Mariposa Niña Celeste

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Mariposa Niña Celeste
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Clasificación Científica
Nombre científicoLysandra bellargus
Reino:Animalia
Filo:Invertebrados
Clase:Insecta
Orden:Lepidópteros
Familia:Lycaenidae

Mariposa Niña Celeste (Lysandra bellargus). Pertenece al orden de los lepidópteros y la familia Lycaenidae (licénidos). Su género es el Lysandra y su especie la Lysandra bellargus (Polyommatus bellargus subsp alfacariensi).

Distribución

Esta especie es muy abundante en toda la Península Ibérica, desde el nivel del mar hasta los 1.800 metros de altitud. Su preferencia son las zonas donde existe mucha o bastante humedad, pero es capaz de colonizar zonas secas o de poca vegetación. Un caso son las últimas etapas de degradación de los encinares béticos.

Se la puede encontrar revoloteando sobre las flores de los prados y las praderas de césped corto. La lysandra bellargus se citó por primera vez en la sierra de Alfacar (Granada).

Por otra parte, esta es una especie que se encuentra amenazada, especialmente en zonas donde ya no hay pastos de ovejas o conejos. En Francia es un especie protegida.

Características generales

La mariposa Niña Celeste integra el linaje Lycaenidae, dentro de la categoría de los lepidópteros. Pertenece al conjunto Lysandra, en la clasificación Bellargus. Este insecto habita con predominancia en la Península Ibérica, tanto en la planicie como en los picos de 2000 metros de altura.

A simple vista, este animal se reconoce por su color celeste, claro e invariable. En una mirada más atenta, puede diferenciarse el bello fleco de sus alas, bordeadas por fimbrias donde se intercalan el blanco y el negro en un juego sutil. En cuanto a su tamaño, este varía entre los 3 y los 5 cm. La especie presenta diferentes rasgos formales entre los sexos.

Se reconoce al macho al observar el interior azul metalizado de las alas, adornado de una hilera discreta de manchas negras. Por su parte, la hembra tiene tonos acaramelados en el anverso, con sombras naranjas y un vértice axilar celeste, compartiendo los puntos oscuros con el macho. En ambos también, la capilaridad del cuerpo es blanca y afelpada, y los ojos son negros.

Para la colocación de sus huevos, la Lysandra escoge, en la medida de lo posible, aquellas leguminosas de tallos resistentes, como la “herradura”, una especie vegetal que además de tener la consistencia apropiada para sujetar al futuro capullo, es perenne.

Gracias a su ciclo reproductivo bianual, es posible presenciar las diferencias generacionales de la mariposa Niña Celeste. En su primer ciclo, este insecto posee una fuerte pigmentación azul; en tanto que en el segundo el color se a desprendido gradualmente hasta que sus alas alcanzan la transparencia cristalina.

En el período de seis meses que vivencia como oruga, se alimenta mediante la succión de la savia de las herbáceas, preferentemente de los tréboles. La metamorfosis definitiva tiene lugar en mayo y en agosto. La segunda camada siempre es un poco más pequeña que la primera en cuanto al tamaño de cada individuo.

El estudio minucioso de las costumbres de la oruga comprobó que la misma entabla relaciones amistosas con cierta especie de hormiga. Entre ambos insectos se crea una singular sociedad, en la que acuerdan protegerse mutuamente.

Su hábitat ideal es el que le brindan las praderas y bosques húmedos, aunque se adapta con relativa facilidad a las regiones de escasez de prados y pobreza de suelos. Este último registro respecto a su facultad de cambiar de hábitat se realizó al comprobar que luego de la destrucción de los encinares béticos, la mariposa Niña Celeste encontró nuevos horizontes donde hacer su hogar.

Alimentación

Para su alimentación, la Niña Celeste se nutre principalmente de leguminosas y herbáceas.

La mariposa Niña Celeste integra el linaje Lycaenidae, dentro de la categoría de los lepidópteros. Pertenece al conjunto Lysandra, en la clasificación Bellargus. Este insecto habita con predominancia en la Península Ibérica, tanto en la planicie como en los picos de 2000 metros de altura.

A simple vista, este animal se reconoce por su color celeste, claro e invariable. En una mirada más atenta, puede diferenciarse el bello fleco de sus alas, bordeadas por fimbrias donde se intercalan el blanco y el negro en un juego sutil. En cuanto a su tamaño, este varía entre los 3 y los 5 cm. La especie presenta diferentes rasgos formales entre los sexos.

Se reconoce al macho al observar el interior azul metalizado de las alas, adornado de una hilera discreta de manchas negras. Por su parte, la hembra tiene tonos acaramelados en el anverso, con sombras naranjas y un vértice axilar celeste, compartiendo los puntos oscuros con el macho. En ambos también, la capilaridad del cuerpo es blanca y afelpada, y los ojos son negros.

Para la colocación de sus huevos, la Lysandra escoge, en la medida de los posible, aquellas leguminosas de tallos resistentes, como la “herradura”, una especie vegetal que además de tener la consistencia apropiada para sujetar al futuro capullo, es perenne.

Gracias a su ciclo reproductivo bianual, es posible presenciar las diferencias generacionales de la mariposa Niña Celeste. En su primer ciclo, este insecto posee una fuerte pigmentación azul; en tanto que en el segundo el color se a desprendido gradualmente hasta que sus alas alcanzan la transparencia cristalina.

En el período de seis meses que vivencia como oruga, se alimenta mediante la succión de la savia de las herbáceas, preferentemente de los tréboles. La metamorfosi definitiva tiene lugar en mayo y en agosto. La segunda camada siempre es un poco más pequeña que la primera en cuanto al tamaño de cada individuo.

El estudio minucioso de las costumbres de la oruga comprobó que la misma entabla relaciones amistosas con cierta especie de hormiga. Entre ambos insectos se crea una singular sociedad, en la que acuerdan protegerse mutuamente.

Su hábitat ideal es el que le brindan las praderas y bosques húmedos, aunque se adapta con relativa facilidad a las regiones de escasez de prados y pobreza de suelos. Este último registro respecto a su facultad de cambiar de hábitat se realizó al comprobar que luego de la destrucción de los encinares béticos, la mariposa Niña Celeste encontró nuevos horizontes donde hacer su hogar.

Fuente