Humberto Lamothe Coronado

Humberto Lamothe
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NombreHumberto Lamothe Coronado
Nacimiento1 de mayo de 1919
Matanzas, Bandera de Cuba Cuba
Fallecimiento5 de diciembre de 1956
Alegría de Pío, Niquero, Oriente, Bandera de Cuba Cuba
Causa de la muerteCaída en combate
NacionalidadCubana
CiudadaníaCubana
Partido políticoAgrupación Revolucionaria Guiteras
Movimiento 26 de Julio
PadresDolores Coronado Rally
George Lamothe Valdés

Humberto Lamothe Coronado. Mártir revolucionario cubano. Combatiente del Movimiento 26 de Julio y expedicionario del yate Granma.

Militó en Acción Revolucionaria Guiteras y tras el golpe de Estado del 10 de marzo de 1952 conspiró junto al profesor Rafael García Bárcenas contra la dictadura de Fulgencio Batista. Fue injustamente incluido en la causa seguida contra los asaltantes de los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes y posteriormente liberado.

En la cárcel se hizo miembro del Movimiento y estuvo entre los exiliados en México que fueron escogidos para la expedición del yate Granma. Murió en combate durante la sorpresa de Alegría de Pío.

Síntesis biográfica

Nació el 1 de mayo de 1919 en la casa marcada con el número 24 de la calle Laborde, en el reparto Versalles, ciudad de Matanzas, hijo de Dolores Coronado Rally y George Lamothe Valdés. El medio económico en que le tocó crecer le permitió realizar sus estudios primarios en escuela privadas de La Habana. Matriculó en el Colegio Alemán Fanny Graff, después en la Academia Manrique de Lara y por último fue alumno del doctor Pablo Mimó.

Inició el bachillerato en el Colegio La Salle pero no lo terminó pues la economía familiar se deterioró y no pudo seguir estudiando.

Durante su juventud Humberto se transformó en un entusiasta admirador de Antonio Guiteras Holmes por su posición antiimperialista y por las medidas revolucionarias promulgadas mientras ocupó el cargo de Ministro de Gobernación, Guerra y Marina durante el Gobierno de los 100 días.

Trayectoria revolucionaria

A pesar de no ser un hombre de fuerte complexión física y padecer de miopía aguda, había tomado parte activa en los mítines y manifestaciones contra el mediacionismo y la injerencia del gobierno de Estados Unidos en los asuntos cubanos.

Al fundarse Acción Revolucionaria Guitarras (ARG), Humberto se integra a dicha organización. Por esa época había comenzado a trabajar en una sala cinematográfica. Tomó parte como soldado de la llamada expedición de Cayo Confite, que debió partir de Cuba a luchar contra el dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo y que fue traicionada por el gobierno del auténtico Ramón Grau San Martín.

Tras el golpe de Estado del 10 de marzo de 1952 forma parte del Movimiento Nacional Revolucionario (MNR) dirigido por el profesor universitario Rafael García Barcena y establece también contacto con los que conspiran desde las filas del Partido Autentico, pero ante la inacción y las falsas promesas bélicas del autenticismo, comienza a tomar parte en las distintas actividades que vienen realizando los elementos más radicales del Partido Ortodoxo.

Al producirse el asalto al cuartel Moncada Humberto fue detenido y remitido a la cárcel de Boniato en Santiago de Cuba e incluido en la causa 37, como uno de los autores intelectuales del asalto, con el cual no había tenido nada que ver. En la cárcel se hizo amigo de los asaltantes del Moncada y al salir en libertad, ya era uno más del Movimiento que nació de la gesta del Moncada.

Es detenido en distintas ocasiones y fichado por el SIM, el Buró de Investigaciones y el BRAC. En el mes de agosto de 1956, mientras se encontraba trabajando en el cine Miramar, es detenido por Esteban Ventura. Lo llevan a la Quinta Estación de Policía, donde lo golpean salvajemente, no le proporcionan alimentos y tratan de quebrantarlo psíquicamente con amenazas de su muerte. Sus familiares acuden a los tribunales y presentan un recurso de habeas corpus, que obliga a la policía a presentar al detenido. Así logran salvarle la vida. La dirección del Movimiento 26 de Julio decide entonces que Humberto se traslade a México, pues en Cuba corría demasiado peligro.

Expedición del Granma

Al llegar a ciudad México va a la casa campamento de la calle Cuzco, y posteriormente es enviado al campamento de Abasolo, en el estado de Tamaulipas, donde comienza su entrenamiento militar como futuro expedicionario del Granma.

Sus condiciones físicas, deterioradas después de los golpes que recibió de las fuerzas represivas de Batista, lo obligaban a un esfuerzo superior. Su actitud irreprochable y disciplinada se ganó el respeto del colectivo que junto a él entrenaba.

Humberto fue uno de los elegidos para abordar el yate Granma en la madrugada del 25 de noviembre de 1958. Hizo el viaje hasta el momento del desembarco en el camarote de proa, junto con José Ramón Martínez, René Bedia y otros compañeros. Tras la difícil travesía marítima hasta Las Coloradas, los expedicionarios chocan con la cruda realidad de un inhóspito brazo de mangle que les cerraba el paso a tierra firme.

Humberto pasó la dura prueba posteriores al desembarco y con los demás marchó, adolorido y cansado, hasta el extremo, durante 3 días hasta llegar a Alegría de Pío. La marcha por el agua pantanosa le produjo graves ulceraciones en los pies que fueron atendidas por el médico de la expedición Ernesto Guevara. El expedicionario Fernando Sánchez Amaya describió en su diario la situación en que se encontraba Humberto:

“El compañero que marchaba delante de mí fue uno de los que más sufrió en esas jornadas, sus frecuentes caídas le tenían desgarradas las rodillas. Usaba lentes muy gruesos. Le aconsejé que quitara la bala del directo y usase el fusil como bastón…”[1]

Muerte

Los últimos momentos de Humberto fueron recogidos por el Comandante Ernesto Che Guevara en sus recuerdos de la guerra:

“Creo recordar mi última cura en aquel día. Se llamaba Humberto Lamothe y ésa era su última jornada. Está en mi memoria la figura cansada y angustiada llevando en la mano los zapatos que no podía ponerse mientras se dirigía del botiquín de campaña hasta su puesto” (…)”[2]

Humberto, que se encontraba prácticamente incapacitado tras el penoso desembarco fue sorprendido en Alegría de Pío, junto al resto de sus compañeros y fue el primer expedicionario en caer en combate con las fuerzas del Ejército.

Referencias

  1. Diario del expedicionario Fernando Sánchez Amaya
  2. Guevara de la Serna, Ernesto. Una revolución que comienza. Periódico Revolución 9 de julio de 1959

Fuentes

  • Guevara de la Serna, Ernesto. Pasajes de la guerra revolucionaria. Cuba 1956 – 1959. Edición anotada. Editorial Política. La Habana. 2004. Tercera Edición. Quinta reimpresión. ISBN-959-01-0400-2