Leo Frobenius

Leo Frobenius
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Antropólogo y explorador alemán
NombreFrobenius, Leo Víktor
Nacimiento29 de junio de 1873
ciudad de Berlín,
Imperio alemán Bandera de Alemania
Fallecimiento9 de agosto de 1938 (65 años)
Biganzalo
(actual Verbania),
Lago Mayor,
región del Piamonte,
Italia Bandera de Italia
Nacionalidadalemana
Ciudadaníaalemana
Ocupaciónantropólogo, etnólogo, arqueólogo e historiador del arte

Leo Viktor Frobenius (Berlín, 29 de junio de 1873 - Italia, 9 de agosto de 1938) fue un antropólogo, etnólogo, historiador del arte y arqueólogo alemán al que se llegó a conocer como la Voz de África, por la preeminencia que otorgó a la historia y culturas africanas, hasta entonces olvidadas.

Su vida fue realmente apasionante, contribuyendo con sus expediciones a forjar el estereotipo del antropólogo como aventurero intrépido que a todos nos es familiar. Pero, junto a ello, son sus aportaciones doctrinales las que resultan fundamentales para comprender una etapa casi heroica de la historia de la Antropología.

Síntesis biográfica

Su padre era un ingeniero militar que viajaba constantemente debido a su profesión. El pequeño creció al lado de su abuelo, Heinrich Bodinusa, que era el director del Jardín Zoológico de Berlín. En su casa, Leo pudo conocer a algunos de los grandes viajeros de la época, como Gustav Nachtigal 1834-1885, explorador del África Ecuatorial. El niño estaba fascinado por estos grandes descubridores, especialmente por los impresionantes hallazgos realizados por Heinrich Schliemann 1822-1890, millonario y arqueólogo aficionado que, en la década de 1870, había conseguido desenterrar el tesoro de Príamo en Troya o la máscara de Agamenón en Micenas, guiado por la lectura de Homero. Siguiendo su ejemplo, Leo también soñaba con encontrar viejas civilizaciones, como la Atlántida, rastreando su pista en antiguos textos griegos, como el Critias de Platón, y leía constantemente libros de viajes y de historia de otros pueblos.

Otra influencia perdurable en su formación fueron las exposiciones etnográficas itinerantes que, en aquellos mismos años, recorrían con gran éxito las principales ciudades europeas. Estos auténticos zoos humanos buscaban satisfacer la curiosidad, inevitablemente morbosa, del público urbano: indígenas de pueblos exóticos (lapones, fueguinos, mapuches o nubios) eran exhibidos en jaulas junto con la fauna procedente de sus respectivos hábitats naturales. Instalados en la creencia de su supremacía racial, los europeos veían así legitimado moralmente su deber de “tutela” sobre estos “salvajes”. Esta oscura y poco divulgada “moda” de los circos etnológicos constituyó en su época un auténtico fenómeno de masas. Baste decir como ejemplo que, durante la Exposición Universal de París en 1889, las dos grandes sensaciones fueron la Torre Eiffel y la exhibición de una tribu de 400 indígenas negros.

A causa de los constantes traslados de su padre, Leo Frobenius no pudo completar los estudios superiores, y tampoco logró terminar un curso en la escuela de negocios en Bremen, lo que lo apartó de la profesión de comerciante a la que estaba destinado. En su tiempo libre estudiaba con ahínco libros sobre historia de África y, con esta formación autodidacta, se atrevió a presentar una tesis sobre las sociedades secretas africanas, aunque la Universidad de Basilea la rechazó. Tras ese fracaso, trabajó como empleado en esa ciudad y, después, en el Museo Etnográfico de Bremen. Entre 1894 y 1898 pudo aprender los entresijos de la ciencia antropológica, entonces en consolidación, de la mano de su director, Heinrich Schurtz 1865-1903, a quien siempre consideró su maestro. A través de sus enseñanzas, Frobenius entró en la primera línea del apasionante debate entre el evolucionismo de Adolf Bastian y el difusionismo defendido por Friedrich Ratzel.

Su labor

Fue profesor en Frankfurt 1932 y director del Museo de Etnología 1934, aportó la noción de área cultural y creó la revista Paideuma. Sus obras más destacadas son Y

Auxiliar de los museos etnológicos de Bremen, Basilea y Leipzig a partir de 1898, Leo Frobenius realizó numerosas expediciones al África: de 1904 a 1906 al Congo, de 1907 a 1909 al Sudán occidental, de 1910 a 1912al Sudán central, en 1910 y 1912-1914 a los territorios del Atlas, de 1914 a 1915 al mar Rojo, en 1926 al desierto de Nubia y en 1928-1929 al África meridional.

Profesor de Antropología en la Universidad de Francfort en 1925, fundó en esta ciudad los Archivos Africanos, que darían lugar al Instituto de Investigaciones para la Morfología de la Cultura. Una de sus “grandes contribuciones a la antropología alemana, fue acuñar el término Kulturkreis, además, estimuló la “escuela morfológica”.

Frobenius sostuvo en sus estudios su concepto de la civilización como realidad autónoma que evoluciona según leyes propias y se manifiesta inicialmente en forma "intuitiva", como en el mundo de la infancia; luego bajo un aspecto "ideal", como en la adolescencia, y, por fin, de acuerdo con una forma práctica y mecánica, propia del mundo de la madurez, que desemboca en la ancianidad, equivalente a un regreso a lo inorgánico. De todas maneras, Frobenius insiste en la independencia que esta concepción orgánica revela respecto de un mero proceso biológico.

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Frobenius empieza concretando su aportación personal en esta esfera, y recuerda que él ha sido el fundador de la "teoría científica de las culturas". Según él:

El mundo moderno se caracteriza por el ensanchamiento del globo, pero esta expansión espacial, ahora concluida, debe completarse, y ello se debe realizar con un descubrimiento del mundo en cuanto a profundidad; este descubrimiento se apoyará sobre las nuevas disciplinas científicas: arqueología, prehistoria, historia primitiva, etnografía y etnología, por medio de las cuales el hombre descubre la verdadera razón de ser de los hechos y su realidad profunda y permanente.
Leo Frobenius

En una de las últimas obras, El destino de las civilizaciones (1931), Leo Frobenius intenta sacar las conclusiones generales que se desprenden de sus trabajos anteriores, realizados desde 1897, sobre las civilizaciones africanas. El propósito que le anima es el de definir la situación del mundo moderno en la perspectiva de la historia universal de las civilizaciones y, en particular, el determinar el importante papel que jugará Alemania en la nueva orientación que debe tomar, según él, el curso de la historia.

Frobenius empieza concretando su aportación personal en esta esfera, y recuerda que él ha sido el fundador de la "teoría científica de las culturas". Según él, el mundo moderno se caracteriza por el ensanchamiento del globo, pero esta expansión espacial, ahora concluida, debe completarse, y ello se debe realizar con un descubrimiento del mundo en cuanto a profundidad; este descubrimiento se apoyará sobre las nuevas disciplinas científicas: arqueología, prehistoria, historia primitiva, etnografía y etnología, por medio de las cuales el hombre descubre la verdadera razón de ser de los hechos y su realidad profunda y permanente.

El autor se esfuerza a continuación en determinar las constantes que caracterizan a las diferentes civilizaciones del globo; y opina que las civilizaciones se distinguen unas de otras a causa de las relaciones del hombre con la realidad (que él opone al hecho). Tras haber analizado dos civilizaciones que de forma evidente se definen por dos actitudes fundamentales frente a la realidad (la etíope, que es de tipo vegetal, y la hamítica, que es de tipo animal), Frobenius muestra la influencia ejercida sobre la mentalidad humana por los factores irracionales, tales como las constelaciones mitológicas y el simbolismo de los nombres.

Es igualmente por esta relación del hombre con la realidad que Frobenius distingue cuatro períodos de civilizaciones: período de cultura mitológica, localizado en los océanos Índico y Pacífico; período religioso y de formación de la noción de estado, localizado en el Asia occidental; periodo filosófico, en la Europa meridional y occidental; y, finalmente, período de los hechos o utilitarista, en la Europa occidental primero y en el mundo entero después. Frobenius explica en qué consiste esta percepción de la realidad sobre la que reposa la civilización: es la captación de la esencia de las cosas por el espíritu humano.

La civilización, en sí, reúne a la vez la realidad, que es intuición y creación, y por lo tanto dinamismo y juventud, y el hecho, que es concepto y conservación, y por tanto estatismo y vejez. El presente desequilibrio mundial es la consecuencia de la prioridad existente del hecho sobre lo real; además, la civilización mundial no será más que una caricatura en tanto que el hombre no haya superado el hecho para alcanzar la realidad. Es naturalmente a Alemania, situada entre la civilización oriental de la realidad y la occidental del hecho, a quien corresponde el privilegio de dar a la civilización mundial esa autenticidad que no ha logrado alcanzar todavía.

Obras

  • 1894: Die Geheimbünde Afrikas. Hamburgo. Traducido al español como Las sociedades secretas de África, 1894.
  • 1897-1898: Der westafrikanische Kulturkreis. Petermanns Mitteilungen 43/44. Traducido al español como La cultura de África Occidental.
  • 1898: Ursprung der afrikanischen Kulturen. Berlín
  • 1903: Weltgeschichte des Krieges. Hannover. Traducido al español como Historia de la Segunda Guerra Mundial.
  • 1904: Das Zeitalter des Sonnengottes. Berlín: Georg Reimer Verlag, 1904.
  • 1907: Im Schatten des Kongostaates: Bericht über den Verlauf der ersten Reisen der DIAFE von 1904–1906, über deren Forschungen und Beobachtungen auf geographischen und kolonialwirtschaftlichem Gebiet. Berlín
  • 1912: Und Afrika sprach. Berlín. Traducido al inglés como The Voice of Africa (‘la voz de África’), Londres, 1913
  • 1913: Unter den unsträflichen Athiopen. Berlín. Traducido al español como Entre los etíopes sin mancha.
  • 1917: Der Völkerzirkus unserer Feinde. Berlín: Eckart-Verlag.
  • 1921: Paideuma. Umrisse einer Kultur- und Seelenlehre. Múnich
  • 1921-1928: Atlantis – Volksmärchen und Volksdichtungen Afrikas. Veröffentlichungen des Instituts für Kulturmorphologie. Editado por Leo Frobenius. 12 volúmenes. Jena (Alemania): Diederichs, 1921-1928.
  • 1921: Vol. 1: Volksmärchen der Kabylen, Weisheit.
  • 1921: Vol. 2: Volksmärchen der Kabylen, Das Ungeheuerliche
  • 1922: Vol. 3: Volksmärchen der Kabylen, Das Fabelhafte
  • 1922: Vol. 4: Märchen aus Kordofan
  • 1923: Vol. 5: Dichten und Denken im Sudan
  • 1923: Vol. 6: Spielmannsgeschichten der Sahel
  • 1924: Vol. 7: Dämonen des Sudan: allerhand religiöse Verdichtungen
  • 1924: Vol. 8: Erzählungen aus dem West-Sudan
  • 1925: Vol. 9: Volkserzählungen und Volksdichtungen aus dem Zentral-Sudan
  • 1926: Vol. 10: Die atlantische Götterlehre
  • 1927: Vol. 11: Volksdichtungen aus Oberguinea. Fabuleien dreier Völker
  • 1928: Vol. 12: Dichtkunst der Kassaiden
  • 1923: Dokumente zur Kulturphysiognomik. Vom Kulturreich des Festlandes. Berlín
  • 1924: Der Kopf als Schicksal. Múnich: Wolff, 1924.
  • 1931: Erythräa. Länder und Zeiten des heiligen Königsmords. Berlín. Traducido al español como Erythräa. Los países y las épocas de los regicidios sagrados.
  • 1933: Kulturgeschichte Afrikas, Prolegomena zu einer historischen Gestaltlehre. Zúrich (Suiza): Phaidon Verlag, 1933. Reimpreso en 1998 por Wuppertal: Peter Hammer Verlag. Traducido al español como Historia de la cultura de África.

Fuentes