Naín

Naín
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Naín o Naim es un poblado árabe de 1876 habitantes (en 2019) ubicado en la región de Galilea (Estado de Israel).

Se encuentra sobre una meseta baja, a 243 msnm (metros sobre el nivel del mar), al pie del collado de Moré, ahora llamado Pequeño Hermón.

  • 7 km al suroeste de la cima de la redondeada colina Tabor (560 msnm)
  • 15 km al este del valle de Jezreel (51 msnm)
  • 14 km al sureste de Nazaret (111 msnm)
  • 35 km al suroeste de Tiberíades (–98 msnm)
  • 48 km al suroeste de Cafarnaúm (–204 msnm)

Las ruinas mucho más amplias que la envergadura del pueblo indican que debe haberse tratado de un asentamiento más bien extenso.

Etimología

  • نين [na'in], literalmente ‘adorable’ en idioma árabe
  • ניין [najin], literalmente ‘hermoso’ o ‘pastos verdes’ en idioma hebreo antiguo; podría ser una transliteración del hebreo antiguo «nīn» (‘descendiente’); en idioma hebreo moderno significa ‘no’.

Jesucristo en Naím

Según el Evangelio de Lucas (7:1-11), durante la primera gira de predicación a través de Galilea, el dios Jesucristo llegó a una ciudad llamada Naín, procedente de las inmediaciones de Capernaúm, que quedaba a unos 50 km a pie. Se hace mención a que ingresó a través de la puerta de la ciudad. Esto puede significar que Naím pudiera estar amurallada, o también es posible que la «puerta» mencionada simplemente fuese una separación entre las casas por la que entraba a Naín una calle.

Jesús y sus discípulos se encontraron con el cortejo fúnebre que se dirigía a las tumbas que hasta al actualidad pueden verse en la ladera de la colina que se encuentra al sureste de la moderna Nein. Compadecido de la viuda que había perdido a su hijo, Jesús se acercó al féretro y resucitó al muchacho.

Y sucedió que a continuación se fue a una ciudad llamada Naím, e iban con él sus discípulos y una gran muchedumbre. Cuando se acercaba a la puerta de la ciudad, sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de su madre, que era viuda, a la que acompañaba mucha gente de la ciudad. Al verla el Señor, tuvo compasión de ella, y le dijo: «No llores.» Y, acercándose, tocó el féretro. Los que lo llevaban se pararon, y él dijo: «Joven, a ti te digo: Levántate.» El muerto se incorporó y se puso a hablar, y él se lo dio a su madre. El temor se apoderó de todos, y glorificaban a Dios, diciendo: «Un gran profeta se ha levantado entre nosotros», y «Dios ha visitado a su pueblo». Y lo que se decía de él, se propagó por toda Judea y por toda la región circunvecina.

Las noticias de este milagro se esparcieron por toda la región y llegaron incluso a Judea. Puede que las palabras «los muertos son levantados» ―que formaron parte de la respuesta que Jesús dio a los mensajeros que Juan el Bautista envió después desde la prisión―, hagan alusión también a este suceso.

Ubicación de la Naím bíblica

Tanto Eusebio de Cesarea (263-339) como Jerónimo de Estridón (347-420) mencionan que Naín estaba cerca del pueblo de Endor.

La ciudad de Naím, donde el Señor resucitó al hijo de la viuda, se encuentra hasta hoy en la duodécima milla desde el monte Tabor, junto Endor.
Eusebio de Cesarea[1]

Una milla de esa época (milia passuum) medía 1481 metros, por lo que 12 millas equivaldrían a 17,8 km. En cambio Naín se encuentra a 7,3 km del monte Tabor.

Hasta la actualidad no hay pruebas de que esta localidad sea la ciudad de Naím que aparece en el Evangelio de Lucas (7:11), donde el dios Jesucristo habría resucitado milagrosamente al hijo de una viuda.

Visibilidad de otras ciudades

Desde esta villa ―que está en lo alto de una loma― se tiene una hermosa vista de un territorio extenso. Se puede ver a través de los llanos el monte Carmelo, al otro lado de los montes que rodean Nazaret; y más allá del monte Tabor, las alturas nevadas del monte Hermón. Hacia el sur se ven las alturas del monte Gilboa y los terrenos elevados de Samaria.

Historia de Naím

A fines de la Edad Media se construyó una iglesia católica en el caserío de Naím. Los seguidores del cristianismo afirmaban que la capilla había sido construida donde habría estado la casa de la viuda cuyo hijo fue resucitado.

En el siglo XIV, según el fraile italiano Nicolò de Poggibonsi, en la aldea de Naím existía «una bella iglesia».

En cambio dos siglos más tarde se mencionan las ruinas de la iglesia.

En 1881, sobre los restos de la antigua capilla se construyó la iglesia actual, simple y modesta. Conserva dos preciosas pinturas de esa época.

El cementerio antiguo debía de extenderse al oeste del pueblo, sobre las pendientes de la montaña, donde se ven diversas tumbas excavadas en la roca. En la fachada de la iglesia se conserva un sarcófago romano de piedra.

Fuentes