Mansedumbre

Mansedumbre
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Concepto:Suavidad y benignidad en la condición o en el trato.

Mansedumbre. Como mansedumbre se denomina la condición de manso. Se refiere a la docilidad, suavidad o benignidad en el carácter o en el trato.

Significados

La palabra, como tal, proviene del latín mansuetūdo, mansuetudĭnis. La mansedumbre es un valor altamente apreciado para quienes se someten a la disciplina religiosa, pues implica una gran humildad y autocontrol, así como una gran obediencia y una rígida observancia a las normas.

Ámbito social

La mansedumbre, confundida a veces con debilidad, supone una gran fuerza interior y una enorme convicción para enfrentar situaciones difíciles o adversas sin recurrir a la violencia o caer presa de sentimientos de cólera y rencor.

En este sentido, la mansedumbre nos ayuda a desarrollar el autodominio y a fortalecer nuestras convicciones personales, morales o espirituales. Como mansedumbre también se designa la actitud o el comportamiento de un animal que no es bravo o salvaje. De este modo, podemos hablar de la mansedumbre en animales como las vacas, los elefantes, las jirafas, etc.

Manifestaciones que describen la mansedumbre

Según la Biblia

En la teología cristiana, se define la mansedumbre como el proceso interno por medio del cual la persona vive en paz (Salmo 37:11 que dice: Pero los mansos heredarán la tierra, Y se recrearán con abundancia de paz.), y se hacen cesar grandes ofensas (Eclesiastés 10:4 declara que: Si el espíritu del príncipe se exaltare contra ti, no dejes tu lugar; porque la mansedumbre hará cesar grandes ofensas.).

La importancia de estas listas de cualidades es que el cristianismo rige sobre ellas su imagen del hombre y sobre ellas fundamenta su teología moral. Así, el cristiano ha de orientar su vida hacia la caridad, la bondad, la templanza, entre otros. En concreto la mansedumbre ha de encontrar resistencia interior por el hombre, es decir, no es una disposición natural en el mismo, por eso sólo es posible desarrollar esta cualidad a través del poder del Espíritu Santo, dado que humanamente es posible fallar. Por eso existe una lucha diaria contra la carne, para conseguir que el fruto del Espíritu siempre prevalezca. De este planteamiento se deriva el ser guiados al camino de santidad y de búsqueda de imitar a Jesús mientras se viva.

La mansedumbre en el Nuevo Testamento (Biblia)

A diferencia de los dones del Espíritu (1Corintios 12: 1-11), conocidos y compartidos también por la teología judeocristiana, el fruto del Espíritu (Gálatas 5:22-23) es una obra manifiesta del Espíritu Santo en el cristiano para buen provecho. Aparece acuñado por primera vez en una de las epístolas de San Pablo, en concreto la Epístola a los Gálatas (Gal 5:22). Allí, la mansedumbre aparece junto a las otras cualidades: Amor, Gozo, Paz, Paciencia, Benignidad, Bondad, Fe y Templanza.

La Biblia dice que Moisés era muy manso (Números 12:3 dice:... Y aquel varón Moisés era muy manso, más que todos los hombres que había sobre la tierra.) Dicho de otra manera, él podía mantener un buen equilibrio entre los extremos emocionales.

La mansedumbre aparece también en el Nuevo Testamento, presentada como un rasgo distintivo de la predicación de Jesús de Nazaret. Es una de las nueve bienaventuranzas del Sermón del monte: «Bienaventurados los MANSOS, porque ellos recibirán la tierra por heredad» (Mateo 5,5). En Mateo 11,29 se dice «Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas». Esta mansedumbre que los Evangelios atribuyen a Jesús queda finalmente ejemplificada con la aceptación de su calvario y muerte después de ser fortalecido por un ángel para que hiciera la voluntad de Dios.

Fuentes