Langosta (insecto)

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Langosta insecto
Información sobre la plantilla
Langosta-insecto2.jpg
Familia de insectos ortópteros.
Otros nombresLangostas, saltamontes o chapulines.
Clasificación Científica
Nombre científicoAcrididae
Reino:Animalia
Filo:Arthropoda
Clase:Insecta
Orden:Orthoptera
Familia:Acrididae

Langosta insecto. Conocido popularmente como langostas, saltamontes o chapulines, son una familia de insectos ortópteros caracterizados por su gran facilidad para migrar de un sitio a otro y en determinadas circunstancias, se reproduce muy rápidamente llegando a formar devastadoras plagas capaces de acabar con la vegetación de grandes extensiones.

Características

Generalmente no vuelan mucho a pesar de que disponen de alas. Sólo cuando se juntan grandes grupos de individuos de la misma especie liberan las feromonas apropiadas para activar la conducta migratoria y un crecimiento mayor de las alas y de esa manera poder dispersarse por otros territorios, evitando la competencia intraespecífica por el alimento. Poseen largas patas posteriores para saltar y un aparato bucal para masticar y comer hojas. Su actividad es principalmente nocturna y utilizan sus antenas y ojos para explorar el terreno.

Al igual que muchos insectos, las langostas poseen dos pares de alas, aunque algunas especies son incapaces de volar. Cuando el insecto se encuentra en reposo, sus fuertes alas anteriores sirven de protección a sus delicadas alas posteriores, que se encuentran replegadas por debajo de aquéllas a modo de abanico. Las alas posteriores pueden tener colores brillantes para producir un destello de color cuando el insecto salta en el aire; esta demostración los ayuda a confundir a los depredadores. Algunas langostas pueden cerrar repentinamente sus alas en pleno vuelo y caer en picado para escapar de sus enemigos.

Las langostas jóvenes son incapaces de volar hasta que se convierten en adultos. Cambian de color cuando se agrupan, adquiriendo una tonalidad naranja, amarillenta brillante y negra. Por lo general, las langostas producen solo una generación nueva por año. Después del apareamiento, la hembra pone pequeños grupos de huevos en el suelo o entre la vegetación. Algunas especies producen una espuma especial para proteger sus huevos. Cuando éstos eclosionan, las ninfas tienen el aspecto de insectos adultos en miniatura. Mudan la cutícula entre 5 y 15 veces antes de alcanzar la madurez.

Salto y vuelo

Para saltar, la langosta dispone sus largas y delgadas tibias de sus patas posteriores muy pegadas al cuerpo, cerca del centro de gravedad. Los grandes músculos de la parte más gruesa de la pata (fémur) están conectadas con la cabeza de la tibia. Cuando esos músculos se contraen, la pata se endereza lanzando al insecto al aire. Con el fin de conseguir la mayor altura posible, la langosta pone su cuerpo en posición aerodinámica, con las alas cerradas, y las patas tiesas y plegadas por debajo del cuerpo. Los músculos de sus patas son mil veces más potentes que un peso igual de músculo humano, por lo que las langostas al saltar pueden llegar a una altura de 50 cm, que equivale a diez veces la longitud de su cuerpo; además, pueden saltar veinte veces su longitud.

Una vez que la langosta haya saltado lo más alto posible, abre sus dos pares de alas todo lo que puede, mantiene las patas totalmente tensas, las alas posteriores inclinadas hacia arriba, y las anteriores curvadas para captar la mayor cantidad posible de aire y comenzar a batirlas rápidamente, propulsándose con creciente velocidad. Lleva las patas posteriores pegadas al cuerpo, en posición aerodinámica; en cambio, cuando va a posarse, pone las anteriores desplegadas y tensas listas para resistir el impacto de su cuerpo con el lugar donde se pose. En el aire la langosta mueve sus alas a la increíble velocidad de 20 golpes de ala por segundo, alcanzando una velocidad de 3,7 km/h (depende de la velocidad del viento, y llegan a recorrer más de 90 km por día).

Historia y actualidad

Hasta ahora el registro más antiguo de una plaga de langostas se remonta más de dos mil años atrás, según el relato bíblico y que es mencionada por ser la octava plaga que asoló Egipto y acabó con la última fuente de comida que quedaba en ese momento, los cultivos. Si bien esta visión de una gigantesca nube de seres vivientes que comen todo que relata la Biblia en un tiempo se creyó fantasiosa y terrible, de hecho, esta descripción no puede estar más cercana a la realidad de tiempos más recientes, donde las plagas de langostas pueden matar (indirectamente por la hambruna) a millones de personas.

Los brotes más grandes de langostas del desierto ocurrieron entre 1987 y 1989. Es tal la voracidad de este insecto que una parte muy reducida de la nube (alrededor de una tonelada de langostas) es capaz de consumir en un día la misma cantidad de alimentos que 10 elefantes o 2 500 personas. Cuando las langostas atacan inmediatamente antes de la cosecha, las repercusiones pueden ser devastadoras. Al terminar la plaga de 1987, había llegado a 25 países vulnerables, con pérdidas monumentales. Desde entonces ha habido algunos brotes, aunque no se han desarrollado nuevas plagas.

Plagas de los cultivos

La langosta migratoria y la desértica (Locusta migratoria y Schistocerca gregaria) han provocado hambrunas devastadoras en algunas partes de África y en el Medio Oriente al destruir amplias áreas cerealeras y otros cultivos. Cuando estos insectos se masifican, su número puede ascender a más de 10.000 millones. El camino que recorren depende, en gran medida, de la dirección de los vientos; si éstos soplaran hacia el mar, la masa íntegra de insectos podría ahogarse.

Su control

Sobre esta plaga han escrito en la España del siglo XIX, Agustín Salido, Francisco Rivas Moreno y a caballo entre siglos, el ingeniero agrónomo Leandro Navarro y últimamente Bruno Odella, en el estado y el control de plagas agrícolas: la lucha contra la langosta en la España contemporánea. Madrid: Publicaciones del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, 1996.

Las medidas modernas de control sólo se justifican cuando se presenta la fase gregaria, es decir, cuando la langosta se reproduce en grandes cantidades en un área definida. El control se puede efectuar con productos químicos utilizado en aspersiones o bien en forma de cebos. Los productos a utilizarse dependen de la falla del insecto a controlarse y la cercanía de la infestación a zonas pobladas. Los productos más efectivos contra los adultos son: Fenitroion, Diazinon y Malathion. También existe un cebo extraído de un protozoo (Nosema locustae), el cual debería probarse en esta especie.

Fuentes