Maríe Victorín
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Maríe Victorín. Sabio canadiense, cura, profesor y naturalista. Director del Instituto de Botánica de Montreal, fundador del primer laboratorio de Botánica y del Jardín Botánico de Montreal.
Sumario
Síntesis biográfica
Infancia
Jose Luis Conrado Kirouac nació el 3 de abril de 1885 en Kingsey-Falls, provincia de Québec, en la parte del Canadá francés. Sus padres se llamaron Cirilo Kirouac y Filomena Luneau, padres también de otros cinco varones, que murieron siendo niños, y de cinco hijas.
Su padre fue librero, y la primera instrucción de Conrad se desarrolló en la Academia Comercial de Québec, dirigida por los Hermanos de la Salle y al graduarse emprendió su noviciado como Hermano de las Escuelas Cristianas en Maisonneuve, ingresó en la Orden de sus maestros, bajo el nombre de Hermano Maríe Victorín.
Vida universitaria
Su afición a la literatura y al estudio de la Botánica lo hizo conocer a fondo la flora de la provincia de Québec. Se graduó de Doctor en Ciencias en 1924 y fue llamado por el claustro de la Universidad Católica de Montreal a ocupar la cátedra de Botánica. Allí pudo dedicarse a su pasión favorita, la Botánica, desarrollada durante sus cursos de enseñanzas en el colegio de Longueil, en 1923.
Comisionado en 1929 por Canadá a un Congreso de Botánica en el Cabo de Buena Esperanza, pudo visitar países de flora muy interesante, adquiriendo así a su paso por toda el África, desde el Cabo hasta el Cairo, una rara experiencia, comparando la flora africana con la americana.
Su obra mas valiosa fue el hermoso libro “Flore Laurentienne”, fruto de veinte años de labor continua; este libro, ilustrado como pocos, tiene un valor inapreciable para el estudio de la flora de la región Este del Canadá. Pocas publicaciones de Botánica descriptiva en el mundo pueden ostentar una presentación parecida a esta obra maestra.
Luchando con energía sobrehumana contra toda clase de obstáculos, logró fundar con sus propios discípulos, el Instituto Botánico de la Facultad de Ciencias; ampliando luego sus planes, logrando la construcción del edificio sede del Instituto Botánico.
En reunión por el tercer centenario de la ciudad de Montreal el destacado botánico propuso la creación del Jardín Botánico de Montreal. El cual abrió sus puertas el 7 de mayo de 1939, donde Maríe Victorín fue nombrado miembro de su comisión municipal. Esta fue una de las más bellas obras que un hombre intelectual ha establecido en América.
Estancia en Cuba
De salud delicada y de actividad constante, necesitaba pasar cada año los últimos meses del invierno en un clima tropical, escogiendo Cuba, a donde fue a buscar calor durante cinco inviernos consecutivos, desde 1939 a 1944.
En el Colegio Hermanos De la Salle, encontró un colaborador, el Hermano León, y un laboratorio acogedor, donde después de cada excursión, interrogaba los libros, en demanda de los nombres de las plantas recolectadas. Ambos botánicos emprendieron un viaje de exploración de aproximadamente diez semanas (1938-1939) que se extendió por toda la isla. Refiere el Hermano Alaín que durante tres meses de cada año, recorría incansablemente los campos y montañas cubanos, hasta los lugares más remotos, como Maisí, Mantua y la Ciénaga de Zapata. Tomando notas y fotografías, podía luego ilustrar con lujo de detalles sus conferencias sobre la flora de Cuba.
Estas numerosas exploraciones le dieron material para publicar, en colaboración con el Hermano León, tres volúmenes titulados: “Itinéraires Botaniques dans I’Ile de Cuba”, en 1942, 1944 y 1956, respectivamente.
Dice el Hermano Alaín al hacer se juicio crítico lo siguiente:
Durante su última estancia en Cuba, de febrero a junio de 1944, dedicó gran parte de su tiempo a estudios taxonómicos, sobre los géneros Ravenia, Spathelia, Purdiaea y Belotia, describiendo varias especies nuevas. Exploró la Isla de Pinos y su última exploración botánica en Cuba fue el 20 de mayo, a la región de las Sabanas al Sur de Pinar del Río, cerca de San Luís, expedición en la cual lo acompañó el Hermano Alaín, descubriendo algunas plantas raras y desconocidas.
De talla ligeramente superior a la mediana, al parecer fuerte físicamente, pero de una constitución frágil, enfermizo, sufriendo de los bruscos cambios de temperatura, vestido como el común de los mortales, y no pudiendo, por lo menos en su última estancia en la Habana, habitar en el Colegio De la Salle, por temor a las escaleras, que lo hacían agitar demasiado, debiendo, por lo tanto vivir en un hotel donde hubiera ascensores, aquel hombre parecía de acero y el acero que estaba en su corazón, en su voz en su elocuencia, se quebró trágicamente en aquel mismo año de 1944.
Pedagogo
En cuanto a la pedagogía es bueno contemplar con amplitud de miras el espacio de vastísimos horizontes en que se ha acumulado la pedagogía del Hermano Maríe Victorín, nada mas a propósito que recurrir al libro que sobre sus ideas de enseñanza publicó en 1942 el Lcdo. Louis Philippe Audet. El no atribuía toda la responsabilidad de la educación a los profesores de la Universidad. Para el los profesores de la Enseñanza Secundaria y de la Primaria eran los verdaderos artesanos, que amaban, bien o mal, la arcilla nacional. Uno de los medios que preconizaba para llegar a la realización de su ideal, era la creación de un medio científico nacional. Mezclado durante muchos años en la tarea de la evolución de la enseñanza en el Canadá, Maríe Victorín comprendía la extensión del deber confiado a los educadores.
Muerte
El 4 de junio se trasladó a Montreal y el 15 de julio de 1944, volviendo de una excursión botánica, ocurrió un accidente automovilístico que en pocos instantes provocó su muerte.
Publicaciones
Gran sabio, hombre muy inteligente, era también literato, autor de “Contes Laurentiens”, “La couleur locale dans la littérature canadiense”, “Voyages sur la Saint Laurent”, “Récits Laurentiens”, y mas de 300 folletos o libros científicos. Era miembro de la Société Royale o Academia de Ciencias del Canadá y de numerosas sociedades científicas.
En 1931 fundó la serie titulada “Contributions du Laboratoire de Botanique de I’ Université de Montreal”, la que editó hasta su muerte.
En 1935 publicó, en colaboración con el Hermano Alexandre, la voluminosa obra “Flore Laurentienne”.
Condecoraciones
Entre los honores que recibió en vida están los premios:
- “Premio David” en 1923 y 1931
- “Premio de acción intelectual”, siendo por su obra científica condecorado por el rey de Inglaterra en 1936, y obteniendo la Medalla de Oro de la Sociedad.
- Orden Nacional de Mérito “Carlos Manuel de Céspedes”, en el Grado de Oficial, en 1944.
Fuentes
- Chardon, Carlos E. (1949). Los Naturalistas en la América Latina. Editora del Caribe, C. por A. Ciudad Trujillo, República Dominicana. 386 p.
- Álvarez Conde, José. (1958). Historia de la Botánica en Cuba. La Habana. 353 p.
