casino de juego la noche del 27 de noviembre de 1957, asistió el mismísimo Santo Trafficante, quien poco antes había participado en una reunión en Nueva York donde los jerarcas del crimen organizado habían discutido sobre los destinos de sus negocios en Cuba.

Nicholas di Constanza, el Carnicero, otro connotado mafioso, fue presentado como el accionista principal del hotel. También estaba Jack, el Cejudo, hermano de Meyer Lansky. Este último, curiosamente, no asistió a la apertura del casino aún cuando vivía en esa época en la capital de la Isla.

La mafia norteamericana tuvo amplios y poderosos tentáculos en la capital y en otras localidades del país y mantenía una alianza con el dictador Fulgencio Batista (1952-1958). Esos intereses llegaron a provocar una guerra sangrienta entre el Clan Habana-Las Vegas y las familias sicilianas de Nueva York. La mafia disfrutó poco tiempo el Casino del Capri (en la actualidad uno de los más fabulosos escenarios de la música cubana) pues la Revolución que triunfó en 1959 acabó con el juego en la Isla.

El Hotel, sin sus ruletas y matones, se convirtió en uno de los edificios emblemáticos del Vedado. El hotel cerró por reparación capital en 2003 y fue re-inaugurado en 2013.

Libro: La vida secreta de Meyer Lansky

La inauguración del Capri está narrado en el libro La vida secreta de Meyer Lansky en La Habana, (Editorial Ciencias Sociales, 2006) del escritor cubano Enrique Cirules.

"En el instante preciso, George Raft penetró en el casino con una sonrisa cinemascope. Esa noche, como siempre, vestía una de sus caras y exclusivas camisas, una corbata muy llamativa y uno de aquellos trajes, con los que hizo época”. También el libro recuerda que George Raft “había confrontado algunos problemas, y que después de convertirse en un apestado, ahora, de nuevo, lo habían integrado a los negocios,y se aparecía en los negocios de La Habana, era porque le estaban brindando una última oportunidad, para que pudiera expiar de manera sosegada sus culpas"
.

Historias relacionadas con el Casino del Hotel Capri y con otros que existían en Cuba en los años cincuenta, están bien contadas y documentadas en las páginas de este libro.

Reinauguración

La edificación estuvo cerrada desde el año 2003]] y a partir de 2010 fue sometida a una reparación general que preservó sus esencias y le ha aportado aires de modernidad como el servicio de internet, wifi, y televisión por cable en sus 220 habitaciones.

Tras varios años de cerrado y otros en construcción, la noche del sábado 28 de diciembre de 2013 se reinauguró en La Habana el emblemático Hotel Capri, el cual recibió una remodelación total, ejecutada por más de 300 hombres de la Constructora Caribe.

La instalación turística, ubicada en la céntrica esquina de las calles N y 21, en el barrio capitalino del Vedado, se ejecutó a un costo superior a los 33 millones de pesos cubanos y moneda libremente convertible.

En el Hotel Capri se destacan los trabajos de la climatización centralizada, los sistemas contra incendios, de corrientes débiles, de agua caliente, extracción y ventilación de la cámara fría, la electricidad, los muebles de las habitaciones y de las áreas de esparcimiento, el decorado y los diseños. En sus áreas, sencillamente ambientadas, priman los colores neutros como el ocre, verde claro, blanco o el negro, con un diseño elegante y sobrio colindante con el minimalismo.

Clientes

El hotel reabrió sus puertas en diciembre de 2013 y ha recibido desde entonces más de 8,000 huéspedes, en su mayoría procedentes de Estados Unidos, según informaron sus directivos.

También ha sido el anfitrión de turistas de Alemania, España, Francia, Italia, México, Rusia, Canadá, países del cono suramericano y hasta algunos procedentes de Japón y Corea del Sur.

De momento, son 10 los mercados donde se concentran los potenciales emisores del 80 % de los huéspedes del Capri, quienes valoran su privilegiada cercanía a importantes centros culturales de La Habana, donde pueden conocer lo autóctono del país.

Los visitantes norteamericanos han llegado al “Capri” a través de agencias como Amistur y San Cristóbal, encargadas de gestionar licencias para viajes de ciudadanos de ese país a Cuba ante la Oficina de Control de Bienes Extranjeros (OFAC) del Gobierno de EEUU.

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Fuentes