Judío saduceo

Saduceos
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Nombre original:Grupo de los Saduceos
Categoría:profesa el saduceísmo, una doctrina judía
Origen:secta aristocrática sacerdotal judía del siglo I a. n. e. al II n. e.
Lugar:Jerusalén


Los saduceos eran un grupo de religiosos judíos con tendencias políticas. No creían en la resurrección de los muertos. Se apegaban solo al Pentateuco y no a la tradición oral judía.

El historiador Flavio Josefo analizó la sociedad judía en tres grandes escuelas culturales: los fariseos, los saduceos y los esenios.

Etimología de la palabra

El término «saduceo» tiene su origen en el hebreo y proviene de צדוקים (ṣĕdūqī) proveniente de Sādōq, que es el nombre del sacerdote que inventó esa doctrina.

De allí lo toma el latín, que lo transforma en «sadducaeus»

La doctrina de los saduceos se nombra «saduceísmo».

Sinónimo de saduceo es «sadoquita» y «zadokita».

Historia, cultura, arte y religión

Se considera que los saduceos aparecieron en Judea hacia el siglo II a. n. e. y desaparecieron hacia el año 70 n. e., con la destrucción de Jerusalén por parte del Imperio romano.

Ya en la época de Jesucristo, los saduceos habían perdido parte de su poder debido a que los romanos les habían quitado el poder religioso y su influencia: ahora los romanos elegían al «sumo sacerdote».

Era una secta aristocrática sacerdotal judía y que pertenecían a la clase alta de la sociedad y por esa razón todos los conquistadores buscaron su apoyo para someter al pueblo.

Eran colaboracionistas en lo político ya que se sometían al poder extranjero, además de adoptar su cultura y su moda, por eso eran muy odiados por el conjunto de la sociedad. Presentaban una actitud sumisa con los conquistadores, lo que se les permitía acceder a importantes cargos públicos.

Estos religiosos eran muy ricos y ocupaban la mayoría de los 70 lugares del concilio denominado Sanedrín. Pero aun siendo más, en muchas ocasiones debieron ponerse de acuerdo con la minoría farisea, debido a que esta era más popular entre la gente. Si bien se ocupaban más de la política que de la religión, tenían en cuanto a esta, creencias doctrinariamente mucho más conservadoras que los fariseos. Para ellos la única palabra del dios Yahvé que se debía seguir era la escrita, la que se hallaba en la Biblia. Contrariamente a los fariseos, que le daban la misma autoridad a la ley escrita que a la oral.

Entre sus creencias doctrinales están:

  • Negación de la intervención de Dios en la vida diaria de una persona.
  • Negación de cualquier vida luego de la muerte.
  • Su doctrina sostiene que el alma fenece en el momento de la muerte, por eso no creían en ningún castigo o recompensa después de la vida en la tierra.
  • Negación de la resurrección de los muertos.
  • Negación de todo mundo espiritual como pueden ser los ángeles y también los demonios.

En los evangelios se critica su doctrina:

Yo soy el dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, ¡y él no es dios de muertos, sino de vivos!
Jesucristo, dios cristiano, en el Evangelio de Mateo 2:23-33

Cristo interpreta «dios viviente» en el sentido de que el dios Yahvé no puede ser un dios de muertos y, por tanto, si es el dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, estos deben de estar todavía vivos.[1]

Según los autores de los Evangelios, los saduceos solo se ocuparon de Jesucristo cuando temieron que él hiciera que Roma fijara su atención en Israel, lo que ellos no querían. Fue así que ―según afirman los autores de los Evangelios― se aliaron a los fariseos para terminar con lo que para ellos era la «amenaza cristiana». Jesucristo en más de una ocasión los reprendió severamente.

Fuentes

  • Consúltese:
    • Evangelio de Mateo, 3.7; 16.1; 22.23-33; 16.12;
    • Evangelio de Lucas, 20.27;
    • Evangelio de Marcos, 12.18;
    • Hechos, 4.1-2; 5.17; 23.6-8; 14.13
    • Esdras, 7.6
    • Evangelio de Mateo, 5.20; 7.29; 22.23; 16.1-12; 3.7;
    • Evangelio de Marcos, 1.22; 12.38; 9.14; 2.16; 8.19; 13.52; 23.2; 23.13;
    • Evangelio de Lucas, 11.44; 20.46; 6.7; 22.2;
    • Primera carta de Pablo a los corintios, 1.20;
    • Evangelio de Lucas, 11.42;
    • Hechos de los apóstoles, 15.5; 23.6; 26.5.
  • Sociedades Bíblicas Unidas (1987): La santa Biblia. México: Editorial del Centro Regional para las Américas.
  • Sociedades Bíblicas Unidas (1987): La Biblia de estudio “Dios habla hoy” con deuterocanónicos, reedición de la antigua versión de Casiodoro de Reina (siglo XVI), Miami: Editorial Brasil. p.490 y 491.
  • Documentos en soporte digital de la Biblioteca Municipal Armando Leyva: