Leopoldo Febles Montes de Oca

Leopoldo Febles Montes de Oca
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NombreLeopoldo Febles Montes de Oca
Nacimiento19 de Noviembre de 1878
Pinar del Río, Pinar del Río, Bandera de Cuba Cuba
FallecimientoNo definida
NacionalidadCubana
CiudadaníaCubana
OcupaciónMaestro
Leopoldo Febles Montes de Oca; “Viejo Roble del Magisterio”; pedagogo cubano; perteneció a aquella generación forjada en décadas de turbulencia y “confusiones”, que supo imponer y mantener la estirpe de los dignos y fieles a la patria.

Formación y primeros pasos en el magisterio

Nació en la Ciudad de Pinar del Río un 19 de Noviembre de 1878. Realiza los estudios primarios en su ciudad natal y a duras penas llega a matricular el nivel medio. Por razones económicas de su familia, unido al deterioro social y moral prevaleciente en la época, no puede continuar su formación general; sus padres se ven precisados a trasladarse a vivir al barrio rural de Cabezas; allí ya adolescente, tiene que trabajar en labores de comercio para contribuir al sustento familiar. En la segunda mitad de los noventa, en plena guerra de independencia decide partir hacia La Habana en busca de trabajo y mejores condiciones de vida. La situación política, social y económica de Cuba cada día empeoraba más y las perspectivas de mejoría son funestas; en estas circunstancias se produce el fin de la guerra y el fatídico tránsito hacia las garras imperiales de los Estados Unidos una vez consumada la Intervención y Ocupación Militar de la isla. En este contexto regresa a su ciudad natal y se suma como tantos otros jóvenes del período, en los planes de formación de maestros impulsados por los ocupantes norteamericanos. En 1900, contando con 22 años de edad, es designado como maestro de instrucción pública en la zona rural de La Sabaneta en el norte del Municipio de Viñales, comienza así su glorioso andar en el honroso mundo de la enseñanza y la educación donde llegaría muy lejos, contándose entre los que más hicieron en este sector en momentos difíciles donde solo los grandes como él se imponían a fuerza de dignidad, vergüenza y ansias de superación. Permaneció trabajando en el sector rural durante los 15 años posteriores a 1900; a partir de 1903 contrae matrimonio y sienta las bases para constituir una ejemplar familia de por vida. En estos primeros años de la República Neocolonial enfrentó las vicisitudes del trabajo en la abandonada escuelita rural, donde únicamente a fuerza de sacrificio y abnegación algunos maestros lograban mantenerla, él fue un caso ejemplar. A la par, con grandes esfuerzos se superaba, transitando por los escalones del Proyecto Intervencionista concebido para formar y preparar un cuerpo de maestros serviles a sus intereses. Como tantos otros jóvenes dignos y patriotas de aquellos tiempos Leopoldo asimiló la técnica, la metodología pedagógica y el contenido pero mantuvo su apego a las nobles ideas patrióticas y se fue sensibilizando cada día más con los desmanes que sufría el maestro de escuela y sobre todo de la escuela rural. Desde aquí nacerían en él fuertes convicciones ideológicas y políticas que se irían enriqueciendo en su prolífera actividad educativa y sociocultural en décadas posteriores.

Intensa actividad magisterial y educativa

Los frutos de su abnegada actividad de superación se ven coronados en 1916 cuando a los 38 años de edad se le otorga el Certificado Oficial de Maestro con notas de excelente; desde entonces comienza su labor como maestro de la Escuela Primaria Urbana número 1 “Juan María Cabada” de la ciudad de Pinar del Río. Este centro, conocido popularmente como “Marañones”, fue cuna de lo mejor de la niñez de las décadas republicanas; fue una institución prestigiosa por el servicio que brindaba, sobre todo, a los hijos de los obreros y clases más pobres de la ciudad, así como por el amor y la dedicación de sus maestros y directivos por la profesión. Por su trayectoria inmaculada, su infinito amor a los niños y el nivel profesional alcanzado, ocupa la dirección de aquel plantel en 1936. Permaneció durante 37 años laborando en el sector urbano, vinculado siempre directamente al aula y ejerciendo funciones de dirección y supervisor de exámenes, fue un maestro destacado de la localidad y sus métodos educativos y de enseñanza penetraron a lo más hondo del alma de sus discípulos que lo recuerdan como el gran maestro educador que fue. El Colegio de Marañones debe gran parte de su prestigio y gloria a Leopoldo Febles Montes De Oca.

Notable educador social

A su prolífera actividad como maestro une su talento y creatividad literaria y de luchador social. Escribió sentidos versos, los que daba a conocer en reuniones privadas y celebraciones alegóricas a fechas significativas; tales son los casos de títulos como: “El maestro”, “José Martí”, “El maestro de Martí” y “26 de Julio”. Fue un ferviente martiano y amó y luchó por las causas justas, sobre todo por las reivindicaciones de los maestros y del pueblo. Su voz se alzó reiteradamente en órganos como la Revista Proa y en instituciones de la época como el Colegio de Maestros de Pinar del Río. En ellos fustigó a los corruptos y atacó los manejos deshonestos de los escalafones de los maestros y la compraventa de plazas, tan comunes en aquella época de los años 40 y 50. Permaneció por más de 50 años dedicado a la enseñanza y la educación hasta su jubilación a inicios de los años 50. Precisamente los años que perduró la República Neocolonial, llena de vicios, entreguismo, abusos y discriminaciones de todo tipo; sin embargo trascendió por su pureza de espíritu, su honestidad y amor por la profesión. El 21 de diciembre de 1950 al celebrarse el centenario de nuestra bandera, se le otorga, en el Teatro Nacional de La Habana, la Medalla de Fundador de la Escuela Cubana; y en 1951 se le premia con la Distinción “Viejo Roble del Magisterio”, instituida por el Colegio de Maestros de Pinar del Río y que fue entregada en el Día del Árbol. Su retiro de las aulas lo llevó a intensificar su lucha social y política, la que se fue radicalizando en los años 50 cuando ya era un anciano. Su actitud recuerda la viril postura de Enrique José Varona en los años 20, pues ahora Febles apoya y defiende a los jóvenes revolucionarios miembros del Movimiento 26 de Julio. No se tiene la fecha precisa de su desaparición física, pero sí se sabe que se mantuvo fiel a sus principios, que abrazó los ideales revolucionarios y no claudicó jamás en el afán de formar los hombres libres de la patria nueva, por las que entregara toda su vida el Roble del Magisterio Pinareño Leopoldo Febles Montes De Oca.

Fuentes

Revista Cientifica Pedagógica "MENDIVE", Año 3 / No.8 / julio - septiembre / 2004 / RNPS-2057;  http://mendive.ucp.pr.rimed.cu/sitioseventos/mendive/nanteriores/Num8/ped8.htm