Lucía Íñiguez

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Lucía Íñiguez
Información sobre la plantilla
Landín-Moreno Lucía Íñiguez .jpg
NombreLucía Íñiguez Landín-Moreno
Nacimiento8 de diciembre de 1819
villa de Holguín,
provincia de Holguín,
capitanía general de Cuba,
Reino de España Bandera de España
Fallecimiento7 de mayo de 1906 (86 años) 
ciudad de Holguín,
provincia de Holguín,
República de Cuba Bandera de Cuba
Nacionalidadcubana
Ciudadaníacubana
CónyugeRamón García González
HijosCalixto García Íñiguez

Lucía Íñiguez Landín-Moreno (Holguín, 8 de diciembre de 1819 - Holguín, 7 de mayo de 1906). Mujer cubana, madre del patriota Calixto García Íñiguez (1839-1899), general de las tres guerras. Dedicó importantes esfuerzos a la colecta de fondos para la lucha independentista.

Su vida esta matizada de numerosas anécdotas que ponen de relieve su temperamento, retratándola como una mujer de coraje con un temple a toda prueba.

Datos biográficos

Participación en las guerras independentistas

El 5 de mayo de 1870 se encuentra en la manigua irredenta, sin protección de tropa cubana cuando es apresada en unión de sus hijos por una avanzada española en un lugar conocido por Canoa de la India (Aguas Verdes). Entre sus hijos iba Nicolás, adolescente de 15 años a quien vistió de mujer para evitarle la prisión y seguramente la muerte, el oficial que manda la tropa sospecha la estratagema y se le acerca manifestándole sus dudas con respecto al sexo de la presunta joven y Lucía le responde: «¡Sí, es varón! ¡Es mi hijo que traigo del campo mambí! ¡Si usted me descubre probará que desconoce el santo amor de madre, si guarda el secreto será el primer caballero del Ejército Español!». El oficial guardó el secreto.

Meses después «Cía» ―como también se la conoce― se ve obligada a vivir en La Habana como desterrada política en la calle Moreno # 23 en el Cerro.

En el mes de septiembre de 1874 la visita un oficial del Ejército Español, emisario del general Concha. Va a comunicarle la captura de su hijo Calixto García en la escaramuza de San Antonio de Baja (cerca de Manzanillo). Al conocer la noticia, Lucía reponde: «No es que dude de usted, general, pero yo no puedo creer que mi hijo haya caído ni caerá jamás prisionero de las tropas españolas. ¡Calixto es mi hijo, y por lo tanto no debe rendirse!». El oficial muestra a Cía un papel donde aparecía escrito que el cabecilla insurrecto Calixto García antes de caer prisionero había intentado suicidarse disparándose un balazo debajo de la barba (la bala salió por la frente, dejando una fea cicatriz). Lucía contesta: «Entonces ese sí es mi hijo: ¡muerto antes que rendido!».[1] [2]

Conducta intransigente

Llegada la paz, y muerto Calixto en el exilio en la ciudad de Wáshington (el 11 de diciembre de 1898, a los 59 años), la anciana regresa a su ciudad natal en medio de estrecheces económicas. Su presencia causaba a los vecinos del lugar donde residía admiración y despertaba simpatías.

Por esa época la visita un enviado del presidente cubano Tomás Estrada Palma, que le trae un nombramiento de «inspectora de montes» (no existían en esa época las pensiones graciables que brinda el Estado). La patriota cubana de 85 años argumenta que ella está vieja y con muy poca salud para trabajar. El oficial insiste en que no tenía necesidad de realizar el trabajo, pues de todas formas el gobierno le pagaría. Lucía Íñiguez entendió que se trataba de una prebenda con la cual el Gobierno trataba de manera incorrecta de socorrerla, por lo que se irguió y devolvió el nombramiento, expresando que cobrar un sueldo sin trabajar era robarle al Estado, dándole así una lección de dignidad y honradez al enviado del gobierno.

Cuando los restos de su hijo muerto en 1898 fueron trasladados a Cuba en febrero de 1899, y acompañados hasta el cementerio de Colón en La Habana solo por soldados estadounidenses, de pésima conducta: provocaron incidentes vejando a la Asamblea de Representantes y a los veteranos del Ejército Libertador. Lucía Íñiguez, dolorida e indignada, pidió que los restos de su hijo fueran sacados de la necrópolis de Colón y descansaran en Holguín, la tierra donde nació y que fueran acompañados solo por sus compañeros de armas, pidiendo para él un entierro cubano.

Muerte

Pocos años mas tarde, en 1906, Cía, enferma de gravedad, y al presentir su muerte reclama la presencia de su ahijado Manuel Avilés Lozano, director de la banda municipal de música, y le pidió que en su sepelio la gloriosa banda holguinera interpretara las notas del Himno de Bayamo.

El día 7 de mayo de 1906 muere Lucía Íñiguez en su Holguín querido, recibiendo su cadáver sepultura en el cementerio de la ciudad.

Mausoleo de Lucía Íñiguez Landín

Sirviendo de fondo a la Plaza de la Revolución mayor general Calixto García Íñiguez, se encuentra el Bosque de los Héroes, singular parque que perpetuara por medio de monumentos conmemorativos a los héroes caídos a lo largo de la lucha del pueblo cubano por la independencia y la libertad.

En ese lugar se construyó un mausoleo a Lucía Íñiguez. Sus restos fueron trasladados, el 7 de mayo de 1983 desde el cementerio de la ciudad para reposar eternamente al lado de los de su hijo.

El mausoleo consta de una bandera cubana erguida, construida en hormigón, en líneas verticales rectas, con una sección en forma de una letra S abierta.

Adosado a la bandera por su parte frontal y colocado en forma horizontal se encuentra un relieve forjado en cobre, que representa la efigie de Lucía con un velo de pesado cemento que se extiende hacia la derecha, convirtiéndose en un paisaje cubano con palmas y montañas.

El rostro de Lucía ocupa la zona del municipio Holguín, cabecera de provincia y el resto del mapa de la actual de la actual provincia se forma con el velo y el paisaje del relieve.

La obra escultórica se debe a José Montero Hernández y Fausto Cristo Campos, los que contaron con la colaboración de la arquitecta Consuelo Ledón y el ingeniero Edialberto Padilla.

Fuentes

  • Mausoleo a Lucía Íñiguez Landín