Incidente del Virginius (1873)

Incidente del vapor Virginius
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El vapor Virginius, según el boceto hecho por un oficial cubano.
Fecha:31 de octubre a 8 de noviembre de 1873
Lugar:Bandera de Jamaica Jamaica
Bandera de Cuba Cuba
Descripción:
Disputa diplomática acontecida entre Estados Unidos, Reino Unido y España en el transcurso de la Guerra de los Diez Años.
Resultado:
Fusilamiento de 53 personas.
País(es) involucrado(s)
Bandera de los Estados Unidos de América Estados Unidos
Bandera del Reino Unido Reino Unido
Bandera de España España


El incidente del Virginius o el asunto del Virginius fue una disputa diplomática acontecida en los años 1870 entre España, Estados Unidos y Reino Unido en el transcurso de la Guerra de los Diez Años, en el marco de los conflictos que finalmente condujeron a la independencia de Cuba en 1898.

El 31 de octubre de 1873, el vapor estadounidense Virginius fue capturado por la corbeta española Tornado mientras transportaba a 155 pasajeros, 52 de ellos estadounidenses y británicos, siendo el resto de nacionalidad cubana. La nave cargaba en sus bodegas una importante cantidad de armas y municiones destinadas a los independentistas cubanos.

Una consejo de guerra fue llevado a cabo el 7 de noviembre de 1873 a bordo del buque de guerra español San Francisco de Borja, bajo la presidencia del capitán del buque, el capitán de fragata Narciso Fernández Pedruñán y se condenó a los prisioneros como piratas, fusilando a 53 de ellos entre el 4 y el 8 de noviembre.

El Virginius

El vapor Virginius era un barco «forzador de bloqueos» construido en Escocia (Reino Unido) en 1864 para la marina del Reino Unido. Tenía ruedas de propulsión laterales y medía 200 pies (61 metros) de longitud, con un desplazamiento de 445 toneladas métricas.

Bautizado como Virgin, los estados de la Unión lo capturaron el 12 de abril de 1865 y lo convirtieron en «botín de guerra». En 1870 el Gobierno estadounidense se lo vendió al empresario estadounidense John F. Patterson, colaborador del militar cubano independentista Manuel de Quesada y Loynaz. El barco fue reparado y rebautizado como Virginius.

Durante los próximos tres años en el barco se llevarían abastecimientos para el Ejercito Libertador.

Captura

En junio de 1873 el Virginius se detuvo en el puerto de Aspinwall, Colombia (la actual ciudad de Colón en Panamá) para una revisión de sus motores. Allí los españoles intentaron capturarlo por medio de la cañonera Bazán. Debido a que varias de las autoridades estadounidenses estaban a favor de la causa cubana, el USS Kansas intercedió alegando que el barco era de propiedad estadounidense y propició su escape.

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El general de brigada Bernabé Varona.

El barco luego ancló en la villa de Kingston (Jamaica) a la espera de nuevas órdenes. El 23 de octubre de 1873, el Virginius zarpó con un total de 155 pasajeros, entre los que se encontraban ciudadanos estadounidenses y británicos, siendo el resto cubanos. Todos iban con intenciones de unirse a las fuerzas independentistas. Al frente de la expedición iba el general Bernabé Varona y el vapor era capitaneado por Joseph Fry, un antiguo oficial de buques federales y confederados.

El barco navegó hasta Jeremie (en la isla de Haití) y de allí a Puerto Príncipe (capital de Haití), donde cargaron a bordo 300 Remingtons y 300 000 cartuchos. Desde Puerto Príncipe, el Virginius fue a Comito, donde se cargaron 800 dagas, 800 machetes, un barril de pólvora y un cajón de zapatos para los soldados cubanos.

El vapor, que presentaba algunos desperfectos, se dirigió entonces a Cuba, pero el 30 de octubre, cuando se encontraba a unas seis millas de la villa de Guantánamo, fue interceptado por la corbeta española Tornado. El capitán puso rumbo nuevamente hacia Jamaica, al tiempo que eran lanzados al mar los pertrechos, con el fin de aligerar la nave.

Luego de ocho horas de persecución, el Virginius fue finalmente apresado frente a las costas de Jamaica (colonia británica) el 31 de octubre. Algunos informes indican que la nave estaba ya dentro de las aguas territoriales británicas. Fue remolcado por el Tornado hasta el puerto de Santiago de Cuba, donde arribó al día siguiente.

Prisioneros

Un total de 155 hombres fueron hechos prisioneros, entre tripulantes y pasajeros. Entre estos últimos, estaban los oficiales de alta graduación:

Juicio y fusilamientos

Bajo la presión del Cuerpo de Voluntarios y de la Guardia Civil y bajo órdenes del comandante militar español de Santiago de Cuba, general Juan Nepomuceno Burriel, se estableció inmediatamente un «consejo de guerra verbal» en la fortaleza de Dolores el 2 de noviembre de 1873. Este consejo condenó a los líderes de la expedición a que se ejecutaran inmediatamente.

Los cuatro oficiales de alta graduación del Ejercito Liberador fueron fusilados por la espalda a las 6:00 a. m el 4 de noviembre de 1873.

Una consejo de guerra fue llevado a cabo el 7 de noviembre de 1873 a bordo del buque de guerra San Francisco de Borja, bajo la presidencia del capitán del buque, Capitán de Fragata Narciso Fernández Pedruñan. Este consejo de guerra, por voto unánime, el 8 de noviembre de 1873, condenó a ser fusilado por la espalda al Capitán y 36 miembros del la tripulación del Virginius.

Los 37 tripulantes fueron fusilados a las 4 p. m de ese mismo día. Otros cuatro fueron condenados a a cadena perpetua por una pluralidad de votos del tribunal, tres fueron condenados a 8 años de prisión, cinco a 4 años, mientras tres eran puestos en libertad.

Una adición a la primera orden fue expedida por Antonio Fernández, Comandante Naval, el mismo día, 7 de noviembre 1873, condenando a doce mas de los revolucionarios cubanos a ser fusilados al día siguiente.

Batalla diplomática

Los cónsules de Gran Bretaña y de los Estados Unidos formularon reclamaciones de manera inmediata, que fueron ignoradas por el general Burriel.

En los Estados Unidos la noticia de las ejecuciones desató la histeria de los ciudadanos y los políticos, al tiempo que numerosos periódicos exageraban el número real de los muertos, alegando por error, que todos los prisioneros habían sido fusilados. Varios excomandantes de la Guerra Civil, tanto confederados como de la Unión, solicitaron al presidente Grant poner a sus regimientos en pie de guerra.

Intervención del HMS Niobe

La noticia de los fusilamientos tras la captura del Virginius llegaron rápidamente a la capital de Jamaica mediante un mensaje que clandestinamente envió un empleado cubano de la agencia británica que operaba el cable en Santiago de Cuba. Con la sospecha de que algunos miembros de la tripulación y de la fuerza expedicionaria eran ciudadanos británicos y bajo la duda de si la captura del barco ocurrió en aguas territoriales británicas, el 8 de noviembre el buque la armada británica HMS Niobe, bajo el comando de Sir Lambton Loraine llegó al puerto de Santiago de Cuba.

En una carta que envió a Burriel, el capitán Loraine exigió el fin de los fusilamientos con la amenaza implícita de bombardear la ciudad aunque no hubiera recibido órdenes exactas al respecto. El propio capitán la entregó en la oficina del comandante español y no salió de la oficina dhasta recibir una contestación satisfactoria.

Acuerdos finales

La batalla diplomática para llegar a un acuerdo con España no presentaba muchas perspectivas, ya que en este país recién se había instalado una República que había derrocado a la monarquía y el nuevo gobierno tenía problemas internos para consolidar el control sobre el país y las colonias.

En los Estados Unidos, el embajador británico en Washington elaboró junto al Secretario de estado Hamilton Fish un protocolo que entregaron al embajador español en ese país, José Polo de Bernabé. Fish tenía sus dudas sobre si el Virginius tenía derecho a portar la bandera de los Estados Unidos lo que lo llevó a analizar fríamente la situación. Finalmente se llegó a un acuerdo entre las partes y se estipuló que el Virginius fuera devuelto junto con su tripulación a los Estados Unidos.

Cada uno de los países implicados juzgaría a sus propios ciudadanos declarados culpables de mala conducta. Una exigencia de Fish, sobre el desagravio por parte de los españoles a la bandera estadounidense fue retirada después de revelarse en los tribunales que el barco era propiedad cubana.

Hundimiento

El 16 de noviembre de 1873, el Virginius, escoltado por los buques de guerra españoles Tornado e Isabel la Católica, partió de Puerto Príncipe (Santiago de Cuba).

Como resultado de un acuerdo diplomático entre los gobiernos de los Estados Unidos y España, el 3 de diciembre, un grupo de sobrevivientes del Virginius fue entregado al comandante del buque Niobe y el 18 de diciembre los prisioneros restantes fueron llevados a la corbeta de guerra estadounidense Juniata, mientras que el Virginius fue trasladado al puerto en Bahía Honda, en donde fue entregado al navío estadounidense USS Dispatch. Debido a la mala condición de la nave, el Despatch tuvo que remolcar el Virginius hacia la Florida, con intención de fondearlo finalmente en Nueva York. Debido a los aumentos de salideros de agua, el fallo de sus calderas (que detuvo el funcionamineto de las bombas de agua), y el rápido deterioro de las condiciones del tiempo, el Virginius se hundió 26 de diciembre de 1873 en aguas atlánticas cerca de cabo Hatteras.

Todos los sobrevivientes, sin importarle la ciudadanía, eligieron ir a Nueva York a bordo del Juniata. Allí los hombres fueron puestos al cuidado de la organización Amigos de Cuba hasta que se pudiera disponer la manera de enviarlos a sus varios hogares.

Fuentes