Interjección

Interjección
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Concepto:Palabras autónomas que constituyen por sí solas enunciados independientes, en virtud de que son unidades de comunicación con autonomía sintáctica, responden a una función del lenguaje como la apelativa, la expresiva o la fática y están caracterizadas por una figura de entonación

Interjección palabra que expresa sentimientos muy vivos, de dolor, de alegría, de tristeza, etc. Son reacciones del hablante que se materializan a través de la palabra. Estas palabras van siempre entre signos de exclamación.

Características

  • Se usan preferentemente en textos coloquiales y se especializan en enunciados exclamativos, mediante los cuales es posible manifestar emociones y sentimientos, o se realizan actos de habla dirigidos al interlocutor, con la finalidad de que actúe o deje de hacerlo. De acuerdo con su naturaleza gramatical.
  • Son palabras (o grupos de palabras) tónicas que forman enunciados exclamativos en sí mismas, por lo que su entonación también es exclamativa.

¡Ay!, ¡jo!

¡Vaya por Dios!, ¡anda ya!

  • Son invariables.
  • Aunque algunos gramáticos las consideran como un grupo de palabras, las interjecciones no desempeñan ninguna función en la oración.
  • Imitan ruidos de la realidad y expresan un sentimiento del hablante. Como se define en el Diccionario de la RAE también se utiliza en fórmulas de cortesía o saludo y para apelar al hablante.

Función de las interjecciones

Aunque se trata de una palabra, la interjección se comporta como una oración independiente, es decir, comunica un significado completo.

Ejemplo:¡ay!

Tiene una significación plena, equivale a una oración, como: ¡me he hecho daño!

Clasificación

Las interjecciones pueden ser de dos tipos:

  1. Interjecciones propias o primarias.
  2. Interjecciones impropias

Interjecciones propias o primarias

Son las verdaderas interjecciones, es decir, palabras que sólo se han creado para expresar emotividad, ¡ay!, ¡uf!, ¡eh!, ¡hala!, etc. y, por lo tanto, sólo pueden ser interjecciones.


Interjecciones impropias

Están constituidas por sustantivos, adjetivos, verbos, adverbios, que pierden su función habitual y se convierten en expresión de la modalidad. Entre ellos se encuentran palabras como bravo, claro, vaya, ánimo, arriba, adelante, cuidado, con matiz exclamativo.

Ejemplos:¡ojo!, ¡cuidado!, ¡bravo!, ¡magnífico!, ¡oiga!, ¡vaya!, ¡estupendo!, ¡formidable!


La Real Academia Española plantea que de acuerdo con su significado, las interjecciones pueden clasificarse en apelativas, dirigidas a llamar la atención del oyente o a imponerle alguna actitud (ey, adiós, hola, enhorabuena, adelante, ánimo y algunas dirigidas a animales, como so, zape, arre) y expresiones en las que predomina el estado de ánimo del hablante: ajá, anjá (aprobación), hum (sospecha, recelo), ay (dolor, regocijo, ironía), ah (satisfacción, admiración, aceptación). En ocasiones estos significados se intercambian de acuerdo con la situación comunicativa y con la intención del hablante.

Aunque Alarcos incluye las onomatopeyas (adaptaciones fonemáticas de ruidos o acciones) entre las interjecciones (Alarcos, 1994:2001), solo deben considerarse así aquellas cuya intención sea apelativa o expresiva.

Locuciones interjectivas

1.En ocasiones las interjecciones aceptan determinaciones y se convierten en núcleos de grupos sintácticos interjectivos: ¡Cuidado con la escalera! ¡Ay de los vencidos!

2.Pueden encontrarse casos de redundancia en expresiones interjectivas seguidas de secuencias que contienen el mismo valor de la interjección: ¡uy, qué fastidio! (lamentación); Uf, qué desgracia. (incomodidad); ¡Ay, qué pena! (dolor)

3.Es frecuente que aparezcan acompañados por vocativos: ¡Ay, Guadalupe! El congo me lo ha quitado de sus manos.

4.Al igual que otras clases léxico-sintácticas de palabras, las interjecciones pueden sustantivarse. Ej.: Se oían unos ayes lastimosos.

5.Las interjecciones, como se ha podido apreciar, constituyen oraciones unimembres, unidades de comunicación en relación estrecha con el contexto de producción y la intención del hablante.

Ejemplo: ¡Dios mío! ¡Cielo santo! ¡Qué horror!

Fuente