Museo Antropológico Montané

Museo Antropológico Montané
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Ídolo del tabaco
Información geográfica
PaísBandera de Cuba Cuba
CiudadLa Habana
Información general
Inauguración29 de junio de 2003
TipoMuseo de Arqueología
Información visitantes
DirecciónEdificio Felipe Poey, Plaza Ignacio Agramonte, Universidad de La Habana

Museo Antropológico Montané. Institución perteneciente a la Facultad de Biología de la Universidad de La Habana. Fundado en 1903, lleva el nombre de Luis Montané Dardé, eminente investigador cubano. Expone piezas arqueológicas excepcionales de las culturas prehispánicas que poblaron Cuba, el Caribe y América.

Historia

La idea de fundar en Cuba un museo de Antropología data del siglo XIX. El profesor universitario cubano Antonio Bachiller y Morales expresaría esta necesidad en la Sociedad Económica de Amigos del País, basando su argumento en el auge que iba tomando esta disciplina, y en la importancia para la historia de la Isla de que existiera una institución que mostrara su patrimonio arqueológico.

La Sociedad Económica de Amigos del País exponía los hallazgos antropológicos y arqueológicos en el Museo Indígena de Historia Natural de la Real Academia de Ciencias Médicas Físicas y Naturales de La Habana, que había sido fundado el 19 de mayo de 1874. Pero Sociedad y Museo colapsaron a causa de la carencia de apoyo gubernamental, la falta de finanzas para publicaciones, conservación y restauración de las colecciones, consecuencias de la guerra de Cuba con España.

En 1899 se crea la Cátedra de Antropología General y Ejercicios de Antropometría, destinada a organizar la enseñanza y conservar el patrimonio antropológico de la nación, frente a la cual queda el catedrático Juan Luis Epifanio Montané y Dardé. Junto a la fundación de esta Cátedra, se organizan también un museo y biblioteca. El 29 de junio de 1903 los doctores Juan Vilaró Díaz y Ernesto Juan Miguel Dihigo y Mestre propusieron al Decano de la Facultad de Letras y Ciencias Evelio Rodríguez Lendián que el Museo Antropológico Universitario se denominara Montané. Con la aprobación del Dr. Leopoldo V. Berriel Fernández, Rector de la Universidad de La Habana, por Resolución del 30 de junio de 1903 se aprobó la denominación de Museo Antropológico Montané, el cual se estructuró en secciones de acuerdo a la naturaleza de las colecciones: Antropología Zoológica, Antropología Física, Prehistoria Europea, Etnología del Antiguo Continente, Etnología Americana y de Cuba. Además se agregó, Aborígenes de Cuba y de Las Antillas. La Institución quedó bajo la dirección de los doctores Luis Montané y Arístides Estefano Mestre Hevia, quienes atendiendo a la organización planteada, se dieron de inmediato a la tarea de exponer las piezas de mayor valor.

Colecciones

En el Museo Antropológico Montané se conserva y exhibe una vasta muestra de adornos de concha y piedra, hachas petaloides y otros objetos de la cultura material de los primeros pobladores de la Isla de Cuba.

Entre sus más preciadas reliquias está el llamado Ídolo del Tabaco, hallado en Gran Tierra, en el extremo oriental de la Isla. Se trata de una figura tallada en un tronco de guayacán, de forma antropofitomorfa, que recuerda a un habano por su apariencia de huso. La pieza pudo haber servido de urna funeraria, recipiente de alucinógenos o mortero ceremonial para triturar hojas del mismo árbol de guayacán, beneficioso para aliviar algunas dolencias.

El museo también atesora el Ídolo de Bayamo, encontrado en las inmediaciones de la ciudad cubana homónima, en el siglo XIX, que constituye una de las mayores esculturas en piedra halladas en el Caribe. Fue elaborada en arenisca gris verdosa, de forma y contornos naturales sobre los que el tallista aborigen esculpió una figura antropozoomorfa. Se considera que debió estar asociado a una deidad vinculada a los mares y ríos, cual lo estaría la comunidad aborigen a la que perteneció.

El dujo de Santa Fe es un curioso asiento ceremonial aborigen (taíno), tallado en una sola pieza de madera de guayacán, que fue hallado en la desembocadura del río Santa Fe, límite oeste de La Habana. La pieza servía al cacique y al hechicero (behíque) para ceremonias religiosas en las que lograban el éxtasis. Se inhalaba polvo de hojas de tabaco mezclados con plantas alucinógenas, y con el descanso que proporcionaba el anatómico mueble, hacían la concentración mental con la que evocaban lo sobrenatural. Presenta tallas muy bien labradas y pulidas, como lo evidencia el detalle del cemí (ídolo), que se proyecta hacia adelante en el banco y que habría de quedar entre las piernas de quien lo utilizara.

Fuentes