Museo Provincial de Santiago de Cuba Emilio Bacardí Moreau

Para otros usos de este término, véase Bacardí (desambiguación).
Museo Provincial Emilio Bacardí Moreau
Información sobre la plantilla
Museo-EmilioB.jpg
Institución cultural
Información geográfica
PaísBandera de Cuba Cuba
CiudadSantiago de Cuba
Información general
Inauguración12 de febrero de 1899
TipoTipología general
Información visitantes
DirecciónCalle Carniceria % Aguilera y Heredia.
Museo Provincial de Santiago de Cuba ¨Emilio Bacardí Moreau¨. Primera institución de este tipo abierta en Cuba, fundado en Santiago de Cuba el 12 de febrero de 1899 gracias a los esfuerzos de Emilio Bacardí. Desde su creación hasta 1928, radicó en varios inmuebles que resultaron inapropiados para las funciones museológicas, por lo cual se propuso construir un edificio con características y capacidad necesarias para los fines propuestos que devino en el primero de su tipo en el país.

Atesora valiosas muestras de la cultura precolombina, del arte nacional y de la historia cubana, entre estas últimas, un frac que perteneció al Héroe Nacional de Cuba, José Martí, y objetos personales del Padre de la Patria, Carlos Manuel de Céspedes. Declarado Monumento Nacional en el año 1999.

Ubicación

Se encuentra en la calle Pío Rosado (Carnicería) número 552 entre Aguilera (Marina) y Heredia (Catedral), en pleno centro histórico de la provincia Santiago de Cuba.

Historia

Se abrió con el nombre de Museo y Biblioteca Pública de Santiago de Cuba. Ostenta el nombre de su fundador Emilio Bacardí, por disposición del Ayuntamiento, al donar su viuda Elvira Cape, en 1927, el edificio que hoy ocupa. A la biblioteca se le dio el nombre de Elvira Cape y, en 1962, el Consejo Nacional de Cultura la trasladó para el edificio de la antigua Colonia Española.

Con el objetivo de recuperar las reliquias de las guerras de independencia, el entonces alcalde Emilio Bacardí Moreau contactó con miembros del Ejército Libertador y con exoficiales del Ejército español. A su vez, numerosos patriotas y familiares de aquellos que habían participado en las gestas libertarias, hicieron donación de objetos que fueron enriqueciendo las colecciones de la institución.

Durante la guerra de independencia de 1895, el gobierno español gestionó la llegada a Cuba de una colección de pintura europea procedente del Museo del Prado. El fin era realizar exposiciones y otras actividades que restaran significación a la contienda, pero este propósito no dio resultado. Posteriormente el gobierno interventor envió las obras a los Estados Unidos, pero Bacardí logró que algunas fueran destinadas al Museo. El conjunto estaba compuesto por cuadros del pintor neoclásico alemán Rossler, del italiano Guido Reni, y los españoles Juan Pantoja de la Cruz y Federico de Madrazo.

Su Arquitectura

El Museo Provincial Emilio Bacardí Moreau, significativo exponente del centro histórico urbano de Santiago de Cuba, se distingue por su fachada ecléctica decorada con elementos neoclásicos. Fue diseñado por el arquitecto Carlos Segrera. Durante sus dos primeros años de vida radicó en las casas numeradas 25 y 27, en Santo Tomás baja, hoy Félix Pena. Posteriormente fue trasladado a San Francisco alta No. 13 y a Enramadas bajo No. 26. Pero ninguna de estas instalaciones reunió las condiciones necesarias para la preservación de piezas, por lo que sus fundadores iniciaron las gestiones para construir un edificio.

El proyecto fue encomendado en 1915 al arquitecto santiaguero Carlos Segrera Fernández; para su construcción el ayuntamiento solicita a la Cámara de Representantes la concesión del terreno que ocupaba el Cuartel de Dolores, comprendido entre las calles Pío Rosado, Heredia, Hartman y Aguilera. Las labores constructivas comenzaron el 28 de octubre de 1922, fecha de colocación de la primera piedra, y seis años después, el 20 de mayo de 1928 era inaugurado oficialmente el museo-biblioteca, al que se le honró con el nombre de su ilustre fundador Emilio Bacardí Moreau, quien fallece antes de que la obra esté terminada. El aporte económico de su viuda Elvira Cape, su preocupación y el apoyo de otras personalidades serán determinantes para la culminación de los trabajos.

La edificación inscripta dentro de los códigos del eclecticismo, resulta majestuosa e imponente. Su fachada principal está jerarquizada por una amplia escalinata que da acceso a un pórtico flanqueado por monumentales columnas estriadas de orden corintio. La remata un entablamento clásico hermosamente trabajado y en su frontón se exhibe el escudo de la ciudad. Sus superficies exteriores aparecen texturadas a partir de uso de incisiones horizontales; su fachada late­ral (por Aguilera) está decorada profusamente a partir del empleo de pilastras adosadas, vanos de ventanas enmarcados por resaltes, cornisas, pequeños entablamentos, guirnaldas y recuadros moldurados. Tres monumentales puertas de madera preciosa con detalles decorativos muy elaborados permiten la entrada al interior de la edificación. En el proyecto original, el edificio contaba con un amplio salón que recibía luz cenital y ventilación natural por medio de lucernarios y un monitor diseñados al efecto. Al fondo en destacada posición, estaba la monumental escalera que daba acceso a la galería superior. Estos elementos fueron eliminados en 1963, cuando el museo fue sometido a un proceso de remodelación interna que conllevo a fundir una losa de hormigón armado en el espacio central.

En 1988, nuevamente el arquitecto José Linares acometería otra intervención en la edificación. Esta, si bien mantuvo la losa, logró espacios más abiertos y claros al demoler muros divisorios y eliminar tabiques que habían caracterizado la concepción laberíntica de la primera solución. El 25 de julio de 1995, en saludo al 480 aniversario de la fundación de Santiago de Cuba, fue reinaugurado el museo que ostenta la categoría de Monumento Nacional.

Estructura

La centenaria institución cuenta con 3 salas expositivas: Arte, Historia y Arqueología. En esta última se guardan objetos relacionados con los primeros pobladores que llegaron a nuestro país: objetos de trabajo y vasijas.

Salas

En la sala de Historia se hallan artículos estrechamente relacionados con las luchas independentistas y en la de Arquitectura existen varios atractivos, entre ellas momias egipcias traídas por los mismos fundadores del museo y las momias paracas del Perú.

La momia egipcia fue comprada por Emilio Bacardí en un viaje que hizo con su esposa por Egipto en 1912. La adquirió en la antigua Thebas, actualmente Luxer, en la casa de un anticuario musulmán. La momia pertenece al cuerpo de una mujer joven, y por su época corresponde a la 18 dinastía faraónica, o sea, dos mil años a.n.e. En carta a José Bofill, fechada el

9 de agosto de 1912, Bacardí le cuenta:

¨... Nuestro deseo de dirigirnos a la tierra de los Faraones era con el objeto de conseguir una momia. Por fin di con ella en Luxor, antigua Tebas(...) Está bien conservada (...) la envolturas perfectas , a lo que se puede juzgar por lo que hemos visto en la parte de atrás, no queriendo tocar lo demás sino cuando esté en Cuba, contigo (...)

El anticuario que no la quería ya en su casa, me obligó a dejarla en el Hotel y venir al Cairo sin ella. En el Cairo, después de ¨andares y volveres¨ logré que el Jefe de las Antiguedades, le escriba al Jefe de la Estación para que reciba la momia con mi nombre, pero enviándola al museo (...)

... En fin amigo Bofill, tú, Federico, Duzcal y nosotros los que sentimos amor por ese museo, gozaremos con la colocación de la momia porque llevo instrucciones de cómo hay que hacerlo y si quieren conservarla con un forro interno o poner éste aparte, de pie, para que lea los jeroglifos pintados...¨

En otra de sus salas, la de los Generales, se encuentran las polainas del Lugarteniente General Antonio Maceo Grajales y la hamaca en la que se recogió su cuerpo mortalmente herido, manchas de sangre confirman los sucesos.

Exposiciones

En uno de los paneles vecinos, puede verse el frac y el chaleco usados por José Martí la noche del 26 de noviembre de 1891, en su primera visita a Tampa, cuando en el club Ignacio Agramonte pronunció su discurso para la propaganda de organización del Partido Revolucionario Cubano. Vistiendo este mismo frac, habló en Port au Prince en 1892 y en otros lugares, hasta que esta prenda quedó en Tampa al cuidado de los esposos Ruiz Callejas, quienes la donaron al museo, junto con el chaleco, el 4 de junio de 1913.

Se expone también el estuche dental con doble fondo, que sirviera para transportar mensajes que llevaba el doctor Zambrano de Nueva York a Manzanillo en 1894. Así como los restos del primer ataúd de madera y el lazo-corbata que usaba Martí cuando murió en combate y que recogiera, de entre sus restos depositados en el nicho 134, el coronel Federico Pérez Carbó.

El Emilio Bacardí posee la Pinacoteca más importante de Cuba y una colección de pintura colonial que data de los últimos tres siglos. En la parte superior del museo existen obras del Renacimiento Español, entre ellas las del artista Juan Pantoja de la Cruz, pintor de la corte del rey Fernando II. Está montada también una sala amplia de arte académico cubano, donde creadores de la talla de Wifredo Lam, José Joaquín Tejada Revilla,Carlos Rene Aguilera, Rene Portocarrero y Amelia Peláez, tienen sus huellas allí.

Una de las piezas únicas que exhibe el museo es un torpedo construido artesanalmente por los mambises para volar los veleros españoles fondeados en la boca del río Cauto, durante la Guerra de Independencia del siglo XIX. Los rústicos torpedos criollos mantuvieron en jaque la navegación española por el Cauto; el puerto fluvial de la extensa región central Cauto Embarcadero era inaccesible y las ciudades de Bayamo y Holguín se vieron bastante comprometidas, ya que el tráfico y las operaciones quedaban dominados por los cubanos.

La Comisión Nacional de Monumentos por la Resolución No. 3 del 10 de octubre de 1978, declaró en 1999 a la Institución como Monumento Nacional.

Posee un extenso fondo de más de 23000 bienes patrimoniales, entre los que se destacan documentos y manuscritos, partituras musicales, reliquias históricas de carácter patriótico, colecciones numismáticas, antiguedades curiosas y pertenencias de personalidades internacionalmente reconocidas y significativas para la nación.

Fuentes