Lago Mummelsee

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Lago Mummel
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Mummel.jpg
LocalizaciónSelva Negra
Altitud1029 metros
Profundidad17 metros


Lago Mummel. Está localizado idílicamente a una altitud de 1029 metros a los pies de la montaña más alta de la Selva Negra Norte, el Hornisgrinde de 1.164 metros, justo en la Ruta o carretera alta de la Selva Negra Norte (entre las poblaciones de Ruhestein y Unterstmatt), siendo de los pocos lagos de origen glaciar que se han conservado de la Edad del Hielo. El lago es prácticamente circular, con una longitud de 240 metros, una anchura de 193 y una profundidad máxima de 17 metros. Ascender la pared de más de 100 metros de altura, del circo glaciar (valle en forma de anfiteatro producido por un glaciar) de la cara Norte del Hornisgrinde, bien merece la pena. Desde la torre-mirador (Neuer turm o torre nueva) en la cima del citado monte, reabierta en 2005, se obtienen unas vistas espectaculares tanto de la Selva Negra, como del valle del Rin y de los montes Vosgos (Alsacia).

Leyendas

La leyenda más popular cuenta que el Lago Mummelsee recibió este nombre por las pequeñas damas del lago, sirenas o nereidas (Mümmeln), seres bellos y elegantes capaces de enamorar a cualquier persona que se cruce en su camino. Vivían en el fondo del lago, en un palacio de cristal con bellos jardines. El rey de este palacio permitía a las sirenas subir a la superficie del lago, siempre a condición de que por la noche, en cuanto aparecían las estrellas, las sirenas debían volver a palacio. Las sirenas subían cada día a la superficie del lago para cantar y bailar al son de los instrumentos de los campesinos y leñadores. Siempre regresaban a su hora a palacio. Hasta que un día una de las más bellas sirenas se enamoró de un joven del cercano pueblo de Seebach. En la siguiente visita a las aguas oscuras del Lago Mummelsee, todas las sirenas regresaron en hora al palacio de cristal, menos la joven sirena enamorada. No quería separarse de su enamorado, y estuvieron bailando y bailando hasta que escucharon el campanario tocar y se dieron cuenta de que había anochecido. En este momento la joven sirena y su enamorado corrieron hacia el lago, y la sirena dijo con voz muy triste a su amado: “Posiblemente no nos veremos nunca más, porque deberé morir. Espera aquí. Si ves sangre en el agua del lago, habré perdido la vida”. Ella bajó a su palacio de cristal, y a los pocos minutos una nube de sangre subió desde el fondo a la superficie del lago. Era la sangre de la joven sirena que murió a causa de su amor.

Fuentes