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Revisión del 14:21 17 may 2010

Plantilla:Hechos

Huellas mambisas. Un recorrido por la labor independentista del pueblo de Campechuela, resaltando sus gloriosas hazañas en la lucha contra el colonialismo español.

Antecedentes

Las cruentas luchas de los pueblos americanos contra el colonialismo español, culminaron con la liberación de muchos territorios en la segunda mitad de la década de lo años 20 del siglo XIX. Para entonces, España sólo tenía su dominio sobre Cuba y Puerto Rico, en los que concentraba todos los esfuerzos políticos y militares por temor a perder esas conquistas.

El proceso de descolonización en el continente americano influyó sin dudas en las intenciones de los cubanos de ser libres. Otros factores de tipo económico, político y social, ejercieron gran fuerza en las ideas independentistas de la pequeña Isla.

El eco de las luchas americanas llegó a Cuba seguido de destacados luchadores que más tarde se incorporarían a las huestes mambisas, erigiéndose en grandes jefes y estrategas militares llegando incluso a ofrendar sus vidas en pos de la independencia.

Ya por esta época, existían manifestaciones en la mayor de la Antillas de diferentes corrientes políticas; especialmente de los terratenientes que deseaban independencia económica aunque no gran interés por la independencia política, hecho éste que junto a otros elementos de tipo social frenaban el desencadenamiento de la contienda armada.

En el año 1868, Campechuela no existía sino como una finca del Partido Rural de Guá, perteneciente a la jurisdicción de Manzanillo que desde 1839 se había independizado de la tutela de, para conformar una nueva jurisdicción con sus respectivos partidos.

Manzanillo como jurisdicción independiente, lo conformaban cuatro Partidos Rurales: Yaribacoa, Vicana, Guá y Yara. De manera que el núcleo poblacional de Campechuela, por esta época, lo constituía el poblado de Guá, que durante las gestas por la independencia tomaría renombre nacional por las acciones y hechos que fueron capaces de realizar sus hijos.

De acuerdo con el censo demográfico español de 1860, el Partido Rural de Guá, se constituía de 1157 blancos, 2046 libres de color y 55 esclavos, lo que suman un total de 3158 habitantes; predominando los libres de color y en menor cuantía los esclavos, aún estando lejos la fecha de emisión de la ley de abolición de la esclavitud (1886).

Así mismo se evidencia una identificación de la población libre de color con la actividad económica fundamental que se desarrollaba en las haciendas, fincas de cría y las vegas de tabaco, así como en la producción azucarera en su condición de asalariados. Existían por esta época dentro de la estructura agraria hasta 1868 en el Partido:

  • 104 haciendas ( de cría)
  • 166 estancias
  • 221 vegas de tabaco
  • Un ingenio ( San Ramón)
  • Un trapiche ( Cupey)
  • Un potrero

La zona no fue una excepción con relación a la difícil situación económica que atravesaba el resto del país, a la cual se unía la opresión política del régimen español que tomó mayor fuerza al asumir el poder el general Francisco Lersundi. La persecución implacable contra los cubanos que no podían reunirse sin autorización o sin la presencia de funcionarios españoles; la ausencia de derechos y de las más elementales libertades democráticas de los cubanos, llegó a su punto culminante.

Las contradicciones colonia- metrópoli, se enriquecían con la gran cantidad de elementos propiciados por el ultraje a que eran sometidos los hombres de esta tierra, fundamentalmente en la discriminación por su condición de criollos pobres y por el color de su piel. En abril de 1867, terminó la tan ansiada Junta de Información, que no resolvió nada y con ella, las esperanzas de la clase terrateniente de obtener reformas de la metrópolis.

Tres meses después se constituyó en Bayamo el Comité Independiente que proponía como medio fundamental la lucha armada. El jefe de este grupo era Francisco Vicente Aguilera, seguido por Pedro Figueredo Cisneros y Francisco Maceo Osorio; más tarde se incorporaría Carlos Manuel de Céspedes y del Castillo. De esta manera, se encontró por fin una vía para lograr la definitiva independencia de Cuba.

El Alzamiento del 9 de octubre

El territorio de Guá desde los primeros momentos de la conspiración se incorporó a los intentos independentistas de la isla. Era una zona con condiciones geográficas y humanas favorables para llevar a cabo los fines propuestos, pues era paso obligado por tierra hasta el partido de Vicana y además muy cercano a la cabecera de la jurisdicción (Manzanillo), de donde llegaban personas dedicadas al comercio, detrás de los cuales se escudaban los conspiradores; pero sobre todo por la decisión de su pueblo a ser libres del oprobioso régimen español.

El poblado de San Miguel de Guá, revolucionario acérrimo servía de punto de concentración y entrenamiento a los conspiradores independentistas, que al decir de las crónicas de la época, los testimonios y la propia tradición popular, eran numerosos. Se conoce de la personalidad de Pedro Gonzalo y Hernández, oficial de las tropas españolas (Ejército de Operaciones de la Isla de Cuba), quien daba entrenamiento a los futuros mambises de la zona: “...y no era un secreto que en ellas un teniente español destacado en Manzanillo que pertenecía la fraternidad. Pedro Gonzalo y Hernández, enseñaba informalmente esgrima de combate a los ¨hermanos¨. La adhesión de Gonzalo a los masones subversivos era comidilla de los peninsulares. Algunos de aquellos patriotas, carentes de toda experiencia conspirativa, se habían jactado de que ¨tenían comprado a un jefe grandazo que tenía unos galones en el brazo¨., según oyó decir el asturiano Marcelino Fernández en su tienda de Guá.¨

Pedro Gonzalo y Hernández era uno de los españoles que más interés tenía en la independencia de Cuba en esta zona, en vísperas de producirse la aprehensión de los principales conspiradores del momento, Gonzalo se brindó ante el teniente gobernador de Manzanillo Francisco Fernández de la Reguera, para personarse en La Demajagua y comprobar si había movimiento alguno de tropas o señales de levantamiento armado. Su respuesta luego, fue negativa lo que corrobora su alianza a la causa cubana.

El propio 9 de octubre de 1868 comenzó la movilización de los grupos que iban a tomar parte en la insurrección en la parte de la comarca de Manzanillo. Desde las primeras horas de la mañana Pedro de Céspedes, hermano de Carlos Manuel se pronunció en Macaca junto a otros patriotas de la zona. ¨ simultáneamente se ponían sobre las armas (es decir, machetes de trabajo, escopetas viejas, palos con cuchillos amarrados a una punta…) otros comprometidos en Guá, Portillo y Jibacoa…¨. Tal era el espíritu independentista de los cubanos en la jurisdicción de Manzanillo, específicamente en el Partido Rural de Guá. En estos lugares el alzamiento se adelantó un día como en otros poblados cuyas fuerzas fueron rápidamente a unirse al gran levantamiento que produjera Carlos Manuel de Céspedes en su Ingenio Demajagua. En Campechuela se destacó el pronunciamiento de los complotados en el poblado de Guá: ¨ también se pronunciaban Manuel Titá Calvar en Guá, Angel Maestre y Juan Hernández Ruz en Blanquizal y El Caño…¨ Las tropas que se alzaron en Guá se subordinaron rápidamente a Carlos Manuel y en las horas sucesivas, participaron en el célebre ataque a Yara el 12 de octubre de 1868. De esta manera se iniciaba la lucha en que los miembros del Ejército Libertador se emplearían a fondo para lograr la independencia de Cuba. Empezaba la vida azarosa en la manigua donde los cubanos recibieron de los españoles el despectivo nombre de ¨ mambí ¨ Así las cosas, al comenzar la guerra de los cubanos, las fuerzas regulares del Ejército de Operaciones de la Isla de Cuba, contaba con una plantilla de 20 000 efectivos, distribuidos en:

  • 8 regimientos de infantería de línea de dos batallones cada uno
  • 4 batallones de cazadores
  • 1 batallón de ingenieros
  • 2 regimientos de caballería
  • 2 batallones de artillería de a pie y 1 montado
  • 1 tercio de la guardia civil
  • milicias disciplinadas

Pero en realidad sólo contaba con unos 7 000 hombres, cuyo armamento reglamentario eran fusiles y carabinas Minié y Berdan. El despreciable Cuerpo de Voluntarios por su parte, contaba con armas norteamericanas del tipo Peabody, Sharps, Palmer, Gallager, Spencer y Rémington, entre otras. Al decir de Máximo Gómez Báez: ¨ en octubre 10 de 1868, se dio el grito de levantamiento y principió la lucha más titánica que registra la historia de América¨

Ataque del 11 de octubre de 1868

Estaban todavía vibrantes en los oídos de los hombres las palabras de Céspedes en su discurso de la Demajagua, cuando se lleva a efecto una de las primeras acciones bélicas de esta contienda en la zona del Partido de Guá. Dos hermanos de Carlos Manuel, Pedro y Francisco Javier de Céspedes, quienes tenían en posesión unas de las fincas de lasa familias en esta comarca, en el lugar conocido como Macaca, donde se habían alzado el 9 de octubre, en su recorrido por la zona en dirección a donde se encontraba el jefe de la Revolución, atacaron las propiedades de Carlos Cansino en el poblado conocido como Guá el 11 de octubre de 1868. El objetivo de la acción era proveerse de lo indispensable para continuar la lucha.

De las propiedades de Cansino se llevaron 10 onzas de oro y más de 500 artículos de comercios, tomando como prisionero al dependiente de la tienda, el moreno libre Juan Mustelier y a un muchacho nombrado Manuel Labrada que el dueño tenía en arrendamiento, tomaron además todas las bestias de la propiedad, tan necesarias para la lucha. El propio Carlos Cansino, afectado en la acción, explicaba días después a la autoridad lo que había sucedido y mencionaba las propiedades que le fueron destruidas: Tienda, panadería y animales sustraídos por los mambises. El expediente que se elaboró en este sentido es bastante elocuente por parte del mencionado Cansino: ¨ D. Carlos Cansino, natural de Bayamo y vecino de la jurisdicción antes … y digo que del 11 al 12 de octubre del año 1868 entraron los insurrectos al poblado de Guá lugar de mi habitual residencia hace muchos años, y estando de visita con mi familia en la casa de mi suegra…, hacienda de San Vicente, distante a una legua de mi casa, al regresar a ésta ajena de cuanto pasaba, encontré que los insurrectos habían robado… saquearon y robaron llevándose diez onzas de oro del escritorio y … de comercio por más de 500 pesos haciendo presos al tabaquero y dependiente Domingo Áreas y al … quedaron al cuidado de la tienda y casa de vivir… al enterarme de ese desgraciado suceso no supe de momento a qué atribuirlo pero después por los mambises autores… que me informaron que aquello me lo habían hecho porque yo era medio catalán y habría de estar ligado con los peninsulares… esos individuos iban a la cabeza de unos cuatrocientos hombres… la mayor parte de ellos armados, comprendí que había una revolución; y aunque traté de poner de mi parte los medios necesarios… desgraciadamente no pude…tan pronto como desearía, porque todos aquellos contornos estaban poblados de gentes armadas pertenecientes a la insurrección, unos voluntarios y otros forzados, sin saber con quien se hablaba…¨. El hecho no sólo significó la primera de las acciones bélicas de la gesta del 68 en el territorio, sino que trajo consigo la escisión del entonces núcleo poblacional principal, Guá, y el surgimiento de dos nuevos poblados: Campechuela y los Ranchos de Guá. El primero, con el decursar de los años alcanzaría gran desarrollo económico y social y el segundo constituyó durante las guerras por la independencia un importante refugio para las huestes mambisas. Una parte de la población fue a vivir a la finca Campechuela propiedad de Don Manuel Ferral Monje que a la sazón era capitán del Cuerpo de Voluntarios con tropas destinadas y acampadas en dicha finca. Por su parte los simpatizantes con la Revolución se fueron a las montañas, prestos a la lucha, muchas familias dejaban su hogar para seguir a los insurrectos y contribuir en la contienda. De manera que al estallar la guerra, el Partido de Guá se vio involucrado en los embates de la misma, a partir de entonces mucho fue el accionar del pueblo campechcuelense para lograr la independencia y mucho también su aporte desinteresado.

Las tropas de Guá

El 9 de julio de 1869, el gobernador de la República de Cuba en Armas, dio a conocer la primera Ley de Organización militar del Ejército Libertador cubano. En la región Oriental la estructura era la siguiente:

El distrito de Bayamo abarcaba los territorios del mismo nombre, Jiguaní y Manzanillo. Las conocidas como Tropas de Guá se ubicaban en la comarca de este último, que recogía además la zona de Vicana. Los jefes de estas divisiones en Oriente por estos tiempos eran los mayores general Donato Mármol Tamayo correspondiente a la división de Cuba; José Inclán (mexicano), de la división de Holguín y Vicente García González de las Tunas. Las tropas pertenecientes a la división de Bayamo estaban bajo las órdenes del General Modesto Díaz (dominicano), hombre muy querido por el pueblo bayamés. Su hogar favorito al decir del escritor irlandés James O´Kelly en su libro ¨ La tierra del mambí ¨ era el campamento de Guá, ubicado en la parte montañosa del Partido Rural para el año 1873. El campamento se erigía en la cima de una montaña conocida con el nombre de La Vigía, de donde se dominaba con la vista todas las llanuras de la zona de Manzanillo, incluida la ensenada del Guacanayabo.

Campamento de Guá

En el territorio de Campechuela el Ejército Libertador contaba, como en el resto del país, con diferentes tipos de campamentos. El de tránsito, que era utilizado sólo en algunas horas en el día o la noche; el de reconcentración, constituido con el objetive de reunir a las tropas para el desarrollo de acciones de gran envergadura; y el estable (generalmente era en el que se ubicaban las prefecturas, adonde llevaban a sus heridos y enfermos para restablecerse).

El campamento de tránsito era el más utilizado por las huestes mambisas, teniendo en cuenta el carácter guerrillero de sus acciones y por la necesidad constante de movilidad para procurarse los alimentos y pertrechos de guerra. El tiempo que más permanecían las tropas mambisas en los campamentos era entre dos y tres días; la mayoría de las veces los creaban de noche y los levantaban al despuntar el alba.

El campamento de Guá era uno de los conocidos como estables. Desde el propio inicio de las luchas éste quedó constituido. Desde allí se impartían las órdenes para el ataque a los principales campamentos enemigos, ciudades, poblados, ingenios u otros objetivos estratégicos del enemigo. Desde allí se emitió la orden para el ataque a la Villa de Campechuela el 7 de diciembre del año 1869, el que significó un duro golpe para las tropas españolas del que se tiene conocimiento sólo por un resumen de los partes de guerra tomando como fechas desde octubre de 1868 hasta diciembre de 1869 en os que se podía leer: ¨ Día 7. Una columna española salida de Ciego de Ávila es completamente derrotada… acción de Campechuela (Bayamo) ¨ La sede de este campamento recibió en dos ocasiones a importantes personalidades del gobierno de la República de Cuba en Armas, Carlos Manuel de Céspedes del Castillo y Salvador Cisneros Betancourt. Desde el mes de febrero del año 1873, el entonces Presidente de la República de Cuba en Armas e iniciador de la Revolución, comenzó un recorrido desde Cuba (Santiago de Cuba) hasta la jurisdicción de Manzanillo, específicamente al Campamento de Guá. Las tropas de esta localidad, con el objetivo de preservar la vida del jefe de la lucha, le realizaron un recibimiento fuera del radio de acción de las mismas, en el Corojo de Guisa. ¨… No lejos de Guisa encontramos un destacamento de las fuerzas del Gral. Díaz, al mando del teniente coronel Emilio Nogueras…Ese destacamento venía a proteger la marcha del presidente y tan pronto la unión se efectuó, ambas fuerzas marcharon a reunirse con el grupo principal, mandado por Días, que se encontraba en un punto de nominado Guá.¨ La llegada de Céspedes al campamento fue motivo de gran alegría para los mambises, poniéndose todos los soldados bajo las armas para recibir la Primera Magistratura de la República en la manigua. En el lugar se refugiaban varias familias de la zona, que no queriendo ir a las ciudades junto a los españoles, se incorporaban a luchar y a apoyar la labor libertaria. Muchos eran patriotas del territorio que tenían ese sitio como ¨cobija¨. Uno de ellos era Tomas Estrada, que era miembro del congreso cubano ya en esa época y que antes de comenzar la guerra era dueño de varios territorios en Guá. Su madre, oriunda también de la zona, se había incorporado en su momento a la contienda y luego se refugió en una de las muchas fincas de la localidad, por su condición de avanzada edad. Hasta allí llegaron los españoles y al ella negarse a seguirlos, fue arrastrada violentamente varias millas, hasta que la abandonaron a su suerte en medio del bosque. Los cubanos la buscaron infatigablemente hasta encontrarla, luego falleció producto a las golpizas y al hambre. Desde el campamento se establecían comunicaciones periódicas con los poblados y ciudades de la zona, principalmente con Manzanillo y Campechuela, de donde los insurrectos se nutrían con alimentos, medicinas y municiones gracias al modesto aporte que la población realizaba en aquellos tiempos. La vida en el campamento era casi normal, más bien alegre en las noches principalmente; por el día, los mambises se enfrascaban en las actividades preparatorias de la guerra: limpiaban las armas, remendaban la vestimenta, fabricaban sacos para las provisiones (elemento muy importante para el mambí en la búsqueda de sus alimentos y pertrechos, en el saco se echaba desde un boniato hasta un zapato viejo), fabricaban hamacas o reposaban de una de las fatigosas y peligrosas acciones. En las noches, en el campamento de Guá no faltaban las tertulias literarias, la música y bailes tradicionales cubanos y africanos que provenían de los esclavos que se habían incorporado a la lucha.

Escaramuza en el campamento de los Machos

Encontrándose aún Céspedes en el Campamento de Guá, tuvo la posibilidad de conocer de primera mano, noticias sobre acciones que se desarrollaron en la zona, específicamente en el Macho, lo que constituyó un duro revés para las fuerzas españolas, que tuvieron que retirarse con pérdidas considerables. Sobre este particular en su diario, Céspedes escribió: ¨Sábado 22. En este mismo momento, acaba de llegar el parte de que los nuestros han tenido un reñido combate en los Machos, con los españoles retirándose éstos con grandes pérdidas: sacamos 6 oficiales heridos…¨ En ocasiones las noticias en la manigua llegaban con rapidez, ésta la había enviado el Teniente Coronel Antonio Bello. Quien mandaba un destacamento en otros de los campamentos en lo intrincado de las montañas. Desde la visión de O´Kelly, nos llega la información de esta manera: ¨El día que volvió la expedición cargada de provisiones, llegó al campamento un mensajero del teniente coronel Antonio Bello… trayendo las más importantes noticias. Una columna de cuatrocientos hombres había atacado aquel campamento; siendo rechazada después de una prolongada escaramuza, en que diez o doce hombres del puesto cubano salieron heridos…¨ El resultado de la acción bélica, fue, en grado sumo favorable para los mambises, quienes con su valor, lograron convencer a los voluntarios de dos campamentos cercanos a que depusieran las armas y se unieran a la insurrección. No obstante la gran ayuda que significaba para los cubanos el hecho de que los voluntarios decidieran acompañarlos en la lucha por la independencia, con el avituallamiento necesario y las armas que llevaban de los campamentos sublevados, el cuadro de los voluntarios era extraordinariamente diferente a de las tropas insurrectas, en lo que respecta a su indumentaria y el aspecto físico. La descripción que realiza el periodista irlandés O´Kelly, nos ilustra de manera fehaciente las diferencias entre unos y otros, como muestra además de las condiciones en que los cubanos hacían la guerra: ¨ Cuando llegamos a el Macho, encontramos a los veteranos mambises y a los voluntarios españoles. Los primeros no pasaban de 30 hombres, en su mayoría cubiertos de andrajos y muy castigados por la fatiga. Enfrente de estos estaban alineados como doscientos desertores bien armados y vestidos y ostentando en todas sus personas un aire de salud que contrarrestaba notablemente con el de sus nuevos camaradas…¨ Durante la guerra esto de una realidad palpable, las tropas mambisas para poder vestir y comer, tenían necesariamente que arrebatárselo al enemigo y saquear en muchas ocasiones las ciudades y poblados en las que lograban penetrar; sin embargo, esto no impidió que los independentistas granaran grandes batallas por su estrategia y la valentía demostrada, aunque carecieran de los elementos mínimos indispensables para vivir y combatir en la manigua. Hubo ocasiones incluso, en que los mambises peleaban desnudos en pelota. Son famosas las cargas al machete de los cubanos; pero muchas de ellas las llevaron a cabo con hambre, sin municiones, montados sobre sus caballos ¨al pelo¨ y desnudos sus cuerpos por falta de ropa. La valentía de los cubanos no tuvo igual. Entre el 21 y 22 de marzo de 1873, se desarrolló la escaramuza de los Machos, que trajo consigo el fortalecimiento de las tropas mambisas, cosa esta que a lo largo de la lucha se fue haciendo cotidiana y ventajoso para el Ejército Libertador Cubano. Los campamentos de Guá y el Macho, no fueron los únicos que existieron en esta localidad durante la Guerra de los Diez Años. Otro de los puntos de descanso y abastecimiento de las huestes mambisas se encontraba ubicado en el lugar conocido por ¨ La Bermeja ¨. En el recorrido realizado por el Primer Magistrado de la República de Cuba en Armas (Carlos Manuel de Céspedes), también visitó este lugar.

Fuentes

Colectivo de autores ______ Mayor General Máximo Gómez Báez. Sus campañas militares. Editora política. La Habana. 1986. Tomo I. Página 3. AGI Ultramar ( investigador Raúl Rodríguez la O) ________ expediente fotocopiado, legajo 4383. museo Municipal Campechuela. 1976. Bacardí Moreau, Emilio_________ Crónicas de Santiago de Cuba ( compilación). Tipografía Arroyo Hermanos. 1924. tomo 4. página 94. Colectivo de autores_______ Mayor General O´Kelly, James J. ________ La Tierra del Mambí. Instituto Cubano del Libro. 1968. Pág. 387-399. Pichardo Viñals, Hortensia y Fernando Portuondo del Prado________ Escritos de Carlos M. de Céspedes. Edit. Ciencias Sociales. La Habana. 1974. Carta a Anita. T-2. Pág. 186. Pichardo, Hortensia_________ Revista ¨Bohemia¨ Octubre de 1974.