Movimiento 26 de Julio de Artemisa en el Moncada

Artemisa en el Moncada y el Movimiento 26 de Julio
Movimiento Revolucionario de Artemisa antes del asalto al cuartel Moncada.jpg
LíderJosé Suárez Blanco
Fundación1948
AfiliadosJóvenes artemiseños
Sede centralArtemisa

Movimiento 26 de Julio de Artemisa en el Moncada. La juventud artemiseña desempeñó un papel destacado durante los asaltos a los cuarteles Moncada, en Santiago de Cuba y Carlos Manuel de Céspedes, en Bayamo, respectivamente.

Artemisa, antes del asalto al cuartel Moncada, organizó un fuerte Movimiento Revolucionario, el cual por instrucciones del doctor Fidel Castro, dirigió la selección y preparación de los jóvenes que participaron en las acciones del 26 de julio de 1953.

El 24 de julio salieron de Artemisa, rumbo a La Habana, convocados por el Movimiento Revolucionario y por Fidel, 30 artemiseños de las seis células clandestinas. De ellos: dos cayeron combatiendo en la acción; nueve fueron asesinados el mismo día 26 de julio o en días posteriores; 17 sobrevivieron a las acciones; y dos, se arrepintieron y regresaron a Artemisa desde el poblado de Catalina de Güines.

Antecedentes y medidas organizativas

Eduardo_R._Chibás.jpg

Los elevados niveles de corrupción políticos y administrativos del gobierno auténtico de Ramón Grau San Martín y todo un cúmulo de irregularidades ocurridas en este período gubernamental, provocan el descontento popular, por un lado y la respuesta airada y enérgica de políticos desprovistos de vicios y lacras, por otro. En este contexto se produce la ruptura, el desprendimiento de Eduardo Chibás, del Partido Revolucionario Cubano (Auténtico), fundando entonces el Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxo), con el propósito de enfrentar desde las más limpias y pulcras posiciones políticas, los desmanes del gobierno de turno.

Doctor Fidel Castro

Este partido, sin ser socialista, como afirmara Fidel, sí tenía una fuerte orientación nacionalista, en defensa de los intereses patrios y en contra de la penetración imperialista. Bajo la égida de Vergüenza contra Dinero, convirtió la denuncia en la más activa y eficaz de las armas políticas y por su impenetrable coherencia entre palabra y ejemplo, se transformó en un fenómeno de masas, en vehículo movilizador de pensamiento, en la más fundada de las esperanzas para un cambio radical en el país.

Artemisa no fue una excepción. En 1948 se funda el Partido Ortodoxo en la Villa Roja, sin contar entonces con un local que le sirviera de sede al trabajo de sus afiliados. Las reuniones y otras actividades propias de la organización se realizaban en las viviendas de sus afiliados, siendo al efecto la más frecuentada la casa garaje de Abrahán Martínez, ubicada en la calle Martí, General Gómez y Maceo [1]

Con este mismo fin se empleaban la casa de Arcadio García, que se encuentra en la esquina de las calles General Gómez y General Díaz, así como el bufete del abogado Héctor Canciano Laborí.

Entre finales de 1948 e inicios de 1949 se funda en la Villa Roja la Juventud Ortodoxa, cuya asamblea constituyente tuvo lugar en la Sociedad Luz y Caballero [2], que al no contar tampoco con sede propia debía efectuar sus encuentros y reuniones en el Parque Libertad y en la cafetería El Gran de París, situado en la calle República, al fondo del Hotel Campoamor y frente a la puerta principal de la iglesia católica.

Para las elecciones de esta constituyente existieron dos candidaturas, la que encabezaba Reinaldo Quintana, el bizco Quintana, hijo del dueño de la fábrica de tabacos La Hoja Selecta, ubicada en la calle General Gómez, entre Baire y Yara, y a la cual apoyaban los elementos burgueses que militaban en la Ortodoxia, mientras que su contraparte se conformaba a partir de compañeros del sector obrero, integrada entre otros, por Rodolfo Torres, el Gordo Torres, que trabajaba por entonces como cantinero en El Gran París; José Suárez Blanco, Pepe, estibador del almacén de piña, que existía en calle República y línea del ferrocarril, en el reparto La Matilde; Argelio Mederos, entonces escogedor de tabaco, de la fábrica Villamil y Narciso Quintana, primo de Reinaldo y tabaquero de la fábrica La hoja selecta.

Después del consiguiente proceso eleccionario, precedido por una amplia e inteligente labor de propaganda, la fracción obrera resultó ganadora y la máxima dirección de la ortodoxia joven artemiseña quedó conformada por:

  • Rodolfo Torres, Secretario General.
  • José Suárez Blanco, Secretario Organizador.
  • Argelio Mederos, Secretario de Divulgación y Propaganda.
  • Narciso Quintana, Secretario de Actas.
Ciro Redondo
Julio Díaz González

De este proceso de candidatura y posterior elección se destacan dos elementos, en primer lugar que gracias a la propaganda y a los recorridos que hacen los miembros de la fracción obrera buscando adeptos, convenciendo, conversando, dando argumentos para ganar seguidores, principalmente en centros de trabajo, en los barrios de Las Cañas, El Pilar, Pijirigua, en el trabajo y el contacto directo con jóvenes obreros que como ellos tenían inquietudes revolucionarias y se cuestionaban seriamente el sistema político imperante, se van dando a conocer y se suman jóvenes que después formarían parte de la Generación del Centenario, como Ciro Redondo, Julio Díaz González y otros.

En segundo lugar, resulta significativo que de la asamblea constituyente de la Juventud Ortodoxa de Artemisa, fueran electos como delegados a la constituyente de la provincia de Pinar de Río, dos compañeros: Pepe Suárez y Argelio Mederos; asamblea que se realizó en el Hotel El Globo, de la capital provincial y tanto Pepe como Argelio, fueron también elegidos para representar a la provincia pinareña en la Asamblea Nacional de la Juventud Ortodoxa, lo que demuestra el prestigio y la ascendencia que iba ganando la juventud revolucionaria artemiseña en la región de Vueltabajo.

En lo adelante fue muy activo el trabajo de la dirección de los jóvenes ortodoxos de la Villa Roja, según relatara Argelio Mederos en entrevista realizada por Fernández Riesgo, este ejecutivo hubo de trabajar de forma consciente, organizada y constante en la captación de nuevos miembros para sus filas, tanto dentro de la parte urbana de Artemisa, como en la parte rural, por lo que él y Pepe Suárez iban a hablar directamente con los jóvenes para sumarlos a las filas de la juventud Ortodoxa, llegando a tener en 1951 alrededor de 250 miembros.

Dictador Fulgencio Batista

El caso del Gordo Torres adquiere un matiz particular dentro de este aparato de dirección. Por la febril actividad que desplegara, sobre todo en los días posteriores al golpe de estado de Fulgencio Batista, el 10 de marzo de 1952, período en el que desborda todos los perfiles del típico Secretario General, que más allá de su trabajo de orientación y control del trabajo de la organización, se destacó por toda una serie de actos de repudio al tirano, en forma abierta, valiente y en ocasiones, descuidando su protección e integridad física y personal, distinguiéndose en acciones como el mitin efectuado frente al busto de Maceo, en el Parque Libertad, al día siguiente del golpe militar; el que encabezó frente a la terminal de ómnibus de la Ruta 35, encaramado en el techo de una guagua; o el que tuvo lugar en la fábrica de tabacos Villamil, donde hubo que esconderlo del ejército dentro de un barril de tabaco.

Estas acciones y otras, provocaron que cuando se comenzaran a organizar los jóvenes para la acción armada contra el régimen, orientada por Fidel, al Gordo Torres no se le dio participación alguna, ya que se encontraba “quemado” o sea, muy vigilado por las fuerzas represivas del régimen, lo cual trajo consigo que una vez enterado de los sucesos del 26 de julio de 1953, fraguado – sana y razonablemente - a sus espaldas con aquellos jóvenes que él dirigía, se disgustara de forma seria con Pepe Suárez, aglutinador y organizador del grupo de combatientes.

Reacción local ante el golpe de estado batistiano

Como en el resto del país, la respuesta airada en Artemisa al golpe artero del 10 de marzo de 1952, no se hizo esperar. En horas de la mañana de ese mismo día se reunieron los trabajadores del Bar Millar, bajo la dirección de José Francisco Lavandera Collazo Tito, con el propósito de efectuar una protesta pública en contra de tan sutil y ladina maniobra capitaneada por Fulgencio Batista y Zaldívar.

Los estudiantes, dirigidos por René Rivera, Lucas Ponzoa y otros, contando con el alumnado de vanguardia del Instituto de Segunda Enseñanza de Artemisa [3] ocuparon el plantel y se declararon en huelga y posteriormente realizaron una manifestación, mientras que al unísono se edita en la imprenta Hermanos Ponce un manifiesto donde se condena el golpe de estado, lo que provocó que ambos fueran detenidos con posterioridad.

El 17 de abril de 1952 de este año, los cuerpos represivos de la dictadura despliegan una feroz represión contra el Partido Socialista Popular y sus militantes en Artemisa, comenzando con el allanamiento de sus oficinas, la destrucción de sus pertenencias, así como la detención de los militantes que allí se encontraban: Leopoldo González,Manuel Canciano y Alfonso García Vizcaya.

El 20 de mayo, distintas fuerzas que se oponían a Batista y principalmente el Partido Socialista Popular (PSP) y la Juventud Ortodoxa, realizaron un acto en el parque de Artemisa en horas de la mañana. Fue tal la repulsión expresada contra Batista, que terminó el acto con la detención de los oradores: los hermanos Héctor y Manuel Canciano. El 25 de abril de 1952, se distribuye en Artemisa un manifiesto conjunto del Partido Ortodoxo y el PSP de la localidad contra el régimen dictatorial y a finales de este mismo mes, bajo la conducción de la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU), se efectúa en el Parque Libertad de Artemisa un acto para jurar la Constitución de la República de 1940, varios estudiantes fueron detenidos tras en lógico enfrentamiento cuerpo a cuerpo con las fuerzas represivas. En el mes de mayo y en este mismo escenario, la Juventud Ortodoxa y la Juventud Socialista efectúan un acto en contra de la tiranía batistiana, donde se produjo igualmente una fuerte confrontación con la Guardia Rural en la que abundaron las piedras, los planazos de machetes y los disparos.

A todas estas manifestaciones en contra del régimen, por parte del Partido, se suma un hecho de gran relevancia por el papel que desempeñó y los objetivos que perseguía: la constitución del Comité de Lucha en el Centro Rutas 35 y 48, al frente del cual se hallaban los miembros del PSP, Reinaldo C. Díaz (Ponce) y Oscar Llanes. Este Comité iba a centrar su lucha en la defensa de los intereses de los trabajadores como eran: los despidos injustos, por el turno fijo, aumento salarial, además de luchar contra la división del movimiento obrero y la dictadura batistiana y el mujalismo, a través de la propaganda, volantes, manifiestos que se redactaban en el mismo, llegándose a la creación del periódico La Guagüita, representante de estos intereses. Como se puede apreciar este Comité no solo logra una vinculación más estrecha entre el partido y la clase obrera en el municipio —que ya venía desde la década del 40—, sino que le muestra algunas vías para hacerle frente constantemente a la dictadura.

Comienza el año del Centenario del Apóstol y al igual que en el resto del país se declara el 28 de enero como punto de partida de acciones más comprometidas y audaces contra el absolutismo y el avasallamiento dictatorial. Los estudiantes del Instituto de Artemisa, de la Juventud Ortodoxa y la Juventud Socialista, convocaron para una manifestación contra la opresión de la dictadura y a los gritos de: ¡Abajo Batista!, ¡Abajo la Dictadura!, recorrieron la calle Martí y llegaron ante su busto, en el parque. Por su participación en este acto, fueron detenidos y puestos a disposición del Tribunal de Urgencias de Pinar del Río, varios compañeros. Comenzaba entonces un período que iba más allá del elemental careo, de la pugna y la confrontación, se eleva el combate revolucionario a un escalón más alto, el de la lucha armada. Muestra de ello fue la organización del acto conmemorativo por el Día Internacional de los Trabajadores.

Este mismo día se organiza una manifestación por jóvenes militantes del Partido Socialista, la Ortodoxia y los estudiantes. Tenía como finalidad sabotear las actividades oficiales preparadas por el régimen y además, rendirle a Martí el más puro homenaje. La manifestación logró su objetivo y a gritos de ¡Abajo la dictadura!, ¡Abajo Batista! Y otras consignas, recorrió las calles hasta llegar al Busto de Martí ubicado en el parque Libertad. Por este hecho fueron detenidos y procesados varios compañeros, entre los que se encontraba Manuel Canciano.

Esta ola de manifestaciones contra el régimen no se detiene y el primero de mayo del año 1953, el PSP a través de su intensa labor vinculada a la clase obrera, los ortodoxos y otros sectores progresistas del municipio, organizó una manifestación compuesta por más de 1 000 personas, que llegó hasta el parque frente al busto de Martí. Allí hicieron uso de la palabra varios compañeros entre ellos, Manuel Canciano, presidente del Comité Provincial de la Juventud Socialista, se acordó que el personal se trasladara en marcha hacia la Terminal de la Ruta 35, por considerar este centro el mejor lugar para finalizar la actividad, convertida en una tribuna de lucha contra la tiranía. Como consecuencia, aparecieron dos jeep del ejército con 16 soldados y detuvieron al día siguiente en sus casas a varios de los participantes, entre ellos a Luis Hurtado, Manuel Canciano y Rodolfo Torres.

A partir del mes de julio se va materializando la creación de otros Comités de Lucha, como los de los tabaqueros, zapateros, azucareros, entre otros. Otras de las tareas fundamentales que acometió en este año el Partido fue la creación del Frente Único, con el fin de unificar las fuerzas revolucionarias progresistas del municipio en la lucha por derrocar la tiranía.

Otro elemento demostrativo de la madurez y el alcance que va tomando la lucha revolucionaria en Artemisa, a partir de la toma de conciencia de sectores claves del movimiento obrero en el territorio es la creación, el 5 de julio de 1953, del Comité de lucha contra la mecanización del tabaco, medida que amenazaba dejar sin empleo a centenares de tabaqueros artemiseños y que, gracias al vigor y la energía que en su función se pusieron, impidió su aplicación, resaltando en ese sentido la actitud solidaria de algunos sindicatos identificados con la causa de este sector, como fue el caso de la posición asumida por los trabajadores de la Ruta 35, que representados por su más activo agitador, Gerardo Nogueras Martínez [4] , efectuó mítines en contra de esta medida en las tabaquerías Villamil y La hoja selecta, empleando como apoyo la impresión y distribución de más de 500 manifiestos.

En el caso particular de Nogueras ya había visitado a Carlos Rodríguez Careaga [5], líder obrero y militante del PSP que se encontraba residiendo en la capital del país y de este recibió instrucciones concretas para apoyar en sus demanda al sector de los tabaqueros en Artemisa.

Artemisa en el Moncada

El 24 de julio de 1953 salieron de Artemisa, rumbo a La Habana, convocados por el Movimiento Revolucionario y por Fidel, 30 artemiseños de las 6 células clandestinas. De ellos:

Después de las acciones del 26 de julio

Verdaderos momentos de angustia, incertidumbre y desesperación vivió Artemisa en los días posteriores a las acciones del 26 de julio. Las familias de los combatientes se encontraban atrapadas entre la sorpresa y la inseguridad, buscando a toda costa informaciones sobre los combatientes, con la esperanza siempre de saberlos y encontrarlos con vida, mientras que la población se solidarizaba con su causa, de una parte sin llegar a pronunciarse políticamente, aun cuando se vincularan de manera directa en el reclamo por su libertad, y por otra, declarando su adhesión al proyecto revolucionario, hecho que —de forma más mediata— se va produciendo a partir de la convocatoria y la acción desde las filas de la ortodoxia y del PSP.

Durante todo el año 1954 se fue consolidando la lucha revolucionaria en Artemisa, repitiendo un 28 de enero digno del ideario martiano, cuando en franco ejemplo de unidad de acción las fuerzas de la ortodoxia, del PSP y la Juventud Socialista, así como todos aquellos sectores que se oponían a la dictadura batistiana, organizaron una velada en la Sociedad Luz y Caballero martiana. Estuvo presente una delegación de veteranos de la guerra de independencia. El resumen del acto fue una condena al régimen de facto. Después, los asistentes salieron en manifestación hasta el busto de Martí, en el parque, donde se depositó una ofrenda floral.

El 29 de marzo de 1954 los alumnos del Instituto de Artemisa efectuaron un paro en solidaridad con los estudiantes del Instituto de Pinar del Río, y una manifestación para conmemorar el primer aniversario del asesinato del estudiante Rubén Batista, primer mártir de la dictadura. La manifestación recorrió las calles con gritos de: ¡Abajo Batista!, ¡Asesinos! ¡Viva la Revolución! Frente a la mansión del Senador Manuel Pérez Galán, acólito incondicional de la dictadura, el líder estudiantil Orlando Nodarse Verde [7] increpó de forma abierta a la dictadura, concluyendo su intervención con la frase:

“La dictadura nos golpea, nos asesina, pero nosotros respondemos con nuestro grito de guerra ¡Revolución, Revolución!”

El primero de mayo se efectúa un acto en la Sociedad Luz y Caballero, donde se expuso la significación de la fecha y se denunció la política antiobrera de la dictadura y sus agentes mujalistas, concluyendo con las consignas ¡Viva el Primero de Mayo! ¡Viva el Día Internacional de la Clase Obrera! ¡Abajo Mujal! ¡Abajo la dictadura!, a pesar de que en los portales del centro, estaba el comandante Esteban Pérez Pantoja, jefe del Escuadrón 65 de la Guardia Rural, con sus esbirros.

Por orientación del Comité Nacional del Partido Socialista Popular es creado este año el Comité Regional Clandestino de dicha organización en Artemisa, en la finca El Susset. A esta reunión constitutiva asistieron representantes de Guanajay, San Cristóbal, Cabañas y el municipio sede, quedando integrado el comité por Luis Hurtado, como secretario general; Gerardo Nogueras, de organizador; e Ismael Fernández, como financiero. Con este paso el partido crea los vínculos necesarios con todos los sectores revolucionarios de los municipios cercanos, llegando Artemisa en aquel momento a contar con 55 militantes.

El 5 de octubre, aprovechando un mitin politiquero de Ramón Grau San Martín, se realiza una manifestación revolucionaria contra la dictadura batistiana que recorrió algunas calles de la ciudad gritando: ¡Abajo la Tiranía Batistiana!, ¡Fuera Batista!, ¡Abajo el imperialismo yanqui! El año 1955 fue decisivo en la reafirmación y consagración del movimiento revolucionario artemiseño. El 25 de febrero se crea en Artemisa el Frente Cívico de Mujeres Martianas y solo tres días después se constituye la Federación Obrera Municipal de Artemisa (FOMA) para contrarrestar el control del mujalismo en nuestros sindicatos.

Ramiro Valdés Menéndez

El 15 de mayo de 1955, después de copioso e infatigable batallar salen de prisión los combatientes de las acciones del 26 de julio, entre ellos, los siete artemiseños amnistiados: José R. Ponce Díaz [8], Julito Díaz González [9], Ciro Redondo García [10] ,Ramiro Valdés Menéndez [11], José Suárez Blanco, Fidel Labrador y Rosendo Menéndez García. Fue una victoria popular del pueblo cubano y de los artemiseños, que tanto lucharon por sacar de la prisión a este valiente grupo de revolucionarios.

Brazalete del M-26-7

El 12 de junio de 1955 se constituye oficialmente el Movimiento 26 de Julio (M-26-7)en una reunión celebrada en la calle Factoría, en La Habana, el artemiseño José Suárez Blanco, integra la Dirección Nacional y a finales de este mismo mes con la dirección de José Suárez Blanco y la presencia de los moncadistas Julito Díaz y José Ponce, se constituye oficialmente esta organización en Artemisa, en la casa del militante de la ortodoxia Arcadio García, situada en la Calle General Gómez, No. 28, esquina a General Díaz.

Los restos de los moncadistas descansan en el Mausoleo de los Mártires de Artemisa [12]

Referencias

Fuentes

  • Artemisa. “Apuntes de una provincia”. Editorial Unicornio
  • Guillermo García Ponte y José Antonio Villar Valdés. “Material inédito”.
  • Mario Lazo Pérez y Mario Lazo Átala. “Ciro Redondo, Capitán del pueblo”. Editorial José Martí
  • Mario Lazo Pérez. “Artemisa en el Moncada”. Editora Política.
  • Mario Mencía Cobas. “El Moncada, la respuesta necesaria”. Ediciones de la Oficina de Asuntos Históricos del Consejo de Estado