Juan Ramírez Orosco

Juan Ramírez
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NombreJuan Ramírez Orozco
Nacimiento1764
Badajoz, España
Fallecimiento1852
Madrid, España
NacionalidadEspañol

Juan Ramírez Orozco (Badajoz, 1764 - † Madrid, 1852),militar español de larga actuación en el ejército realista, durante la guerra de independencia hispanoamericana en el Alto Perú, y que llegó a ser comandante del ejército español en esa región.


Síntesis biográfica

Se desconoce el nombre de sus padres, fecha y lugar de nacimiento, pero parece que llegó al Virreinato del Perú hacia 1784 en uno de los regimientos que fueron enviados después de la revolución del Inca Túpac Amaru. Esos cuerpos se refundieron en parte con el Regimiento Real de Lima o volvieron a España. En 1799 fue nombrado Gobernador Militar de Huarachiri y cuando en 1809 a causa de la revolución de Chuquisaca y La Paz hubo que poner un cuerpo en la frontera, fue enviado con orden de quedar segundo del General José Manuel Goyeneche y Barreda, Presidente Interino de la Audiencia del Cusco, si éste aceptaba el mando. Dicha Orden del Virrey Abascal surtió efectos positivos para las armas realistas pues Goyeneche y Ramírez cruzaron el río Desaguadero el día 13 de Octubre, el 26 subieron a La Paz e impusieron el orden. Después destrozaron en Chacaltaya a los revolucionarios y los fugitivos fueron vencidos por el General Pío De Tristón en Irupana. Entonces Goyeneche siguió a Chuquisaca, en donde entró el 24 de Diciembre. El Proceso contra los revolucionarios terminó con sentencias de muerte y Goyeneche volvió a su sede del Cusco dejando a Ramírez en La Paz. En 1810 volvieron a romperse las hostilidades, esta vez contra las tropas de las Provincias Unidas del Río de La Plata, que al mando del General Juan José Castelli, habían vencido en Suipacha al General Córdova y dispersado en Cotagaita a Nieto y avanzaban a la Paz sin resistencias. Goyeneche y Ramírez se habían retirado al río Desaguadero, tuvieron una Junta de Jefes y como a pesar del armisticio celebrado con los argentinos, éstos habían faltado a él, resolvieron atacarlos el 20 de Junio en los campos de Guaquí, donde Ramírez mandó el ala derecha del ejército vencedor. Castelli emprendió la retirada y Díaz-Vélez huyó a Potosí y después a Cochabamba en donde concentró sus fuerzas, pero hasta allá lo fueron a buscar Goyeneche y Ramírez, se encontraron en Sipesipe el 20 de Agosto y obtuvieron una nueva victoria que permitió a Ramírez ocupar Chuquisaca como presidente Interino de esa Audiencia, mientras Goyeneche atendía en La Paz a Lombera, enviado de Lima con fuerzas auxiliares; del Cusco también llegaron refuerzos al mando del Cacique Mateo Pumacahua y con ellos entró en Cochabamba, que ocupó sin resistencia alguna y de allf despachó a Chuquisaca al Teniente Coronel Campero, que tomó Potosí el 20 de Septiembre. En 1811 se reanudaron las operaciones contra los argentinos. Goyeneche comisionó al General Francisco Picoaga para que dominara a Díaz-Vélez, que se retiró a Humahuaca, y la frontera del Alto Perú hasta Tarija quedó libre de enemigos. Goyeneche dejó a Tristón al cuidado de ella y repasó a Chuquisaca, Cochabamba y Potosí. Tristán se adelantó a Tucumán sin permiso de su Jefe y combatió a la vista de la ciudad contra los argentinos, pero la acción quedó indecisas pudo retirarse sin ser hostigado, hasta Salta, donde recibió algunos refuerzos, pero no obstante el enemigo lo buscó y le infligió una severa derrota. Este descalabro hizo que Goyeneche evacuara Potosí contra el dictamen de sus Jefes que no veían mayor peligro, y cuando el Virrey Abascal se enteró del asunto, reprobó su conducta y Goyeneche renunció al mando, retirándose a Lima y de allí a España, con el título de Conde de Guaquíen premio a esa victoria. Ramírez le sustituyó en Mayo de 1813, aunque por pocos meses, porque otra vez fue superado en el mando por el General Joaquín de la Pezuela, enviado por el Virrey con poderes extraordinarios. Unidos los realistas y bajo el mando de La Pezuefa y Ramírez, derrotaron a los argentinos en Vilcapugio y Ayohuma y avanzaron a Jujuy, pero tuvieron que volverse al conocer la revuelta producida en el Cusco. Ramírez entonces tuvo que pacificar La Paz y bajar a Arequipa que estaba ocupada por el rebelde Cacique Pumacahua, a quien persiguió, en Umachiri derrotó, aprisionándolo el 1o. de Marzo de 1815 en Maranganí y haciéndole fusilar el 17 de Marzo en Sicuani, no obstante su condición de Cacique de Chincheros y Brigadier de los reales ejércitos. Pacificado el Cusco con la muerte de ese caudillo, Ramírez volvió al Alto Perú donde le esperaba Pezuela para atacar al argentino Rondeau a quien vencieron en Vilumá.

La guerra en el Alto Perú

Llegó al Perú muy joven, en 1784, se afincó en el país y entró a servir en la milicia colonial. Entre 1799 y 1809 fue gobernador de la provincia de Huarochiri, cercana a Lima, ese mismo año marchó al Alto Perú con el ejército del mariscal Vicente Nieto para reprimir la Revolución de Chuquisaca iniciando de esta manera su servicio en el ejército activo. A las órdenes del general José Manuel de Goyeneche, participó de la campaña militar que sofocó la revolución de La Paz. Fue ascendido a general y ocupó el cargo de comandante militar de La Paz. Poco después fue nombrado comandante de Tupiza, y luego prestó servicios sobre el río Desaguadero. Evacuó la ciudad de Oruro después de la derrota realista en la batalla de Aroma, y combatió en la batalla de Huaqui como jefe de la división derecha. También mandó la vanguardia en la batalla de Amiraya, gracias a la cual fue tomada la ciudad de Cochabamba. Fue nombrado gobernador interino de Chuquisaca, cargo que incluía la presidencia de la Real Audiencia. Después de la derrota de Salta, evacuó Chuquisaca por orden del nuevo comandante, general Joaquín de la Pezuela, y pasó a ser su jefe de estado mayor, virtualmente segundo jefe. Combatió en Vilcapugio y Ayohuma, victorias clave, y acompañó a Pezuela en la campaña a Salta. Constantemente hostigados por los gauchos de Luis Burela, Apolinario Saravia y Martín Miguel de Güemes, tuvieron que regresar al Alto Perú.

Presidente de Ecuador

Poco después Pezuela pasó a Lima a suceder en el Virreinato a Abascal y dejó a Ramírez de Presidente de la Audiencia del Cusco, pero por poco tiempo, porque casi enseguida nombraron para dichas funciones al General José de La Serna. Entonces Ramírez partió a Lima y fue nombrado Presidente de la Audiencia de Quito y tomó posesión de su cargo el 26 de Julio de 1817, en sustitución del benévolo Toribio Montes. Ramírez llegó a Quito con el título de Teniente General era un español, severo y desconfiado -dice Pedro Fermín Cebados— de fisonomía agresiva aunque bastante hermosa. "Tuvo la mala suerte de hacerse aborrecer desde los primeros días con la publicación de su programa gubernativo, en el cual prometió castigar con rigor, sin remedio y en el acto, cualquiera tentativa que tendiese a perturbar el orden del gobierno, pues se había atribuido a la conducta suave y atinada de su antecesor la tranquilidad de estas provincias, y venía ahora con indiscretas amenazas a lastimar el orgullo patrio, en circunstancias en que los ánimos agitados con lo que se hacía por los pueblos septentrionales, solo necesitaba motivos, ya que no pretextos, para seguir sus huellas. El constantemente arrugado ceño de Ramírez, demostró de claro en claro a los patriotas, que era hombre de llevar a ejecución sus amenazas, aunque no hubiera tentativas, y como brote mas que natural del pecho humano, se vieron, se hablaron y concertaron, para sacudirse de las tiranías del nuevo Presidente". Durante su breve período de gobierno que terminó el 14 de Abril de 1819, hizo abortar la conjuración de los próceres Antonio Ante y Eusebio Borrero, intentando el asesinato del primero, al que mantuvo casi moribundo en prisión y deportó luego a Ceuta en el África. Dicha conjuración tenía raíces en los pueblos aledaños a Quito e iba a estallar el día Jueves Santo de Febrero de 1818, pero la indiscreción de parte de uno de los comprometidos motivó el celo de las autoridades, que a la postre lo descubrieron todo, incoando un proceso contra Francisco Ceballos de Latacunga y Vicente Flor de Ambato, que pasaron confinados a la provincia de Guayaquil. El 4 de Junio hizo entrar los sellos reales con solemne aparato y procesión por las calles de Quito, que concluyó con un general convite en casa de Manuel Larrea y Jijón, Marqués de San José. Por ese tiempo salieron desterrados de la Audiencia Juan Pío Montúfar, Marqués de Selva Alegre, Manuel Matéu y Guillermo Valdivieso, hacia Cádiz y con partida de registro, por sus intervenciones en la revolución del 10 de Agosto de 1809, ocurrida nueve años antes; a tales extremos llegaba la desconfianza y sombría política de Ramírez. Para el Ecuador la memoria del Teniente General Juan Ramírez es odiosa porque llegó al crimen, haciendo disfrazar de campesino a uno de sus soldados para que asesinara a mansalvas a don Antonio Ante, acción inicua en tan alta autoridad y en Perú igualmente se le detesta por el ilegal fusilamiento del Cacique Mateo Pumacagua, héroe de la independencia de esa nación.

Retorno a España

A comienzos de 1822 la división que mandaba fue incorporada en su mayor parte al ejército del general Canterac, acantonado en Jauja, por lo que considerando ya innecesarios sus servicios el aún general en jefe del ejército del Alto Perú solicitó desde Arequipa al virrey La Serna que este lo relevara del cargo, permitiéndole además trasladarse a la península en compañía de su hijo el capitán Juan Macario Ramirez, para atender su quebrantada salud. Tras agradecer los valiosos servicios prestados a la causa del rey el virrey atendió a su pedido y el general Juan Ramírez, por aquel entonces con 58 años de edad y 38 de servicio en el Perú, se trasladó a España donde falleció en Madrid en 1852. Algunos autores sostienen que el general Ramírez se había retirado del ejército real disgustado por no haber sido consultado sobre la deposición del virrey Pezuela y especialmente por preferir los jefes realistas a un general menos antiguo que él como La Serna para virrey del Perú.


Fuentes