Misofonia

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Misofonia
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Concepto:Disgusto provocado por los sonidos que se producen

Misofonia. Es el disgusto provocado por los sonidos que producen los demás, llamada también Síndrome 4s. No solamente se manifiesta como enojo, sino que incluye miedo, pánico, terror o angustia y por lo general es dirigido hacia actividades como el comer, sorber, hacer gárgaras o masticar chicle, aunque en realidad el abanico de sonidos es sumamente amplio.

No es una fobia, tiene su aparición es al final de la infancia y se agrava con el tiempo, provocando conductas en los pacientes que van desde la evitación de situaciones donde saben se verán expuestos a estos estímulos por ejemplo comer con otras personas hasta ataques de ira que pueden terminar en una riña o el paulatino aislamiento social. Siendo una enfermedad recientemente reconocida como tal, apareció en los libros apenas en el 2010, se sabe poco respecto a ella y no existen, hasta el momento, tratamientos eficaces. Los pacientes suelen usar audífonos con reproductores musicales o aparatos de supresión de sonido para evitar escuchar a los demás, pero esta solución, como puede entenderse, es solo paliativa.

Historia

La palabra misofonía literalmente significa “odio al sonido”. El término fua acuñado por los científicos Pawel y Margaret en 1991. Los síntomas varían de una persona a la otra, pero en general se trata de un desorden que surge alrededor de los 10 años, los sonidos que comienzan a molestar suelen relacionarse a la respiración y la comida. La reacción comienza con el sonido, y puede desarrolarse hasta incluir actividades asociadas con el sonido, y la reacción que se experimenta suele ser de ira extrema. Los pacientes que tienen una reacción particularmente extrema a los sonidos pueden diagnosticarse como pacientes de fonofobia. Si estas dos condiciones tienen el mismo origen fisiológico, aún se ignora. No existe una cura para esta condición, pero existen ciertos tratamientos psicoterapéuticos e hipnóticos que han sido exitosos en algunos pacientes. Es importante distinguir entre tratamientos a los síntomas y los que evitan que los síntomas vuelvan a ocurrir.

Descripción

Niveles de ruido

Los pacientes suelen usar audífonos con reproductores musicales o aparatos de supresión de sonido para evitar escuchar a los demás, pero esta solución, como puede entenderse, es solo paliativa. Los pacientes que tienen una reacción particularmente extrema a los sonidos pueden diagnosticarse como pacientes de fonofobia. Si estas dos condiciones tienen el mismo origen fisiológico, aún se ignora. Se cree que el cerebro no procesa la información de sonido correctamente en las personas con misophonia. Los sonidos normales se perciben con una mayor intensidad y se procesan como sonidos de peligro, en lugar de ruidos inofensivos.

No existe una cura para esta condición, pero existen ciertos tratamientos psicoterapéuticos e hipnóticos que han sido exitosos en algunos pacientes. Es importante distinguir entre tratamientos a los síntomas y los que evitan que los síntomas vuelvan a ocurrir. No es una fobia, tiene su aparición al final de la infancia y se agrava con el tiempo, provocando conductas en los pacientes que van desde evitar situaciones donde saben se verán expuestos a estos estímulos por ejemplo comer con otras personas hasta ataques de ira que pueden terminar en una riña o el paulatino aislamiento social.

Diagnóstico y tratamiento

El diagnóstico se realiza mediante la evaluación de los sentimientos de la persona cuando se expone a sonidos. El mejor tratamiento es el que realizada por un audiólogo y un psiquiatra. A medida que avanza el tratamiento, la persona se anima a dejar gradualmente el uso de tapones para los oídos si se está usando. Irónicamente, el uso continuado de tapones para los oídos sólo hace que la persona sea más sensible a los sonidos. Por desgracia, hasta que el tratamiento tenga éxito, los tapones para los oídos son a menudo una necesidad de la persona.

Sin ellos, sus niveles de ansiedad puede ser muy alto. A menudo un afectado es forzado a vivir una vida de aislamiento, alienándose de la población en general y de los disparadores que lo agreden, no por elección propia sino por una necesidad para conservar su sano juicio. Muchos evitan acontecimientos sociales debido al miedo y ansiedad producidos por la posibilidad de que un disparador esté presente. A menudo las relaciones personales son destruidas debido a malos entendidos y una negatividad mal direccionada. Las oportunidades de trabajo son reducidas o simplemente inexistentes.

Fuentes