Hotel Vueltabajo (Pinar del Río)

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Hotel Vueltabajo
Información  sobre la plantilla
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Hotel Vueltabajo
Información geográfica
PaísBandera de Cuba Cuba
CiudadPinar del Río
DirecciónCalle Martí n.º 103, esquina a Rafael Morales
Información general
Inauguración1860
EstrellasEstrella Amarilla.pngEstrella Amarilla.pngEstrella Amarilla.pngEstrella vacia.pngEstrella vacia.png
TemaCiudad
Plantas2
Habitaciones39
Cadena hoteleraIslazul

Hotel Vueltabajo. Hotel de céntrica ubicación en la ciudad de Pinar del Río (Cuba) y en medio de un agradable entorno, rodeado de historia y cultura. Su construcción data del siglo XIX. Abre sus puertas conservando sus aires coloniales mientras se le añaden las exigencias de los nuevos tiempos.

Ubicación

Ubicado en el centro de la ciudad de Pinar del Río, en la calle Martí n.º 103, esquina a Rafael Morales.

Historia

Orígenes

Su construcción data del siglo XIX, y conserva en la actualidad su estilo colonial.

El lugar donde se construyó el hotel tuvo como primer antecedente su excelente ubicación, un espacio donde confluían la Calle Real o Mayor y el Camino a San Juan y Martínez o Río Feo.

Arquitectura

Allí se levantó una fonda o posada de tránsito en los inicios del siglo XIX que consistió en un edificio de rústica arquitectura de dos plantas de madera y teja en cuya planta alta se ofrecían bailes.

En 1860 se denominaba Casa Ventats; al cambiar el propietario continuaría como hospedaje y fonda; este nuevo dueño se llamaría Benito González, ampliaría los servicios del inmueble y lo haría centro de reuniones importantes de la Villa, obtiene éxitos en el negocio y por ello inserta nota de prensa en 1874 que reza así:

Este acreditado establecimiento, nuevamente reformado por sus dueños, sigue ofreciendo cada día mayores comodidades y mejor servicio a sus numerosos favorecedores. Hay un billar en uno de los salones de la casa para solaz de los concurrentes; y en otro de los departamentos una cantina donde se encontrará constantemente un famoso surtido de toda clase de bebidas nacionales y extranjeras de las marcas más acreditadas.[1]

En 1875 fue adquirida la instalación por un excocinero de Las Tullerías, de Ciudad de La Habana, Ricardo Fernández, quien la denominó El Capricho, aunque el pueblo lo llamaba Hotel Ricardo por la impronta de su distinguido dueño quien le imprimió gran dinamismo a su comercio y supo aprovechar el ensanche económico de las últimas décadas del siglo XIX por el auge tabacalero en el territorio. Al fondo del hotel se ubicaron hasta principios del siglo XX las caballerizas. Ricardo Fernández fue un comerciante emprendedor que supo aprovechar para su negocio la cercanía de la Casa de Gobierno, la Marina, el Consistorio y el Casino Español para competir con otros hoteles de la ciudad.

Ricardo, en nueva transacción económica se deshace por un tiempo del hotel y emprende viaje por España y otros países de Europa y a su regreso en agosto de 1878, se rehace del mismo y lleva a cabo una nueva reforma del inmueble, su antigua casa El Capricho que la gente sigue llamando Casa Ventats u Hotel Ricardo.

Se producen grandes cambios, así aparece en la prensa:

...habiendo introducido grandes cambios, tanto en los salones del restaurante como en los espaciosos y ventilados altos, para cuyo efecto no ha omitido gastos.[2]

Ricardo Fernández, en esa nota advierte que en el tiempo que estuvo recorriendo Europa tuvo ocasión de conocer y relacionarse con los mejores fabricantes de vinos, licores y conservas tanto en España como en el extranjero; por lo tanto ofrece a sus numerosos amigos vinos y licores de todas clases, los que recibe directamente de los fabricantes.

Los señores pasajeros que traigan sus familias encontrarán una criada de color para que las señoras sean servidas con el mejor orden y respeto. Los señores pasajeros podrán venir al establecimiento con toda la confianza pues hay en la Casa un sereno particular para la vigilancia de la misma Casa y aunque venga de noche o quiera salir temprano, tendrán las puertas abiertas. El dueño del establecimiento se hace cargo de desempeñar cualquier encargo que se le haga para cuyo objeto tiene un encargado o agente para los negocios de fuera. También encontrarán un ciceroni para el que lo solicite que posee el inglés, el francés y el castellano, todo a la perfección. Se sirve toda clase de platos pedidos a la inglesa, a la francesa, a la española y a la criolla, para lo cual tiene un maestro culinario que rivaliza con los mejores de la Capital. En la caballeriza tiene un mozo expresamente para el cuidado de los caballos, el cual tiene un gran celo.[3]

Restauración

Ricardo Fernández, cuando se deshace de El Capricho, ya era dueño del hotel El Globo, lo vendió a los señores Méndez y Gil los cuales formaron una sociedad que cosechó éxitos notables en Pinar del Río; fueron ellos los que en 1916 construyeron uno de los laterales de ladrillo, pero no es hasta 1929 que se construyó el edificio con su estructura actual de estilo neoclásico.

El hotel Ricardo poseía en sus pisos unas bellas losas catalanas traídas expresamente de Barcelona, y sus paredes estaban revestidas hasta cierta altura de artísticos azulejos sevillanos. Tanto las unas como los otros, con el de cursar del tiempo y por el desconocimiento, negligencia y poco cuidado de los que intervinieron en los remozamientos del hotel, fueron extraídos.

Durante la década de 1950 perteneció a Francisco Pereira. Al pasar al Instituto Nacional de Turismo en el año 1959 se le llamó Hotel Pinar del Río, y más adelante Hotel Vueltabajo, nombre que conserva actualmente.

Actualidad

Lateral del hotel.

En el año 1992 el bloque habitacional dejó de funcionar y a partir del año 1994 pasó a formar parte de la Cadena de Turismo Islazul.

Desde que hace su entrada, el visitante puede apreciar la historia de esta lujosa instalación turística, pues del techo del lobby penden las lámparas originales talladas en bronce, al igual que la carpeta con un fino trabajo en cedro y una estructura superior en bronce y cristales nevados con el escudo que lo identifica.

En la escalera que conduce a las habitaciones dos bellas esculturas semejan custodiar al visitante, mientras que hermosos vitrales, salidos de las finas manos de los artistas, iluminan el recinto.

Una característica exclusiva de este hotel es que ninguna habitación es igual a la otra y en cada una de ellas encontrará obras de arte de artistas de la plástica de la provincia.

Facilidades hoteleras

El hotel Vueltabajo brinda servicios de restaurante, snack –bar, televisión por cable con 10 canales habilitados, climatización independiente, agua fría y caliente, minibar, telefonía internacional, caja de seguridad y canje de moneda. Ofrece además visitas a centros de interés histórico y cultural, museos y galerías de arte, y en las noches se puede disfrutar de la cubanía de un atractivo espectáculo en el cabaret Rumayor.

A pocos pasos del hotel se encuentra la Casa del Habano y la Fábrica de Tabacos Veguero, la Casa Taller del reconocido pintor pinareño Pedro Pablo Oliva y la Fábrica del endémico y distinguido licor Guayabita del Pinar, único lugar en Cuba donde se produce.

Visitantes

En este hotel se hospedaron notables personalidades de la política, la cultura y el deporte como por ejemplo: el símbolo de la juventud cubana, luchador antimperialista, Julio Antonio Mella (en 1921), el campeón mundial de ajedrez José Raúl Capablanca (en 1941), el poeta nacional Nicolás Guillén (en 1949), el poeta venezolano Andrés Eloy Blanco, la escritora Dulce María Loynaz, el cantante mejicano Pedro Vargas, así como los Chavales de España y otros muchos artistas que se recordarían por sucesivos visitantes como José Manuel Cortina, entre otras personalidades de la época.

Fuentes