La Guerra necesaria en Unión de Reyes

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La guerra necesaria
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Alzamiento 24 febrero.png
en la Finca la Ignacia de Ibarra
Fecha:1895-1898
Lugar:Unión de Reyes, Matanzas, Bandera de Cuba Cuba
Ejecutores o responsables del hecho:
Juan Gualberto Gómez y Antonio López Coloma

La Guerra Necesaria en la Región Unionense (1895-1898). Para lograr la definitiva independencia de Cuba, José Martí desde la emigración y como máximo representante del Partido Revolucionario Cubano, había organizado la insurrección en Oriente, al igual que en el resto del país. Para alcanzar sus objetivos independentistas, Martí se apoyó en las figuras más cimeras de la gesta anterior, y logró vertebrar un movimiento que respondió a sus órdenes sin vacilaciones. El estallido independentista ocurrió el 24 de febrero de 1895.

Los intensos ajetreos conspirativos que se desarrollaron en campos y poblados de la región tuvieron su colofón en el alzamiento del 24 de febrero en “La Ignacia”, con el que se inicia esta nueva etapa de lucha por la independencia para el estudio de dicha contienda hemos decido retomar la periodización elaborada por Faustino Gómez Brunet en la Monografía Provincial que consta de 5 períodos y readaptarla en el territorio, al fundir en esta el segundo y tercer período pues el paso de la Invasión por la Región unionense comprende solo un día. Por esa razón decidimos asumir la siguiente periodización:

  • Primer Período: Desde el 24 de febrero de 1895 hasta el 30 de diciembre de 1895. Comprende los sucesos relacionados con el estallido revolucionario, y su repercusión en la zona, los alzamientos posteriores y los preparativos relacionados con el paso de la Invasión por el territorio.
  • Segundo Período: Desde el 31 de diciembre de 1895. Día en que penetra en el territorio las huestes invasoras, hasta el 1ero. de enero de 1897. La intensidad de las acciones combativas, la repercusión de la Campaña de Occidente, protagonizada por Maceo y Gómez, la organización de las huestes libertadoras, los efectos de la tea incendiaria y la Reconcentración ordenada por Weyler son de los hechos más significativos, en que merecen destacarse las acciones bélicas más importantes como las batallas de Jicarita y el Purgatorio.
  • Tercer Período: Desde el 1ro. de enero hasta el 31 de diciembre de 1897. Los españoles aprovechan en el primer semestre las dificultades organizativas en el campo cubano, el valor y la pericia del General Pedro Betancourt y su “Guerra de Guerrillas” es un factor favorable a la Revolución. La devastación económica y la Reconcentración cobran sus víctimas.
  • Cuarto Período y último: Todo el año 1898. El desastre económico de la zona es absoluto, se avizora el fin de la contienda, que llega con la agudeza y las divergencias entre españoles y cubanos. La precaria situación de las más populares atemoriza a las autoridades españolas

El Alzamiento del 24 de febrero de 1895

La concepción martiana de la guerra, como un acto de inteligencia y voluntad, tenía como uno de sus más importantes aspectos la necesaria coordinación entre todos los grupos comprometidos para responder a una sola orden de alzamiento, que evitara el peligro de intentos aislados y carentes de una visión nacional que hiciera abortar lo que con tanto tesón y cuidado se había preparado durante varios años.

Es de particular importancia al evaluar los sucesos que ocurrieron el 24 de febrero de 1895 en Ibarra tener en cuenta las advertencias contenidas en los aspectos primero y segundo de la Orden de Alzamiento recibida por Juan Gualberto Gómez:

  • ...Primero: Se autoriza el alzamiento con la mayor simultaneidad posible de las regiones comprendidas...
  • Segundo: Se considera peligroso, y de ningún modo recomendable, todo Alzamiento en Occidente, que no lo efectúen a la vez que los de Oriente y con los mayores posibles en Camagüey y Las Villas...

Pedro Betancourt y Juan Tranquilino Latapier trasmitieron la orden a Las Villas y a los jefes orientales, a su regreso a La Habana, la Junta fijó la fecha del 24 de febrero.

El 24 de febrero en la región matancera acudieron a la orden el grupo encabezado por Juan Gualberto Gómez y Antonio López Coloma, quienes se levantaban en armas en la Finca “La Ignacia”, de Ibarra, este grupo contaba con 16 hombres; el encabezado por el médico Martín Marrero de Jagüey Grande, en la finca “La Sirena”, con 36 hombres. En Ceiba Mocha es asesinado Manuel García, cuando se disponía a unirse al Alzamiento de Ibarra con un grupo de hombres; también Antonio Curbelo, al tratar de unirse al Alzamiento protagonizado por Martín Marrero. De 500 hombres previstos en Matanzas, solo alrededor de 50 alcanzaron levantarse en armas.

Otros sucesos demuestran que la ejecución del Plan no fue la prevista y que también la inteligencia española debió jugar un papel en los nefastos resultados: El Jefe militar de la sublevación, General Julio Sanguily, era detenido en su casa. El responsable del Alzamiento en Matanzas, Pedro Betancourt, no había efectuado el movimiento esperado por Juan Gualberto Gómez y también era apresado y posteriormente deportado a España.

Las autoridades locales de Alfonso XII, Bermejas y Sabanilla del Encomendador se encontraban a la expectativa, mucho más desde los sucesos del XIX de enero en el que se había encontrado un depósito de armas en el Ingenio “Segundo”, lo que determinó la salida clandestina del país, por el Puerto de Matanzas, de Rafael Acosta, Jefe de grupo con amplias conexiones en la región.

La participación de este grupo en los sucesos del 24 de Febrero son explicados por el propio Dr. Pedro Betancourt, quien era entonces Jefe de la Junta Revolucionaria de Matanzas, relata:

...el Señor Acosta se embarcó por los E.U. después de haber encargado en mi presencia al Sr. Pedro Calzadilla de los grupos que él, Acosta, había organizado. El Sr. Pedro Calzadilla regresó a dicho lugar la noche del 23 de febrero con la alarmante noticia de que varios grupos que él debía llevar al pronunciamiento se negaban en pleno a secundar la orden, obedeciendo al retraimiento de dichos grupos a las versiones que le llegaban de la Ciudad de La Habana. Me hizo saber este consecuente patriota, que en vista del fracaso del movimiento de Los Palos venía a ponerse a mis órdenes incondicionalmente.

... Entre los jefes de grupos... a quienes di la consigna de levantamiento entre el 18 y el 23 de febrero, ya personalmente, ya por intermediario de entera confianza, se cuentan...” _ se citan localidades y jefes, entre ellos – “en Unión de Reyes Miguel Echenique, en Santa Ana Quirino Rodríguez, encargado del Central “Los Ángeles”,..., en Sabanilla, Pedro Díaz...”. ... Ya cuando se encontraba en camino de Ibarra, acompañado de Pedro Acevedo, se nos unió un grupo de cinco individuos conducidos por Calzadilla.

Betancourt relata entonces su deambular infructuoso durante el 24 de febrero en busca de los otros grupos comprometidos con el Alzamiento:

... La noche llegó sin que nadie llegara a nosotros y con el aislamiento, el descontento y el desaliento del pequeño y heterogéneo grupo, improvisado por aquel digno Calzadilla. Allá a las 11 de la noche, fue imposible contenerlos, y arrojando al azar las armas que portaban, decidieron volver a Matanzas. El jefe de ellos, el cívico Calzadilla, estuvo con nosotros hasta las dos de la madrugada del 25.

El jefe revolucionario explica, como desinformado, sin la ayuda de personas que debían haber respondido a su deber patriótico en las zonas aledañas a Ibarra, y presionado por las noticias que subrayaban el fracaso del movimiento, capituló.

Situación similar se dio con el patriota Juan Gualberto Gómez y su compañero Antonio López Coloma, cuyos vínculos con el territorio, que los viera nacer, son explícitamente reconocidos. Estas figuras que ocuparon lugares en las jefaturas del movimiento cumplieron ejemplar y firmemente sus compromisos con la revolución, actitud contrastante con la vacilación e inseguridad de otros complotados.

Alzamiento más importante de occidente

El hecho que el Alzamiento más importante de Occidente, se efectuara en la Finca “La Ignacia” en Ibarra es de gran interés para La Historia Local, si tenemos en cuenta la condición de vecinos que existen entre estos territorios y el papel que le tocó jugar en estos acontecimientos a lugares y personalidades de la comarca.

El relato de Juan Gualberto Gómez nos da pormenores de este hecho, protagonizado por 16 valientes el 24 de febrero de 1895. El grupo estaba compuesto por los jóvenes habaneros: Luis Loret de Mola, Juan Tranquilino Latapier, Gerardo Núñez, Ernesto Casacís, Antonio Rivero Beltrán, Federico Núñez, Francisco Regueira, Manuel Miranda, Eugenio Villar, Paulino Lara, a ellos se les unieron en “La Ignacia”: Alfonso Ibarra y Gregorio Ibarra, y después del Alzamiento, Manuel Miranda y Paulino Times, lidereados por Juan G. Gómez, también como Jefe militar Antonio López Coloma. Ellos se proponían, una vez efectuado el pronunciamiento dirigirse, realizando las cooperaciones que pudieran, hacia Corral Falso (Pedro Estanislao Betancourt) a donde debían llegar el 28.

El Plan de Alzamiento no se cumplió y de los 400 hombres que se preveían solo unos pocos tuvieron que enfrentar al enemigo muy superior sin tener apenas caballos, y cargados con el parque que habían acumulado para los que no se presentaron.

Así es que buscan protección en el cueval de Santa Elena, donde se permanecieron hasta el 28 de febrero, cuando se produce la escapada de un caballo que al ser reconocido por un vecino da parte a las autoridades; localizados por los españoles fueron rodeados en la tarde de ese día por un Escuadrón del Regimiento de Caballería de Pizarro, un piquete de la Guardia Civil, y dos compañías de Infantería. Sin tiempo para organizar la retirada y perseguido, cayó en manos españolas, un grupo, entre ellos: Antonio López Coloma, quien lesionado en una pierna había decidido quedarse para no dejar atrás a su prometida, después esposa, Amparo Orbe que el día anterior había llegado al campamento.

El bravo sabanillero, cuya fidelidad y espíritu de sacrificio provocaría la saña de los colonialistas, quienes lo fusilaron el 26 de noviembre de 1896 en La Cabaña.Lo que quedó de la partida: Torres, Latapier, Treviño y Juan G. Gómez buscaron protección y lo encuentran en el territorio donde había nacido hacía 40 años Juan G. Gómez, quien relata cómo entonces llegaron a su memoria los recuerdos de su infancia. La llegada al Ingenio “Concepción”, vecino de los ingenios “Vellocino” y “Carmen” abría la posibilidad de ser ayudado por Felipe Montes de Oca o Alfredo Hernández, ambos amigos y colaboradores de la causa.

En el Ingenio “Vellocino” fueron auxiliados por la familia Montes de Oca y conocieron por Felipe de los desagradables sucesos que acontecieron tras el 24 de febrero: la muerte de Manuel García y la disolución de su partido que era importante elemento para el desempeño de la guerra en Matanzas, la deportación de Pedro Betancourt, el asesinato de Antonio Curbelo en Jagüey Grande, y la propaganda española que narraba el aborto de la insurrección en Las Villas y subrayaban que Oriente estaba tranquilo.

Dice Juan Gualberto Gómez:

Porque a mí no me extrañaría defendiendo mañana las libertades de tu tierra....La Revolución en la Provincia, según esas noticias, no estaba ya representada más que por nosotros, es decir, Latapier, Treviño y yo, pues debo consignar que Torres, cuando llegamos al “Vellocino”, nos manifestó sus deseos de separarse de nosotros”. (4) Continúa explicando cómo Montes de Oca le pidió ir en busca de noticias a Sabanilla y regresó acompañado por Don Leoncio de Junco, Presidente del Comité Autonomista de Sabanilla del Encomendador y teniente del Alcalde de este pueblo, quien le da a conocer los beneficios del bando del General Callejas, que garantizaba la libertad a los rebeldes cuando volviere a sus hogares. Este mismo les explica que la Guardia Civil sabía de su estancia en Vellocino y que si se presentaba con él nada les pasaría, pues los apoyaría con una serie de argumentos: “ Ustedes no son hombres que pueden hacer la vida de alzados. Ni son prácticos en el terreno, ni saben huir, esconderse, y burlar la persecución, como lo harían hombre avezados a este género de existencia. Se sacrificarían inútilmente, sin gloria para todos, ni provecho para nadie. Aceptando lo que les proponemos recobran la libertad y salvan la vida. Si realmente hay revolución en otros lugares, siempre podrían, si persistieran en su idea, volver a ella en mejores condiciones”.[1]

Los patriotas se rindieron ante estos argumentos, fueron trasladados de Sabanilla a Matanzas, demandados por el Gobernador Militar, conducidos al Castillo de San Severino, y traicionando la promesa de libertad, comenzó la maquinaria tramposa que condujo a la muerte a López Coloma, a la deportación de los sublevados y a Juan Gualberto Gómez al Castillo del Morro, y de ahí a la prisión española de Ceuta.

Los sucesivos meses de 1895, sobre todo en julio y octubre, hasta diciembre, eran caracterizados por fragmentados alzamientos y la salida al campo insurrecto de pequeños partidos compuestos por perseguidos y hostigados por la vigilancia constante de las autoridades españolas, quienes reportan constantemente la desaparición de vecinos y caballos de los pueblos que componen el territorio unionense.

Otros alzamientos en la zona unionense

El Alzamiento que más impacto causó en la zona fue el producido en el antiguo Ingenio “La Luz”, el 5 de octubre de 1895, donde se destacan figuras que después alcanzan lauros en el campo insurrecto, entre ellos: Eduardo García Vigoa, Vicente Jorge, Manuel Alfonso, Aurelio Hevia, Pedro Acevedo, Ramiro Mazorra y José Miguel Tarafa.

Este suceso, acaecido en las cercanías de Vieja Bermejas, fue repeeido por tropas de la Guardia Civil, que provocan cierto descontento en el grupo de alzados a quienes logran dispersar, y provocan así, entre los cubanos, un muerto y dos heridos y en la parte española un muerto y un herido. De este suceso se origina la creación del importante grupo liderado por Eduardo García Vigoa, que atacando varios objetivos fortificados, los ingenios: “Feliz”, “San Rafael de Jorrín” y “Dichoso”, se internarían en los montes de Manjuarí para preparar condiciones indispensables para el cruce de la Invasión por las zona, entre ellas un hospital de sangre, que permitió aliviar la impedimenta originada por los cruentos combates y las duras marchas.

Los sucesos que se desencadenaron en la provincia con la llegada de las huestes invasoras el 20 de diciembre de 1895 determinan una gran agitación por ambas bandas: las fuerzas españolas y sus partidarios, empeñados en impedir el cruce por un territorio tenido como “fiel a la corona”, como un relieve predominantemente llano y entrecruzada por numerosas vías férreas, por donde además concentraron numerosas tropas; y por otro lado los cubanos en armas, preparadas para servir a los patriotas conducidos por Gómez y Maceo y una gran tropa de reserva, que aunque desarmada, estaba presta a incorporarse y adiestrarse en las Filas del Ejército Libertador.

El análisis de los registros de combatientes que la zona aportó durante los finales de 1895 y el primer trimestre de 1896 permite afirmar, que familias enteras brindaron a sus hijos, como jóvenes soldados del Ejército Libertador, lo mismo que ocurrió en otras regiones del país. Es admirable lo ocurrido con hermanos y primos de los Rodríguez Acosta, estirpe que aportó al General Alberto Rodríguez Acosta y su hermano el Coronel Pedro Regalado, muertos en la provincia Habanera. Ellos junto a otros 6 familiares que adquirieron los grados de teniente, capitán y comandante del Ejército Libertador, murieron heroicamente en el campo de batalla. Destacar estas posturas que no son excepcionales, nos permiten abordar y probar el aporte brindado por la comarca a la “Guerra Necesaria”.

Del 31 de diciembre de 1895 al 1ero de enero de 1896

La línea fortificada de Guanábana al Ingenio “Las Cañas”, compuesta por 25 000 hombres, las gruesas columnas que se destinaron a este distrito de “Alfonso XII” no pudieron impedir, que después de la cruenta Batalla de Calimete, los mambises dirigidos por Gómez y Maceo acamparon el 31 de diciembre a las 7 de la noche en El Estante a escasos 2 kms del ingenio “Las Cañas”, donde llegaba la fuerte línea defensiva que el Alto Mando Español había diseñado.

Al amanecer del 1ro de enero de 1896 se produce el combate de El Estante, en el que los cubanos tuvieron 12 bajas, 10 de la infantería mambisa que llevó el peso del enfrentamiento. Dirigidos por Juan Eligio Ducasse y Pedro Vidal, estos bravos brindaron una heroica resistencia para dar protección al avance de la caballería mambisa, ya que en este lugar se produce el punto de separación entre los que se dirigen al Occidente y el regreso de parte de la División de Serafín Sánchez a Santa Clara.

De aquí también parte hacia Manjuarí, donde se instaló a partir de entonces, un eficiente Hospital mambí, allí quedó la impedimenta que hacía ya tan difícil el avance a los invasores, esta delicada misión fue confiada al Comandante Eduardo García Vigoa. Los españoles reportan en este combate 6 muertes y 18 heridos, pertenecientes al Primer Batallón del Regimiento de Infantería de “Alfonso XII”.

Acciones bélicas más importantes

Durante los meses de enero y febrero de este año 1896, se reporta un creciente número de acciones de guerra en la región, entre los que se destacaron:

Fuente

  • Fondo del Museo Municipal; Juan Gualberto Gómez.
  • Investigación realizada por Beatriz Gladis Ortega Alfonso y Henry García González, 2007. Museo "Juan Gualberto Gómez", municipio Unión de Reyes, provincia Matanzas. 2007.
  • Enrique Loynaz del Castillo: Memorias de la Guerra Editorial de Ciencias Sociales. La Habana 1989, pág 144.
  • Relato del General Pedro Betancourt sobre los sucesos del 24 de febrero (Tomado de Memorias de la Guerra de Enrique Loynaz del Castillo) en : Alzamientos del 24 de febrero (folleto) Ediciones Verde Olivo, La Habana 1994, Pág. de la 40-47.

Referencias