Luis Váez de Torres

don Luis Váez
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Explorador y navegante portugués a caballo de los siglos XVI y XVII.
Nombredon Luis Váez de Torres
Nacimientodécada de los 60 del siglo XVI
FallecimientoEn el año 1613 desapareció.
Ciudad Goa
Nacionalidadespañola
OcupaciónExplorador, Navegante

Don Luis Váez de Torres: Explorador y navegante portugués a caballo de los siglos XVI y XVII.

Síntesis biográfica

Infancia y juventud

Su lugar de nacimiento concreto no consta en la relación sumaria de su expedición a Tierras Australes, hecha por el Capitán de Armada Diego de Prado y Tovar, pero sí que era "bretón", es decir de la diócesis de Mondoñedo Ferrol en Galicia. Su nacimiento debió de tener lugar en la década de los 60 del siglo XVI, de la relación se puede deducir que Vaéz de Torres en 1607 era un capitán menos experimentado en el mando que Diego de Prado, rondaría la cuarantena en ese momento.

Descubrimiento de la Isla del Espíritu Santo

Al servicio de España. (En su época el reino de Portugal estaba incorporado al de España).

Acompañó como almirante al general don Pedro Fernández de Quiros, en su viaje de exploración de las tierras australes, compuesta por las naos capitana San Pedro y San Pablo de sesenta tonaldas y marineros con Quirós al mando y Diego de Prado en reserva (bajo consigna sellada de Gaspar de Zúñiga, Conde de Monterrey y Virrey del Perú); la almiranta San Pedrico, de cuarenta toneladas y marineros, capitaneada por Vaéz de Torres y la lancha inglesa Los Tres Reyes Magos, de doce marineros. En conjunto era buques muy veleros, de fuerte armazón, con armamento de infantería suficiente para todo el equipaje y armados con alguna pieza de artillería ligera, con buena carga de alimentos y agua, y tan solo con ciento treinta y dos hombres de dotación, de origen castellano, portugués y flamenco, más seis frailes Franciscanos y cuatro hermanos legos de San Juan de Dios, como enfermeros y un cirujano, todo dispuesto se hicieron a la vela con buen viento desde el puerto del Callao el día 21 de diciembre del año 1605.

La navegación era buena por el buen tiempo. Tienen señales de la existencia de tierra firme cuando se acercan a Australia, tales como el tipo de nubes y las puestas de sol. Pero un conflicto de intereses lleva al piloto mayor, Juan Ochoa de Bilbao a desmandarse y desviar la capitana al nordeste. Reestablecido el orden desesperan buscando tierra donde hacer aguadas, , buscan navegar entre los paralelos 13 á 15º con rumbo a la isla de Santa Cruz, la principal de Las Marquesas, en la que falleció Mendaña, pero no encontrándola comenzaron a realizar grandes viradas para cubrir más mar, descubriendo varias islas, de ellas las primeras once no eran habitables por carecer de agua, las veintitrés siguientes si estaban habitadas por nativos muy ágiles y de buena estatura, aunque pacíficos en general algunos no lo eran y como eran tantas, a todas se les bautizó pero algunas con nombres como: Luna Puesta, Conversión de San Pablo, Sagitaria, Peregrina, San Bernardo, etc.

En estas islas entran en contacto con un Tampitao, reyezuelo local, que les explica con signos la abundancia de islas y la existencia de una gran tierra firme donde los hombres adoran a animales con cuernos. De Prado y Torres asocian esto a la Gran Terra Australis Incognita.

En el mes de mayo siguiente descubrieron la isla del Espíritu Santo (Nuevas Hébridas), siendo nombrado en ellas maestre de campo en algo que Diego de Prado considerará después una pantomima de toma de posesión, promovida por los franciscanos y Quirós para calmar el motín. En principio fue bautizada como Tierra de Cardona y en ella las bahías de San Felipe y Santiago, tomando como fondeadero el de Veracruz por ser el más amplio con un longitud de veinte a veinticinco leguas.

En esta Isla correspondiente a la actual Espiritu Santo del archipiélago de Vanuatu las tensiones remontan entre la mayoría de marineros, militares de carrera, y el Capitán y Cabo Quirós, de origen marino mercante. Diego de Prado prevé el motín y pasa a la nao almiranta, junto con el piloto mayor. Hay un episodio de envenenamiento con pescado que es aprovechado por los amotinados de la capitana para poner rumbo de retorno a Acapulco por el Pacífico Norte. Los oficiales deliberan lo que hacer, Diego de Prado abre las ordenes selladas de Zúñiga, que indica a Diego de Prado como capitán y cabo en caso de pérdida de Quirós. En el resto del relato de Prado parece confiar en la pericia marina de Váez de Torres y se encarga sólo del mando militar y de documentar con mapas e ilustraciones la relación sumaria para el Rey.

Recorrido a las Islas vecinas

Quirós explicará que el día 8 de junio salieron a recorrer las islas vecinas, sufriendo un duro temporal, que obligó a correrlo cada cual a su forma, por lo que se perdieron de vista los bajeles, pudiendo Torres con la almiranta volver al fondeadero, uniéndosele allí solamente el patache; la capitana de Quiros, desmantelada por el temporal, se dirigió a Nueva España. Torres zarpó al día siguiente en su búsqueda pero nada encontró, regresando al fondeadero, donde estuvo quince días esperando al general, al ver que no aparecía llamó a Consejo de oficiales, decidiendo abrir los pliegos sellados del virrey del Perú, decidiendo proseguir la expedición con esta frase: « . .pues no son viajes éstos que se hacen cada día, ni había S. M. de ser engañado » así se hicieron de nuevo a la vela.

La realidad explicada por Diego de Prado es la del motín ya explicado, Quirós quiso ocultar su incapacidad para el mando en sus relatos, pero lo hizo de manera inconsistente.


La almiranta recorrió parte de ella bojeando con los dos buques, luego viraron al SO., pero nos descubrían tierra, virando de nuevo al NO., a los pocos días vieron tierra siendo la isla de Nueva Guinea, navegaron barajando la costa por el Oeste y por el Sur, pero no pudieron reconocerlas por el Este, por ser los vientos contrarios. Reconocieron puertos y levantaron planos, los nativos eran muy oscuros de piel, pero navegando algo más todavía eran más oscuros, estos labraban el hierro, vieron campanas de China, mercaderes mahometanos, desembarcaron y conocieron la noticia de los problemas en las Molucas, así que se hicieron de nuevo a la vela con rumbo a ellas.

El relato del Capitán de Prado sugiere que los expedicionarios bordearon Nueva Caledonia y que posteriormente llegan a las Salomón, ya conocidas de la expedición fallida de Mendaña. Costean la Nueva Bretaña, a la que de Prado nombre San Facundo, en homenaje al patrón de Sahagún, villa leonesa onde su hermano era Alférez Mayor.

Descubrimiento de tierras

A pesar de ello reconocieron unas 160 leguas de costa, descubriendo la tierra de San Buenaventura y las bahías de San Pedro de Arlanza y de San Lorenzo o puerto de Monterrey.

«Puertos y bayas de tierra de San Bvenaventura » descubierta por don Luis Vaez de Torres, el 18 de julio de 1606, á los 10º 2/3 Sur. Dibujados en colores por el capitan D. Diego de Prado y Tovar, 77 X 40 cent. — Original en el Archivo de Simáncas.

«Plano de la baya de Sanct Pedro de Arlança, en la tierra de S. Santiago de los papvas », descubierta en 1606, dibujado por el capitan D. diego de Prado y Tovar, en colores, 56 X 40 cent. — Original en el Archivo de Simáncas.

Estableció tratos de amistad con habitantes de las Islas

Adquirió de los indígenas papúas algunos productos típicos del lugar y estableció tratos de amistad con los mahometanos que poblaban algunos lugares de las islas, en ocasiones tuvo que hacer uso de las armas, ya que siempre ocurre algo que obliga a ello para defender la vida.

Tomó posesión de las islas en nombre de Felipe III

Posteriormente costean el Este de Nueva Guinea, encuentran pueblos muy organizados con campos de cultivo de palmeras, papayas y otros cultivos tropicales, algunos poblados tienen fortalezas.

Recorrió parte de la costa de este continente dirigiéndose a continuación a unas pequeñas islas, pertenecientes al archipiélago de las islas Filipinas, sometiendo a los indígenas sublevados contra su jefe y tomó posesión de ellas en nombre del rey don Felipe III. Toman posesión de la Austrialia del Espíritu Santo alli, pues todavía ignoran que se trata de una isla.

Posteriormente costean hasta la punta sudeste de Nueva Guinea, navegan un mes entre arrecifes (baxos en el relato) y dan en un cabo que nombran San Pablo que sin duda estaba en Queensland. Costean hacia el norte y hayan el canal que atraviesa el estrecho que hoy lleva el nombre de Torres.El relato no da cuenta de un desembarco en Australia, sí dice que la costa se perdía decenas de leguas al sur, en la concepción de la época la Terra Australis Incógnita se prolongaba hasta Tierra de Fuego, no entraba de ninguna manera en sus planes costear Australia hacia el Sur, su misión era ir a Manila a dar cuenta y soporte al gobernador (en guerra contra el sultán de Ternate).

Los historiadores marinos de origen francés o británico han tratado siempre de acentuar la supuesta ignorancia de Torres y de Prado sobre la existencia de Australia, para despejar toda duda sobre la legitimidad posterior de sus posesiones coloniales. Esta visión choca con el relato original, que subraya desde el principio la existencia de tierra firme continental.

Posteriormente de Prado distinguirá bien entre la isla de Nueva Guinea, bautizada Magna Margarita en honor de la Reina y la tierra firme, denominada Austrialia del Espíritu Santo en honor a los Austrias, nombre sugerido ya por Quirós.


Haciéndose a la mar, puso rumbo a Terrenate (las Molucas), al llegar efectivamente los nativos estaban alzados, ayudando a su gobernador don Juan de Esquivel a someter a los indígenas rebelados contra su autoridad.

Dejando allí al patache con veinte hombres, como refuerzo de la posesión española.

Carta al rey por no haber sido debidamente atendido por las autoridades

En Manila tienen noticias por algunos marineros que vuelven de Nueva España de las acciones de Quirós, que exagera sus descubriemientos y pide privilegios reales con insistencia inusitada. En mayo de 1608 Diego de Prado y Tovar redacta la declaración sumaria, firmada por todos los oficiales, Váez de Torres incluído. Posteriormente de Prado relata en una carta al rey que el gobernador los retiene (sin duda por necesitar apoyo militar dado el contexto en Indonesia).

En Manila no fue debidamente atendido por las autoridades, lo que le llevó a elevar su queja al Rey, en carta fechada el 12 de junio del año 1607.

« Relación enviada al Rey de las islas de Salomón y tierra austral, que cita Quirós en su memorial. Carta á Pedro Fernandez de Quiros desde Manila á 15 de junio de 1607, de su navegación desde la bahía de San Felipe y Santiago en la tierra Austral, que la tenia original Quirós, como él refiere en su expresado memorial » Biblioteca de Pinelo, tomo 2.º colección 671.

Según Fernández Duro: «. . .habiéndola empezado con sólo pan y agua y malas voluntades »

En su carta el Rey entre otras cosa le indica: « por la culpa de Quirós no se descubrió lo que más estimaba el Conde de Monterrey, la coronilla del Polo Antártico, habiendo estado tan cerca de ella » y en juicio del Dr. E. T. Hamy, en un estudio, publicado en el Boletin de la Sociedad Geográfica. Madrid, 1878., con el título ‹ Comentarios sobre algunas cartas antiguas de la Nueva Guinea para servir á la historia del descubrimiento de aquel pais por los españoles › Traducido de D. Martín Ferreiro, dice: « más á su desaparición fué debido el admirable viaje de Váez, que ha inmortalizado su nombre, el más atrevido y mejor manejado de los que han llevado á cabo los españoles en las aguas desconocidas del Océano Pacífico »

En el año 1613 desaparece de las crónicas

De Prado relata que consigue zafarse con un religioso y un nativo recogido en la expedición y cristianizado, en Goa, en diciembre de 1613 volvió a repetir la queja, escribe al rey para relatar los hechos, acompañar su relato, mapas y dibujos y comisiona al religioso llevar todo y presentar al nativo en Madrid. Para entonces Madrid ha sido inundado de relatos y pedidos de Quirós que no son coherentes, por lo que la Administración real sospecha sobre la expedición.

Torres no vuelve a aparecer posteriormente en relatos de hechos de la Armada, de Prado se retira como monje en el Monasterio de San Basilio en Madrid, siendo ésta una obra dedicada a la educación, en la Calle del Desengaño, desaparecido desde mediados del siglo XVII.

La relación manuscrita es archivada por petición del Rey. Se ignora si fue urilizado por los exploradores franceses y británicos en el siglo XVIII, pero es muy probable. Reaparece (sin los mapas) en la colección privada de Thomas Philips en el siglo XIX, en forma de un tomo desordenado de viejos relatos de marina portugueses, es comprado por Leicester Harmsworth y acaba en los fondos de la biblioteca estatal de Nueva Gales del Sur, que lo ha digitalizado y puesto a disposición.

Fuentes

  • Relación sumaria del del descubrimto. que empeçó Pero Fernandes de Quirós y le acabo El Capitán Don Diego de Prado con Asistencia del Capitán Luis Vaez de Torres en la nao San Pedrico hasta la ciudad de Manila el 2 de mayo de 1608 a horna y gloria del omnipotente. Manuscrita de Diego de Prado, certificada y firmada por los oficiales de la nao, incluido el Capitán Luis Váez de Torres, en Manila el 6 de de Junio de 1608. Disponible digitalizada por la biblioteca estatal de Nueva Gales del en: http://acms.sl.nsw.gov.au/album/ItemViewer.aspx?itemid=824242&suppress=N&imgindex=2
  • Enciclopedia General del Mar. 1957. Sin iníciales de identificación del compilador.
  • Fernández de Navarrete, Martín.: Biblioteca Marítima Española. Obra póstuma. Imprenta de la Viuda de Calero. Madrid, 1851.
  • Fernández Duro, Cesáreo.: Disquisiciones Náuticas. Facsímil. Madrid, 1996. 6 Tomos.
  • VV. AA.: Diccionario de Autores. Real Academia Española. Editorial Gredos. Madrid, 2002. Edición Facsímil del primer diccionario de la Real Academia publicado en 1737.