La Habana Vieja, durante la etapa neo colonial (1902-1958)

Habana Vieja, durante la etapa neo colonial (1902-1958)
Información sobre la plantilla
 de Cuba
CapitalLa Habana

La Etapa Neocolonial de la Habana Vieja.

1era parte (1902- 1935)

Es imposible entrar en este período sin abordar la situación durante la ocupación militar estadounidense que abarca los años 1899 hasta 1902.

En el antiguo Palacio de los Capitanes Generales, se instalaron los militares yanquis y continuó en el territorio de La Habana Vieja el centro político y administrativo del país por lo que aquí concurrieron muchos hechos del proceso histórico que seguimos. La población habanera vio con preocupación a las tropas norteamericanas en formación en el Prado, desfilar por sus calles, al igual que la caballería militar formada frente al Parque Central. Desde los primeros momentos de la ocupación comenzaron las manifestaciones de resistencia al sometimiento en las más diversas formas, así el reconocimiento público de los héroes y mártires. El 28 de enero de 1899, unos días después de haber tomado posesión el gobernador Brooke, los emigrados cubanos de Cayo Hueso hicieron colocar una tarja de mármol en la casa natal de José Martí. En los diarios de La Habana se publicó un manifiesto dirigido a los trabajadores donde los invitaban a tomar parte activa en los problemas de la patria y proponían iniciar una colecta para pagar los haberes de los mambises. A la vez invitaban a una reunión en el teatro “Irijoa”. Allí después de largos debates se acordó esperar la llegada del generalísimo Máximo Gómez para consultarle. Al mes de iniciarse la ocupación militar ocurrieron huelgas en La Habana Vieja, tuvo lugar la de las mujeres trabajadores de la cigarrería “La Corona” Las Papeleras, que confeccionaban las bobinas de papel de cigarros en una sola tira, podían aumento salarial. Otra huelga fue por el pago de los fogoneros de los trenes de carga y de pasajeros de los Ferrocarriles Unidos, en este caso no paralizaron el trabajo, sino que lo hacían lentamente (especie de “paso de jicotea”).

Nuevos acontecimientos tuvieron que lamentar, la muerte del General Calixto García, quien presidía una Comisión que había ido a EE.UU. para lograr que se reconociera a la Asamblea como representante del pueblo cubano y conocer cuáles eran las intenciones en relación con Cuba y el licenciamiento del Ejército Libertador.

Falleció allá de una pulmonía fulminante, un buque de guerra trajo su cadáver el 9 de febrero de 1899 hasta el puerto de La Habana donde lo esperaba el pueblo que desfiló después de largas horas en un salón del Ayuntamiento donde le rendían guardias de honor. El día 11 al iniciarse el entierro un incidente motivó la retirada de la representación cubana. El periódico “La Discusión” lo relató al día siguiente:

…“El general Brooke rompió el orden del programa colocando los carruajes de los generales americanos antes que la Asamblea Cubana. Los cubanos toleraron el hecho por deferencia. Luego, tropa de caballería americana echó sus caballos sobre la Asamblea, la que tuvo que refugiarse en la acera de la calle Obispo. Entonces el general Freyre protestó y le envió un recado a Brooke. Ante esa contestación la Asamblea se retiró en masa del entierro dando orden de que lo hicieran las tropas cubanas”.…

Regresaron a Cuba numerosos trabajadores cubanos que vivían en los EE.UU. algunos como Diego Vicente Tejera eran miembros del partido Revolucionario Cubano fundado por José Martí. Tejera pronto fundó un Partido Obrero para luchar por una sociedad más equilibrada y justa. En febrero de 1899 fundó el Partido Socialista Cubano, según diría para perfeccionar la República, aunque no planteó la socialización de la producción, solo duró 6 meses. No obstante, siguió laborando para que existiera el Partido Obrero perfeccionado.

Otro hecho conmovió a La Habana el día 24 de este mes, en que se conmemoraba el inicio de la guerra, fue la entrada del generalísimo Máximo Gómez en la capital. Entró al territorio de La Habana Vieja por la Calzada de Monte que hoy lleva su nombre y recorrió varias calles hasta llegar al Ayuntamiento donde se celebró una sesión en su honor. Hubo un desfile popular en el que participaron autoridades, corporaciones, clubes, comités, cuerpo de bombero y el Ejército Libertador. Hubo retreta en el Parque Central, fuegos artificiales en la Plazoleta de Albizu y un baile de gala en el teatro Tacón a beneficio de los huérfanos de la Patria y en homenaje al General Gómez. El periódico “La Discusión”, que describió el acto, calculó en 50 000 las personas que recibieron a Máximo Gómez en La Habana y señaló que, al desfile, encabezado por el General en Jefe al frente de su Estado Mayor, concurrieron generales norteamericanos con sus respectivas escoltas, y marcharon confundidos con los generales cubanos.

Este período hubo algunas manifestaciones de discriminación racial contra las cuales se organizaron actividades en la ciudad. Por ejemplo, en el café Washington, situado en los bajos del Teatro Payret, su propietario colocó en distintos lugares del salón carteles escritos en inglés donde se aclaraba que solamente se servía a personas blancas.

El general,mambí Juan E. Ducarse, entró en dicho café y pidió una copa de licor, negándose el dueño a darle servicio. El general protestó ante el gobernador civil, quien dispuso la clausura del café y que el dueño le diera una satisfacción al ofendido. El café reabrió sus puertas una semana después pero no retiró los carteles discriminatorios provocando nuevamente su cierre.

Por este motivo se clausuraron los cafés Tacón y Albizu. Estos hechos ocurrieron también en bares y cafés de la zona portuaria y otros sitios frecuentados por marines y soldados yanquis.

En septiembre de 1899 estuvo en ascenso la clase trabajadora al fundarse la Liga General de Trabajadores Cubanos. Por esa época los albañiles sostenían una huelga por la jornada de ocho horas y aumentó de salario y se circuló un manifiesto donde se acusaba a los huelguistas de ser enemigos del orden y la Patria.

La Convención Constituyente

El 5 de noviembre de 1900 se inició la Convención Constituyente, las sesiones se efectuaron en el Teatro Irijoa que desde ese momento tomó el nombre de Teatro Martí. Miles de cubanos que no pudieron entrar rodearon las calles aledañas al teatro ubicado en Dragones y Zulueta. En enero de 1901 se publicó el proyecto de Constitución de la República sin abordar las relaciones que el país había de tener con los EE.UU.

Dos meses después el gobierno norteamericano entregó a la Convención un documento que contenía la Enmienda Platt para agregarla a la Constitución. El pueblo protestó en gigantesca manifestación que reunió a más de 15 000 personas que recorrieron las calles del territorio y en Dragones donde funcionaba la Convención una delegación le entregó un mensaje de adhesión del pueblo a la Asamblea y de condena a la imposición norteamericana. De allí fueron hasta la Plaza de Armas, frente al edificio del gobierno y dieron gritos por Cuba Libre. Entregaron al General Wood un escrito de condena a la Enmienda y este, para calmar los ánimos les dijo que los cubanos podían aceptar o rechazar el documento. Pero al día siguiente hubo nuevas manifestaciones populares contra la Enmienda.

La Convención Constituyente, a pesar de toda la oposición desatada tuvo que ceder, con honrosas excepciones. De nada valieron los planteamientos norteamericanos que se hicieron sobre el apéndice constitucional y ante la prolongación indefinida de la ocupación del país, ocurrió esa votación dividida que dio a los imperialistas el control de Cuba y aseguró las bases del neocolonialismo.

Antes de cesar el gobierno de ocupación, entre otras medidas crearon una policía especial e hicieron desaparecer antiguas zonas de tolerancia y concentraron las prostitutas en el barrio de San Isidro, en La Habana Vieja, con las consecuencias desfavorables para esa población de trabajadores.

El nacimiento de una neo colonia disfrazada de República. La Habana Vieja fue escenario de ese acto para el cual se levantaron arcos de triunfo a lo largo del Paseo del Prado y las principales zonas comerciales. Tomás Estrada Palma, había “alcanzado” la presidencia de la República con el 7% de la votación popular. Un hecho singular se produjo en el período pre electoral.

Máximo Gómez fue propuesto, pero declinó postularse por su condición de extranjero. La segunda proposición fue Bartolomé Masó, el cual ya había sido presidente de la República en Armas durante la Constitución de La Yaya, pero seis días antes de las elecciones renunció a su postulación ante el total apoyo de los Estados Unidos al siempre fiel anexionista Estrada Palma.

La inscripción en el padrón electoral tenía una serie de requisitos que impedían ejercer el voto a la inmensa mayoría de la población. Tener 21 años de edad, saber leer y escribir y poseer no menos de 150 pesos de liquidez monetaria; las mujeres no tenían derecho al voto. Imagínense un pueblo recién salido de una reconcentración y con condiciones miserables de vida, cumplir con esos requisitos.

La vida, después de los festejos, fue dura para los trabajadores y para los mambises recién licenciados. El caso de Quintín Banderas Betancourt, así lo demuestra. Este General de Tres Guerras, se asentó definitivamente en el barrio de Jesús María, en Esperanza 32, hoy 106, entre Águila y Revillagigedo. Tuvo que barrer calles y anunciar una marca de jabón de lavar para darle de comer a su familia, según relata su historiador Abelardo Padrón.

La penetración de capitales ingleses y norteamericanos en la industria y el comercio, no mejoró la situación de los trabajadores. En el sector tabacalero representado en La Habana Vieja, se conservaron los mismos capataces de la etapa colonial y estos traían de España a familiares para incorporarlos al trabajo y en las secciones que eran mejor pagadas no podían entrar como aprendices los cubanos. Esta fue la causa de la primera huelga de carácter general que tuvo lugar en La Habana, se conoció como “La huelga de los aprendices”.

En esta huelga se destacó la fábrica Villar del “trust americano” situada en Zulueta 106 entre Refugio y Colón. Lucharon por demandas económicas y por el derecho de los cubanos a ingresar como aprendices.

En 1903 se fundó en La Habana la primera organización obrera de ideas marxistas, bajo el nombre de Club de Propaganda Socialista, contando con la dirección de Carlos Baliño, quien junto a Martí había fundado el Partido Revolucionario Cubano en 1892. La Habana era el centro de actividad de los marxistas cubanos y contaba con la clase obrera más altamente politizada de la Isla. En ella se formó en 1904 con carácter local el Partido Obrero, llamado en 1905 Partido Obrero Socialista de La Habana.

En el Parque Central los cubanos habían decidido que debía erigirse un monumento a José Martí. Se hizo a través de una cuestación popular y Máximo Gómez, Juan Gualberto Gómez y otros veteranos presentes hablaron en el acto. La estatua que antes ocupaba ese lugar fue la de la reina Isabel II de España. A partir de entonces el nombre oficial del Prado fue Paseo de Martí. Fue la última aparición pública de Máximo Gómez el 24 de febrero de 1905. La lucha por el poder político propició que se produjera la segunda intervención militar de los Estados Unidos.

Por una parte, un Estrada Palma intentando reelegirse y por la otra José Miguel Gómez trabajando para ocupar la silla presidencial provocó la guerrita de agosto de 1906. En esos momentos que vivía el país aparecieron buques de guerra norteamericana en el puerto de La Habana. Como el gobierno no pudo controlar la situación Estrada Palma renunció y todos los que podían sustituirlo hasta nuevas elecciones, también renunciaron a sus cargos, dando paso a la segunda intervención norteamericana en Cuba.

Esto provocó la Segunda Intervención Militar yanqui en Cuba, que se prolongó desde 1906 a 1909. El 29 de septiembre de 1906 el Secretario de Guerra de EE.UU. se autoproclamó Gobernador Provisional de Cuba. Había venido en uno de los barcos, según dijo, en función de paz. El 13 de octubre lo sustituyó Charles E. Magoon.

Por esta época circulaban en Cuba varias monedas, la americana oficial y también la española y la francesa. Como los dueños de las fábricas de tabacos pagaban en moneda española, que tenía un valor menor que la moneda americana, los obreros pidieron el pago en moneda americana, lo que les representaría un aumento en su jornal. Se declararon en huelga y durante los meses que duró, recibieron ayuda económica de los talleres o fábricas independientes.

Los productores independientes temiendo que a ellos les pidieran el pago en moneda americana les dieron un aumento a sus trabajadores y el Trust ante el temor de perder clientes por la huelga cedieron y pagaron en moneda americana. La Unión de Fabricantes de Tabacos protestó y pidió que el gobernador interviniera, pero se negó, porque favorecía al dólar que se suprimieran las demás monedas. Así ganaron los trabajadores la llamada “huelga de la moneda”.

Se restaura la República

El 20 de mayo de 1909 se restaura la república. En esta etapa se sucedieron gobiernos cuyos representantes participaron en negocios fraudulentos. El primer Presidente fue José Miguel Gómez (el cual tenía el mote de: Tiburón se baña, pero salpica), quien llevó a cabo el cambio de los terrenos del antiguo Arsenal de la colonia por los de la Estación de Trenes de Villanueva que se quería trasladar del lugar céntrico donde estaba. A partir de esta época hubo un auge de la prostitución y el juego con la restauración de la lotería.

A fines de 1912 se inauguró la Estación Terminal de Trenes en su actual espacio ya que antes estaba situada en los terrenos de Villanueva, área esta que se utilizaría para la construcción del Palacio Presidencial, pero finalizó el gobierno de José Miguel Gómez sin que se hubiera hecho el Palacio Presidencial como se había proyectado en los terrenos de Villanueva, a pesar del crédito gastado en la obra.

Al asumir la presidencia Mario García Menocal– conocido por el sobrenombre del Mayoral - (1913 (17)-1921) por una ley del Congreso se derogó la Ley del Canje por lo cual se había cambiado el terreno del Arsenal por el de Villanueva (aunque ambos terrenos eran de Cuba). Se acordó que, en el terreno de la antigua Estación de Villanueva, en vez de un palacio para la presidencia de la República se construyera un Capitolio donde funcionaría la Cámara de Representantes y el Senado. Posteriormente se le concedió un crédito de un millón de pesos para la obra. Durante sus dos mandatos, se construyó el Palacio Presidencial y fue, por lo tanto, el primer presidente que se sentó en la silla presidencial.

La guerra mundial había traído gran prosperidad económica por la venta del azúcar, aunque la controlaban los EE.UU. Esto ocurrió a partir de 1915, pero el gobierno no realizó obras de importancia, no se hizo el Capitolio para el Senado y la Cámara de Representantes. Se iniciaba la era de las vacas gordas. El azúcar alcanzó precios elevados (hasta 0.25ctv la libra). Cuando tomó posesión el nuevo Presidente, Alfredo Zayas, en plena época de depresión económica que siguió a la terminación de la guerra, ya no pudo emprender otra obra en los terrenos de Villanueva. Allí se construyó un parque de diversiones.

Con la especulación económica La Habana Vieja se había convertido en zona bancaria y el Wall Street cubano, especialmente en la calle Aguiar donde proliferaron los bancos, hasta el edificio del antiguo oratorio de San Felipe de Neri se vendió al Banco del Comercio. El centro de esta actividad estaba en la Manzana de Gómez donde ya se habían demolido los dos teatros de la azotea y construido varios pisos de oficinas que resultaban más rentables. Durante la crisis, los bancos norteamericanos, canadienses y algunos pocos cubanos quedaron en pie, los demás tuvieron que cerrar. Comenzó la era de las vacas flacas con la caída de los precios del azúcar hasta 0.03 ctv. la libra.

En relación con la forma en que se manifestó la penetración norteamericana en La Habana Vieja nos brindó un panorama Alejo Carpentier en un documental en que hable sobre La Habana: Había (...) una pequeña ciudad norteamericana que se extendía, por así decirlo, desde El Floridita, que empezó por ser un bar casi exclusivamente norteamericano, el Sloppy Joe´s más adelante que era de turistas norteamericanos ciento por ciento (...). Había el American Club en la esquina de Prado y Virtudes (hoy ocupado por sociedades españolas) desde donde prácticamente se gobernaba el país, porque era el club de la banca norteamericana, de los negocios norteamericanos, de los dueños de ingenios norteamericanos y de sus allegados y sus aliados económicos y desde donde literalmente se impartían órdenes al Palacio , detrás estaba el hotel Washington que era de vendedores americanos, comerciantes americanos, etcétera. El hotel Plaza que era un hotel completamente americano .

Por lo demás repito, el American Club, donde no solamente tenían su asiento los grandes capitalistas y banqueros norteamericanos, sino los agregados militares, todos los funcionarios de la Embajada norteamericana, era el lugar, además, donde se reunían ciertos núcleos de masones norteamericanos . Es importante no pasar por alto el proceso de formación de una conciencia en diversos sectores de la población.

La lucha antiimperialista dirigida por Julio Antonio Mella con la creación entre otras de la Universidad Popular José Martí la cual se ubicó, después de estar en barrio de Cayo Hueso, en el Instituto de Segunda Enseñanza de La Habana.

En 1920 se celebró una convención obrera o como se ha llamado un Congreso Preliminar en el local de Egido 2 que prepararía un Congreso Nacional para lograr la unidad del movimiento obrero. Aunque no pudieron tratar todo lo que tenían planificado si se sentaron las bases de la Federación Obrera de La Habana (F.O.H.). Al año siguiente se celebró la primera reunión de la F.O.H. siendo su primer secretario José Peña Vilaboa por poco tiempo y después Alfredo López, el que daría paso a la primera central obrera de Cuba.

Por el año 1920, Rubén Martínez Villena, con otros compañeros inició las tertulias de la glorieta del teatro Martí, en el que se presentaban zarzuelas españolas que se representaban por varias semanas. Alejo Carpentier, habitual en esas tertulias comentó cierta vez que en lo teatral y lo artístico no había podido penetrar la influencia norteamericana, prevalecía la española, no obstante, reconocía que la puesta en escena de estas obras seguía siendo tradicional, no aprovechaba los aportes del teatro europeo, el llamado teatro sintético que pudieron apreciar en una compañía rusa que se presentó en el Payret en 1921.

En 1923 un grupo de estos intelectuales encabezados por Rubén Martínez Villena, se manifestó públicamente en lo que se conoce como “la Protesta de los Trece”, llevada a cabo el 18 de marzo en el local de la Academia de Ciencias Médicas y Naturales situada en Cuba 460 casi esquina a Amargura. Allí se daba un homenaje a una intelectual uruguaya y pronunciaría unas palabras el Secretario de Justicia del gobierno de Alfredo Zayas. Cuando este se dirigía al escenario, Rubén pidió la palabra a la presidencia y se paró con todos sus compañeros diseminados por el salón y explicó que no podían permanecer en el acto porque el funcionario que iba a hablar había autorizado un robo al poner su firma en el documento de la compra del Convento de Santa Clara por el Estado a un precio superior al pagado por el inmueble cuando lo vendió la congregación que lo tenía a su cargo. Al abandonar el salón se dirigieron a un periódico en el que presentó Rubén un manifiesto que firmaron los trece presentes.

Los que protestaron fueron 15 pero solo lo firman 13 ya que uno era colombiano y, en su condición de extranjero, no podía firmar un documento de esta naturaleza y el otro era masón y al ser Regueiferos también masón no podía ir en contra este. Se les siguió un proceso que los puso más en contacto y fue la base de la creación del Grupo Minorista.

Otras de las actividades en que participaron fue el Movimiento de Veteranos y Patriotas dando mítines diarios en el Teatro Martí para que el gobierno rectificara errores. En 1925 el Instituto de La Habana se trasladó para el nuevo edificio de Zulueta, aunque no estaba terminado, pero el anterior ofrecía peligro de derrumbe.

1925 fue un año de luchas en las que participaron distintos sectores de la población. Un importante acontecimiento se produjo el 6 de agosto de 1925 al fundarse la Confederación Nacional Obrera de Cuba (CNOC) por el dirigente obrero Alfredo López. El movimiento obrero cubano alcanzaba un alto nivel de organización en su lucha contra el capitalismo. Mella junto con Alfredo López y otros dirigentes de la Confederación Nacional Obrera de Cuba (, fueron detenidos al mes siguiente acusados de sediciosos y se les dejó libres bajo fianza. En 1928 el Partido Comunista desde la clandestinidad organizó la Liga Juvenil Comunista que participó en todas las acciones de la época.

Se encomendó a Rubén Martínez Villena, que había ingresado en el PCC el año anterior, que asesorara legalmente a la CNOC para reorganizar los sindicatos y desarrollar agitación y propaganda. Al celebrarse en La Habana la VI Conferencia Panamericana inaugurada en el Teatro Nacional, hoy García Lorca, Villena redactó un Manifiesto de condena a esa reunión en la que no se defendían los intereses latinoamericanos. Mientras distribuían el Manifiesto los militantes comunistas Claudio Bouzón y Noske Yalob fueron apresados, asesinados y arrojados en la Bahía de La Habana.

En 1933 se organizó la huelga general que hizo caer al régimen de Machado. El 7 de agosto estaba en su apogeo cuando se propalaron rumores de que Machado había renunciado. El pueblo se lanzó a la calle para festejar la huída del tirano y la muchedumbre fue masacrada cerca del Capitolio por orden del Jefe de la Policía, Ainciart; no obstante, la huelga se mantuvo.

El 12 de agosto huyó Machado con sus colaboradores cercanos y miles de ciudadanos se lanzaron de nuevo a las calles, asaltaron las residencias de figuras comprometidas con el régimen y se ajustició al fundador de la Porra a quien reconocieron por el Prado queriendo detener la marcha espontánea del pueblo disparando su pistola y un soldado le disparó con el arma que portaba. En el Palacio Presidencial, la mediación de Benjamín Sumner Welles, impuso el gobierno de Carlos Manuel de Céspedes, hijo, con el apoyo de partidos políticos tradicionales y el ABC. A los veintiún días cayó este gobierno por el golpe militar del 4 de septiembre que apoyó parte de los estudiantes contrarios a la mediación. Asumió el poder un gobierno colegiado de cinco miembros. Fue elevado a la Jefatura Militar el sargento Fulgencio Batista con los grados de coronel.

Batista trató de hacer méritos ante los imperialistas y reprimió las huelgas obreras y la manifestación organizada para el recibimiento de las cenizas de Julio Antonio Mella que se trasladaron a Cuba. En el local que tenía la CNOC en Prado 123 se acordó que a la llegada del barco se hiciera un paro en el Puerto de La Habana para que los portuarios le rindieran honores en el muelle de la Ward Line, por donde debían desembarcar los que traían las cenizas de Mella. No hubo incidentes en ese momento, las cenizas no fueron descubiertas y a nombre de los presentes habló Leonardo Fernández Sánchez. Después se trasladó la urna para un local de la Liga Antiimperialista de Cuba.

El 29 de septiembre fue la fecha escogida para depositar la urna en el monumento levantado en la Plaza de la Fraternidad, pero no llegaron a ese lugar de La Habana Vieja por la agresión del ejército. No obstante, las cenizas se mantuvieron en poder de miembros del Partido Comunista hasta el triunfo de la Revolución. Detuvieron a los obreros que daban los toques finales al monumento en la Plaza de la Fraternidad, porque no tenían autorización escrita para realizar esta obra.

Fuentes

  • Eddie Elias Quiñones Diaz de Villegas/ Presidente de la seccion de bases del Municipio La Habana Vieja/Historiador la Habana Vieja.
  • Eddie Elias Quiñones Diaz de Villegas /Historiador de la habana Vieja
  • Historiadores de la localidad