Langosta de Juan Fernández
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Langosta de Juan Fernández (Jasus frontalis). Crustáceo, perteneciente a la familia Palinuridae, es el principal recurso económico del Archipiélago Juan Fernández, habita sólo las costas del Archipiélago Juan Fernández e islas Desventuradas.
Características
- Posee cinco pares de patas ambulatorias.
- Artrópodo, con simetría bilateral.
- Su anatomía consta de cefalotórax y abdomen.
- El cuerpo está completamente cubierto por un caparazón que posee numerosas espinas aplastadas y anchas. Está dividido en dos sectores por un surco cervical. En el sector anterior destaca la cabeza, que consta de un par de sobresalientes ojos, antenas, mandíbulas y maxilares, el rostro es puntiagudo y posee dos espinas.
- Mudan su exoesqueleto para poder crecer, dejándolas vulnerables mientras su cuerpo permanece blando, debido a este proceso.
- La pigmentación de los ejemplares va desde el color amarillo anaranjado hasta el café rojizo; además, se pueden observar en su cuerpo pequeñas manchas de las mismas tonalidades.
Hábitat
La encontramos entre 2 y 250 metros de profundidad y entre 70 y 225 metros en la islas del norte San Félix y San Ambrosio. Habita principalmente en fondos rocosos, en especial en cuevas naturales, donde se oculta para evitar las corrientes.
Reproducción y muda
Las mudas, las cuales se producen antes del apareamiento, ocurren en los machos entre febrero y marzo de cada año cuando la temperatura alcanza 17,0ºC ± 0,5 y 16,9ºC ± 0,4 respectivamente. Las mudas de las hembras ocuren desde la mitad de abril hasta mediados de junio, con temperaturas que variaron entre 15,0ºC ± 0,5 y 13,1ºC ± 0,2 respectivamente. El crecimiento por muda varió entre 1,3 y 3,6 mm en los machos y entre 1,5 y 3,1 mm en las hembras. En promedio, los machos aumentaron en un 2,3% de su longitud y las hembras en un 2,7%. El endurecimiento del caparazón ocurre lentamente hasta el 3er-5º día.
Captura
La captura se acota sólo a la pesca artesanal del sector de Juan Fernández, son fundamentalmente los lugareños quienes trabajan en ello, con arte de pesca, heredado de antiguas generaciones (desde hace más de 100 años), para lo que utilizan trampas construidas con madera (originalmente obtenida de maqui), las que levantan, actualmente, con huinche mecánico; a esto se suma la utilización de embarcaciones de doble proa (8-10 m de eslora).
Debido al lento desarrollo de la especie, y para prevenir una sobreexplotación del recurso, J. frontales, está sujeta a un periodo de veda, por lo que se encuentra prohibida su captura durante distintos periodos de tiempo, según lugar geográfico.
