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Revisión del 18:31 2 abr 2013

Hotel Santa Isabel
Información sobre la plantilla
Obra Arquitectónica  |  (Palacio)
260px
Fachada del Hotel Santa Isabel
Descripción
Tipo:Palacio
Localización:La Habana, Bandera de Cuba Cuba
Uso inicial:Mansión de los condes de Santovenia
Uso actual:Hotel
Datos de su construcción
Inicio:Siglo XVIII

Hotel Santa Isabel. Situado en la Plaza de Armas en la Habana Vieja, Patrimonio Cultural de la Humanidad, cerca de la bahía de La Habana y a pocos metros de El Templete, del Castillo de La Real Fuerza y del Museo de la Ciudad, antiguo Palacio de los Capitanes Generales. Ocupa el número 9 de la calle Baratillo y su sede está en la antigua mansión de los condes de Jaruco y luego Santovenia, transformada en hotel hacia 1867 por iniciativa del estadounidense Luis Lay, oriundo de Nueva Orleans.

Historia

Sus inicios

Según refiere Joaquín E. Weiss, desde principios del siglo XVIII existía un inmueble en la calle Baratillo entre Narciso López y Obispo, pero no fue hasta el 15 de octubre de 1784 que se permitió añadirle portales, siempre que fueran similares a los del Palacio del Segundo Cabo y el Palacio de los Capitanes Generales tomando la edificación el aspecto actual. Se le agregaron la primera crujía y sus portales con arcadas.

A comienzos del siglo XIX la casa fue adquirida por Nicolás Martínez de Campos y González del Álamo, primer conde de Santovenia, a quien se deben las transformaciones hechas en el interior del palacio y la colocación de extensas barandas de hierro con las iniciales CSV: Conde de Santo Venia.

Al morir éste sus bienes y el título nobiliario fueron heredados por su sobrino José María Martínez de Campos y de la Vega, segundo conde de Santovenia.

En octubre de 1833 celebró ante este palacio extraordinarios festejos en honor de la Jura Real de la princesa María Isabel Luisa de Borbón, quien luego ocuparía el trono de España con la denominación de Isabel II. En estas fiestas se efectuó por segunda vez en Cuba la ascensión de globos aerostáticos, libres, sin aeronautas, lo cual fue reflejado en la prensa de la época. El palacio fue iluminado con “tres mil vasos encendidos, de varios y vivísimos colores” y la fachada lució hermosos cuadros transparentes alegóricos.

Dos años después de la muerte del segundo conde de Santovenia, su viuda Elena Martín de Medina y Molina se casó con Domingo Dulce y Garay, quien fue capitán general de la Isla de Cuba de 1862 a 1866 y por discrepancias internas en las filas de los voluntarios españoles renunció a su cargo y regresó a España. Los hijos del segundo conde de Santovenia, se trasladaron primero a ese país y luego a Francia.

El coronel norteamericano Luis Lay, oriundo de Nueva Orleans, alquiló el palacio en 1867 y lo convirtió en el Hotel Santa Isabel.

El Hotel

Pero el Hotel Santa Isabel —con ese nombre— no se fundó en esta mansión, sino que tuvo una sede anterior en la calle Habana 136 (antiguo), entre Muralla y Teniente Rey.

Lay alquiló ese local en marzo de 1865 por un intervalo de cinco años y extendió este contrato a otros cuartos del fondo de la propia casa, que también habilitó para hotel. Las lluvias de julio de 1867 arruinaron los términos del contrato y en septiembre de ese año, Lay alquiló la mansión ubicada frente a la Plaza de Armas e instaló allí el nuevo Hotel Santa Isabel.

José Martínez de Campos y Martín Medina, quien en 1881 había heredado de su padre el título de tercer conde de Santovenia, vendió la mansión a Pedro Victoriano Morales y Santa Cruz.

En 1888 se constituyó allí la Lonja de Víveres de La Habana. En 1943 por indicación del Departamento de Urbanismo del Ayuntamiento de La Habana fue restaurado este edificio bajo la dirección de José M. Bens.

El palacio tuvo diferentes propietarios y en algún momento dejó también de funcionar como hotel. El inmueble cumplió diferentes usos, hasta que en la década de 1980 acogió en sus bajos la taberna Mesón de la Flota.

Cuando la Oficina del Historiador de La Habana decidió restablecer la antigua red hotelera en el Centro Histórico, el palacio de los condes de Santovenia fue uno de los priorizados por su valor patrimonial. Iniciado a mediados de los años 90, el proceso restaurador respetó la tipología original de la edificación, caracterizada por un patio central interior que, rodeado de galerías, evoca los orígenes de la casas coloniales habaneras.

Reapertura

Logo del hotel.

En febrero de 1997 fue reabierto el hotel, con categoría de lujo, exhibiendo gran parte de los elementos arquitectónicos originales, en el ambiente de una típica casona colonial.

Características

Cuenta con tres plantas, veintisiete habitaciones, un elegante restaurante, un patio central y una terraza mirador. Presenta una galería superior de arcos de medio punto y vidrios multicolores.

En su decoración se destacan obras de destacados creadores de la plástica cubana, como Alberto Lescay, Roberto Fabelo y Zaida del Río, mezcladas a su vez con piezas utilizadas para recrear el ambiente señorial correspondiente a la época del siglo XIX en Cuba.

Huéspedes y visitantes

Esta mansión colonial conserva las huellas de armadores, artistas, comerciantes, científicos, cronistas y viajeros ilustres. El norteamericano Samuel Hazard, quien pasó varios meses en La Habana en la década del 60 del siglo XIX, en su obra Cuba a pluma y lápiz lo considera en algunos aspectos “el mejor hotel de la ciudad, pues sus habitaciones son grandes y aireadas, teniendo el edificio su frente en la Plaza de Armas”. Agrega que “el lenguaje que se usa es el inglés, y es el único que tiene para las señoras servicio de camareras, y la comida es buena.” Destaca la magnífica ubicación del hotel, “estando cerca del Consulado Americano y a dos pasos de la bahía, pudiéndose contemplar la vida y el bullicio de este gran puerto”.

Otros visitantes

Fuentes