Las sesiones (película de 2012)

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Las sesiones
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Drama. Comedia. Romance | Bandera de los Estados Unidos de América Estados Unidos
98  min
Otro(s) nombre(s)The Sessions (The Surrogate)
Estreno2012
GuiónBen Lewin
DirectorBen Lewin
Dirección de FotografíaGeoffrey Simpson
ProductoraFox Searchlight Pictures
PaisBandera de los Estados Unidos de América Estados Unidos
Sitio web
http://www.foxsearchlight.com/thesessions/

Las sesiones (Filme). A caballo entre la comedia y el drama, y sin contener elementos suficientes para que en ella se puedan encontrar una gran película, es una cinta fácil de digerir, bastante resultona y agradable de ver, destinada a obtener una taquilla aceptable. Cuenta, eso sí, con varias frases ingeniosas, que son las que elevan este producto por encima de la mediocridad y que hacen que supere, por ejemplo, a la reciente Intocables, film con el que guarda bastantes parecidos.

Sinopsis

Mark O'Brien (John Hawkes), un poeta y periodista tetrapléjico y con un pulmón de acero que decide que, a sus 38 años, ya es hora de perder la virginidad. Con la ayuda de su terapeuta y la orientación de un sacerdote (William H. Macy), Mark se pone en contacto con Cheryl Cohen-Greene (Helen Hunt), una profesional del sexo.

Reparto

John Hawkes

Helen Hunt

William H. Macy

Moon Bloodgood

Annika Marks

W. Earl Brown

Blake Lindsley

Adam Arkin

Ming Lo

Jennifer Kumiyama

Robin Weigert

Jarrod Bailey

Rusty Schwimmer

Premios

2012: Oscars: Nominada a mejor actriz secundaria (Helen Hunt)

2012: Globos de Oro: 2 Nominaciones: mejor actor drama (Hawkes) y actriz sec. (Hunt)

2012: Premios BAFTA: Nominada a mejor actriz secundaria (Helen Hunt)

2012: Critics Choice Awards: 2 nominaciones

2012: Festival de Sundance: Premio del público (mejor película) y mejor reparto

2012: Festival de San Sebastián: Premio del Público

2012: Independent Spirit Awards: Mejor actor (Hawkes) y actriz sec. (Hunt)

2012: Satellite Awards: 5 nominaciones, incluyendo Mejor película

Críticas

Íntimas Sonrisas

Ben Lewin (“El Favor, el reloj y el gran Pescado”) firma la dirección y el guión de esta producción que seduce a audiencia y crítica allá por donde pasa, no en vano se alzó con el galardón del público en los festivales de Sundance (donde también obtuvo el premio al mejor reparto) y en la 60 Edición del Festival Internacional de San Sebastián donde participó en la sección “perlas”.

“Las sesiones” nos cuenta la historia de Marc O’Brien, un hombre que pese a estar condenado a vivir conectado a un pulmón artificial lucha desde su juventud para tener las mismas oportunidades y éxitos que cualquiera. Ya adulto y obtenidas todas las metas que se había marcado se sumerge en un nuevo reto, la redacción de un artículo sobre cómo viven el sexo las personas discapacitadas, siendo él mismo virgen. Para ello se pondrá en contacto con otras personas de su condición, y con alguien que le cambiará la vida, una terapeuta sexual…

De nada serviría el hábil guión de la película que induce a la sonrisa y empatía sin unas interpretaciones veraces y cercanas al público, sin unos actores capaces de transmitir emociones universales y regalar actuaciones que pese a lo dramático de la situación sepan despertar una completa ternura. Y en el caso de “Las Sesiones” el equipo de actores al completo está sobresaliente, y por encima de todos ellos, el trío protagonista borda tres personajes inolvidables.

Por un lado tenemos a John Hawkes (“Winter’s Bone”, “Martha, Macy, May, Marlene”) como el protagonista, Marc O’Brien, un papel digno de galardón que aleja a este actor de sus trabajos anteriores donde mostraba un aterrador lado oscuro para crear ahora un personaje íntimo y cercano que juega inteligentemente con las emociones de la audiencia utilizando no más que su rostro donde se centra toda la expresividad que un cuerpo “inerte” le niega. Junto a él una estupenda Helen Hunt (“Mejor Imposible”, “La maldición del escorpión de Jade”) dando vida a la terapeuta, que da forma a una de las mejores interpretaciones de su carrera, valiente, desinhibida, verdadera, sencilla y emotiva, un papel a recordar. Cerrando el triángulo encontramos a un eterno secundario, William H. Macy (“El inocente”, “Cerdos Salvajes”), que encarna al sacerdote confidente del protagonista y nos permite, en sus impagables charlas adentrarnos en la psique, sueños, pesares y temores de los personajes de una forma natural y llena de humor.

Una película pequeña, una mirilla a la intimidad no sólo carnal sino emocional de alguien limitado por los físicos problemas a través de cuya tierna mirada podremos observar lo que se esconde tras aquellos que le rodean y poner en entredicho lo que de verdad importa en las humanas relaciones. Tierna y amable de ver. Interesante.

Otra de discapacitados

Sí, sí, no pasa nada, el tema da para ello. Otra de cómo una persona con una discapacidad tan severa que lo sitúa en las fronteras de la vida decide vivir. Algunas críticas que me han precedido valoran el respeto que muestra la película por los personajes; otras estiman su inteligente sentido del humor; el virtuosismo de los intérpretes; la honestidad con que se trata toda la historia. Estoy de acuerdo con todas, y añadiría como otra virtud la elegancia. Donde "Intocable" nos ofrecía brocha gorda sin sustancia (Ay, mucho quejarse del cine español, pero ¿alguien ha visto más de dos pelis francesas de calidad por temporada en los últimos años?), "Las sesiones" nos ofrece sutileza y muy buen trabajo de los guionistas en los diálogos. Donde "La escafandra y la mariposa" nos sometía a un electroshock casi insoportable, esta película nos cuenta que hay otra manera de enfrentarse a los límites de la vida. Para completar referencias, la he visto más cercana a la fuera de serie "Las alas de la vida" que a la pelín sobrevalorada "Mar adentro". Y no es fácil acercarse a este asunto sin condescendencias paternalistas; aunque bordea peligrosamente el sentimentalismo, rara vez cae en él (si acaso, ese final discursivo y algo innecesario, ese sermón sacerdotal prescindible: ya lo habíamos visto en la propia película).

Me llamó la atención que evita el morbo con la receta más simple: si no hay ocultación de algo, ese algo deja de ser morboso; y aquí hay sexo casi explícito: no es necesario ir más allá, Helen Hunt no pretende ser Sasha Grey.

Creí ver en el personaje de William Macy una cierta envidia cuando el protagonista le cuenta sus avances en el terreno sentimental-sexual. Un hombre físicamente completo, envidiando a un tipo con las limitaciones de John Hawkes. Me pareció una metáfora divertida y conmovedora, que completa con la escena de la visita en plan colega con unas birras, sobre cómo somos, qué sentimos, el precio de la existencia del ser humano, de vivir una vida que valga la pena... ¿vi más de lo que hay, algún otro espectador comparte esta impresión?.

Hay muchos momentos en los que asoma la sonrisa, y alguno en el que hay risas abiertamente. El momento más divertido lo dejo anotado en spoiler...

En definitiva, una película que cuenta una historia, de una manera eficaz y desenfadada (sin embargo, no engañarse: no ahorra la brutal tragedia que vive el protagonista). Aúna calidad y accesibilidad, ideal para recomendar a esos espectadores para quienes la afición al cine no supone el veneno que es para un servidor...

Poeta soltero busca chica desde su pulmón de acero

Digámoslo, es maravilloso, genial y aleccionador que existan historias (reales) así. Que en un sociedad de gente físicamente sana atenazada por fobias, estrés, miedos, ansiedades y angustias y parálisis varias, nos cuenten historias de personas que superan limitaciones gravísimas y consiguen vivir su vida en plenitud, no sólo es bonito, es quizás necesario para que nos topemos de bruces con lo que no estamos consiguiendo llegar a ser a pesar de tenerlo todo.

Pero a este respecto 'Las sesiones' se limita a contar una historia bonita de superación personal que está muy bien y que no molesta a nadie (¡que es Navidad, hombre!), cuando entiendo que el sentido de contarte algo así, más allá de que Helen Hunt gane otro Oscar, es que aprendas algo o te transmita alguna emoción y yo me he entretenido, pero todo está presentado de una manera tan...suave...que te da como un poquito igual...¿Me acordaré de esta película mañana, pasado o la semana que viene?

En todo caso, ofrece un ratito agradable y una bonita reflexión final, que es lo que verdaderamente importa de la historia. Que hubo un hombre que quiso vivir la vida plenamente a pesar de depender de un pulmón de acero y que al final consiguió ser recordado no como un enfermo, sino como un hombre que mereció ser amado.

La belleza de lo sencillo

El descubrimiento del sexo es para muchos un sencillo episodio en el camino del crecimiento (lo que, sin embargo, no le resta importancia). Para Mark O'Brian representó un viaje interno que lo conduciría a la propia aceptación. Su experiencia fue algo tan poético como reflexivo y por ello merece ser contada con humildad y respeto, y Ben Lewin ha sabido llevar a término la tarea con éxito. De hecho, la elegante sencillez con que se relata la perdida de virginidad de O'Brian en Las Sesiones permite que surja con naturalidad y fluidez toda la profundidad y trascendencia escondida en la historia de su breve pero intensa experiencia sexual.

Lewin tiene muy claro de qué quiere hablar, y para hacerlo sin problemas deja a un lado (sin por ello olvidarlos) todos los tópicos inevitablemente asociables a la tetraplegia que no pertenezcan a su discurso (la dificultad para encajar en la sociedad, la aceptación de una vida inmóvil...). De este modo consigue alejar la discapacidad del tema principal del film, convirtiéndose esta en un medio para despojar de adornos el tema que realmente le interesa: la sexualidad del individuo. Diciéndolo de forma rápida, el que Mark O'Brian sea incapaz de moverse permite al director llevar el sexo a un terreno absolutamente virgen (nunca mejor dicho) para poder hablar de él partiendo de cero.

Así pues, gracias a la sencillez con que se desarrollan los acontecimientos y al mencionado despojo de aquello que no forma parte del tema central, la sexualidad adquiere el protagonismo deseado. De este modo entendemos que lo que se nos pretende mostrar es el sexo como aspecto tan delicado como importante, reflejo de gran parte de nuestros miedos y traumas personales. Por supuesto que O'Brian desea practicar el sexo, pero más allá del puro deseo carnal (evidentemente presente) lo que este busca en realidad es conocerse a si mismo, descubrir su personalidad y aceptar su humanidad. Así lo entendemos en las bellas escenas en las que él y cuidadora exploran mediante el tacto su cuerpo inmóvil, momento en que O'Brian descubre un abanico de sensaciones nuevas para él, es decir, un conjunto de emociones que no se sabia capaz de sentir.

Vale la pena mencionar también el tratamiento que la película da a la religión, que es presentada como un sencillo método de desahogo, una vía de escape si se quiere, o en definitiva, un tipo de vínculo entre persona y felicidad no necesariamente distinto a la amistad o el amor. Por ejemplo, el cura con que O'Brian habla con frecuencia le aconseja no desde la superioridad clerical sino como modesto acompañante del misterioso camino que es la vida, y ante todo, como amigo. No hay que olvidar, por ejemplo, los debates internos que suponen para el capellán aconsejar sobre el sexo a una persona que cabe la posibilidad de que nunca se case, y sobre todo cómo este termina por anteponer el sentido común a las discutibles reglas de la más conservadora iglesia para dar carta blanca a su amigo discapacitado.

No es esta una obra maestra, desde luego, pero si es una digna y remarcable película que nos hace salir de la sala con una sonrisa en la cara sin trucos ni sensiblería. No hay que entenderla como una reflexión sobre la discapacidad, sino como un planteamiento sobre la vida y el papel que nuestra sexualidad tiene en ella, estrechamente vinculada a nuestra paz y serenidad emocional.

Fuentes

  • Artículo Las sesiones. Disponible en: www.filmaffinity.com, visitado el 26 de febrero del 2013.
  • Artículo Las sesiones. Disponible en: www.fotogramas.es, visitado el 26 de febrero del 2013.