Museo del Prado (Honduras)

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Museo del Prado (Honduras)
Información sobre la plantilla
(Museo Nacional del Prado de Honduras)
Información geográfica
PaísBandera de la República de Honduras Honduras
CiudadTegucigalpa
Información general
TipoPúblico
Horarios de aperturaDe 9 am a 5 pm, de lunes a domingo

Museo del Prado. Institución cultural que contribuye a la democratización de la cultura y a la difusión del arte y del patrimonio artístico hondureño

Ubicación

Se encuentra ubicado en el Paseo Liquidambar, en Tegucigalpa, Honduras.

Historia

En el año 1502, en el transcurso de su cuarto y último viaje al nuevo mundo, las naves comandadas por Cristóbal Colón llegaron por primera vez a las costas hondureñas. Ahora, poco más de quinientos años después, se produce el desembarco del “buque insignia de la cultura española”, el Museo de Prado.

Exposición

El Museo del Prado en Honduras es un viaje, en cierto modo “virtual”, de las ricas colecciones de pintura que atesora, materializado a través de una exposición fotográfica que muestra algunas de sus obras pictóricas más importantes, deleitándose en la contemplación del rico colorido, las vibrantes pinceladas, los extraordinarios juegos de luces o los fascinantes rostros que habitan en las pinturas.

Por todo ello es una puerta abierta para todos los hondureños, no sólo para conocer y tal vez descubrir la riqueza artística del Prado, sino también, a través de ella, la historia de España, la historia de Europa y del arte occidental en general, ya que sus colecciones ofrecen un amplio panorama de la pintura europea desde comienzos del Siglo XII hasta los primeros años del Siglo XX.

Historia

El 19 de noviembre de 1819, bajo el reinado de Fernando VII, abría sus puertas al público el Real Museo de Pinturas, origen del actual Museo Nacional del Prado. El edificio que lo albergaba había sido construido a finales del Siglo XVIII por el arquitecto neoclásico Juan de Villanueva para albergar el Gabinete de Historia Natural, uno de los grandes proyectos científicos del rey Carlos III, pero nunca llegó a ser utilizado para ese fin.

Acabada la Guerra de Independencia (1808-1814), Fernando VII, apoyado por su esposa Isabel de Braganza, decidió utilizar el inacabado y abandonado edificio para crear un museo público e instalar en él algunas de las principales obras de arte que adornaban sus palacios reales.

En 1833 falleció el rey, único propietario de los cuadros expuestos, y sus albaceas testamentarios decidieron adjudicar el conjunto de obras integradas en el museo a su primogénita, la futura Isabel II, que debería indemnizar a su hermana María Luisa Fernanda por la parte que le correspondía. De esa manera se consiguió no disgregar la colección real ni los fondos del museo, que a partir del año 1865 pasaron a estar vinculados al patrimonio inalienable de la Corona y no a la persona del monarca.

Entretanto, en 1835-1836, las leyes desamortizadoras del ministro Mendizabal condujeron a la venta de los bienes conventuales y a la puesta en circulación de gran cantidad de obras de arte. Y de este espíritu de reforma surgió la creación del Museo Nacional de la Trinidad, que debía acoger los bienes de las órdenes suprimidas.

En 1869, a raíz de la revolución de 1868 que provocó el destronamiento de Isabel II y su salida del país, se declaró extinguido el patrimonio y se nacionalizó el Museo Real de Pintura y Escultura, que pasó a depender del Ministerio de Fomento. Poco después se decidió su fusión con el Museo Nacional de la Trinidad, que se hizo efectiva en 1872.

Años después, en 1920, Alfonso XII sancionó un Real Decreto por el que el Museo Nacional de Pintura y Escultura pasaba a denominarse Museo Nacional del Prado, denominación que ha llegado hasta nuestros días. El último hito en la historia del Museo fue su fusión en 1971 con el Museo de Arte Moderno, que supuso la llegada de un importante volumen de pinturas del Siglo X.

El Edificio

El edificio construido por Juan de Villanueva para albergar el Gabinete de Historia Natural, convertido desde comienzos de 1818 en sede del Real Museo de Pinturas, es una de las creaciones más extraordinarias de la arquitectura neoclásica en España.

Formado en Italia, su autor emplea los tres órdenes clásicos, individualizando con cada uno de ellos las tres grandes puertas o fachadas del edificio, que actualmente llevan nombres de pintores: la fachada de Velázquez (dórico), la fachada de Goya (jónico) y la fachada de Murillo (corintio). Los materiales empleados son, únicamente, ladrillo y granito, y plomo para las cubiertas.

El aspecto exterior del edificio ha sufrido importantes modificaciones a lo largo de la historia, especialmente a partir de 1918-1921 con el añadido de nuevas salas en la parte trasera del mismo, ampliaciones que se repitieron en 1954-1956 y en 1964-1968.

Finalmente, a partir de 2002, Rafael Moneo llevó a cabo una gran ampliación a espaldas del Museo, ocupando también el área del claustro de los Jerónimos. Fruto de esa ampliación, que se inauguró en 2007, es el actual proceso de reordenación de las colecciones que el museo ha puesto en marcha y espera poder concluir en los próximos años, aumentando considerablemente el número de obras expuesta.

Pintura española

La pintura española es, lógicamente, la mejor representada en las colecciones del Museo del Prado, con casi 5.000 obras, cuya cronología abarca desde el Siglo XII con las pinturas murales de Maderuelo y San Baudelio de Berlanga, hasta comienzos del Siglo XX, con las creaciones de Aureliano de Beruete y Joaquín Sorolla. Su origen se encuentra en la Colección Real, iniciada por Carlos V y Felipe II, aunque sus predecesores, especialmente la reina Isabel la Católica, ya mostraron su interés por atesorar obras de arte.

Con notables ejemplos de época medieval que ilustran las diferentes corrientes del estilo gótico que se dieron en los diversos reinos peninsulares, la colección ofrece también buenos ejemplos de la entrada y difusión del estilo renacentista en nuestro país, con obras de Berruguete, Machuca y Correa de Vivar, entre otros. Destaca la colección de obras de El Greco, con más de treinta pinturas.

Es precisamente el Siglo XVII –el Siglo de Oro español– el más y mejor representado, con obras de los principales artistas del momento como Ribera, Zurbarán, Murillo, Alonso Cano, Claudio Coello y Carreño de Miranda, ente otros. Pero es Diego Velázquez el más importante de todos ellos, con casi cincuenta obras expuestas en el museo.

En el paso del Siglo XVIII al Siglo XIX destaca la figura de Francisco de Goya, del cual el Prado posee más de ciento cuarenta pinturas, además de un amplio conjunto de dibujos y grabados, que dan idea de la originalidad y genialidad de este artista único.

Por último, la pintura española del siglo XIX refleja los diferentes movimientos artísticos que se sucedieron en ese periodo, desde el Neoclasicismo de José de Madrazo y Vicente López hasta las escenas de playa y la pintura social de Sorolla, pasando por el Romanticismo de Federico de Madrazo, los paisajes de Carlos de Haes y Beruete, o la pintura de historia de Eduardo Rosales, Francisco Pradilla y Antonio Gisbert.

Horarios

Cuenta con un servicio de atención al público de 9 am a 5 pm, de lunes a domingo.

Fuente