Las butifarras del Congo de Catalina de Güines

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Restaurante El Congo
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Institución con sede en Cuba Bandera de Cuba
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El restaurante El Congo ubicado en el poblado de Catalina de Güines, perteneciente a la Provincia Mayabeque, Cuba ofrece a todos lo visitantes un delicioso plato
Fundación:1957
Tipo de unidad:Servicios gastronómicos
País:Cuba Bandera de Cuba
Dirección:Carretera Central poblado campesino Catalina de Güines, Provincia de La Habana

Las butifarras del Congo. El restaurante El Congo ubicado en el poblado de Catalina de Güines, perteneciente a la Provincia Mayabeque, Cuba ofrece a todos lo visitantes un delicioso plato.

Tradición

El surgimiento, confección, venta y promoción de un plato que constituye orgullo tradicional del menú de los vecinos de Güines. Por su gusto y calidad, fue conocido nacional e internacionalmente, y ampliamente divulgado mediante la canción “Échale salsita”, de Ignacio Piñeiro y su Septeto Nacional.

Guillermo Armenteros, conocido por el sobrenombre de El Congo desde su infancia, fue natural de esta zona, y provenía de una familia humilde dedicada al corte de caña. Era de mediana estatura, sencillo, jaranero, y dicen que bien parecido, y se calcula que haya nacido en la última década del siglo XIX.

Las butifarras comenzaron a hacerse en 1955, y se vendían en las fiestas, frente al actual restaurante que mantiene el nombre de El Congo. Las butifarras, plato fruto de la cocina española en Catalina, con nuevos preparativos y condimentos en su confección, cambió su sabor y adquirió características muy personales y peculiares, por lo que logró alcanzar aceptación, gran popularidad y alto nivel de venta.

Al principio El Congo vendía el codiciado producto que estaba ubicado dentro de una cesta, la cual se colocaba sobre su cabeza, situado en sitios cercanos a los bailes y fiestas públicas, religiosas…

Durante sus gestiones de venta pregonaba la palabra: “¡salsa!”. Todos los comensales coincidían en que era un plato exquisito. El Congo progresó con el producto de sus ventas y entonces comenzó a vender las butifarras en una carretilla parecida a las que utilizan los granizaderos, donde expendía sus productos con pan o sin él.

Con posterioridad adquirió un quiosco transportado o portátil que podía trasladarlo con facilidad de un sitio a otro. El precio consistía en cinco centavos y se incrementaba a 10, si era acompañada de un pan; en caso de que este incluyera dos unidades, su costo era de 20 centavos.

Las unidades solas se vendían por decenas con su salsa. En 1957, al inaugurarse el restaurante, continuaron vendiéndose por esos valores y presentación, pero ahora, acompañadas de otras comidas.

En el proceso de fabricación de las butifarras intervenían cinco o seis personas, y cada una de ellas realizaba un trabajo específico: preparar la carne y los sazones, virar al revés los intestinos y lavarlos (luego se inflaban y ubicaban al sol), amasar y rellenar, amarrarlas y ponerlas al vapor de un fogón de carbón.

Un delicioso plato

Se supone que los ingredientes, más o menos fueran: 50 por ciento de carne de puerco, 25 de empellas de cerdo y 25 de carne de res, y por supuesto, se les agregaba pimentón El Potro, ajo chileno, nuez moscada y sal. Las carnes se preparaban en forma de picadillo crudo, al que se le adicionaban especias y sazones.

Posteriormente, dicha masa era pasada a una habitación en la cual primero solo podía entrar El Congo, y después del fallecimiento de éste, su hija Guillermina. El proceso en aquel sitio constituía un secreto familiar, pues era donde se le daba el acabado a la masa, la que se depositaba, mediante un embudo, dentro de la llamada tripa, y se ubicaban sobre el fogón.

La salsa se preparaba aparte, con grasa, sazones y especias, sin puré de tomates. La ubicación del comercio, en sitio junto a la Carretera Central, contribuyó a engrandecer la fama de la butifarra, que en su momento era la principal del país.

Este producto se elaboró según la receta original del Congo hasta el año 1964. Ignacio Piñeiro y su Septeto se presentaron para actuar en un salón de baile denominado El Cañón, que existió en Catalina.

El Congo estaba pregonando su producto y le brindó butifarras a los músicos; le agradó tanto, que Ignacio Piñeiro prometió allí mismo componerle una canción, la cual fue estrenada en esa actividad. Esta pieza de la música popular contribuyó a incrementar la fama del apetecido producto.

Importantes personalidades estuvieron en el establecimiento. En varias ocasiones fue visitado por Fidel Castro Ruz, durante su etapa como dirigente del Partido Ortodoxo y en sus actividades revolucionarias por la región. Benny Moré era asiduo visitante y amigo de El Congo, y hasta participaba en los festejos de la familia.

El destacado y ya famoso boxeador Kid Gavilán, la actriz y cantante cubana Ninón Sevilla, quien desarrolló su carrera en México, y otras destacadas personas, también asistían al sitial.

Servicio de excelencia

Al enriquecer la gastronomía internacional y las artes culinarias cubanas, las butifarras del Congo en Catalina de Güines , constituyen un importante elemento más en el acervo de la cultura popular tradicional, posee valor en función de la economía, el consumo y satisfacción de la población y las actividades turísticas en general.

Fuentes

  • Abilio González González, investigador de la Oficina Provincial de Monumentos y Sitios Históricos de La Habana.