Jardín del Edén

Este artículo trata sobre Edén. Para otros usos de este término, véase Edén (desambiguación).


Edén (Paraíso)
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Lugar místico de Génesis (libro de la Biblia)
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El Jardín del Edén es un lugar paradísiaco de la Tierra antigua donde, según las sagradas escrituras hebreas y cristianas, el Creador de todas las cosas, colocó a todos los animales terrestres y a la primera pareja humana compuesta por Adán y Eva.
Creador (es):Dios
Información
Nombre original:Edén
Significado del nombre:Palabra hebrea de origen sumerio “edín”, que significa planicie.
Otros nombres:Paraíso
Localización:Cercano Oriente, al este del actual Israel, o sea algún lugar de Mesopotamia
Nacimiento:Al principio de la creación del mundo
Superficie:Inicialmente, el Jardín del Edén ―si Adán y Eva pasaban la prueba de la obediencia― sería toda la Tierra
Gobernante:Yahvéh o Jehová
Población:dos
Residentes:Adán y Eva y todas las especies originales de animales
Lengua:Hebreo

Edén. Místico lugar, también conocido como el Jardín del Edén, es ―según el relato bíblico del Libro del Génesis[1] el lugar donde habría puesto el dios Yahweh[2] al hombre[3] después de haberlo creado a partir del polvo del suelo.

Y Dios plantó un huerto en Edén, al oriente; y puso ahí al hombre que había formado.
Génesis 2:8
Tomó, pues, Dios al hombre, y lo puso en el huerto del Edén, para que lo labrara y lo guardase.
Génesis 2:15

Etimología

Esta palabra suele ser utilizada como sinónimo de Paraíso. Sin embargo, la palabra «Paraíso» originalmente se refiere a un bello jardín de largas proporciones, mientras que «edén», es una palabra de origen acadio[4] (un pueblo de estirpe semita), cuyo significado se refiere a un lugar que es puro y natural; mientras que, según los sumerios, “edín” significa ‘planicie’ o ‘lugar plano más allá de las tierras cultivadas’.

Edén por lo tanto se refiere más bien a una región geográfica, mientras que el Paraíso se refiere a un lugar más específico (un huerto o jardín situado en la parte oriental de dicha región).

Otros nombres dados en la Biblia

  • «Edén»
    Y plantó Jehová un jardín en Edén, en el oriente, y puso allí al hombre que había formado.
  • «El jardín de Edén»
    Tomó, pues, Jehováh al hombre y lo puso en el jardín de Edén, para que lo cultivase y lo guardase.
  • «Edén, el jardín de Dios»
    Estabas en el Edén, el jardín de Dios.

Historia

Posible ubicación

Los anónimos escritores de la [Biblia]] indicaron que el Edén era un huerto o jardín que habría existido al oriente, indicando su existencia en una región que se hallaría al este de Palestina. Algunos creen que el jardín estaba sobre una montaña, o tal vez era una salida de manantiales de agua fresca:

y salía de Edén un río para regar un huerto, y de allí se repartía en cuatro brazos.
Génesis 2:10

Los escritores bautizaron a estos cuatros brazos:

  • el río Éufrates.
  • el río Jidekel (posiblemente el río Tigris); que corría al oriente de Asiria;
  • el río Gijón (posiblemente el río Nilo), que rodeaba toda la tierra de Cus (Etiopía); y
  • el río Pisón, que rodeaba toda la tierra de Havila.

Los escritores del Génesis desconocían que el nacimiento del río Éufrates (en Turquía) y el nacimiento del río Nilo (en Uganda) ―que sería la supuesta ubicación del Edén― se encuentran a una distancia de 5978 km.

Árboles especiales

En el jardín del Edén, El Creador habría colocado dos árboles especiales, llamados el «árbol de la ciencia del bien y del mal» y el «árbol de la vida».

Tomó, pues, Jehováh al hombre y lo puso en el jardín de Edén, para que lo cultivase y lo guardase.
Y Jehováh mandó al hombre diciendo: «Puedes comer de todos los árboles del jardín,
pero del árbol del conocimiento del bien y del mal no comerás, porque el día que comas de él, ciertamente morirás.

Habitantes

El Jardín del Edén es descrito en los capítulos 2 y 3 del Libro del Génesis. Allí se narra que Dios creó el jardín específicamente para Adán, el primer ser humano, a quien el mismo había hecho a partir de la arcilla o el polvo de la tierra.

Jehová plantó un jardín en Edén, al oriente; y puso allí al hombre que había formado. Y Jehová hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno para comer.
Libro del Génesis 2:8-9

Por esto, el Jardín del Edén era perfecto. Ofrecía belleza y sustento, ya que era hogar para todo tipo de árbol «delicioso a la vista, y bueno para comer», y una fuente de agua fresca del río para beber. Y en cuanto al hombre, Yahvéh «lo puso en el huerto del Edén, para que lo labrara y lo guardase». (Libro del Génesis 2:15).

Región en la que Jehová dispuso un jardín como hogar original para la primera pareja humana. En este huerto, Dios habría colocado a Adán y Eva para que vivieran. En este lugar, Dios le otorgaría al hombre todo aquello que necesitase para tener gozo, placer y armonía, de este modo no le faltaría nada.

Tarea del hombre

Contrario a las creencias erradas de muchas personas de que en el jardín del Edén no se trabajaba, vemos que las escrituras hebreas revelan la asignación de trabajo que les había sido indicadas, por el Hacedor, a sus primarias criaturas, estos serían los primeros oficios de la humanidad:

1) Agricultor:

Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo "LABRARA" y lo guardase.
Génesis 2:15

2) Custodio:

Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo "GUARDASE".
Génesis 2:15

3) Ganadero:

Jehová Dios formó, pues, de la tierra toda bestia del campo, y toda ave de los cielos, y las trajo a Adán para que viese cómo las había de llamar; y todo lo que Adán llamó a los animales vivientes, ese es su nombre. Y puso Adán nombre a toda bestia y ave de los cielos y a todo ganado del campo...
Génesis 2:19-20

Entre los árboles y las plantas de Edén se hallaban todas aquellas especies que embellecían el paisaje, así como las que proveían alimento en amplia variedad. Este hecho por sí solo indica que el jardín debió tener una extensión considerable. Existía una gran variedad de animales (especies originarias) en el jardín. Dios puso ante Adán «todos los animales domésticos y [...] las criaturas voladoras de los cielos y [...] toda bestia salvaje del campo».

Las aguas del río «que procedía de Edén» regaban el suelo, en esa época no llovía sino que un vapor de agua era lo que refrescaba ese medioambiente perfecto en el cual no había cardos, ni espinas, todos los animales eran hervíboros, no había ni plantas ni animales venenosos... El hecho de que el hombre y la mujer estaban desnudos, refleja el estado de inocencia en que estaban y permite suponer que el clima era templado y agradable.[5]

Bibliografía

  • Biblia versión Reina-Valera 1960

Referencias

Fuentes