Laberinto

Este artículo trata sobre Laberinto. Para otros usos de este término, véase Laberinto (desambiguación).
Laberinto
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Concepto:Lugar confuso de calles y encrucijadas. Cosa confusa, sin salida. Entretenimiento en el que hay que encontrar la salida.

Laberinto. Del latín labyrinthus, aunque con origen más remoto en la lengua griega, laberinto es un espacio creado de manera artificial con diversas calles y encrucijadas para que la persona que se adentre en él resulte confundida y no logre hallar la salida.

Historia

Es complicado determinar cuando comienzan a representarse dibujos y grabados de laberintos o cual fue la primera civilización en utilizarlos. Las primeras representaciones conocidas datan de finales del Neolítico y principios de la Edad del Bronce (aproximadamente en el II milenio a.C.).

Plinio, en su "Historia Natural" hace mención de cuatro laberintos, de alguno de los cuales da una descripción detallada mientras que las menciones de otros contienen referencias casi mitológicas, lo cual indica que en su época el tema de los laberintos era ya algo extendido.

Los laberintos se remontan a épocas muy antiguas. Se han encontrado representaciones de laberintos cuadrados y rectangulares en tumbas del Antiguo Egipto, mientras que los laberintos de forma circular surgieron a finales del siglo VII a.C. En la antigüedad, los laberintos se construían a modo de trampa para que no se pueda entrar o salir de un lugar con facilidad. Los laberintos medievales, por su parte, simbolizaban el camino del hombre hacia Dios. En los tiempos modernos, en cambio, los laberintos son creados por motivos paisajísticos o lúdicos.

Laberinto Clásico

Se denomina, por norma general, Laberinto Clásico a aquel de siete caminos concéntricos. Sin embargo hay que hacer mención a que muchos de los laberintos que se trazaron en la edad del bronce no responden a esta tipología y sí más a la que se denomina por lo general como "báltica" (ver tipos de laberintos). Estos laberintos de la edad del bronce pueden encontrarse por la Europa conocida, desde Galicia hasta los territorios más al norte del continente.

No se puede mencionar el estilo clásico sin hacer mención al laberinto por excelencia. El Laberinto del Minotauro. La verdad es que sobre el mito del Minotauro y el laberinto del mismo no existen referencias de la época cretense sino que son posteriores, e incluso las monedas con el laberinto cretense tipo, son de época Helenística.

Las teorías históricas suelen coincidir en que este mito fue creado por los griegos (probablemente atenienses) para mostrar la crueldad cretense, y en lugar de utilizar el argumento del canibalismo (argumento muy usado en la antigüedad para difamar por barbarie a los enemigos) se utilizó este mito entre otras cosas. Algunos historiadores afirman que lo que se tomó como base para el laberinto del mito (recordar, una estructura de muchos caminos que se entrecruzan) es el propio palacio de Knossos, el cual por sus terrazas y patios tenía una estructura bastante compleja.

Las representaciones de laberintos de esta época corresponden a laberintos unicursales, siendo el más común el considerado "clásico" de siete caminos concéntricos. Pese a las distintas variantes en las formas, todas estas representaciones encontradas en vasijas, grabados, monedas o dibujos partes de la misma "semilla de trazado".

Laberinto Romano

Laberinto romano
La expansión de la cultura romana lleva consigo la expansión del símbolo y el mito del laberinto. El mito del minotauro es tremendamente popular y su representación o, mucho más común, la representación de Teseo dándole muerte se encuentra en el centro de casi todos los laberintos de esta época.

Los diseños hasta entonces habían sido muy sencillos de trazar y por lo tanto no había hecho falta ningún tipo de registro escrito sobre como trazarlos, sin embargo en esta época los trazados se hacen -si bien manteniéndose unicursales- mucho más complejos haciendo necesario llevar registros por escrito de como se construyen. El diseño más común es el de cuatro sectores simétricos.

Salvo excepciones las representaciones de laberintos no están pensadas para ser recorridas a pie, sino que son para seguirse visualmente tomando funciones decorativas en algunos lugares y de protección en otros. Los laberintos se colocan con funciones protectoras en mosaicos en los suelos de las entradas de las casas y en las de muchos edificios públicos y privados. Esto puede dar la impresión de se usan únicamente como elementos decorativos, pero también se encuentran laberintos en las tumbas destinados a confundir a aquellos (tanto de este mundo como del otro) que quisieran turbar a quien allí yacía.

Cristianización del Símbolo

Entre esta tipología de laberinto y el laberinto medieval que llegará siglos más tarde hay un paso intermedio en el que se cristianiza el símbolo y la temática.

Se mantiene la tipología romana, pero se cristianizan los motivos centrales sustituyendo las imágenes del minotauro o su lucha con Teseo por motivos religiosos. Uno de los primeros ejemplos es el laberinto que se encuentra en la basílica de San Reparatus en Argelia (324 d.C. aproximadamente) donde el motivo central es sustituido por una serie de letras en las que puede leerse "Santa Eclesia"

Por lo general se fija el diseño en cuatro sectores que se había iniciado en el Imperio Romano ya que potencia la idea de la existencia de una cruz central en el diseño. También se realiza una reinterpretación de la presencia de una bestia en el centro del laberinto, haciendo que esta sea la representación de una fuerza demoníaca. Todos estos cambios relativos al diseño y a la interpretación del mismo llevan a la asimilación definitiva por el cristianismo de lo que hasta el momento había sido un símbolo pagano tanto artístico como cultural y espiritualmente.

En el siglo XII se encuentra el laberinto como símbolo completamente aceptado en los edificios religiosos. Ya popularizado se encuentran laberintos en el suelo que están diseñados para ser recorridos a pie. De estos laberintos construidos con la finalidad de ser recorridos a pie quizás el más conocido sea el de la Catedral de Chartres. Muchos de estos laberintos eran no solo representaciones simbólicas de una forma de pensamiento (tener en cuenta que la arquitectura y contenidos de muchas catedrales tienen una simbología muy compleja), sino que también podían ser sustitutos para determinadas peregrinaciones que -debido al estado en que se encontraba la situación de las Cruzadas en ese momento- se habían hecho prácticamente imposibles.

El laberinto pasa a ser, así, símbolo del complicado camino que el buen cristiano debe realizar hacia la Redención, tanto por las idas y venidas en su camino hacia el centro del laberinto (las complicaciones de la vida) como por el inevitable destino si realizas tu camino.

La Expansión

A partir de este momento, se popularizan los laberintos en ámbitos más "civiles" en la forma más conocida de los laberintos que es la no-unicursal, es decir, con una sola entrada pero múltiples caminos interiores que pueden llevar al centro, a un callejón sin salida o a otro camino que tampoco es el correcto.

En el norte de Europa los laberintos conocen su mayor auge en los siglos XVI y XVII, siendo en su gran mayoría construidos en piedra, siguiendo una tradición cultural que venía desde la edad del bronce y la herencia "pagana" del laberinto que se había mantenido viva en distintas manifestaciones populares (tales como juegos infantiles en fiestas, por ejemplo).

Los laberintos en jardines comienzan a generalizarse a finales del medievo, teniendo ya en 1450 constancia documental de que no son unicursales. Estos laberintos han perdido su componente místico filosófico para tener un componente decorativo, lúdico y en algunos casos, erótico (no tanto por las formas de los laberintos sino por el aprovechamiento de la intimidad que la complicación de llegar al centro ofrecía a los "usuarios conocedores del mismo").

Los métodos para la construcción de laberintos ya no es algo que se pueda registrar brevemente en unas anotaciones y comienzan a publicarse tratados al respecto (ej: Libri cinque d'archittetura de Sebastiano Serlo en 1537 y el The Gardener's Labyrinth de Thomas Hyll en 1560). Muchos de estos laberintos en jardines ya no existen (cuestión lógica si pensamos que un laberinto de setos que deja de cuidarse tiende a desdibujarse y fundirse con el entorno), pero sí quedan profusas representaciones gráficas de los mismos.

Se da un nuevo auge a los laberintos de setos en los siglos XVII y XVIII, y por la influencia del colonialismo se extienden a otros continentes, en algunos de los cuales habían existido en épocas pasadas tradiciones autóctonas de laberintos.

Del auge a la actualidad

A partir de la época colonial se reduce el interés popular por los laberintos, y el número de laberintos de jardín -y de cualquier otro tipo de laberinto- es cada vez menor (al mismo tiempo que se descuidan muchos de los existentes), hasta que ya bien avanzado el siglo XX hay un resurgir tanto en el denominado turismo de laberintos (que hace se creen nuevos laberintos y se mejore el estado de los antiguos y en ocasiones se reconstruyan), como por estética, oportunidad (como es el caso de muchos laberintos en plantaciones de maíz, cuyos dueños aprovechan para obtener una fuente adicional de ingresos durante una época del año), como por un resurgir en la búsqueda de la espiritualidad del símbolo del laberinto.

Características

Los laberintos siempre han despertado la curiosidad del hombre. Un laberinto puede tener forma de cuadrado o rectángulo, forma circular; puede tener una única salida o incluso varios caminos para salir. Pueden ser de setos enormes y a veces para adentrarse en ellos hay que llevar banderas por si te pierdes, o de setos más pequeños donde no hay gracia ninguna porque ves las caras de los perdidos, y tan sólo evitándoles llegas a la salida correcta. Cuando se entra en un laberinto, la persona se deja perder y juega a superar el miedo inicial de que no conoce que le deparará el siguiente camino, no conoce la salida, y se siente desorientado. Para superar un gran laberinto, dicen que el truco está, en olvidarse del desconcierto que genera no estar orientado y tratar de pensar más allá, hasta meterse en la cabeza de quien lo mandó construir. Sólo pensando como el creador se hallará la salida.

La representación de los laberintos se ha convertido en un juego que aparece en muchas revistas infantiles. Los niños deben iniciar un trazo en la entrada del laberinto y continuar hasta encontrar la salida.

En un sentido simbólico, la noción de laberinto refiere a aquello confuso y rebuscado. Por ejemplo: "El equipo argentino quedó atrapado en el laberinto defensivo que propuso la selección local", "Para los investigadores, el caso es un verdadero laberinto en el que la salida está oculta detrás de una maraña de mentiras".

Tipología

Unicursal y Multicursal
La división más básica es, obviamente, unicursales y no unicursales. El que a ambos tipos de diseños se les denomine "laberinto" no es algo que exista en todos los idiomas. En inglés, por ejemplo, existe la palabra "Labyrinth" para referirse al laberinto unicursal, y la palabra "Maze" para referirse al laberinto no unicursal. Una vez dicho esto vamos a explicar un poco más sobre esta diferenciación.
Trazado unicursal: Es aquel trazado en el que desde el punto de entrada hasta el centro (o el punto de llegada) no es necesario, ni posible, tomar ninguna elección durante el recorrido. En este tipo de trazado, estemos en el punto en que estemos del mismo, sabemos que las paredes que nos flanquean en algún momento pasan por el perímetro del laberinto y también por el centro sin necesidad de tomar elecciones.
Trazado multicursal: Es el trazado en el que existe la capacidad para elegir entre distintos caminos con la posibilidad de que las elecciones tomadas no nos lleven hacia el destino o incluso nos lleven a calles muertas (callejones sin salida). En algunos de los trazados multicursales existen lo que se denominan "Islas" (secciones del trazado dentro del laberinto que no están conectadas al perímetro).

Laberintos unicursales

Dentro de este tipo los principales tipos serían:

  1. Clásico: También llamado "Cretense", si bien eso no es del todo acertado. Se trata de un laberinto unicursal de 7 circuitos concéntricos. Este tipo de laberintos, independientemente del acabado final (circular, cuadrado...) están construidos todos basándose en la misma semilla (figura geométrica inicial a partir de la cual se traza el laberinto).
  2. Clásico Báltico: Este tipo de laberintos tiene dos entradas y un centro. Pese a tener dos entradas se considera unicursal ya que una vez que entras solo tienes un camino hacia el centro, donde una vez que llegas, en lugar de salir por el mismo recorrido que realizaste al entrar, continúas desde el centro para terminar saliendo por la entrada opuesta a la que entraste.
  3. Tipo Romano: Lo más característico de este tipo de trazados es que se dividen fácilmente en cuadrantes. La semilla es el recorrido correspondiente a uno de los cuadrantes que se une mediante un trazo a otra semilla igual. Los más comunes tienen una configuración cuadrada, pero no es la única. Según el tipo de semilla utilizada se subdividen en tres tipos: de espiral, meandro y serpentino.
  4. Tipo Medieval: Esta es, junto con la del tipo clásico, la configuración de trazado más reconocible a simple vista. Y ello pese a que no existe un estándar en lo que refiere a forma externa (ya que pueden ser cuadrados, circulares, poligonales...) ni en cuanto al número de circuitos (si bien lo más común tengan entre 6 y 11 circuitos). El número de circuitos y la configuración externa pueden variar, pero la configuración en cuadrantes, menos rígida que la del tipo romano, es fácilmente reconocible. Es también en esta época cuando se introducen los "bastiones" (que consisten en, por decirlo de algún modo, deformar cuatro esquinas opuestas del trazado del laberinto y formar figuras aparte con ellas; todo ello manteniendo el recorrido del circuito).
  5. Actuales (hay quien los denomina Contemporáneos): Hoy en día existe una gran variedad de diseños, tanto se realicen con fines espirituales como con fines más decorativos. Quizás ya no se busca tanto un aprovechamiento del espacio para incluir el máximo recorrido posible, y se busca otro tipo de cuestiones más simbólicas y estéticas. Como ejemplo, está el Hearth Labyrinth.

Por supuesto el "Hearth Labyrinth" es un caso muy concreto, pero sirve como claro ejemplo de lo que quería decir de la conjugación entre temática y laberinto. Este laberinto es de doble entrada. La creatividad estética llega al mundo del laberinto unicursal.

Dejando aparte tendencias creativas, otra corriente actual tiende a utilizar el laberinto "tipo Chartres", bien con sus once circuitos, bien reduciendo el número de los mismos, o laberintos de estilo muy medieval. Esta corriente, por lo general, es tendente a la utilización del laberinto como "tecnología espiritual".

Laberintos Multicursales

La explicación más simple de que es un laberinto multicursal es sencilla: un laberinto en el que te puedes perder. Estos laberintos, a diferencia de los unicursales no poseen un único recorrido (o dos recorridos inevitablemente conectados) sino que las decisiones que se tomen en las bifurcaciones pueden hacer que se llegue al objetivo o no.

Un primer modo de clasificación hace referencia a la estructura básica del recorrido. Por este modo de clasificación encontramos dos tipos:

  1. De conexión simple
  2. De conexión múltiple

Laberintos de Conexión Simple

Estos laberintos fueron los multicursales más extendidos. Independientemente de lo complejo que sea el diseño, existe una forma de resolución muy sencilla (bueno, para el que la conozca) que vale para todos ellos, que es colocar la mano en una de las paredes y avanzar siempre sin despegar la mano de la misma. Simplemente con eso se llega al centro u objetivo, si bien probablemente después de caminar mucho más que si conociendo el recorrido se realizase "a mano alzada", pero como no se suele conocer el camino este método evita perderse.

Este método de resolución es posible por la "conexión simple" de sus recorridos: el centro u objetivo se encuentra rodeado de una sección de pared que tarde o temprano, y a través de la conexión con otras paredes lleva hasta el perímetro (ojo, no confundir con los unicursales, ya que aquí no se trata de la misma pared todo el rato sino que el recorrido incluye paredes de distintas "secciones"). Como ejemplo el del Palacio de Justicia de Hampton.

Laberintos de Conexión Múltiple

En estos laberintos la técnica de la mano en la pared es inútil ya que incluyen islas, que harían posible estar dando vueltas sobre un mismo trazado en un bucle continuo o incluso llevarnos de vuelta fuera del laberinto. Véase como ejemplo el trazado del laberinto de Leeds, donde se puede verse que si colocamos la mano en cualquiera de las paredes al entrar, tras mucho andar terminamos saliendo por donde entramos sin haber pasado por el centro. Las zonas azules son "islas", y como vemos la pared que rodea la zona central no tiene conexión con el perímetro. El primer laberinto de este tipo del que se tiene constancia documental es el de Chevening House, construido en 1820.

Otros tipos de clasificación tiene en cuenta cuestiones como: al aire libre o no, materiales de construcción (son muy conocidos los de espejos), interactividad en los mismos, con o sin paredes móviles... todo lo que se quiera, pero los trazados de casi todos ellos tarde o temprano terminan encajando en ser de conexión simple o conexión múltiple. En el último cuarto del siglo XX han surgido los laberintos de "movimiento condicionado".
Laberintos. Diseño de Adrian Fisher

Laberintos de Movimiento Condicionado

Son aquellos trazados en los que el siguiente paso que de quien los recorre (o las elecciones de las que dispone) no vienen dados por el trazado del laberinto sino por instrucciones que se encuentran en el mismo. En la foto se puede ver en el ángulo inferior izquierdo un pequeño "laberinto" (diseño de Adrián Fisher) de este tipo, donde en cada casilla hay un número escrito. Las instrucciones dicen que una vez que se está en una casilla se tiene que avanzar, en la dirección que se quiera, el número de casillas que se encuentra reflejado en el suelo; con lo cual se llegará a una nueva casilla con otro número.

Laberintos más famosos

Modernos

El adentrarse en un laberinto puede ser una sensación muy dispar para según que personas, para algunas puede ser un punto de emoción y divertimento en el cual sólo con perseverancia se logra salir, para otras puede resultar lo más agobiante del mundo. Estos son los laberintos más impresionantes del mundo:

Laberinto Lincoln
Laberinto Lincoln (Illinois, EEUU). Con el 200 aniversario del nacimiento del presidente Abraham Lincoln en 2009, se crearon diferentes laberintos para verlos desde el cielo conmemorando este aniversario, pero este es el más espectacular, y seguramente el más grande ya que ocupa 28 kilómetros cuadrados de superficie.

Mega Laberinto (Massachussets, E.E.U.U.). Se encuentra en una granja particular, la cual es famosa porque su propietario David crea un laberinto nuevo todos los años, los cuales según él mismo le acarrean unas 13.000 horas de trabajo.
Laberinto de las Calabazas Frescas (California, EEUU). Más de 17.000 hectáreas de terreno han convertido a este laberinto en el laberinto de maíz más grande del mundo.
El Laberinto de la Paz (County Down, Irlanda). Abarca una superficie de 11.000 metros cuadrados, con caminos de una longitud de 3147 metros para lo cual se utilizaron 6.000 árboles de tejo (o taxus).
Además de convertirse en un atractivo turístico y lúdico, el Peace Maze es un laberinto con un significado muy especial ya que representa el camino y el proceso del pueblo irlandés hacia la paz. Un camino lleno de obstáculos, en el que habrá que tomar decisiones que, a veces, pueden resultar acertadas y, otras, no tanto. Y es allí cuando llegan las frustraciones. Pero siempre con el objetivo de superarlo todo y llegar a la meta.
Il Labirinto (Stra, Italia). Creado a principios de 1700, se dice que es uno de los más complicados laberintos en el mundo. Situado a las afueras de Venecia, sobre la base de Villa Pisani, la leyenda dice que Napoleón se "perdió" en uno de los varios círculos concéntricos que lo forman alrededor de 1807.
El Laberinto Vaca (Marienfelde, Alemania). Este laberinto de maíz y cáñamo hará que se recorran todas las partes del interior de la que sea seguramente la vaca más grande del mundo.
Laberinto Kiwi (Wanaka, Nueva Zelanda). Situado en el parque temático Puzzling World, este laberinto no destaca por su amplísima superficie, como pueden ser los demás, pero puede ser incluso más difícil de salir de él que ninguno de los otros. Y la razón no es otra que el ser un laberinto en 3D, y es que además de contener alrededor de un kilómetro de pasillos interminables, hay además diversos edificios con pruebas, sobretodo ópticas como puede ser una sala de los espejos, la cual complicará mucho la tarea.
Laberinto Longleat (Wiltshire, Inglaterra). Situado en el safari de esta pequeña localidad inglesa, este laberinto tiene en su interior 6 grandes puentes para observar tu posición, ya que si no sería tarea imposible salir de ellos.
Laberinto Star Trek (York, Inglaterra). En homenaje a una de las sagas más famosas de todos los tiempos, se creó el que tal vez sea el laberinto más friki del mundo. Un lugar en el que los seguidores de Star trek estoy seguro que no les importaría perderse una y otra vez.
Laberinto Verizon (Nebraska, E.E.U.U.). La compañía telefónica Verizon Wireless patrocinó este inmenso laberinto de 21.000 hectáreas de superficie, en la granja Benson. Estoy convencido de que en cualquier parte del laberinto no te faltará cobertura para tu móvil.

Antiguos

Los laberintos son símbolos antiguos que se encuentran en todo el mundo. ¿Es sólo una cuestión matemática? ¿Por qué atraen pero a la vez desesperan la mente? Las respuestas las debes hallar introduciéndote en este mundo que está ligado a la leyenda, la religión o el mito. Esto hace que algo de magia esté presente. Se dice que en la prehistoria fueron pensados como trampas de los espíritus del demonio, mientras que en la época medieval representaban el camino hacia Dios.

Las columnas laberinto del templo de Karnak, Luxor, Egipto: Este es uno de los más grandes complejos que fueron construidos basándose en la religión. Fue construido en un período de más de 1300 años que comenzó con el Faraón Ramses II.
Laberinto en el Templo Hoysaleswara, Halebidu, India: El laberinto está construido con el estilo de Chakra-vyuha, que es muy común en los laberintos de la India. Está formado por un espiral en el centro y lleva el nombre de una formación de tropas mágica en la historia épica de Mahabharata.

Laberintos de piedra de la isla Bolshoi Zayatsky, Arkhangelsk Oblast, Rusia: Se encuentra en el Mar Blanco y datan de 2000 a 3000 años atrás. Estos laberintos espirales están hechos con rocas del lugar y su diámetro llega a medir entre 6 y 25,4 metros de diámetro. En torno a él se tejieron muchas leyendas, algunos dicen que por su entorno marítimo podría haber servido para la pesca y otras teorías (fundamentadas en los huesos encontrados en el sitio) sugieren que podrían ser parte de los rituales para guiar a los muertos al otro mundo.
Catedral de Nuestra Señora del Laberinto de Chartres

Catedral de Nuestra Señora del Laberinto de Chartres, Francia: Este laberinto es mejor conocido como "El Camino a Jerusalén" y ha atraído a cientos de turistas y feligreses desde su creación en el año 1200. Cabe destacar que está basado en la geometría del círculo sagrado.
Laberinto de piedras de Blå Jungfrun (Virgin Blue) Isla, Suecia: Es el más grande del país y si bien no se sabe cuándo ni porqué se construyó, se cree que sus orígenes están relacionados a la importancia de la pesca profesional en la isla.

Mitológicos

Laberinto del Minotauro
El laberinto del minotauro: Teseo y Ariadna e Ícaro y Dédalo.

En la mitología griega, el laberinto del Minotauro es el obstáculo que Teseo debe superar para derrotar al Minotauro. Al principio las víctimas del sacrificio caminaban por los pasadizos hasta encontrarse con el monstruo que era casi un hombre y casi un toro y que acababa con la vida de todos los que osaban entrar. Teseo consiguió derrotarle y coronarse rey gracias a la ayuda de Ariadna.

El laberinto del Minotauro fue construido por Dédalo para el rey Minos. Dédalo tras semejante obra arquitectónica perdió los favores del rey , que lo encerró junto a su hijo Ícaro en una torre. El arquitecto inventó un par de alas mecánicas para poder escapar. El hijo de Dédalo, Ícaro, murió al intentar huir por volar muy cerca del sol.

"Un laberinto tan astutamente tramado no fue jamás visto en el mundo, ni antes ni después", escribe Nathaniel Hawthorne en su libro "Cuentos de laberintos", en el que relata la historia. "No puede haber nada más intrincado, excepto quizá que el cerebro de un hombre como Dédalo, que lo planeó, o el corazón de cualquier hombre común…"

Este laberinto mitológico, se supone que es el del Palacio de Cnosos, sin embargo, el palacio como tal, no tenía ningún laberinto, más allá de las múltiples habitaciones y pasillos. En realidad, delante de este existía una explanada con un dibujo laberíntico que se usaba como un gran salón de baile en el que se mostraban los pasos para poder bailar una danza erótica, llamada la danza de la perdiz, en honor de la diosa Luna y en la que los bailarines renqueaban y llevaban alas.

La historia del laberinto de Rosamunda la Bella.
Por otra parte, el empleo de laberintos en jardines se inició en el Renacimiento. Su forma crea confusión e intimidad necesarias para los enamorados pero mucho tiempo antes en Inglaterra hubo quien usó el laberinto para ocultar su infidelidad. Este es el Laberinto que el Rey Enrique II mandó construir en el siglo XII, para ocultar a su amante -Rosamunda la Bella- de su mujer Leonor de Aquitania.

Para quienes hayan conocido la historia de este, Leonor usó el mismo truco de Ariadna para conseguir llegar ante la amada de su esposo, que se encontraba en el centro del laberinto oculta y allí la obligó a beber un veneno. Esta es la triste historia de Rosamunda la Bella, de quien se ha narrado su trágica vida en libros y óperas.
El Laberinto del Parc D’horta (en Barcelona).
El Laberinto del parque de la Alameda de Osuna ( O Parque del Capricho).
El parque de los Jardines de San Ildefonso, en Aranjuez (Madrid).

Podría decirse que el laberinto, representa el viaje de la oscuridad a la luz, o de la sabiduría secreta que se descubre tras superar una prueba.

Fuentes