José Ramón Marcos Sánchez

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José Ramón Marcos Sánchez
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Poeta y escritor que convulsiona los sentimientos con la profundidad de sus escritos.
Nacimientoen el año 1969
Madrid, España, Bandera de España
OcupaciónPoeta y escritor

José Ramón Marcos Sánchez. Nacido en Madrid en el año 1969 de padres andaluces. Poeta y escritor que convulsiona los sentimientos con la profundidad de sus escritos, tratando temas cotidianos con visceralidad y certeza. El lema que identifica sus composiciones literarias es la posdata: “Dios no me quiere y el Diablo me tiene miedo” .

Buena parte de su obra la comparte con un gran número de seguidores en la red social de facebook. Teniendo en su página oficial de fans admiradores de todos los rincones del mundo…

Ha llevado muchos de sus poemas a pequeños fotomontajes "caseros", creando una manera nueva y diferente de acercar la poesía a personas que hasta ahora no se habían interesado en la misma.

Sus poemas versan sobre temas cotidianos de cáracter humano, social, relacional, existencial y emocional. Son ampliamente emotivos y de gran sensibilidad, en muchos de los comentarios que sus fieles seguidores le hacen en el facebook refieren conmoverse hasta el llanto con muchas de sus creaciones.

Su obra

  • Diálogos con mi conciencia


Selección de Poemas

El alma vacía

La esencia de la vida se evaporó en un instante que me partió eternamente. Un segundo acumulado de millones de pasados, de presentes sin futuros, sin derechos, exánimes antes de nacer... Sólo dos palabras bastaron para que lo incierto se llenara de vacío, de ilusiones vendidas a mañanas ya inertes. Para que el alma iniciara una danza grotesca suicidando sentimientos.

Arrastrando sin titubear todo aquello que le daba sentido a querer sentir. Ni siquiera las lágrimas asomaban por no ofender al dolor... Un dolor tan denso que se incrustó en las entrañas y se fundió con el aire respirado por respirar. Que provocaba llagas en el aliento, que llenaba de heridas incluso el más nimio atisbo de una esperanza ya sentenciada, maldita, penada en la hoguera de lo olvidado... Tanto tiempo ha pasado o tan poco, no lo sé... Los momentos volaron junto a las ilusiones, dejando sólo minutos que van descontando días... Mi prisión sigue siendo la vida, mi condena la espera, mi libertad la muerte... Sólo dos palabras bastaron por dichas, por calladas, por no entendidas: ¡Hasta siempre!


Recuérdame

Recuérdame, cuando el hastío del olvido te permita ser consciente de la ausencia, y ya no lluevan tormentas y necesites el consuelo avergonzado que arrastra lo ingrávido del silencio, incierto, desterrado.

Como sólo se destierra lo avaro del egoísmo, momentáneo, continuo. Ganado a fuerza de huídas, perdido en la idea que desemboca en la creencia. Esa que llama a la desdicha monotonía y te convierte en un discípulo de lo resignado, abnegado, sumiso... En ese justo momento recuérdame, piénsame... Es posible que en mi rebeldía esté atada mi desgracia. Que mi fuerza no sea más que el mayor de los síntomas de la debilidad y que mi vanidad sea el fruto indigno que brota del árbol de los miedos... Es posible que el no asumir la indiferencia haga de mí un diferente. Y que predique un lenguaje que sólo entienden aquellos que no entienden a los cuerdos... Recuérdame, soy un tonto solitario que se alimenta de la bondad de la mentira. Esa que está presente en la verdad asimilada, que da sentido a la vida de los muchos, que sólo ven sufrimiento en la cercanía de lo propio. Que se esconden y censuran a los que por empatía, entendemos como nuestro todo aquello que es ajeno. Yo te siento como mía, o estoy loco o estoy muerto.


Mamá

Mamá sóplame otra vez como cuando era pequeño, cúrame de mis heridas con el amor de tu aliento... Como cuando tu sonrisa me hacía sentirme tan lleno y era el único habitante de un universo de anhelos... Mamá abrázame otra vez como hacías cada noche antes de entregarme un beso, sin acuse de recibo, tan generoso, sincero, sólo para protegerme de los monstruos de mis sueños.

Y me dejabas la luz encendida y velabas mis silencios y yo me sentía seguro bajo un escudo que protegía mis miedos... Mamá aconséjame otra vez, como has hecho en los momentos que las dudas me llevaban hacia caminos inciertos. Y tú me reconducías, sin reproches, sin hacer que me sintiera idiota, frágil, soberbio... Sólo me dabas apoyo y convertías lo nimio en un gran mar de consuelo... Mamá ríe conmigo otra vez que quiero que tu sonrisa siga siendo mi sustento, que me haga saber que siempre seré el héroe de tus cuentos... Mamá nunca me abandones, hazme un huequito contigo cuando te vayas al cielo... Acógeme en tu regazo como cuando era un bebé, porque aún hoy, lo sigo siendo... Porque aunque pasen mil años seré parte de tu cuerpo. Porque aunque nunca lo diga, si estoy seguro de algo, con el devenir del tiempo, es que sé lo que es querer por lo mucho que TE QUIERO.


Sin ti

Cada vez la nostalgia es más cercana y el recuerdo más lejano, más difuso. Mi mente caprichosa y castigada por el devenir del tiempo se esfuerza por construir tu imagen.

Ya casi no sé como eras, tu silueta es incierta, sin embargo la fuerza del sentimiento es cada vez más intensa… Contigo lo sentí todo, sin ti no he sentido nada.

Vivo de los momentos de un pasado al que el destino le robó el futuro, le arrebató de golpe lo que de golpe le dio. Desde entonces no soy nada, no puedo ser nadie. Tu adiós provocó mi adiós, habito en un nunca perpetuo, sin retorno…

Cada vez la nostalgia es más cercana y el recuerdo más lejano, cada vez hay más motivos que me quitan los motivos… Ya me duele hasta el consuelo, no puedo regresar de donde no estuve nunca.

No puedo desear que vuelvas porque nunca te marchaste…

Desde que eres un recuerdo, no puedo querer morir porque nunca estuve vivo…


Si quieres… quiero…

Cuando crees lo sesgado de las palabras que no se dicen. Que llenan los huecos del alma de ilusión, de esperanza, de felicidad, sin importante ni por un instante lo irreverente de lo imposible…

Cuando te aferras al calor de un suspiro que te regala una compañía inexistente. Cuando la risa es sólo la consecuencia de un gesto vacío, humillado… Cuando un sentimiento de pena te confiesa que el dolor va de la mano contigo. ¡Quizás para siempre!

Cuando sabes que mañana es hoy y hoy fue ayer… Que los días vividos son muchos y los que quedan demasiados, o demasiado pocos… Y cada atardecer es el ocaso de una certidumbre de perspectiva incierta que agoniza suplicando un pésame…

Cuando añoras lo que tienes, lo que sabes, lo que puedes, por el trastorno que supone no tener, no saber, no poder… Dando por hecho que sólo eres parte de un recuento maldito, de una estadística, de un censo que nunca interesó a nadie.

¡Ni siquiera a ti mismo! Cuando tienes esas dudas y acumulas sensaciones que te arrojan al abandono, al olvido…

¡Es cuando empieza la lucha! ¡Es cuando no puedes poderte! ¡Es cuando quiero que sepas que estoy aquí! ¡Qué no estás solo! ¡Qué mis palabras son para ti!

¡Qué seas quien seas y estés donde estés, si cierras los ojos podrás ver como en este momento te estoy abrazando! ¡Respira hondo y mastica la vida! ¡Si quieres, puedes! ¡Si quieres, quiero!


Distancia

Como en un salto a la espera de que la espera termine… Como querer comenzar cada minuto uno nuevo…

Como saber que el tiempo no es sino un continuo desliz de la mente, de la mía, de la tuya…

Como ser capaz de asumir lo más cercano de la lejanía un segundo… Como añorar la simpleza de un suspiro demandado…

Como acercar los espacios que al amanecer, se han hecho distantes, perdidos…

Como estar despierto sólo los momentos, en los que estás dormido, soñando… Como alegrarte de ser, a pesar de estar, de no estar… Como intentar que el adiós se muera desesperado. Como una palabra que busca el contexto en una frase maldita.

Como el vacío que produjo un inicio inevitable, que se sigue vaciando, que se llena de vacío… Como el más certero de los golpes en el centro de la vida…

¿Cómo podría explicarte que así me hace sentir la distancia? Tu distancia…


A ti mujer

Con el devenir de los años asoman momentos como de puntillas, en silencio… De esos momentos que no piden permiso, fugaces, que en ocasiones, cuando estás sin estar, están… Te cuentan “soto boche” cosas que sabes, que anhelas. Aquellas que moldearon la orografía de tu cuerpo visto del desnudo, del ser, del sentir. A mí me hablan de ti, de cuando vives en un mundo de golosinas y princesas, de cuando de la mano del amor adolescente viene la decepción que te baña de fortaleza…

De cuando tienes miedo y lo afrontas y no hablas, y lloras a escondidas en un rincón de esperanza… De cuando de tu vida nace vida y eres capaz de desprenderte de ti, de entregar tu todo a cambio de nada… De cuando sin darte importancia das lecciones al humano del significado de humanidad… De cuando crees que te marchitas y no te das cuenta que la belleza es como la materia. No se crea, no se destruye, simplemente se transforma. De cuando sé que sin ti no habría sido, no sería, no podría ser… Porque el más grande de los hombres no es más que el pedazo de una mujer. Porque el Dios en el que creo sólo tiene sentido cuando te observo. Porque la vida es vida gracias a ti. Por todo ello MUJER, te entrego mi agradecimiento, mi cariño, mi respeto, mi admiración, mi compañía, mi palabra, mi silencio, mi cuerpo, mi alma, mi vida…


Fuentes