Justos de las Naciones

Justos de las Naciones
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“aquel que salva una sola vida, salva un universo entero” (Sanhedrín, 37, 71).
Otorgada por Yad Vashem
Otorgada porTítulo oficial otorgado por Yad Vashem en nombre del Estado de Israel y del pueblo judío a no judíos que arriesgaron sus vidas para salvar a judíos durante el Holocausto. El título es otorgado por una comisión especial encabezada por un juez de la Corte Suprema de Justicia de acuerdo con un conjunto de criterios y regulaciones bien definidos.
PaísIsrael
Estadísticas
Fecha de instituida1953

Justo de las Naciones. Condecoración creada con el objeto de rendir el máximo honor a aquellas personas que, sin ser de confesión o ascendencia judía, prestaron ayuda de manera altruista y singular a las víctimas, por su condición de judíos, de la persecución emprendida por el régimen nacionalsocialista del Tercer Reich alemán y otros afines en Europa con anterioridad y durante la Segunda Guerra Mundial.

Sobre los Justos de las Naciones

En un mundo de debacle moral generalizada, hubo una pequeña minoría que supo desplegar un extraordinario coraje para mantener los valores humanos en pie. Ellos fueron los Justos de las Naciones, que remaron contra la corriente general de indiferencia y hostilidad que prevaleció durante el Holocausto. Contrariamente a la tendencia generalizada, estos salvadores veían a los judíos como seres humanos comunes y corrientes, incluidos dentro de su universo de obligaciones.

La mayoría de los salvadores comenzaron como observadores pasivos. En muchos casos el cambio ocurría cuando eran confrontados con la deportación o la matanza de judíos. Algunos habían permanecido indiferentes en las etapas tempranas de la persecución, cuando los derechos de los judíos eran restringidos y sus propiedades confiscadas, pero llegó un punto en el que decidieron actuar, una barrera que no estaban dispuestos a cruzar. A diferencia de otros, ya no pudieron consentir con las crecientes medidas que afectaban a los judíos.

Significado del término "Justo de las Naciones"

El término "Justo de las Naciones" (Jasidei Umot HaOlam) fue tomado de la tradición judía, de la literatura de los sabios. Existen varias explicaciones del término, tales como: no judíos que acudieron en ayuda del pueblo judío en tiempos de peligro; en otros casos es utilizado para describir a no judíos que observaban siete preceptos básicos establecidos en la Biblia, incluyendo la prohibición de la violencia. Los legisladores tomaron el término existente y le otorgaron un nuevo significado. La Ley de Yad Vashem fue más lejos, definiendo a los Justos de las Naciones no sólo como aquellos que salvaron judíos sino que arriesgaron sus vidas al hacerlo. Ello se ha convertido en un criterio básico para la entrega del título.

Criterios básicos para ser merecedor del título de Justo de las naciones

Las condiciones básicas para el otorgamiento del título son:

  • El involucramiento de la persona en la salvación de uno o varios judíos de la amenaza de muerte o deportación a los campos de la muerte.
  • Riesgo para la vida, la libertad o la posición del salvador.
  • La motivación inicial de su acción debe ser la pura intención de ayudar a judíos perseguidos. Por ejemplo, el no ser a cambio de pago alguno o cualquier otra recompensa tal como la conversión de la persona salvada, la adopción de un niño, etc.
  • La existencia de testimonio de aquellos que fueron ayudados o, al menos, alguna documentación inequívoca que pruebe la naturaleza del rescate y sus circunstancias.


Principales formas de ayuda ofrecida por los Justos de las Naciones

  • Ocultamiento de judíos en los hogares de los rescatadores o en sus propiedades

En las áreas rurales de Europa Oriental eran cavados guaridas o “bunkers“, como se los llamaba, debajo de casas, tambos o establos, donde los judíos pudieran ocultarse. Además de la amenaza de muerte que pendía sobre las cabezas de los judíos, las condiciones físicas en lugares tan oscuros, fríos, faltos de aire y hacinados durante largos períodos de tiempo eran difíciles de soportar. Los salvadores, también ellos aterrorizados, tomaban a su cargo las tareas de proveerles alimentos –una hazaña nada fácil para familias pobres en tiempos de guerra- retirar los excrementos y atender todas sus necesidades. Los judíos eran ocultos también en áticos, escondites en los bosques y en cualquier lugar que les pudiera ofrecer refugio, tales como cementerios, cloacas, jaulas de animales en zoológicos, etc. A veces, los judíos ocultos eran presentados como no judíos, como parientes o niños adoptados. También se ocultaban en apartamentos en ciudades, y los niños eran ubicados en conventos, donde las monjas ocultaban su verdadera identidad. En Europa Occidental, los judíos eran ocultos mayormente en hogares, granjas o conventos.


  • Falsificación de documentos e identidades

Con el fin de asumir la identidad de no judíos, quienes huían necesitaban documentos falsos y asistencia para establecer una existencia bajo una nueva identidad. Los salvadores en este caso eran falsificadores, o funcionarios que emitían documentos falsificados, clérigos que fraguaban certificados de bautismo, y algunos diplomáticos extranjeros que emitían visados o pasaportes, contrariando las instrucciones y la política de sus países. A fines de 1944, diplomáticos en Budapest emitieron salvoconductos e izaron sus banderas en edificios enteros, de modo de poner a los judíos bajo la inmunidad diplomática de sus países. Algunos salvadores alemanes, como Oskar Schindler, utilizaron falsos pretextos para protejer a sus trabajadores de la deportación, argumentando que los judíos en cuestión eran requeridos por el ejército para el esfuerzo de guerra.


  • Traslado clandestino y asistencia para la fuga

Algunos salvadores ayudaron a los judíos a salir de una zona de especial peligro hacia un lugar menos riesgoso. Sacaban a los judíos de guetos y prisiones, los ayudaban a cruzar fronteras hacia países no ocupados o a áreas donde la persecución era menos intensa, por ejemplo a la Suiza neutral, a zonas controladas por los italianos desde las cuales no se producían deportaciones, o a Hungría antes de la ocupación alemana en marzo de 1944.


  • El rescate de niños

Los padres enfrentaban desgarrantes dilemas a la hora de separarse de sus hijos y entregarlos a manos ajenas, en la esperanza de aumentar sus posibilidades de supervivencia. A veces, los niños abandonados luego que sus padres fueran asesinados, eran amparados por familias o conventos. En muchos casos eran individuos particulares los que decidían amparar a un niño; en otros, y en algunos países, en especial en Polonia, Bélgica, Holanda y Francia, existían organizaciones clandestinas dedicadas a hallar hogares para los niños, proveían fondos, alimentos y atención médica, y se aseguraban de que fueran bien atendidos.


En honor a los Justos

Las personas reconocidas como “Justos de las Naciones” reciben una medalla especialmente acuñada con su nombre, un diploma de honor y el privilegio de tener sus nombres grabado en el Muro de Honor en el Jardín de los Justos de las Naciones en Yad Vashem.

Los honores son presentados a los salvadores o a su familiar más próximo en Israel o en sus países de residencia por medio de los buenos oficios de los representantes diplomáticos de Israel. Habitualmente participan en las ceremonias representantes gubernamentales locales y reciben una amplia atención mediática.

La Ley de Yad Vashem autoriza a la institución “conceder ciudadanía honoraria del Estado de Israel a los Justos de las Naciones, y ciudadanía conmemorativa si éstos han fallecido, en reconocimiento a sus acciones”. Desde 2002 se viene publicando una Enciclopedia de los Justos que enumera los casos de salvación reconocidos por Yad Vashem.

La medalla de los Justos lleva una inscripción con la máxima judía que dice: “aquel que salva una sola vida, salva un universo entero” (Sanhedrín, 37, 71)

Fuentes