Miguel de Grandy

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Miguel de Grandy
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Cantante, actor y director cubano. Importante promotor de la zarzuela en Cuba y el extranjero.
Nacimiento1909
La Habana, Bandera de Cuba Cuba
Fallecimiento18 de enero de 1988.
Miami, Bandera de los Estados Unidos de América Estados Unidos

Miguel de Grandy Nació en La Habana. Se inició como aficionado en la década del veinte del siglo pasado en los conciertos de música cubana organizados por Guillermo Sánchez de Fuentes, Jorge Anckermann, Ernesto Lecuona y Moisés Simons. Realizó su primera presentación en público en el teatro Nacional (hoy Gran Teatro de La Habana) en 1926, bajo la dirección de Moisés Simons. En los años siguientes y hasta 1930 tomó parte regularmente en espectáculos de esa clase.

Sus obras

En 1927 fue contratado por la casa RCA Víctor para grabar algunos números musicales en La Habana. Al año siguiente, un nuevo contrato del mismo sello disquero lo llevó a Nueva York, donde realizó los registros de las canciones Ay, mamá Iné, de Grenet; El manisero y Palmira, de Simons, entre otras. En el país norteño integró un espectáculo titulado Noches de amor, donde alternaba con figuras de relieve como la compositora mexicana María Grever. Sus aptitudes como actor se habían hecho evidentes desde sus primeras presentaciones escénicas. Emprendió una gira por América Central y del Sur, y a su regreso a La Habana en 1930, fue seleccionado por Ernesto Lecuona y Sánchez Galarraga para estrenar en el teatro Payret su zarzuela María la O. En esa misma temporada intervino, además, en los estrenos de El calesero y El maizal, de los mismos autores.

A partir de ese momento de Grandy alternó en sus actuaciones el repertorio nacional con el hispano. Integró la compañía del barítono asturiano Augusto Ordóñez y estrenó en Cuba la opereta Amor gitano, de Léhar. Realizó su primera gira a España en 1931, contratado por el teatro Novedades de Madrid. Allí interpretó El huésped del Sevillano, de Guerrero, y El corzo, de Muñoz Seca y Pérez Fernández, con música de E. Daniel Ramona.

Su regreso

Regresó a La Habana a principios de 1932 y debutó en la Compañía Suárez Rodríguez, que funcionaba en el Teatro Martí desde agosto del año anterior, dirigida por los maestros Gonzalo Roig y Rodrigo Prats. Sus condiciones de actor y cantante propiciaron un despegue en el repertorio de esa compañía, que había sido limitado hasta ese momento por la falta de un buen tenor y actor. Libretistas y compositores comenzaron a crear obras con reparto completo y De Grandy entró de lleno en la historia del género al estrenar, bajo la dirección de sus autores, la mayoría de los títulos trascendentales de la zarzuela cubana: Soledad, de Prats; Cecilia Valdés, Rosa la China, El pescador de carey, de Simons; Leonela y La Habana que vuelve, de Prats padre e hijo. Regresó a la Península en 1933 para actuar en el teatro Fuencarral, de Madrid, donde estrenó la zarzuela cubana La virgen morena, de eliseo-grenet y Riancho, además de la española Riego, de Embur y Cases. En el teatro Coliseum estrenó también La isla de las perlas, de Sorozábal, González del Castillo y Martí Alonso.

Después de esas actuaciones retornó a La Habana y al Teatro Martí, donde continuó una fructífera temporada de zarzuelas cubanas. Estrenó La hija del sol, de emilio-roig, en 1933, y María Belén Chacón, de Prats, en 1934. Durante un breve período de cierre del Teatro Martí, en septiembre de 1935, pasó a trabajar al Auditorium (hoy teatro Auditorium Amadeo Roldán) con ernesto-lecuona, quien preparaba el estreno de la opereta-revista Lola Cruz, con libreto de Sánchez Galarraga. Apenas dos meses después estrenó El torrente, también de ernesto-lecuona, en el teatro Principal de la Comedia, y se ensayó como actor dramático, al interpretar el rol protagónico del Tenorio en ese mismo teatro. En 1936 reabrió el Teatro Martí y se sucedieron los estrenos de La emperatriz del Pilar, de J. Anckermann; Carolina, de A. Valdespí; Guamá y Amalia Batista, de Prats; El cimarrón, de Gonzalo Roig.

Sus Giras

Una vez concluida esa gloriosa temporada, De Grandy emprendió una gira por América del Sur. Actuó en la radio bonaerense, apareció en los escenarios Mayo, Avenida y Ateneo, de la capital argentina, y también se presentó en Brasil. ernesto-lecuona lo contrató para estrenar sus obras El cafetal, Rosa la China y María la O. En 1941, Miguel de Grandy regresó a Cuba y se asoció al actor español Antonio Palacios, con quien organizó una compañía de zarzuelas y operetas en el teatro Principal de la Comedia. Protagonizó los estrenos en Cuba de Luisa Fernanda, que alcanzó más de cien representaciones en poco tiempo, y Don Gil de Alcalá. En 1942 se presentó, también con ambas piezas, en los teatros Martí, América, Campoamor y Nacional, y recorrió algunas importantes ciudades de provincias. En 1944 viajó a México y actuó en los teatros Arbeu, Lírico y Fábregas, e intervino en las funciones conmemorativas por el centenario de don Juan Tenorio, de Zorrilla, en el Palacio de Bellas Artes del Distrito Federal. Al año siguiente regresó a Buenos Aires, contratado por el teatro Marconi para una temporada de ópera. En el teatro Polyteama estrenó la opereta de Léhar El país de las sonrisas. Hacia 1945 comenzó a interpretar papeles de barítono como el de Vidal en Luisa Fernanda, alternándolos, hasta 1949, con los roles para tenor del Niño Fernando en María la O y de Leonardo de Gamboa en Cecilia Valdés. En la siguiente década, De Grandy emprendió con su compañía una exitosa gira por Puerto Rico. Se presentó durante tres meses en el teatro Tapia, de San Juan. También actuó varias semanas en el teatro de la Universidad de Puerto Rico y recibió varios homenajes públicos.

Su Regreso

Nuevamente en Cuba en 1952, integró la compañía de operetas Rosita Fornés, en el Teatro Martí. Al año siguiente, fue contratado por ernesto-lecuona para estrenar en España sus obras María la O y El cafetal, en el teatro Álvarez Quintero, de Madrid. En 1954, durante una nueva estancia en tierra mexicana, actuó en los teatros Arbeu, Lírico, Follies y Fábregas y dirigió una espectacular puesta de La viuda alegre en el Palacio de Bellas Artes. Desde el advenimiento de la televisión en Cuba en 1950, Miguel de Grandy realizó para el medio, durante toda una década, numerosas versiones del repertorio de zarzuelas y operetas. En 1958 volvió a incursionar en el teatro dramático, interpretando uno de los tres personajes de la comedia El baile, de Edgar Neville, para la sala Arlequín. En ese mismo escenario representó posteriormente Las cuatro verdades (1963); Trágico a la fuerza y Sara en el traspatio, de Reguera Saumell -ambas en 1964.

En 1961 el Consejo Nacional de Cultura, institución de nueva creación, organizó en el teatro Payret una temporada popular de zarzuela y opereta con intérpretes cubanos, en la que Miguel de Grandy asumió la dirección de las puestas. Subieron a escena La revoltosa y La verbena de la Paloma (en el mismo programa) y Doña Francisquita. Se estrenó la versión definitiva de Cecilia Valdés, con un nuevo libreto escrito por De Grandy y con nuevos números que el maestro Gonzalo Roig concibió para la obra. El inmenso éxito de esta temporada, que se prolongó en el teatro García Lorca (hoy Gran Teatro de La Habana), con La viuda alegre, propició la creación del Teatro Lírico Nacional de Cuba como institución estable. Un considerable grupo de artistas, reunidos en el antiguo Convento de Santa Clara, en La Habana Vieja, fundó la nueva agrupación el 16 de septiembre de 1962. Miguel de Grandy fue designado como su director general, en justo reconocimiento a su meritoria carrera artística. La primera puesta en escena del Teatro Lírico Nacional fue Luisa Fernanda, pieza de permanente éxito en los escenarios cubanos, que se mantuvo en la cartelera del teatro García Lorca durante varios meses a teatro lleno, hasta acumular más de ciento setenta representaciones consecutivas. El 5 de noviembre de 1964 subió allí a escena María la O, de Lecuona, y el 28 de enero siguiente el Teatro Lírico Nacional estrenaba su nueva producción de Los gavilanes, zarzuela española de Jacinto Guerrero. En 1965 De Grandy fue sustituido en la dirección de la agrupación, mientras preparaba la puesta en escena de La verbena de la Paloma para el Teatro Lírico de Pinar del Río y, al año siguiente, montó La del soto del parral para el Teatro Lírico de Holguín.


Hacia 1968 emigró a los Estados Unidos y allí continuó su labor artística como intérprete y director de escena con la agrupación Pro Arte GRATELI, de Miami. Se presentó en el Town Hall de Nueva York en 1974, encarnando el Vidal de Luisa Fernanda, y en 1977 fue homenajeado por sus bodas de oro en el teatro. Sus últimas apariciones públicas tuvieron lugar en 1983. Murió en la ciudad de Miami el 18 de enero de 1988.

Fuente

http://www.encaribe.org/index.php?option=com_content&view=article&id=674:miguel-de-gr