Luis Soriano Quirós

Luis Soriano Quirós
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Datos personales
Nacimiento1932
Angustias, Granada, Bandera de Granada
Fallecimiento5 de junio de2001
Bilbao Bandera de España
OcupaciónPintor y diseñador.
Datos artísticos
ÁreaPintura, dibujo.

Luis Soriano Quirós. Pintor español nacido en 1932 en Granada.

Síntesis biográfica

Nació en Granada en el barrio de las Angustias en 1932, Hijo de Juan Soriano y Trinidad Quirós, segundo de cuatro hermanos. Abandonará los estudios de bachillerato para entrar en a taller-estudio del escultor Navas Parejo, en la sección de policromía y pintura. Este acercamiento al arte le permite, durante cuatro años, conocer técnicas y procedimientos que a lo largo de su carrera le serán de gran provecho.Vive una juventud apasionadamente atrapado por la pintura: cada día, tras terminar su jornada laboral, recoge sus materiales de pintura y se escapa a la Alhambra para pintar del natural.

Decidido a dedicarse plenamente a la pintura, ingresa en la escuela de artes y oficios de su ciudad, siendo sus maestros Capulino Jáuregui y A. Merino, cuyos consejos son estimados y fielmente atendidos por ser acordes con su temperamento. Siguió cursos de Historia del Arte con Marino Antequera, al que profesará de por vida una profunda amistad y gratitud. Desde 1942 hasta 1946 cursa Decoración Árabe y desde 1947 a 1953 Dibujo Artístico. A partir de entonces concurre a certámenes y exposiciones para jóvenes y obtiene diferentes premios y distinciones.Con un grupo de seis pintores y un escultor funda el grupo artístico Los Iliberitanos de Granada, que busca salir fuera de su entorno, darse a conocer y llevar su pintura a una constante renovación sin renunciar a los valores de la pintura tradicional o al concepto clásico de la forma y el color.

En 1956 obtiene por concurso una beca de pintura del Ayuntamiento de Granada, que le permite trasladarse a Barcelona para ampliar sus estudios. Aquí trabajará sobre todo con temas de paisajes y de figuras —tipos populares tratados con pincelada limpia— así como una gran cantidad de retratos en los que busca no sólo el parecido físico, sino ahondar en la psicología del retratado. En este periodo hace su primer viaje a París.

Hacia 1958, con motivo de realizar una exposición, visita Bilbao, en donde le sorprenden el paisaje, las tradiciones y las gentes, así como la pintura vasca. Decide fijar ahí su residencia, alternándola con las estancias de vacaciones en Granada.En 1978, en el Centro Manuel de Falla, vuelven a reunirse Los Iliberitanos para homenajear al crítico que los orientó a lo largo de sus caminos, Marino Antequera.Es nombrado Académico Correspondiente de la Real Academia de Bellas Artes de Granada en 1982.

Trabajador incansable, celebraró numerosas exposiciones tanto colectivas como individuales, éstas últimas en Barcelona, Granada Bilbao, Vitoria, Málaga, Marbella, Alicante, Santander, Madrid, Pamplona, Bayona (Francia), Valencia y Sevilla, entre otras ciudades. Cuentan con obras el museo de la Real Academia de Bellas Artes de Granada, el Ayuntamiento de Granada, la Caja General de Ahorros de Granada y el museo A. Marsá de Barcelona.

Técnica

A lo largo de su trayectoria creativa, alternó el trabajo al aire libre y el de estudio, que con el tiempo fue ganando terreno al primero, pero sin conseguir jamás sustituirlo, ya que lo consideraba una vigorosa experiencia y verdadera escuela de arte a la que nunca quiso renunciar por la satisfacción personal y artística que le reportaba.

Prácticamente la totalidad de su obra es al óleo, al adaptarse plenamente las posibilidades técnicas del mismo a sus necesidades expresivas como pintor y a su sistema de trabajo. A lo largo de su carrera mantuvo un proceso creativo tradicional ejemplificado en la forma de disponer los colores en la paleta: un gran empaste de blanco en la parte superior derecha y, a partir de ahí, hacia la izquierda, los amarillos, naranjas, rojos, azules, verdes; desde la esquina superior izquierda, hacia abajo, los tostados, y ausencia de negro. Las mezclas las realizaba tanto en el lienzo cómo en la paleta.

Característica realmente significativa de su técnica pictórica es el contraste, ese juego sutil de las transparencias y veladuras con las zonas más empastadas, generador de texturas y volúmenes que tienen la habilidad de ser pinceladas confusas, aparentemente inconclusas, en la cercanía, que van revelando formas definidas a medida que el observador aleja su punto de vista. Los materiales de los que se sirve para desarrollar esa técnica son el pincel, trapos, esponjas, la espátula ocasionalmente y sus propios dedos; en definitiva, una variedad de recursos para conseguir sensaciones táctiles y cromáticas. Periódicamente, recogía los restos de pintura de la paleta y los extendía posteriormente sobre un lienzo virgen, al que nunca se enfrentaría en su blancura original, sino con una impregnación cuyas texturas, formas o colores, surgidos al azar, servirían de inspiración para una futura composición.

Ahí están de manera latente en gran parte de sus lienzos los ecos admirativos, aunque lejanos, heredados del gran maestro de lo moderno que fuera Cézanne y de la pintura postcubista del maestro Vázquez Díaz y de otros equivalentes, en especial en sus paisajes construidos y estructurados por concretos volúmenes, rotundos y definidos tanto por la luminosidad de la paleta, como por la valentía desenfadada de su factura, realizada ya con el pincel, ya con la espátula, en permanente evolución desde las obras pertenecientes a su época juvenil de los años 50 hasta las más tardías de los 90.

De Granada a Bilbao

Tras las exposiciones en Granada y más tarde en Málaga y Sevilla, Soriano Quirós experimentó la firmeza de su formación en el éxito que su pintura le ofrecía, teniendo especialmente en el retrato uno de sus fuertes. La exposición celebrada en 1956 en Barcelona le abrió las puertas a una clientela que valoraba su sólida formación de dibujante y su especial capacidad para conectar con el retrato, hecho con elegancia, pero también con indiscutibles valores plásticos. Este difícil género de la pintura no está en contra, como algunos pensaban, de la dimensión creadora ni de la investigación estética. En la obra total del pintor queda bien puesto de manifiesto la dignidad y honradez de sus estudios del natural. Retratos como el hecho a su madre, de ajustado parecido y de sólida factura, se podrían ponderar comparándolos con los dos deliciosos que, realizados posteriormente a sus dos hijas, nos ofrecen la soltura de toque y la frescura de la paleta, tan cercanos a los estudios preparatorios de Goya para el gran retrato de la Familia de Carlos IV , que el pintor estudiaría con fruición en sus visitas al Museo del Prado. Con esto señalamos aquí otra de las grandes virtudes que adornaron la vida del pintor, saber ir a la mejor fuente, a la sabiduría de los grandes maestros, no para copiarlos servilmente, sino para en ellos investigar con la verdad de su indiscutible capacidad de crear desde la originalidad de su propio arte. Y esto tanto en el campo del retrato como sobre todo en el del paisaje y en la pintura de escenas y costumbres.

Otra experiencia traída por el pintor de esas primeras salidas a Madrid, Barcelona, París y Bilbao fue la de recibir nuevas críticas, dictadas desde otras escalas de valores. Fue determinante, por oportuna y sincera la realizada en Barcelona en 1956 por Carlos Rojas, tras haber visitado su exposición en Selecciones Jaimes , en el Paseo de Gracia.

Obras en museos y colecciones

  • Museo de la Real Academia de Bellas Artes de Granada.
  • Academia de Bellas Artes de Sabadell (Círculo Mercantil).
  • Centro Artístico y Literario de Granada.
  • Museo A. Marsá de Barcelona.
  • Caja Granada.
  • Excmo. Ayuntamiento de Granada.
  • Caja Provincial de Granada.
  • Caja de Ahorros de Alicante.
  • Excmo. Ayuntamiento de Centellas, Barcelona.

Muerte

El día 5 de junio de 2001 muere en Bilbao.

Fuentes