Moenck y Quintana S. A. (empresa de arquitectura e ingeniería)

Moenck y Quintana S.A
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Firma con sede en Cuba
Fundación:1928
País:Bandera de Cuba Cuba
Sede:La Habana
Disolución1959
DirectorMiguel Ángel Moenck
UbicaciónCalle O’Reilly, número 407, entre Compostela y Aguacate.

Moenck y Quintana S. A. Fue una firma cubana dedicada a la arquitectura e ingeniería civil antes de 1959, fundada por los arquitectos Miguel Ángel Moenck y Nicolás Quintana, la cual construyó varias obras en La Habana y en la playa de Varadero en esa época.

Fundadores

La firma fue fundada por los arquitectos Miguel Ángel Moenck y Nicolás Quintana en 1927. Al morir este último en 1950, entra al año siguiente en la firma el hijo, Nicolás Quintana y Gómez, quien con la aprobación de Moenck, orienta la firma hacia una profunda exploración del modernismo con carácter regional.

Ubicación

La sede de la firma estaba en la calle O’Reilly, número 407, entre Compostela y Aguacate.

Obras

Entre las principales obras ejecutadas, se citan, el nuevo edificio de la Escuela de Ingenieros y Arquitectos de La Habana, terminada en 1927, construcción que contó con la colaboración del arquitecto Manuel Tapia Ruano como consultor. También en la Universidad de La Habana construyeron la Escuela de Medicina.

El edificio que ocupaba esta firma, situado en O’Reilly entre Compostela y Aguacate, es otra de las edificaiones creada, así como la Terminal de Ómnibus Nacionales y el Habana Biltmore Yacht and Country Club.

Otras obras son el diseño del actual teatro Auditorium Amadeo Roldán, el Hotel Internacional y las Cabañas del Sol en la playa de Varadero, la fábrica de helados San Bernardo en la Avenida de Rancho Boyeros, actual Coppelia

Opinión

En la firma también laboró Daniel Tabeada, quien fue dibujante en esa entidad, sobre la misma y los directivos, expresa;

"Ya sabía que el camino no sería nada fácil, cuando tuve la feliz oportunidad de entrar a trabajar de dibujante en la firma Moenck y Quintana S. A. Ese paso fue decisivo en mi futuro hasta el día de hoy. Lentamente fui intimando con mis jefes hasta lograr el cariño y el respeto de todos. Moenk Peralta, el mayor en edad, fue un hueso bien duro de roer, por su seriedad, pocas palabras y diferencia generacional. Pero llegamos a tener relaciones muy cordiales y sensibles con el paso de los años, hasta su muerte. Con su hijo Miguelito llegué a tener una oficina paralela, para llamarle de alguna manera. Menos el cuño gomígrafo que imprimía el cajetín en los planos dibujados en papel alba (¡qué tiempos aquellos!), todo lo demás lo ponía –a sabiendas– la oficina Moenck y Quintana S. A".
"A Nicolás Quintana lo considero mi maestro. Admiro su arquitectura a pesar de la separación en el tiempo. Con Nicolás aprendía de todo. Con él disfrutaba el ejercicio de la arquitectura como no había imaginado durante los años de estudio. Con él eran las escapadas hasta el apartamento de Portocarrero y Milián, o hasta el sótano donde Lozano esculpía un Cristo para la iglesita de Bauta, promovida por el sacerdote-poeta Ángel Gaztelu. La vida bifurcó nuestro camino común, pero las vivencias de aquella relación perduran".

Premios

La firma logra premios en el concurso de fachadas del club Rotario en los años 1928, 1929 y 1935, citándose como una de las obras premiadas, el Auditorio Proarte, actual Amadeo Roldán

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