La bella durmiente del bosque (cuento)

La bella durmiente del bosque
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Cuento infantil de Charles Perrault.
Título originalLa Belle au bois dormant
Editorial:Publicado en Kinder und Hausmärchen, de los Hermanos Grimm
GéneroCuento
Primera edición1697
PaísBandera de Francia Francia

La bella durmiente del bosque. Cuento infantil realizado en 1697 por el escritor francés Charles Perrault (1628-1703), quien fue conocido ante todo por sus cuentos, entre los que figuran Cenicienta y La bella durmiente, que él recuperó de la tradición oral en Historias o cuentos del pasado (1697).

Sinopsis

Cuento infantil de Charles Perrault, quien en 1697, bajo el nombre de su hijo, Pierre Darmancour, lo sacó a la luz en el libro Cuentos de Mamá Oca. Se trata de un libro breve que contiene ocho narraciones, que se han convertido en verdaderos mitos de la literatura infantil: Barba Azul, La Cenicienta, La Bella durmiente del bosque, Caperucita roja, El gato con botas, Las Hadas, Riquete el del copete, y Pulgarcito.

Las versiones más difundidas del cuento son, en orden cronológico, Sol, Luna y Talía, del italiano Giambattista Basile (Pentamerón, 1634), La bella del bosque durmiente, del francés Charles Perrault (Los cuentos de mamá gansa, 1697) y Rosita de Espino o La Bella durmiente del bosque, de los alemanes Jacob y Wilhelm Grimm (Cuentos para la infancia y el hogar, 1812).

Las versiones más populares que existen actualmente suelen ser relatos basados en el cuento de Charles Perrault e influidos por elementos del de los hermanos Grimm. El éxito de la versión cinematográfica de Walt Disney Pictures, de 1959, contribuyó mucho en la popularización de la historia a nivel mundial.

Resumen del argumento

"Érase una vez..." un Rey y una Reina que celebraron con una gran fiesta el bautizo de su hija recién nacida. Invitaron a todas las hadas de la comarca, siete en total, que fueron sus madrinas. A cada una de ellas los Reyes les hicieron un regalo magnífico. Pero, de súbito, apareció una anciana y malvada hada, enfurecida porque no había sido invitada ni había regalo preparado para ella.

Al final del banquete, las madrinas empezaron a otorgar sus dones a la princesita, de modo que fue dotada de todas las perfecciones imaginables. Cuando llegó su turno, la vieja, que quería vengar la ofensa, vaticinó que la niña se pincharía con un huso, y que eso le causaría la muerte. La más joven de las hadas, que astutamente se había reservado para el final, pudo alterar parte del hechizo y pronosticó que la princesita no moriría sino que caería en un profundo sueño que duraría cien años, a cuyo término un príncipe la despertaría.

Cuando la hermosa joven había cumplido quince años, se pinchó efectivamente con un huso e inmediatamente cayó en un profundo sueño. Al cabo de cien años, un joven y apuesto Príncipe se aventuró a penetrar en el castillo para ver a la Bella durmiente. Cuando llegó junto a ella, se postró de rodillas y, en ese momento, se deshizo el hechizo y la princesita se despertó. Se casaron y tuvieron dos hijos, una niña y un varón.

El joven esposo, ya Rey por la muerte de su padre, tuvo que ausentarse para ir a la guerra. La Reina madre, que era de la raza de los ogros, quiso comerse a su nieta, la pequeña Aurora, "en salsa Robert", más el mayordomo la engañó y le presentó un corderito guisado. Más tarde, cuando la pérfida Reina quiso también comerse al niño y a su madre, el mayordomo repitió el engaño y le sirvió sucesivamente un tierno cabritillo y una cierva.

Pero la Reina descubrió la verdad y, enfurecida, mandó llenar una gran cuba con sapos, víboras, culebras y serpientes. Cuando estaba a punto de arrojar en ella a los tres infelices, llegó el Rey inopinadamente. La ogresa se arrojó ella misma a la cuba, donde todas sus maldades encontraron fin. Y el Rey, su bella esposa y sus dos hijos vivieron felices. Tomado de Cuentos de mamá Oca.

Análisis del cuento

El cuento tiene dos partes, que son prácticamente dos relatos distintos. A lo que es propiamente la historia de la Bella durmiente, Perrault le añade un segundo capítulo en el que la madre del príncipe, de la raza de los ogros, intenta comerse a su hermosa nuera y a sus dos nietos.

En ambas historias, el Bien, es decir, el amor desinteresado, triunfa al final, ayudado por otros valores, como la astucia de la primera hada, que logra deshacer parte del hechizo, la compasión, el compromiso y el coraje del mayordomo del palacio, quien se arriesga con tal de salvar la vida de los tres seres inocentes.

Al principio, los personajes malvados parecen triunfar, pero terminan por fracasar y destruirse. Aunque el Mal se muestra muy poderoso, la bondad, unida a la inteligencia, siempre acaba triunfando.

Símbolos

  • Las siete hadas madrinas simbolizan el Bien, la generosidad, el compromiso personal para que los demás crezcan y se desarrollen como personas.
  • El hada egoísta y envidiosa de la primera historia y la madre ogresa de la segunda son el Mal, la actitud egoísta del que se entrega a las propias pasiones ―envidia, rencor, sed de venganza― y causa perjuicio a cuanto está en su entorno, hasta acabar con la propia destrucción personal (la malvada ogresa es engullida por los repugnantes animales).

Fuentes