Miguel Ángel Buonarroti

Miguel Ángel
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NombreMiguel Ángel Buonarroti
Nacimiento6 de marzo de 1475
Caprese, Bandera de Italia Italia
NacionalidadItaliana
OcupaciónPintor
Obras destacadasPiedad Rondanini,David entre otras
Miguel Ángel Buonarroti. Fue arquitecto, pintor, escultor y poeta dejó impreso en el arte su fogoso temperamento.Es el maestro de lo excelso, de los efectos grandiosos. Rasgos que recorren de principio a fin la obra y que influyeron decisivamente en las corrientes artísticas del Siglo XVI, tanto por el clasicismo como por la complejidad. Sin la existencia del genio de Caprese, la humanidad no hubiera gozado jamás de las formas alambicadas del barroco.

Síntesis biográfica

Nació el 6 de marzo de 1475 en el pueblo de Caprese, que es un pequeño centro del Valle Tiberino, actual provincia de Arezzo, el padre Ludovico de Leonardo de Buonarroto Simoni era podestá en nombre del gobierno de Florencia, Miguel Ángel habiendo finalizado el mandato de el regresa a Florencia, donde transcurre la infancia, juventud y algunos años de madurez. Siendo niño demuestra fastidio por las lecciones de gramática del humanista Urbino, a quien el padre confió la formación. Pero a él le cautiva el dibujo y el estudio del arte, se deleitaba en recorrer las iglesias y copiar las pinturas abandonando a veces las lecciones de gramática.

Trayectoria artística

El joven Miguel Angel, descendiente de una antigua familia florentina, inicia, alentado por el padre, estudios humanísticos; pero enseguida manifiesta extraordinarias dotes artísticas, que le llevan al taller de Domenico Ghirlandaio, en el que entra como aprendiz.

En Florencia, se introduce en el círculo de intelectuales reunido en torno a Lorenzo de Médicis, gracias al cual tiene la oportunidad de estudiar las esculturas antiguas que forman parte de las colecciones de la rica familia.

Los dibujos tomados de los frescos de Giotto y de Masaccio, así como primeras esculturas Virgen de la Escalera y Batalla de los Centauros, en Florencia, Casa Buonarroti, ya dejan entrever las orientaciones estilísticas del joven artista. Parte de Florencia en 1494 para ir primero a Bolonia y, dos años después, a Roma.

Durante los diez primeros años de actividad en la ciudad, se consagra, cuando todavía no tenia treinta años, como uno de los mayores artistas de la época. A este período pertenecen, además de la Piedad esculpida para la Basílica de San Pedro, el Tondo Taddei (Londres, Royal Academy), la Virgen con el Niño enviada a Brujas y el David (Florencia, Galería de la Academia). En 1505, el artista recibe el encargo de realizar un grandioso monumento fúnebre para el papa Julio II; un proyecto que, tras una larga y atormentada elaboración, quedará inacabado.

En 1506, después de una serie de incomprensiones con Julio II relativas precisamente a este monumento, abandona Roma; pero al cabo de pocos meses debe resignarse a reunirse con el pontífice en Bolonia, donde realiza una estatua del papa que será destruida algunos años después.

En 1508, firma el contrato para la decoración de la bóveda de la Capilla Sixtina, en La Ciudad del Vaticano; al cabo de cuatro años de tenaz y solitario trabajo termina los frescos. En ellos, Miguel ángel inventa una grandiosa estructura arquitectónica pintada, inspirada en la forma real de la bóveda, en la que inserta las figuras gigantescas de los profetas en torno a las nueve escenas del Génesis de la faja central.

A la muerte de Julio II, en 1513, el artista firma un segundo contrato para la sepultura del pontífice; esculpe dos figuras de esclavos (París, Museo del Louvre) y el Moisés, destinados al monumento pálido reflejo del grandioso sueño de juventud levantado en San Pietro in Vincoli, en Roma. En los últimos veinte años de su vida, trabaja en las obras de la iglesia florentina de San Lorenzo, para la que, además del diseño para la fachada, que no se lleva a cabo, Miguel Angel proyecta la Sacristía Nueva, planificada en correspondencia con la de Filippo Brunelleschi, y la Biblioteca Laurenciana.

En la sacristía, Miguel ángel esculpe las tumbas de los Médicis, en las que la heroica representación de Julio y Lorenzo de Médicis marca un hito en la expresión formal y en la reflexión sobre la dignidad del hombre. Tras el saqueo de Roma de 1527 y la expulsión de los Médicis de Florencia, el artista forma parte del gobierno de la República florentina.

En 1530, al recuperar el poder la familia Médicis, recibe el perdón de Clemente VII, quien le llama para que vuelva de nuevo a Roma. A partir de 1536, se consagra a la grandiosa realización del Juicio Final en el testero de la Capilla Sixtina y continúa las obras en la basílica de San Pedro, donde el estilo determinante se advierte sobre todo en la cúpula. Las esculturas realizadas en la fase final de su trayectoria artística, como la Piedad Rondanini, son el fruto de intensas meditaciones sobre el destino del hombre, y en ellas Miguel ángel abandona toda búsqueda de belleza formal para insistir, en cambio, en la inquietud por la salvación. La búsqueda figurativa del maestro tiene, en efecto, una correspondencia precisa con reflexión filosófica y poética: en personalidad múltiple e intensa se advierte como una síntesis de la amplia parábola renacentista.

Muerte

Deseaba ser enterrado en Florencia en la iglesia de Santa Crose y así fue después de fallecido.Los funerales se celebraron con gran solemnidad en San Lorenzo y fue enterrado en dicha iglesia.

Miguel Angel es el maestro de lo sublime, de los efectos grandiosos. Este arte no cesó de enriquecerse, de evolucionar, ganando siempre en vigor patético.La influencia dominó todo el siglo XVI, tanto por la pureza de el clasicismo como por la complejidad formal y espiritual de las obras

Fe religión e Iglesia

Desde la adolescencia no había dejado de ser un cristiano lleno de fe y de deseos de perfección, combatido y tentado por la adoración pagana de las formas.

La fe juvenil lo inspiró principalmente en Dante y Savonarola. Es de suponer que le causara indignación la corrompida Roma de los papas que conoció. Sentía admiración por Vittoria Colonna, por el cardenal Reginaldo Pole y por Berni sospechosos de simpatías protestantes confirma que esperaba una reforma disciplinaria y espiritual de la Iglesia.

En los últimos años de vida, arrastrado por los vaivenes espirituales de la Reforma católica, expresó en las obras y en los escritos una fe dolorosa, cierta necesidad ineludible de penitencia.

Véase también

Fuentes