José Fernando de Abascal

Revisión del 16:07 23 jun 2011 de LosArabos2 jc (discusión | contribuciones) (Página creada con '{{Ficha Persona |nombre = José Fernando de Abascal |nombre completo = José Fernando de Abascal |otros nombres = |imagen =Abascal.jpg |tamaño =12.5kb |descripción = Militar...')
(dif) ← Revisión anterior | Revisión actual (dif) | Revisión siguiente → (dif)
José Fernando de Abascal
Información sobre la plantilla
12.5kb
Militar y administrador español
NombreJosé Fernando de Abascal
Nacimiento1743
Oviedo
Fallecimiento1827
Madrid
Conocido porI Marqués de la Concordia Española del Perú
HijosMaría Ramona de Abascal

José Fernando de Abascal(Oviedo, 1743-Madrid, 1827) Militar y administrador español. Virrey del Perú (1806-1816), al comenzar los estallidos independentistas, hizo de Lima el centro de la resistencia realista. Ocupó el Alto Perú, sofocó los levantamientos en Chile y Ecuador y reorganizó la flota del Pacífico. Le sucedió Pezuela en 1816

Carrera administrativa

Ingresó en la Orden de Santiago, en 1795, y en la de Carlos III. En 1796, tomó parte en la defensa de La Habana frente a los ingleses. Tres años después, fue nombrado comandante general e intendente de Nueva Galicia (en el actual México), y, en 1804, virrey del Río de la Plata. No llegó a tomar posesión del cargo, ya que fue nombrado virrey del Perú en el mismo año, cargo que no desempeñó hasta 1806, debido a que en su viaje a Lima fue apresado por los ingleses. Gobernante enérgico, creó numerosas escuelas-taller e inauguró la primera Escuela de Medicina de América, dotada de los mismos adelantos que sus homólogas europeas. Con el pintor José del Pozo creó la Real Escuela de Pintura de Lima. Aprovechando la confusión política reinante en España, se adelantó a las Cortes de Cádiz y abolió la Inquisición en su virreinato. Al estallar la revolución de Buenos Aires (25 de mayo de 1810), incorporó provisoriamente al virreinato del Perú las provincias de Córdoba, Potosí, La Paz y Charcas.

Abascal y las revueltas independentistas

En 1808, Napoleón Bonaparte, Emperador de Francia, envió tropas francesas a invadir España y se apoderó del Gobierno, ocupando casi todo el territorio español. Al rey Carlos IV y a su hijo Fernando los obligó a trasladarse a la ciudad francesa de Bayona y les forzó a abdicar, designando para gobernar España a su hermano José Bonaparte. El pueblo español no aceptó al rey intruso y combatió la dominación francesa. La insurrección popular se inició el 2 de mayo de 1808 con la del pueblo de Madrid. Como consecuencia de lo ocurrido en España, los pueblos de América en los años de 1809 y 1810 también formaron Juntas de Gobierno integradas por criollos que asumieron el gobierno en nombre de Fernando VII. Estas Juntas surgieron en La Paz, Chuquisaca (hoy Sucre), Quito, Buenos Aires, Caracas, Bogotá, y Santiago de Chile. Al enterarse Abascal de la situación de España a fines de 1808, reunió al Cabildo de Lima y dispuso que el Virreinato jurase lealtad a Fernando VII como Rey de España en noviembre de ese año, rechazando en simultáneo las pretensiones francesas y el proyecto de formar en Lima una "Junta de Gobierno" dominada por los criollos. En ausencia de su soberano legítimo (Fernando VII), el pueblo español sostuvo que el poder volvía al pueblo y formó Juntas de Gobierno en diversas ciudades, terminando por constituirse una Junta Suprema Central para que gobernara en nombre de Fernando VII. Esta Junta se radicó en Cádiz y a inicios de 1809 fue sustituida por un Consejo de Regencia de España e Indias que convocó a los pueblos del imperio español a la reunión de unas Cortes (las llamadas Cortes de Cádiz, que se instaló en la misma ciudad el 24 de septiembre de 1810 y dio, entre otras disposiciones, la Constitución de 1812, de gran trascendencia en España y América, jurada el 19 de marzo de 1812, día de San José. Esta se considera como la primera Constitución en cuya discusión participaron cuarenta y nueve diputados americanos, artículo por artículo. Mientras tanto, Abascal se mostró desconfiado de las Juntas de Gobierno surgidas en el resto de Sudamérica, más aún al conocer que éstas habían depuesto a las autoridades peninsulares y habían delegado toda la autoridad efectiva en miembros de las élites criollas locales. Debido a ello, Abascal decidió constituir ejércitos con los medios a su disposición en el Virreinato del Perú, para suprimir los movimientos independentistas que ya habían surgido en los territorios vecinos. Se reclutó tropas criollas y mestizas, con oficiales peninsulares, y se elaboraron armas para esas tropas, tomando como base las milicias realistas ya existentes. Para financiar los gastos del Virreinato, Abascal impuso contribuciones forzosas a la élite criolla de Lima, amenazando con la pérdida de sus privilegios comerciales en caso triunfasen las revueltas independentistas del resto de Sudamérica. Debido a la alianza de Gran Bretaña con España en contra de los franceses, Abascal aceptó relajar las restricciones al comercio británico con el Virreinato del Perú, esperanzado en restablecer las rentas fiscales perdidas debido a la ocupación francesa de España; aún así, Abascal se opuso a que estas medidas llegasen a permitir el libre comercio. Con una metrópoli impotente para ofrecerle apoyo alguno (sea en dinero o soldados), Abascal debió afrontar con las solas fuerzas del Virreinato del Perú la tarea de restablecer el dominio español en las regiones de Sudamérica donde ello fuere posible. Inclusive Abascal logró enviar dinero desde Perú para auxiliar a la metrópoli contra los franceses.

Reacción contra los independentistas

Si bien Abascal aceptó la Constitución de 1812 (llegando a suspender el funcionamiento de la Inquisición de acuerdo con la Constitución), insistió en suprimir por la fuerza todo régimen gubernativo basado en élites criollas locales, entendiendo bien que ello sería un primer paso para que América del Sur se liberase del dominio español. Así, el virrey del Perú envió tropas para atacar a la Junta de Gobierno de Chuquisaca, la cual fue derrotada a fines de 1809, al ser evidente que las autoridades del Virreinato del Río de la Plata (constituidas por otra Junta de Gobierno en Buenos Aires) no sofocarían esta sublevación independentista. Con ello fue destruido el primer gobierno autónomo del Alto Perú y Abascal sujetó dicha región a la autoridad efectiva del virreinato peruano. De igual modo, Abascal envió tropas realistas contra la Junta de Gobierno de Quito y la suprimieron violentamente, restableciendo la autoridad española allí en 1810. También procedió Abascal contra la Junta de Gobierno de Santiago de Chile, enviando tropas del Virreinato del Perú para derrotar a los patriotas chilenos; tras seria lucha las tropas realistas finalmente recapturaron Chile para la corona española en 1814. Poco antes, Abascal había recibido finalmente los primeros soldados de refuerzo desde España, donde los franceses estaban ya siendo derrotados decisivamente; dichos refuerzos fueron enviados de inmediato a socorrer a las tropas realistas en Chile. Poco después Abascal enfrentó exitosamente la Rebelión del Cuzco de agosto de 1814, venciéndola definitivamente en marzo de 1815. Para esa fecha la Guerra Peninsular ya había concluido definitivamente y las tropas francesas habían huido de España, donde reinaba ahora sin contratiempos Fernando VII mientras la Constitución de 1812 quedaba abolida. Recién a inicios de 1815 la corte de Madrid remitió tropas en escala masiva hacia sus colonias americanas, particularmente a Nueva Granada y Venezuela, pero para entonces la Real Audiencia de Quito, el Alto Perú y la Capitanía General de Chile habían sido conservadas para España por la tenaz resistencia monárquica del virrey Abascal. No obstante dicha tarea había significado un gran esfuerzo financiero para el Virreinato del Perú, y había supuesto que todos los afanes de la administración colonial se dirigieran hacia fines bélicos, impidiendo otra clase de obras. Como reconocimiento a su trayectoria política y militar en España y su apoyo a la conservación del imperio español en América le fue concedido por las Cortes de 1812 el título vitalicio no hereditario de "Marqués de la Concordia Española del Perú" y recibió asimismo los nombramientos de Capitán General y consejero del Supremo Consejo y Cámara de Guerra por Carlos IV y Fernando VII respectivamente.

Descendencia

En el año 1816 Abascal recibió desde España la noticia de su cese en las funciones de virrey del Perú, ordenándose su retorno a la metrópoli. Su reemplazante fue el militar español Joaquín de la Pezuela, que había arribado al Perú en 1805 y había servido en las operaciones bélicas de Abascal. De hecho, hasta esa fecha los independentistas de Buenos Aires aún enviaban expediciones para expulsar a la dominación española del Alto Perú, manteniendo un continuo estado de guerra.

Su Muerte

Como única heredera de sus bienes y su título nobiliario dejó a su hija María Ramona de Abascal, casada en 1815 con el entonces brigadier Juan Manuel Pereira. De esta unión, se conoce a Manuel Pereira Abascal como III Marqués de la Concordia Española del Perú (se le concede la Real Carta de Sucesión el 23 de marzo de 1852). A su muerte, el título pasó a su sobrino Juan Manuel Pereira Soto Sánchez en 1876. Finalmente, el título de Castilla del marquesado de la Concordia Española en el Perú, se extinguió en 1913.

Fuente

http://www.biografiasyvidas.com/