Diferencia entre revisiones de «Juan Gualberto Gómez»

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== Síntesis biográfica ==
 
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Nació el [[12 de julio]] de [[1854]] en Ingenio [[Vellocino (Unión de Reyes)|Vellocino]] , Sabanilla del Encomendador (actualmente [[Juan Gualberto Gómez (Unión de Reyes)|Juan Gualberto Gómez]] ), [[Matanzas]]. Tuvo la suerte de nacer libre, pues sus padres [[Fermín Gómez|Fermín Gómez]] y [[Serafina Ferrer|Serafina Ferrer]], esclavos domésticos en ese entonces, ahorraron dinero para comprarlo desde que estaba en el vientre de su madre.  
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Nació libre el [[12 de julio]] de [[1854]], pues sus padres Fermín Gómez y Serafina Ferrer, esclavos domésticos en ese entonces, compraron el vientre materno, en el ingenio “[[Vellocino (Unión de Reyes)|Vellocino]], Sabanilla del Encomendador (actualmente [[Juan Gualberto Gómez (Unión de Reyes)|Juan Gualberto Gómez]] ), municipio Unión de Reyes, en [[Matanzas]].  
  
Debido a la natural y manifiesta inteligencia que demostró desde pequeño, sus padres una vez que lograron libertarse y ahorrar algún dinero, decidieron trasladarse a vivir a [[Provincia La Habana|La Habana]] para proporcionarle una mejor educación a su único hijo, este hecho también estuvo favorecido por la dueña del [[Ingenio Catalina Gómez|ingenio Catalina Gómez]], que sentía un especial cariño por el pequeño y por el matrimonio de ex -esclavos, que durante años le habían servido fielmente.  
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Tras ahorrar dinero, sus padres se trasladaron a La Habana para proporcionarle una mejor educación a su único hijo que ya manifestaba dotes excepcionales de inteligencia y disciplina. La dueña del ingenio, Catalina Gómez, quien sentía un especial cariño por el pequeño y por el matrimonio de exesclavos, que durante años le habían servido fielmente, ayudó económicamente a la familia para su traslado.
  
Una vez en la provincia de [[La Habana|La Habana]] los padres pusieron a Juan Gualberto a estudiar en los mejores colegios al que podían acceder los niños negros en aquel entonces y ya había llegado al límite de conocimientos que podía adquirir, cuando estalló la [[Guerra de los Diez Años]].  
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Radicados ya en [[La Habana]], Juan Gualberto estudió  en los mejores colegios al que podían acceder los niños negros en aquel entonces, etapa en la que  estalló la [[guerra de los Diez Años]].
  
Su inevitable avance hacia el occidente de la Isla llenó de temor a los padres, que temerosos de las consecuencias que la guerra podría traerles al hijo que con tanto esmero había educado, decidieron mandarlo a [[Europa Occidental|Europa]] a estudiar, previo consejo de su antigua ama, la cual residía en La Habana en ese momento, quien les prometió que si lo enviaban a [[Francia|Francia]] ella los llevaría consigo cuando fuera de vacaciones para que pudieran visitar a su hijo.
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Previendo las consecuencias del suceso redentor para el hijo que habían criado con devoción, sus padres lo envían a estudiar a Europa.  
  
En [[1869]], partió rumbo a [[París|París]], una de las capitales del mundo más adelantadas en cuanto a los derechos ciudadanos en aquel entonces. Por el día estudiaba carruajería, pero en las noches comenzó a imbuirse de los conocimientos más avanzados y del espíritu revolucionario que dominaban aquella ciudad donde todos los hombres eran tratados por igual sin importar el color de la piel. <br>
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En [[1869]] viajó a París donde estudió carruajería y en las noches comenzó a vincularse con el espíritu revolucionario que dominaba aquella ciudad, una de las capitales del mundo más adelantadas en cuanto a los derechos ciudadanos en aquel entonces y donde todos los hombres eran tratados por igual, sin importar el color de la piel.
  
 
===Trayectoria revolucionaria===
 
===Trayectoria revolucionaria===
  
Poco tiempo después es deportado a [[España|España]] por su vinculación con los conspiradores de la [[Guerra Chiquita]].  
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Desde su regreso a suelo cubano en 1890, Juan Gualberto Gómez Ferrer se consagró a la empresa patriótica de propagar las ideas separatistas por vías legales. Con tales fines, publicó en La Habana los diarios ''La Fraternidad'', primero, y ''La Igualdad'', después, dedicados a la defensa de los derechos de la entonces denominada clase de color, o sea, los negros y mulatos.  
  
A finales de [[1878|1878]] retornó Juan Gualberto a [[Asociación de Reporteros de La Habana|La Habana]], donde conoció a [[Biblioteca Nacional de Cuba |José Martí]]. A partir de entonces una empatía fundada en ideales compartidos estrecharía la amistad y uniría la acción revolucionaria de ambos. Funda el periódico La Fraternidad en [[1879|1879]], cuya publicación se interrumpe al ser deportado, debido a su simpatía y vinculación a los clubes revolucionarios y movimientos conspirativos de esa época.  
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Dicha labor periodística constituyó importantísimo y eficaz complemento de la que, entre la emigración cubana, desarrollaba José Martí.
  
Regresa en [[1890|1890]] y en [[1895|1895]] es desterrado nuevamente al fracasar el alzamiento independentista del [[24 de febrero|24 de febrero]]. Antes de concluir la dominación española pasa a [[Francia]] y luego a [[Estados Unidos|Estados Unidos]], donde coopera con el [[Partido Revolucionario Cubano]]. En [[1898|1898]] regresa a su Patria definitivamente, y a partir de entonces tiene una activa participación en contra de la [[Enmienda Platt|Enmienda Platt]] y los gobiernos de turno hasta su muerte.
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Su pensamiento y visión sobre el problema, así como sus sentimientos, coincidieron en toda la línea con los del Apóstol: fueron profundamente unitarios. Ello implicaba prescindir de todo lo que separara a blancos y negros, y contribuir a consolidar la unidad fraguada en el sacrificio común y la sangre derramada durante diez años de guerra por los principales componentes étnicos de la sociedad colonial de Cuba.
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En el primer número de ''La Igualdad'', el 7 de abril de 1892, Juan Gualberto publica el artículo titulado Lo que somos, en el que señala:
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''“Vamos en busca de la igualdad: blancos, negros y mulatos, todos son iguales para nosotros, y nuestra aspiración consiste en que todos así lo sientan, para que llegue un día en que los habitantes de Cuba no se dividan sino por el concepto que abriguen de las soluciones que se presenten a los problemas políticos, sociales y económicos que se disputan el predominio en el mundo entero” (1) José Martí, que seguía con atención la actividad política revolucionaria de Juan Gualberto Gómez, congratuló en el periódico Patria, el 16 de abril de 1892, la salida de La Igualdad y destacó que surgía para defender “las libertades y los intereses permanentes de la sociedad cubana” y “en pro de los ideales de justicia, cultura, engrandecimiento y libertad de la raza negra de la isla de Cuba” (2)''
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En aquellas condiciones de ilegalidad bajo el dominio colonial español, en las que no tenían cabida ni el Partido Revolucionario Cubano ni el periódico ''Patria'', ''La Igualdad'' devino en la práctica un órgano del primero, cuya representación en la Isla, por encargo de su delegado, José Martí, descansaba en hombros de Juan Gualberto Gómez. La otra vertiente de la labor patriótica, antirracista y unitaria de Juan Gualberto Gómez está referida a su papel en la organización y dirección del Directorio Central de Sociedades de la Raza de Color de Cuba. Aunque su fundación antecede a la presencia de Gómez en territorio cubano, bien son conocidas las estrechas relaciones que mantuvo con miembros de las sociedades negras, las cuales, dado su elevado prestigio, lo consideraron miembro de honor y le consultaron sobre problemas relacionados con los derechos de negros y mulatos y sus necesarias reivindicaciones sociales.
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El alzamiento del 24 de febrero de 1895 en Matanzas. José Martí, delegado del Partido
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El 27 de agosto de 1891, según consta en acta de sesión celebrada por el Directorio, fue electo Juan Gualberto Gómez Ferrer como presidente del Directorio Central de Sociedades de la Raza de Color de Cuba. A partir de entonces se robustecen el accionar del Directorio y la gestión de Gómez Ferrer a favor de las reivindicaciones de negros y mulatos.
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Particular importancia tuvo la convocatoria librada para la celebración de una asamblea de todas las sociedades de la raza de color en el mes de julio de 1892,con el objetivo de adoptar acuerdos para una acción unificada en función de las reivindicaciones sociales a que aspiraban. La asamblea resultó exitosa y el programa de acción —como resultado de ella— contemplaba, entre otras, las siguientes demandas: la total igualdad social, política y cultural, como aspiración fundamental; el derecho de los niños negros a asistir a las escuelas municipales; la educación en común, dada al negro y al blanco en las mismas escuelas y por el mismo educador, fuera blanco o negro; la entrada, con derechos iguales, a los espectáculos y servicios públicos; el derecho a viajar en los coches de primera clase de los ferrocarriles y la eliminación de los libros para blancos y para negros en el Registro Civil. Como consecuencia de la actividad del Directorio se generó una fuerte corriente de unidad revolucionaria y separatista en la Isla, similar a la lograda por el Partido Revolucionario Cubano en la emigración; situación que no pasó inadvertida para las autoridades coloniales, de ahí que recrudecieran la vigilancia sobre algunas sociedades de color que se vieron obligadas a cerrar sus puertas en las cercanías del estallido de 1895. Las actividades sociales dieron paso a las actividades revolucionarias.
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A finales de [[1878]] retornó Juan Gualberto a [[Asociación de Reporteros de La Habana|La Habana]], donde conoció a [[Biblioteca Nacional de Cuba|José Martí]]. A partir de entonces una empatía fundada en ideales compartidos estrecharía la amistad y uniría la acción revolucionaria de ambos. Funda el periódico ''La Fraternidad'' en [[1879]], cuya publicación se interrumpe al ser deportado, debido a su simpatía y vinculación a los clubes revolucionarios y movimientos conspirativos durante la preparación de la Guerra Chiquita. Fue detenido el [[25 de septiembre]] de [[1879]] y confinado en el enclave colonial de Ceuta, situado en la costa mediterránea de África. Allí estaba desde 1880; pero gracias a las gestiones de su amigo Nicolás Azcárate, y mediante el connotado abolicionista Rafael María de Labra, las autoridades españolas le dieron por cárcel a la península, en 1882.
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Entonces, eligió a Madrid como residencia, con la obligación de presentarse todas las semanas a las autoridades competentes.
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Labra se incorporó al círculo de amistades de Juan Gualberto y acogió al recién llegado en el periódico ''El Abolicionista'', trinchera de ideas contrarias a la existencia del estigma social que representaba la esclavitud.
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El cubano ya había criticado la eufemística Ley del Patronato, promulgada en febrero de 1880, y luchaba al mismo tiempo por los derechos de negros y mulatos libres en Cuba. Llegó a militar en la Sociedad Abolicionista de Madrid, que presidía el propio Labra.
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En ese ámbito madrileño fue asiduo comentarista del quehacer parlamentario de los legisladores españoles, inmersos en debatir bizantinos interminables.
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Hacia 1883, asumió la dirección del periódico ''El Progreso'' y, desde sus páginas, publicó una serie de artículos en los que resaltaba el derecho de Cuba a la independencia. No tenía la investidura de legislador; pero lo que escribía tenía la marcada intención de influir en la voluntad de los que, en el Parlamento español, debatían el destino de la isla caribeña.
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A partir de su regreso a Cuba, en 1890, utilizó como tribuna ''La Fraternidad'', que había fundado en 1879 para dar a conocer artículos de enfoque separatista que fueron detonantes de la ira oficial. Cumplió entonces ocho meses de encierro hasta que, gracias nuevamente a Labra, con argumentos de que el valiente articulista estaba en los marcos de la legalidad proclamada por la Metrópoli, fue puesto en libertad.
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Es conocido que el insigne patriota matancero conspiró desde 1891, y que desde que José Martí fundó el Partido Revolucionario Cubano se convirtió en su hombre de confianza en Cuba.
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A un hombre del Directorio, Juan Tranquilino Latapier, correspondió la misión de llevar la orden del alzamiento a la región oriental. Al regreso, se unió a Juan Gualberto Gómez Ferrer en el levantamiento de Ibarra, el 24 de febrero de 1895.
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Los hombres de las sociedades de color, entre ellos los de La Unión, de Matanzas, se incorporaron a las filas del Ejército Libertador. De ese modo concluyó la justa, patriótica y revolucionaria tarea del Directorio Central de la Sociedades de la Raza de Color.
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Luego del alzamiento de La Ignacia, el 24 de febrero de 1895, Juan Gualberto Gómez soportó un nuevo destierro, en el que mantuvo siempre viva la llama de la rebeldía y ganó tiempo para alcanzar una mayor madurez política.
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Al constituirse el gobierno autónomo español en Cuba, el [[1 de enero]] de [[1898]], fue puesto en libertad y marchó a [[Nueva York]].
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Cuando España montó la farsa autonomista, que provocó en algunos el espejismo del poder, pudo regresar a Cuba; pero lo hizo pasando de incógnito a Francia y de allí a Estados Unidos, donde el entonces Delegado del Partido Revolucionario Cubano, Tomás Estrada Palma, le pidió su colaboración para el desarrollo de algunas tareas que levantaran el ánimo de los emigrados cubanos.
  
 
=== Participación en el Ejercito Libertador  ===
 
=== Participación en el Ejercito Libertador  ===

Revisión del 14:07 7 dic 2022

Para otros usos de este término, véase Juan Gualberto Gómez (desambiguación).
Juan Gualberto Gómez
Información sobre la plantilla
Foto de Juan II.jpg
Iniciador de las guerras independentista de Cuba
NombreJuan Gualberto Gómez
Nacimiento12 de julio de 1854
Ingenio Vellocino, Sabanilla del Comendador, Matanzas,Cuba, Bandera de Cuba Cuba
Fallecimiento5 de marzo de 1933
NacionalidadCubana
CiudadaníaCubana
OcupaciónPeriodista

Juan Gualberto Gómez. Patriota matancero que alcanzó la inmensidad desde el abrazo eterno a los principios independentistas de la historia de Cuba.

Fue la persona elegida por José Martí para organizar los preparativos dentro de la Isla para la guerra de Independencia. La grandeza de su vida y obra estriba en la capacidad que tuvo para desempeñarse con acierto y de manera sobresaliente en distintos ámbitos de la esfera pública y política, dentro y fuera de Cuba, a lo largo de su existencia.

Síntesis biográfica

Nació libre el 12 de julio de 1854, pues sus padres Fermín Gómez y Serafina Ferrer, esclavos domésticos en ese entonces, compraron el vientre materno, en el ingenio “Vellocino”, Sabanilla del Encomendador (actualmente Juan Gualberto Gómez ), municipio Unión de Reyes, en Matanzas.

Tras ahorrar dinero, sus padres se trasladaron a La Habana para proporcionarle una mejor educación a su único hijo que ya manifestaba dotes excepcionales de inteligencia y disciplina. La dueña del ingenio, Catalina Gómez, quien sentía un especial cariño por el pequeño y por el matrimonio de exesclavos, que durante años le habían servido fielmente, ayudó económicamente a la familia para su traslado.

Radicados ya en La Habana, Juan Gualberto estudió  en los mejores colegios al que podían acceder los niños negros en aquel entonces, etapa en la que  estalló la guerra de los Diez Años.

Previendo las consecuencias del suceso redentor para el hijo que habían criado con devoción, sus padres lo envían a estudiar a Europa.

En 1869 viajó a París donde estudió carruajería y en las noches comenzó a vincularse con el espíritu revolucionario que dominaba aquella ciudad, una de las capitales del mundo más adelantadas en cuanto a los derechos ciudadanos en aquel entonces y donde todos los hombres eran tratados por igual, sin importar el color de la piel.

Trayectoria revolucionaria

Desde su regreso a suelo cubano en 1890, Juan Gualberto Gómez Ferrer se consagró a la empresa patriótica de propagar las ideas separatistas por vías legales. Con tales fines, publicó en La Habana los diarios La Fraternidad, primero, y La Igualdad, después, dedicados a la defensa de los derechos de la entonces denominada clase de color, o sea, los negros y mulatos.

Dicha labor periodística constituyó importantísimo y eficaz complemento de la que, entre la emigración cubana, desarrollaba José Martí.

Su pensamiento y visión sobre el problema, así como sus sentimientos, coincidieron en toda la línea con los del Apóstol: fueron profundamente unitarios. Ello implicaba prescindir de todo lo que separara a blancos y negros, y contribuir a consolidar la unidad fraguada en el sacrificio común y la sangre derramada durante diez años de guerra por los principales componentes étnicos de la sociedad colonial de Cuba.

En el primer número de La Igualdad, el 7 de abril de 1892, Juan Gualberto publica el artículo titulado Lo que somos, en el que señala:

“Vamos en busca de la igualdad: blancos, negros y mulatos, todos son iguales para nosotros, y nuestra aspiración consiste en que todos así lo sientan, para que llegue un día en que los habitantes de Cuba no se dividan sino por el concepto que abriguen de las soluciones que se presenten a los problemas políticos, sociales y económicos que se disputan el predominio en el mundo entero” (1) José Martí, que seguía con atención la actividad política revolucionaria de Juan Gualberto Gómez, congratuló en el periódico Patria, el 16 de abril de 1892, la salida de La Igualdad y destacó que surgía para defender “las libertades y los intereses permanentes de la sociedad cubana” y “en pro de los ideales de justicia, cultura, engrandecimiento y libertad de la raza negra de la isla de Cuba” (2)

En aquellas condiciones de ilegalidad bajo el dominio colonial español, en las que no tenían cabida ni el Partido Revolucionario Cubano ni el periódico Patria, La Igualdad devino en la práctica un órgano del primero, cuya representación en la Isla, por encargo de su delegado, José Martí, descansaba en hombros de Juan Gualberto Gómez. La otra vertiente de la labor patriótica, antirracista y unitaria de Juan Gualberto Gómez está referida a su papel en la organización y dirección del Directorio Central de Sociedades de la Raza de Color de Cuba. Aunque su fundación antecede a la presencia de Gómez en territorio cubano, bien son conocidas las estrechas relaciones que mantuvo con miembros de las sociedades negras, las cuales, dado su elevado prestigio, lo consideraron miembro de honor y le consultaron sobre problemas relacionados con los derechos de negros y mulatos y sus necesarias reivindicaciones sociales.

El alzamiento del 24 de febrero de 1895 en Matanzas. José Martí, delegado del Partido

El 27 de agosto de 1891, según consta en acta de sesión celebrada por el Directorio, fue electo Juan Gualberto Gómez Ferrer como presidente del Directorio Central de Sociedades de la Raza de Color de Cuba. A partir de entonces se robustecen el accionar del Directorio y la gestión de Gómez Ferrer a favor de las reivindicaciones de negros y mulatos.

Particular importancia tuvo la convocatoria librada para la celebración de una asamblea de todas las sociedades de la raza de color en el mes de julio de 1892,con el objetivo de adoptar acuerdos para una acción unificada en función de las reivindicaciones sociales a que aspiraban. La asamblea resultó exitosa y el programa de acción —como resultado de ella— contemplaba, entre otras, las siguientes demandas: la total igualdad social, política y cultural, como aspiración fundamental; el derecho de los niños negros a asistir a las escuelas municipales; la educación en común, dada al negro y al blanco en las mismas escuelas y por el mismo educador, fuera blanco o negro; la entrada, con derechos iguales, a los espectáculos y servicios públicos; el derecho a viajar en los coches de primera clase de los ferrocarriles y la eliminación de los libros para blancos y para negros en el Registro Civil. Como consecuencia de la actividad del Directorio se generó una fuerte corriente de unidad revolucionaria y separatista en la Isla, similar a la lograda por el Partido Revolucionario Cubano en la emigración; situación que no pasó inadvertida para las autoridades coloniales, de ahí que recrudecieran la vigilancia sobre algunas sociedades de color que se vieron obligadas a cerrar sus puertas en las cercanías del estallido de 1895. Las actividades sociales dieron paso a las actividades revolucionarias.

A finales de 1878 retornó Juan Gualberto a La Habana, donde conoció a José Martí. A partir de entonces una empatía fundada en ideales compartidos estrecharía la amistad y uniría la acción revolucionaria de ambos. Funda el periódico La Fraternidad en 1879, cuya publicación se interrumpe al ser deportado, debido a su simpatía y vinculación a los clubes revolucionarios y movimientos conspirativos durante la preparación de la Guerra Chiquita. Fue detenido el 25 de septiembre de 1879 y confinado en el enclave colonial de Ceuta, situado en la costa mediterránea de África. Allí estaba desde 1880; pero gracias a las gestiones de su amigo Nicolás Azcárate, y mediante el connotado abolicionista Rafael María de Labra, las autoridades españolas le dieron por cárcel a la península, en 1882.

Entonces, eligió a Madrid como residencia, con la obligación de presentarse todas las semanas a las autoridades competentes.

Labra se incorporó al círculo de amistades de Juan Gualberto y acogió al recién llegado en el periódico El Abolicionista, trinchera de ideas contrarias a la existencia del estigma social que representaba la esclavitud.

El cubano ya había criticado la eufemística Ley del Patronato, promulgada en febrero de 1880, y luchaba al mismo tiempo por los derechos de negros y mulatos libres en Cuba. Llegó a militar en la Sociedad Abolicionista de Madrid, que presidía el propio Labra.

En ese ámbito madrileño fue asiduo comentarista del quehacer parlamentario de los legisladores españoles, inmersos en debatir bizantinos interminables.

Hacia 1883, asumió la dirección del periódico El Progreso y, desde sus páginas, publicó una serie de artículos en los que resaltaba el derecho de Cuba a la independencia. No tenía la investidura de legislador; pero lo que escribía tenía la marcada intención de influir en la voluntad de los que, en el Parlamento español, debatían el destino de la isla caribeña.

A partir de su regreso a Cuba, en 1890, utilizó como tribuna La Fraternidad, que había fundado en 1879 para dar a conocer artículos de enfoque separatista que fueron detonantes de la ira oficial. Cumplió entonces ocho meses de encierro hasta que, gracias nuevamente a Labra, con argumentos de que el valiente articulista estaba en los marcos de la legalidad proclamada por la Metrópoli, fue puesto en libertad.

Es conocido que el insigne patriota matancero conspiró desde 1891, y que desde que José Martí fundó el Partido Revolucionario Cubano se convirtió en su hombre de confianza en Cuba.

A un hombre del Directorio, Juan Tranquilino Latapier, correspondió la misión de llevar la orden del alzamiento a la región oriental. Al regreso, se unió a Juan Gualberto Gómez Ferrer en el levantamiento de Ibarra, el 24 de febrero de 1895.

Los hombres de las sociedades de color, entre ellos los de La Unión, de Matanzas, se incorporaron a las filas del Ejército Libertador. De ese modo concluyó la justa, patriótica y revolucionaria tarea del Directorio Central de la Sociedades de la Raza de Color.

Luego del alzamiento de La Ignacia, el 24 de febrero de 1895, Juan Gualberto Gómez soportó un nuevo destierro, en el que mantuvo siempre viva la llama de la rebeldía y ganó tiempo para alcanzar una mayor madurez política.

Al constituirse el gobierno autónomo español en Cuba, el 1 de enero de 1898, fue puesto en libertad y marchó a Nueva York.

Cuando España montó la farsa autonomista, que provocó en algunos el espejismo del poder, pudo regresar a Cuba; pero lo hizo pasando de incógnito a Francia y de allí a Estados Unidos, donde el entonces Delegado del Partido Revolucionario Cubano, Tomás Estrada Palma, le pidió su colaboración para el desarrollo de algunas tareas que levantaran el ánimo de los emigrados cubanos.

Participación en el Ejercito Libertador

Juan G2.JPG

Conspiró durante la preparación de la Guerra Chiquita, por lo que fue detenido el 25 de septiembre de 1879 y confinado a la prisión de Ceuta hasta 1882. Después de fundado el Partido Revolucionario Cubano (10 de abril de 1892), Martí delegó en él para la preparación de la guerra en toda la Isla.

Participó en el fallido alzamiento de Ibarra, Matanzas, el 24 de febrero de 1895. Cinco días después se vio obligado a presentarse a las autoridades de Sabanilla. Fue condenado a 20 años de prisión en los calabozos de Ceuta y Valencia.

Al constituirse el gobierno autónomo español en Cuba, el 1 de enero de 1898, fue puesto en libertad y marchó a Nueva York.

Después de la guerra

Resultó elegido delegado a la Asamblea de Representantes de la Revolución Cubana, la cual inició sus sesiones el 24 de octubre de 1898. Se desempeñó como vocal de ella del 11 de noviembre de 1898 al 30 de junio de 1899.

En diciembre de 1898 acompañó al mayor general Calixto García a Washington, Estados Unidos, como miembro de la comisión enviada para gestionar el reconocimiento a la Asamblea y los fondos necesarios para el licenciamiento del Ejército Libertador.

Aprobó la destitución del mayor general Máximo Gómez como General en Jefe del Ejército Libertador (11 de marzo de1899). El 15 de septiembre de 1900 fue electo delegado, por Oriente, a la Asamblea Constituyente, en la cual combatió a La Enmienda Platt.

Durante la segunda intervención militar norteamericana (1906-1909) fue miembro de la Comisión Consultiva, con el cargo de vocal. Ocupó los escaños de la Cámara de Representantes (1914-1917) y del Senado (1917-1925), por la provincia de La Habana. Fue redactor de varios periódicos y destacado orador. Realizó una gran campaña en defensa de la raza negra.

Labor periodística en la República

Después de que el 20 de Mayo de 1901 se declarase a Cuba una Republica, desarrollo bajo el seudónimo "G" fue diestro combatiente frente a Tomás Estrada Palma, el primer presidente de la República, y la Enmienda Platt, convertía a Cuba en casi una colonia de los EE. UU. Sus artículos y crónicas en los que evidenció el peculado y las genuflexas posturas de pro anexionistas, trascendieron con la rectitud de quien, aun desde la ancianidad, mantuvo una postura consecuente con el legado martiano.

Periodista y luchador por la integración racial

Primero por necesidad y luego porque fue poco a poco adquiriendo el oficio, empezó su larga carrera como periodista, en un

Juan Gualberto Gómez

comienzo, noticias sueltas y después comenzó a involucrarse directamente en la política. En 1877 la personalidad política de Juan Gualberto estaba sólidamente formada, como periodista, polemista y orador público.

En ese año llega a La Habana junto con José Martí y comienza a trabajar como pasante en el bufete de Nicolás Azcarate comienzan a conspirar juntos en la preparación del nuevo levantamiento que se gestaba en el interior de la Isla y ambos fueron nombrados secretarios de distintos clubes revolucionarios en La Habana.

Juan Gualberto comenzó a dedicarse a uno de los problemas más trascendentales y vulnerables de la nación cubana: la población negra y mulata.

Ya desde entonces había percibido que una de las cuestiones más importantes que tenían que resolver los cubanos para lograr la unidad, era el tema de la integración racial, no bastaba con haber abolido la esclavitud, se debían también abolir determinados prejuicios y formas notoriamente públicas de discriminación racial y establecer  pasos concretos para resolverse si se quería lograr atraer a este importante grupo poblacional a la causa de la independencia.

En abril de 1879 fundó el periódico La Fraternidad, con el cintillo: “Diario general para la defensa de la raza de color en Cuba” y fundó Sociedades de Instrucción y Recreo para pardos y morenos; además hizo campañas y visitas personales.

A través de la Fraternidad hizo denuncias y manifestaciones en contra de los atropellos y discriminaciones que sufrían los negros y mulatos, principalmente los africanos, y se informaban las condiciones de vida, las principales inquietudes y preocupaciones que tenía este sector de la población a lo largo de toda la Isla. Parte esta más encomiable de su labor y la que le ganó más seguidores.

Este periódico se convirtió en un verdadero vocero y defensor de su raza, llegando incluso a hacer públicas las cartas de las personas del pueblo que escribían contando sus infortunios y experiencias.

Juan Gualberto Gómez

Tuvo una actitud contraria a la formación de un partido negro,  posición que mantuvo a lo largo de su vida política. Lo que se convirtió en una postura polémica, duramente criticada y que le resto popularidad entre los miembros de su propia raza, sobre todo en los años que siguieron a 1898, en que luego de la Independencia y el transcurro de los primeros años de instaurada la República, los negros y mulatos vieron defraudadas sus esperanzas de construir un futuro con todos y para el bien de todos y decidieron fundar el Partido Independiente de Color.

Del 23 al 27 de julio de 1892 se celebró en La Habana la Asamblea de sociedades de toda la Isla, un evento en que las diversas sociedades podían establecer comunicaciones entre ellas, limar asperezas y compartir experiencias que la distancia y las limitaciones de la época imponían.

Allí a pesar de las fuertes tensiones existentes entre las corrientes políticas Juan Gualberto Gómez, como presidente del Directorio, solicitó con especial inteligencia el apoyo del Partido Conservador que, por ser el más cercano al gobierno, debía amparar las aspiraciones civilizadoras y patrióticas del Directorio.

La labor en pro de la independencia desplegada por Juan Gualberto Gómez y sus amigos por toda la Isla y en especial en el Occidente, rindieron sus frutos, para fines de 1894 existían fuertes rumores atribuyendo a la clase de color el propósito de llevar a cabo una sublevación de carácter racista en toda la Isla , lo que demuestra que los negros estaban organizados en ese sentido.

En1898, Juan Gualberto por los deberes urgentes que tuvo que afrontar en ese período no pudo encabezar la lucha de los negros y mulatos por sus derechos, priorizó los asuntos relacionados con la independencia nacional pues creía que si estos quedaban resueltos, el camino de la población negra sería más fácil, no obstante al leer su correspondencia se puede apreciar que de manera silenciosa ayudaba a muchas personas de su raza que se encontraban en grandes dificultades o eran injustamente discriminadas. Para 1902, retoma y encabeza el movimiento de los negros y mulatos, junto a sus viejos amigos y muchos otros.

Muerte

Su muerte se produjo a los 78 años el 5 de marzo de 1933, en la ciudad de La Habana.

Fuentes

  • Diccionario Enciclopédico de Historia Militar de Cuba. Primera Parte. Tomo I. Ediciones Verde Olivo.
  • Lauzurica González Dr.C Alfredo. Compilación sobre la vida y obra de Juan Gualberto Gómez, a partir de fondos del Archivo Histórico José Jacinto Milanés, de Matanzas.
  • Martí Pérez, José. Obras Completas, Tomo IV, pp. 418.
  • Periódico El habanero, La Habana, 8 de junio de 2004.

Enlaces externos