Manuel I el Afortunado

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Manuel I
Información sobre la plantilla
Rey de Portugal
ManuelI-P.jpg
Reinado 25 de octubre de 1495 - 13 de diciembre de 1521
Coronación 27 de octubre de 1495
Nacimiento 31 de mayo de 1469
Alcochete Portugal
Fallecimiento 13 de diciembre de 1521
Lisboa, Portugal
Entierro Monasterio de los Jerónimos de Belém, Lisboa
Predecesor Juan II de Portugal
Sucesor Juan III de Portugal
Consorte Isabel de Aragón y Castilla
  • María de Aragón y Castilla
  • Leonor de Austria
Descendencia Miguel, príncipe de Portugal, de Asturias y de Gerona
  • Juan III de Portugal
  • Isabel, reina de España y emperatriz del Sacro Imperio
  • Beatriz, duquesa de Saboya
  • Luis, duque de Beja
  • Fernando, duque de Guarda
  • Alfonso, cardenal de Portugal
  • Enrique I de Portugal
  • Eduardo, duque de Guimarães
  • António, infante de Portugal
  • Carlos, Infante de Portugal
  • María, Duque de Viseu
Padre Fernando, Duque de Viseu
Madre Beatriz, Infanta de Portugal

Manuel I el Afortunado (o el Grande), rey de Portugal (1495-1521). Bisnieto del rey Juan I el Grande, contrajo matrimonio sucesivamente con dos hijas de los Reyes Católicos: Isabel (1495), y María (1500), y, más adelante, con Leonor (1518), hija de Juana I de Castilla.

Vida

Durante su reinado, llamado la época dorada de la historia portuguesa, tuvieron lugar importantes exploraciones y descubrimientos. Financió la famosa expedición del navegante portugués Vasco da Gama, que proporcionó una ruta marítima hasta la India alrededor del cabo de Buena Esperanza; así como el viaje de Pedro Álvares Cabral, por el que alcanzó Brasil, el cual fue reclamado para Portugal, y tras seguir navegando hacia el oeste en dirección a la India, estableció una factoría en Calicut; y también hizo lo propio con la exploración de Gaspar Corte-Real de las costas del Labrador y de Terranova, y la expedición de Alfonso de Albuquerque, que estableció el Imperio portugués en el Lejano Oriente.

Durante el reinado de Manuel I así mismo se establecieron relaciones comerciales con Persia y China, y se obtuvieron grandes riquezas de las posesiones del Nuevo Mundo. Manuel I convirtió su corte en un centro de las artes y las letras y promulgó un código de leyes que lleva su nombre. También lleva su nombre la llamada arquitectura manuelina, un estilo lleno de referencias náuticas. Su gran celo religioso le llevó a financiar empresas misioneras en sus posesiones de ultramar y a esforzarse por contribuir a una cruzada contra los turcos. Este mismo motivo le indujo, también, a perseguir a los judíos en Portugal y a expulsarlos del país en 1497 y 1498. Su política matrimonial no consiguió el objetivo de convertir las coronas de Castilla y Aragón en una futura herencia de los reyes de Portugal.

Manuel I de Portugal murió pacíficamente en 1521 y se encuentra sepultado en el Monasterio de los Jerónimos, que el mismo mandó construir. Su hijo Juan le sucedió en el trono como Juan III.

Política Interna

En lo referente a la política interna, Manuel I perpetuó los modos de su antecesor de tendencias absolutistas. Las Cortes (la asamblea que reunía al poder real con las diferentes clases sociales del reino) sólo se convocaron tres veces durante su reinado de más de veinticinco años, y siempre en Lisboa, un territorio no precisamente neutral. Reformó los tribunales de justicia y el sistema tributario, adaptándolos al progreso económico que estaba viviendo su reino.

En lo tocante a la religión, se puede decir que Manuel I fue un hombre bastante religioso que invirtió una parte importante de la fortuna del país en la construcción de iglesias y monasterios, así como en el patrocinio de la construcción de misiones católicas y la evangelización de los nativos de las nuevas colonias. También intentó promover una nueva cruzada contra los turcos.

En su contra está que, siguiendo el ejemplo de otros reinos europeos como los vecinos de Castilla y Aragón, entre 1496 y 1498 promovió acciones para acabar con la presencia en su reino de judíos y musulmanes, obligando a la conversión forzosa de aquellos miembros de ambas religiones que quisieran permanecer en Portugal. Aunque hay quien indica que esta política extremista pretendía satisfacer a los Reyes Católicos en una cláusula que fue acordada antes de su matrimonio con Isabel de Aragón.

Por otra parte, sí que es cierto que no permitió la distinción jurídica entre católicos y judíos conversos, y que aquellos que decidieron ser bautizados fueron protegidos de cualquier abuso. Nada de lo cual evitó, sin embargo, la masacre del 19 de abril de 1506, en la que cerca de 4.000 judíos fueron asesinados por las turbas.

Vea también

Fuentes