Julio Trigo

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Plantilla:Personaje histórico

Julio Trigo López (19251953) fue un joven de tempranas inquietudes revolucionarias, fundador del Partido Ortodoxo en Calabazar, de noble y solidaria actuación personal en la vida, cualidades ambas que estaban determinadas por su lucidez política y por su elevado valor humano.Fue asaltante al Cuartel Moncada.

Inicios

Julio Trigo López nació el 27 de mayo de 1925 en la Clínica La Balear de San Miguel del Padrón, Ciudad de la Habana. Su origen fue muy humilde. Sus padres –inmigrantes españoles naturales de Galicia- habían llegado a Cuba por rumbos diferentes, buscando mejores perspectivas. En Cuba se encontraron, se casaron y formaron un modesto hogar en la calle Escobar, en La Habana, que pronto fue completado con el nacimiento de dos hijos varones: Julio, el mayor, y Pedro tres años después. Fue una familia de escasos recursos económicos. El padre trabajó inicialmente como chofer de alquiler y la madre como sirvienta de familias adineradas. En el seno de esa familia a ambos hijos les fueron inculcados, desde el comienzo de sus vidas, el respeto, el amor y la nobleza.


Infancia y juventud

Poco duró la precaria estabilidad alcanzada. Como consecuencia de su segundo parto, la salud de Francisca López Sánchez -la madre, a quien cariñosamente llamaban Panchita- quedó seriamente quebrantada. Los médicos recomendaron el regreso temporal a España con el fin de lograr su restablecimiento; Servando Trigo Rouco logró en 1930, a costa de grandes sacrificios, reunir lo suficiente para enviar a su esposa e hijos un a tiempo a Miñotos, una pequeña aldea del municipio de Vivero, en la provincia gallega de Lugo. Fue este un duro período para la familia de Julio Trigo. Por razones también económicas, la estancia debió prolongarse. En Galicia la madre tuvo que dedicarse a rudas faenas agrícolas. Julio asistió allí por primera vez a la escuela pero debió también, a pesar de su corta edad, compartir algunas de las tareas del campo que garantizaban la subsistencia familiar. En Cuba, por otra parte, el padre estaba señalado políticamente, por haber salvado de un atentado a Salvador Menéndez Villoch, quien luego sería figura política del autenticismo pero que a la razón se encontraba entre los colaboradores del dirigente revolucionario Antonio Guiteras en su lucha contra la tiranía de Gerardo Machado. Todo ello motivó que la permanencia de Panchita y sus hijos tuviera que extenderse a seis años y el regreso no pudiera efectuarse sino hasta fines del año 1936. Ya declarada la guerra civil española lograron regresar a Cuba desde el puerto de La Coruña, debido a gestiones que realizó el padre. Una vez reunidos comenzó un periodo de intensa vinculación de los hijos con su padre; además de fortalecerse las relaciones afectivas, Julio y su hermano Pedro participaron de las inquietudes políticas de aquél. Con el padre tomaron parte en colectas a favor de la república española, a través de la Casa de Cultura Española de La Habana; de él oyeron, desde muy pequeños, calificar de sanguinario a Fulgencio Batista y acusarlo de haber sido el asesino de Guiteras. De él aprendieron, el amor por la justicia y la necesidad de combatir las tiranías. La familia residía por aquel entonces en la finca El Molino, en Calabazar, La Habana, donde ambos hermanos asistieron a la escuela pública. Julio se destacó como estudiante. La familia residía por aquel entonces en la finca El Molino, en Calabazar, La Habana, donde ambos hermanos asistieron a la escuela pública. Julio se destacó como estudiante. En 1938, a menos de dos años del regreso de España, el padre perdió la vida cuando intentaba salvar la de un compañero de trabajo. A partir de entonces, la madre luchó sola por la supervivencia y educación de sus hijos. Pidió ayuda a Menéndez Villoch, quien consiguió una beca para Pedro. Panchita, sin embargo, consideró que debía ser Julio quien la ocupara, tanto por ser el mayor y el que debía encabezar en su momento la familia, como por impedir sus frecuentes y peligrosas excursiones de pesca al río Almendares en las inmediaciones de Calabazar. Así, en la Escuela Nacional Masónica, en la llamada Casa de los Niños, sita en la antigua Calzada de Bejucal. Julio terminó la enseñanza media hasta octavo grado.Desafortunadamente no pudo estudiar bachillerato como quería para después cursar la carrera de Farmacia, pues tuvo que empezar a trabajar pronto para hacerle frente a las necesidades del hogar. Inicialmente a Julio se le propició trabajo como mensajero en la farmacia de Calabazar, pero poco después ya era dependiente. Las funciones inherentes a esa plaza en aquellos tiempos, incluía preparar fórmulas y poner inyecciones. Aproximadamente dos años más tarde pudo colocarse en la fábrica TEDECA –Telares de Calabazar. Allí trabajaba cuando a Julio Trigo se le presentó por primera vez a los 17 años, una hemotisis que provocó su ingreso en el antiguo sanatorio La Esperanza, centro hospitalario que hoy lleva su nombre. Se le inició tratamiento antituberculoso pero después fue detectado que una afección bronquial congénita era la que le producía la hemoptisis. Era operable, pero al planteársele que corría un alto riesgo de perder la voz, Julio desistió de la operación. Durante el tiempo que permaneció en el antiguo sanatorio, donde los pacientes carecían de recursos elementales –alimentación adecuada y medicinas-, Julio pudo identificarse con las necesidades de los enfermos, muy pobres en su casi absoluta mayoría, y tomó decisiones que afectarían el curso ulterior de su vida. Cuando fue dado de alta, utilizó relaciones que conservaba desde su época en la farmacia de Calabazar y consiguió a precios de costo en algunos laboratorios, medicinas que el Estado debía hacer llegar pero no suministraba a los pacientes. Obtuvo la autorización para venderlas dentro del propio sanatorio. Así se convirtió en el constante y generoso suministrador, a precios extremadamente bajos de los medicamentos que carecían los ingresados. En muchas oportunidades las hizo llegar gratuitamente a los carentes de recursos. Fue durante esta etapa de visitas al sanatorio que conoció a una joven, Clara Rosa Herrera, ingresada allí, con quien inició un noviazgo que la muerte de Julio dejaría trunco.

Trayectoria revolucionaria

Simultáneamente con la labor humanitaria, canalizaba sus inquietudes políticas crecientes, apoyando las campañas de carácter popular en contra de la corrupción administrativa y a favor de un saneamiento sustancial del país, que en aquellos años desarrollaba Eduardo Chibás al frente del Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxo). Con Chibás llegaría Julio Trigo a tener una amistad personal, militando en este partido conoció a Fidel. La actividad política que desplegó lo llevó a fundar, junto a René Bedia –combatiente del Moncada- y Rolando García, la delegación del partido ortodoxo en Calabazar, a la cual pronto se incorporó su hermano, Pedro Trigo. El grupo comenzó a editar en la localidad el periódico La voz de la Ortodoxia, en el cual colaboró. Al producirse el cuartelazo del 10 de marzo, en Calabazar se constituyó la célula insurreccional del movimiento que dirigía Fidel Castro y de la que era responsable su hermano. Julio asumió funciones de responsabilidad y, plenamente identificado con el grupo, llevó a cabo importantes tareas. Las relaciones entre los miembros de la célula y Fidel se estrechaban cada vez más según se acercaba la fecha señalada para la acción armada.

Entre las  actividades fundamentales, acudieron a las prácticas de tiro y los ejercicios militares que se relacionaron en la finca Porta.

Días antes del 26 de julio, fecha escogida por Fidel para llevar a cabo la acción armada revolucionaria contra la tiranía de Batista, la célula de Calabazar se dividió en dos grupos: Pedro Trigo, que era responsable de la célula, dirigía uno y Oscar Quintela el otro. Con Quintela salieron de Calabazar, Julio Trigo, René Bedia y Pedro Gutiérrez, rumbo a la provincia de Oriente. “Sin que tuviéramos dificultades en la travesía –narra este último- llegamos el día 25 a las seis de la tarde a El Cobre. Allí hicimos una parad. En Santiago, ya Abel Santamaría nos esperaba en la casa de la calle Celda No. 8. a pocote llegar, julio Trigo se siente mal y en vano trata de ocultar la sangre que brota de sus pulmones a consecuencia de una hemoptisis. Se le aplica tratamiento médico, pero no reacciona…”Consultado por René Bedia, Abel dispone que regrese enseguida para La Habana, guardando la mayor discreción, porque en esas condiciones físicas no puede participar en la acción. Cuando el grupo que dirigía Abel ocupó el hospital Saturnino Lora, en él encontraron a Julio Trigo, quien evidentemente al no mejorar no se sintió con fuerzas para hacer el largo viaje a La Habana. Melba Hernández ha relatado: “Allí en el hospital, vimos un joven vestido con una guayabera muy limpia, que había ido a atenderse. Nos miró a nosotros con desprecio profundo por el uniforme que traíamos. Era Julio Trigo que había venido para participar en el ataque, pero se le separó del grupo porque la noche antes tuvo una hemoptisis, había ido a curarse al hospital. Cuando le explicamos quienes éramos quiso enseguida combatir junto a nosotros. No teníamos armas para él. En ese momento uno de los cristales de la ventana saltó hecha añicos por los disparos e hirió en la cara Julio Reyes. Mientras lo atendíamos, Julio Reyes estuvo dispuesto para reanular la pelea, costó trabajo que Trigo le devolviera la escopeta. Luego se apoderó de una Thompson, de un cabo de la policía y siguió peleando con ella.” “Cuando Abel dio la orden de que cesara el fuego porque ya se había acabado el parque, Trigo quería continuar peleando porque a él le quedaban todavía balas en la Thompson. “Cuando Abel dio la orden de que cesara el fuego porque ya se había acabado el parque, Trigo quería continuar peleando porque a él le quedaban todavía balas en la Thompson. Hubo que darle una orden para que dejara la ametralladora y se pusiera de nuevo su traje de civil. ”

Muerte

Al quedar cercados por los soldados del ejército y sin parque suficiente para continuar el combate,fueron apresados y trasladados por la posta 4 hacia el Moncada donde minutos más tarde sería torturado hasta la muerte.Al morir contaba con 28 años de edad.

Fuente

  • Multimedia “Proyecto Identidad”, Tomo 3. PCC 2003


  • Archivos biográficos de Martires del Moncada, Museo 26 de Julio